Novena
tomada del libro Coloquios con Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar,
escrito en francés por un religioso benedictino de la Congregación de San
Mauro, y traducida al castellano por Don Felipe Moreno Estepar en 1796. 4.ª
edición publicada en Madrid por la Imprenta de la calle de la Greda en 1819.
COMENZAMOS: 11 de junio del 2025.
FINALIZAMOS: 19 de junio, fiesta
del Corpus Christi.
Se festeja el jueves de la semana que sigue a la fiesta de la
Santísima Trinidad.
NOVENA AL
SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios y Señor
mío, mi Criador, mi Redentor y Glorificador, en quien creo, en quien
espero, a quien adoro y amo sobre todas las cosas: penetrado mi corazón del más
vivo dolor de haberte ofendido, recurro a tus pies y presencia santísima,
conociendo que he pecado delante del cielo, y contra ti; y por ser quién eres infinita
bondad, me pesa una y mil veces de haberte ofendido: recibe,
Señor, la contrición de mis pecados, y auméntala, y perfecciónala para que sea
firme el propósito que hago de nunca más volverte a ofender, y de confesarme. Y
en reconocimiento de la misericordia, que espero me has de conceder,
admitiéndome a tu gracia, quiero dedicarme a tu obsequio en el Santísimo
Sacramento, donde te alabaré y bendeciré toda mi vida. Amén.
DÍA PRIMERO —11 de junio
CONSIDERACIÓN: LA DIVINA MAJESTAD EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO DIOS.
Soberano y
eterno Dios, en cuya presencia están llenos de respeto y reverencia los
más altos Serafines; y maravillados de vuestra infinita grandeza no hacen más
que repetir: «Santo, Santo, Santo»: que has
querido encerrar en la sagrada Eucaristía todas tus perfecciones: dígnate
recibir en señal de mi agradecimiento todas las alabanzas que te dieron, y dan
todos los bienaventurados desde su creación, y todos los santos desde que
entraron en tu gloria, y las que te dan y darán todas las criaturas desde el
principio del mundo por toda la eternidad; y te pido humildemente alumbres
mi alma con una fe muy viva, para que conociendo tus finezas en el Santísimo
Sacramento, te sepa tributar continuas acciones de gracias, y la más profunda
adoración. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
Tú eres mi
Dios, y te confesaré siempre en este Santísimo Sacramento.
Tú eres mi
Dios, y te exaltaré.
Te
confesaré siempre, porque te has dignado oír mis súplicas en este lugar de
propiciación.
Glorificaré
tu nombre eternamente, porque así manifiestas sobre mí tu misericordia.
Tú solo
eres Dios; y no hay otro fuera de ti. Tú solo Santo. Tú solo Señor.
Tú solo
Altísimo... Tú esplendor del Padre. Figura de su sustancia. Ilumina mi
entendimiento, y abrasa mi corazón con tu amor.
—Aquí se
hará la súplica, pidiendo a nuestro Señor lo que se desee conseguir por medio
de esta Novena.
ORACIÓN COMÚN PARA TODOS
LOS DÍAS
Dios
eterno y misericordiosísimo, que
obligado de tu infinita caridad quisiste enriquecer a tu Iglesia con el
preciosísimo e inestimable tesoro de tu Cuerpo y Sangre, para ser en la
Eucaristía rey que nos gobiernas, pastor que nos diriges, médico que nos sanas,
maestro que nos enseñas, padre que nos amas, sol que nos alumbras, y fuente
divina e inagotable de donde se derivan todas las gracias; reconocida mi alma a
tus infinitas finezas, quisiera arder en el fuego de los Serafines para
derretirse en tu obsequio, y saber darte gracias por haberte quedado en el
Santísimo Sacramento para unirte a nosotros con vínculo tan estrecho de
dulcísima caridad, o poder recompensar las injurias que recibes de tantos
infieles y herejes, y de los malos cristianos con sus comuniones sacrílegas, o
del olvido que padeces en las iglesias, donde no quieren hacer caso de Vos los
hombres, con quienes aseguras tienes tus delicias. Pero ya que son tan débiles
y pobres mis afectos, yo te ofrezco todas las adoraciones que
te tributan los bienaventurados, y las alabanzas que te dio en la tierra, y te
dará en el cielo la reina de los Ángeles María Santísima. Recíbeme, Señor, por
perpetuo esclavo tuyo, y haz que lo acredite en la reverencia con que te adore,
y en el celo con que promueva tus cultos. Te encomiendo las necesidades en que
se halla tu santa Iglesia, y te pido humildemente mires con perpetua
misericordia a este tu católico reino, que tanto te ha venerado. Que destruyas
las herejías, conviertas a los pecadores, y perfecciones a los justos. Abrid,
Señor, vuestra mano liberalísima, y compadecido de todas mis necesidades
temporales y espirituales, dadme el remedio que en todo necesito, para que,
santificado con tu gracia, te alabe por todos los siglos. Amén.
HIMNO
¡Oh, Hostia saludable!
Tú que abres las puertas
del cielo,
préstanos tu fortaleza y
tu auxilio
cuando los enemigos
estrechan el cerco.
Para Ti, Señor, uno y
trino,
sea siempre la gloria
eterna,
que nos conceda una vida
sin fin
en la patria (el
Paraíso).
℣.
Nos has dado Pan del Cielo.
℟.
Que contiene en sí todo deleite.
ORACIÓN
Oh Dios, que en este sacramento admirable nos
dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas
venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO— 12 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO REY.
Supremo Señor y eterno Rey, que estando en el
cielo a la diestra del Padre con universal imperio y señorío sobre todas las
criaturas, te reverencian, te aman y adoran todos los Santos y Espíritus
bienaventurados, cantándote perpetuas alabanzas, y reconociéndote por verdadero
Rey y Señor, quisisteis por mi amor humillarte en el Santísimo Sacramento del
altar, encubriendo toda tu grandeza bajo el velo de los accidentes: te
suplico con la mayor humildad vengas a mi alma, como poderoso rey, y destruyas
todos mis enemigos, que son mis pasiones, e imprimas en ella firmemente tus
divinas leyes. ¡Oh Dios mío!, abiertas están las puertas de mi corazón, te
entrego las llaves de mi libertad, y te protesto serte fiel, obedecerte y
adorarte en espíritu y verdad todos los días de mi vida. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
¡Oh Señor! Tú eres mi Rey y mi Dios, que das la salud a Jacob, porque eres
Dios, y Rey grande sobre todos los dioses.
A ti, Rey de
los siglos, invisible e inmortal, sea dado el honor, la gloria y el imperio.
Salid,
fervorosos suspiros de mi alma, a adorar al verdadero Rey en el Sacramento,
dispuesto a desposarse, conmigo con indecible alegría de su dulcísimo Corazón.
¡Oh Señor!, venga
a mí tu reino; y no permitas reine jamás el pecado en este mortal cuerpo, ni me
domine de aquí adelante la injusticia.
Rey Clementísimo,
tú seas quien poseas eternamente mi corazón.
—Aquí se
hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA TERCERO—13 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO PASTOR
Dulcísimo Señor,
y vigilantísimo Pastor de mi alma, que no contento con haberme buscado a
mí, oveja perdida, con tanto amor y diligencia, y llevado como sobre tus
divinos hombros, manifestando la suma alegría que tienes en encontrar a las
criaturas dóciles a los amorosísimos silbos de tus auxilios e inspiraciones;
quisiste quedarte en el Santísimo Sacramento para darte en pasto a tus fieles
ovejas, y que comiesen tu misma Carne, y bebiesen tu preciosa Sangre,
cumpliendo de esta manera, y con excelencia los oficios de verdadero pastor, según
lo ofreciste por tus Profetas: haz, piadosísimo Pastor, que
arrepentido ya de haberte hecho trabajar en buscarme, y de haberme huido tantas
veces, me deje de aquí en adelante guiar y gobernar por tu gracia, y
apacentando mi alma con tan divino manjar jamás vuelva a caer en las garras de
la fiera pésima del pecado. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
No temas,
alma mía, que el Señor es tu Dios y tu Pastor, y como tal te dirige, y te
apacienta con su sagrado cuerpo, y te da una prenda segura de colocarte en la
gloria.
Si oigo los
silbos de este Pastor divino, y le conozco, me dará vida.
No
pereceré eternamente, y nadie me podrá arrebatar de su rebaño.
Búscame,
Dios mío, y no se canse tu misericordia, que, ya conociendo mi ingratitud, y
esta oveja de mi alma su perdición, quiere volver a ti; y para obligarte, te
doy palabra de no olvidar jamás tus mandamientos.
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA CUARTO— 14 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO MÉDICO.
Amabilísimo Señor y Médico de mi alma, que
entre los nombres con que quisiste dar a conocer tu misericordia, fue
llamándote médico; significando también los oficios que como tal haces, en
aquel samaritano que habían herido los ladrones, y se hallaba postrado en el
camino; y para que sanásemos de nuestras enfermedades, te dignaste dejar en tu
Iglesia la singularísima medicina de tu propia Carne y Sangre, con la cual nos
curas de todas perfectamente; sanando las pasadas, preservando las futuras, y
reparando la flaqueza de mi espíritu: compadécete, ¡oh
Médico divino!, de todos mis males. Mirad, Señor, que ha
muchos años que los padezco. Haced pues, que, aplicándome a recibir debida y
frecuentemente tan soberano remedio, cobre la salud que necesita mi alma. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
Señor, a
quien amas, está enfermo; basta que lo sepas, para que yo confíe de mi remedio.
Ten
misericordia de mí, Señor, porque los males que me cercan no tienen número; y si te dignas
oír la confesión humilde de mi enfermedad, con verdad, aunque avergonzado, te
digo, que desde la cabeza hasta la planta del pie no hay en mí sanidad.
Señor,
aunque te has dignado curar a esta babilonia, dispensándole tantas veces la
preciosa medicina de tu Cuerpo, y no ha sanado; no me desampares, que yo ya
quiero mi salud.
Aunque
leproso y cubierto de miseria por mis muchas culpas, si quieres, tú puedes
limpiarme.
Jesús,
Hijo de David, tened misericordia de mí.
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA QUINTO—15 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO MAESTRO.
Sapientísimo Señor y Maestro de mí alma, que
después de haber hablado tantas veces, y de tantas maneras a tu antiguo pueblo
por medio de los Profetas, quisiste hablar y enseñar por ti mismo a los hijos de
tu Iglesia, estableciendo tu perpetua cátedra en el Santísimo Sacramento,
adonde como a verdadero monte de Dios y casa de Jacob, convidas para que te
oigan, comunicando los tesoros de sabiduría y ciencia que en ti se encierran; apiádate,
¡oh dulcísimo Maestro mío!, de mi rudeza e ignorancia, y
dígnate comunicarme el entendimiento, para que aprenda tus mandamientos,
enséñame a conocerte y a conocerme, y que en todo aprenda a hacer tu voluntad. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
Alegraos,
hijas de Sion, en Dios vuestro Señor, porque en el Santísimo Sacramento se ha querido
constituir vuestro Doctor.
Allí, allí
está a quien el eterno Padre dice que le oigamos.
¡Oh, que
dicha la de mi alma!, pues ya con los ojos
de mi fe veo a mi Preceptor.
Bienaventurado
a quien tú enseñares, Dios mío.
¿Quién
pudiera hacer vinieran todas las criaturas, y postradas en tu presencia como la
Magdalena, estuvieran atentas a oír tu voz?
Por lo que
hace a mí, ya te lo digo, Dios mío; y sedme testigos, santos Ángeles de mi
resolución.
Habla,
Señor, que ya tu siervo oye.
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA SEXTO—16 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO PADRE.
¡Amabilísimo Señor y Padre!, que siendo quién
eres, universal Señor de todo lo creado, tienes tanto amor a los hombres, que
los adoptas por hijos, y quieres que sean y se llamen así, preparándoles en la
mesa divina el Pan del Cielo para su alimento: en tu soberana presencia se
presenta mi alma, despertando del olvido en que ha vivido; y como aquel pródigo
del Evangelio, recurro a ti, confiado en que eres mi Padre, aunque yo he
perdido tantas veces la preciosísima cualidad de hijo tuyo. ¡Oh, quién pudiera dar una voz de verdadero dolor de mis
pecados, que, penetrando los cielos, se oyera por todas partes que he pecado
contra mi buen Padre! Humildemente te pido me perdones, y recibas a tu
gracia, y me admitas al convite de tu divinísimo Sacramento, para que pueda
permanecer en ella. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
¡Oh, que fea
ingratitud! Yo me he separado del
Dios que me engendró, y tantas veces me he olvidado del Señor que me creó.
No, no
caiga, Señor, sobre mí la maldición de tu Profeta: «¡Ay de los malvados hijos
que vuelven las espaldas a su Señor!».
La madre
podrá olvidarse de su hijuelo; pero tú no te olvidarás dé mí, Dios mío.
Eres rico
sobre todos los que invocan tu misericordia; pues no dejes de manifestar tu
liberalidad sobre tus hijos.
Ea, Señor,
vuélveme, porque eres mi Padre, la estola primera de santidad e inocencia que
he perdido por mis pecados.
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA SÉPTIMO—17 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO HUÉSPED.
Benignísimo
Señor y Huésped divino de mi alma, que siendo los cielos corto espacio
para tu grandeza, gustas de hospedarte en la pobre casa de mi corazón, y aun te
convidas y ruegas te dé entrada en ella, y por eso aseguras estás llamando a la
puerta; y para facilitarme tanta dicha te has querido quedar en el Santísimo
Sacramento: dígnate, Señor, que así como enriqueciste a
la gran Reina de los Ángeles María Santísima con innumerables gracias y dones,
porque la escogiste para morada tuya, derrames sobre mí a proporción las
riquezas de tus misericordias, para que siendo templo tuyo, pueda recibirte
dignamente, y conservar siempre en mí la santidad que necesito. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
¡Oh qué
felicidad! Sin desdeñarse este
Dios de la humildad de mi alma, me dice como a otro Zaqueo: «Date prisa a
recibirme, que voy a obrar en tu casa la salud».
Príncipe del
Altísimo, Ángeles de la gloria, pedid quite el Señor con su gracia, y arranque
las puertas de mi ingratitud, para que venga a morar en mí este único dueño de
mi corazón.
Si Salomón
no quiso entrase en la casa de su padre la hija de Faraón por haber estado allí
el Arca, resuelvo, Dios mío, no admitir en mi alma más la culpa, conociendo me
has escogido para habitación tuya.
Pobre soy,
Señor, para recibir tanto huésped; pero en un momento, dice tu Escritura,
podéis llenar al necesitado de bendiciones.
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA OCTAVO— 18 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO FUENTE.
Liberalísimo
Señor, y Fuente de aguas vivas, que compadecido de mi necesidad, y
deseoso de comunicarte a las criaturas, eres fuente divina en el Santísimo
Sacramento del altar, adonde convidas lleguen todos los sedientos sin necesidad
de plata u otra cosa, para beber abundantísimamente este vino sagrado y leche
suavísima de tus finezas, en lo que significas tienen lugar en esta mesa
soberana los párvulos y los adultos en la virtud: dígnate,
Señor, concederme, que herida mi alma de un santo deseo de recibirte, corra
como ligero ciervo para conseguir el refrigerio; y que apagadas mis pasiones, y
lavadas las manchas de mis culpas, siempre viva encendida en caridad. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
Sí, alma
mía, en el divinísimo Sacramento está patente la fuente para la casa de David,
y para todos los que quieran habitar en Jerusalén.
Pasmaos
cielos, mirad adonde ha llegado mi delirio: me he dejado a esta Fuente divina
de agua viva, y mi ocupación ha sido mancharme con el barro de las cisternas
disipadas.
Dichosa la
criatura, que, dedicada a obsequiar a Jesús Sacramentado, sea como un árbol
plantado en las corrientes de estas aguas: ella llevará
frutos de vida eterna.
Señor, ya
conozco lo precioso de este don, y así frecuentemente te diré: «Dios mío, dame esta agua, para que jamás tenga sed».
—Aquí se hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
DÍA NOVENO— 19 de junio.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
CONSIDERACIÓN: NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
COMO LUZ.
Amorosísimo Señor, que compadecido del mundo
sumergido en un caos profundo de tinieblas, quisiste venir desde lo alto de la
gloria de tu Padre, como Luz divina, para iluminarlo; y habiéndote quedado con
nosotros en el Santísimo Sacramento, nos comunicas en él perpetuamente las
luces y calor de tus misericordias, dígnate, ¡oh Sol divino!, alumbrar
mi entendimiento con tan celestiales rayos, para que siempre te conozca; e
inflamad mi voluntad con el fuego de tu caridad, para que siempre agradecido a
tan precioso don, en ti crea, en ti espere, y a ti ame por todos los siglos. Amén.
—Ahora se
reza una Estación, consistente en seis Padrenuestros, Ave Marías y Glorias, y
después se dirán estos:
AFECTOS
¡Oh, quién
pudiera hacer que todos entendieran que para los que le temen está
perpetuamente en la Eucaristía el sol de justicia, y nadie quiere que se
esconda de su calor!
Ya, ya
conozco que por eso los pecadores no saben dónde caen, porque no se acercan a
recibir esta luz.
Acércate,
alma mía, y jamás te separes, que el Señor te llenará de sus resplandores si lo
glorificas en el Santísimo Sacramento.
Pobres,
los que habitáis en las tinieblas y sombras horribles de la muerte, mirad que
ni para vosotros se escasea esta luz, si queréis disponeros para recibirla.
A nadie
temeré, porque Dios es la luz de mi alma.
—Aquí se
hace la Súplica. Las demás oraciones las rezarás todos los días.
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