Novena
tomada de los propios escritos de Santa Perpetua, editados por el Padre Daniel
Ruiz Bueno en las Actas de los Mártires, págs. 419-440. Los Gozos, traducidos
del catalán, son tradicionales, sin autor conocido.
COMENZAMOS: 26 de febrero (27 en año bisiesto)
FINALIZAMOS: 6 de marzo.
FESTIVIDAD: 7 de marzo.
NOVENA A SANTA PERPETUA,
PATRONA DE LA MODESTIA CRISTIANA
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y
del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y
Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más
pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la
penitencia que me fuera impuesta. Ofrezcoos, Señor, mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en
vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonaréis, por los méritos de
vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para
enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio hasta la muerte. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS DE LA NOVENA
Oh
gloriosa Santa Perpetua Mártir,
modelo
de virtud y modestia cristiana. En este día vengo ante tu altar para pedir tu
intercesión ante nuestro Divino Redentor. Ayúdame a vencer las tentaciones que
me agobian y a confesar mi fe, sin importar la renuncia a mis más caros
afectos, tal como hiciste tú desprendiéndote de tus privilegios y hasta de tu
pequeño hijo. Concédeme la gracia de rendir mi voluntad a la de Dios todos los
días de mi vida.
Oh gloriosa
patrona, asísteme en mi hora postrera para merecer la gloria eterna,
esperando en la misericordia de Dios, sin importar la clase de muerte que me
depare su voluntad. Ayúdame a mantener mi vista fija en Jesús, su pasión y
muerte, y en nuestra Santa Madre Dolorosa.
Finalmente te
ruego me concedas la gracia que deseo alcanzar en esta novena (se
hace aquí la petición), si es a mayor gloria de Dios y
bien de mi alma. Y tener el privilegio de gozar un día en la patria celestial,
junto a San José, tus hermanos en la fe Santa Felicidad y compañeros mártires,
y todos los santos y ángeles. Amén.
—Rezar un
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
MEDITACIÓN DEL ACTA DE
SU MARTIRIO:
Prisionera es
visitada por su padre.
“Fueron detenidos los catecúmenos Revocato y Felicidad, ésta
compañera suya de servidumbre; Saturnino y Secúndulo, y entre ellos también
Perpetua, de noble nacimiento, instruida en las artes liberales, legítimamente
casada, que tenía padre, madre y dos hermanos, uno de éstos catecúmeno como
ella, y un niño pequeñito al que alimentaba ella misma. Contaba unos veintidós
años.”
A partir de aquí, ella misma narró punto por
punto todo el orden de su martirio (y lo reproduce un cronista, tal como lo
dejó escrito de su mano y propio sentimiento).
“Cuando todavía -dice- nos
hallábamos entre nuestros perseguidores, como mi padre deseara ardientemente
hacerme apostatar con sus palabras y, llevado de su cariño, no cejara en su
empeño de derribarme:
– Padre -le
dije-, ¿ves,
por ejemplo, ahí en el suelo, ese vaso o jarro, o como se le quiera llamar?
– Lo veo –
me respondió.
– ¿Acaso puede dársele otro nombre que el que tiene?
– No.
– Pues tampoco
yo puedo llamarme con nombre distinto de lo que soy: cristiana.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS
¡Oh
Gloriosa Santa Perpetua!, ejemplo
de fe y esperanza, generosa en la caridad, a Vos suplico,
escuchad mi oración. Desde el cielo donde reináis, haced caer sobre mi toda la
protección y auxilio que necesito en este momento en que mis fuerzas
enflaquecen. Vos que sois tan poderosa junto a Dios, interceded por mí y
alcanzadme la gracia que os pido (pedir
nuevamente la gracia).
Santa
Perpetua, virgen y mártir, ruega por nosotros. Amén.
GOZOS
Siempre
seréis celebrada
De
la Fe gran defensora;
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Erais
de veintidós años
Cuando
Severo Emperador
Desahogó
su furor
Sobre
Vos y a vuestros compañeros;
Tanta
rabia y fuerza armada
Os
hizo más merecedora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
En
la prisión detenida
Para
tentar vuestra constancia,
Creyó
vuestro padre a su instancia
Del
temor veros vencida;
Mas
allí siendo bautizada
Bendecís
tal feliz hora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Del
Cielo muy favorecida
Por
medio de grandes visiones
Sabéis
que en tribulaciones
Acabaréis
vuestra vida;
Dejándoos
fortificada
La
gracia consoladora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
El
hijo que tanta pena
Os
daba, teniéndolo ausente,
Recobrasteis,
y al momento
De
alegría quedáis plena.
¡Cuánto
de este modo acompañada
La
triste suerte se os mejora!
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
En
la escala hasta el Cielo,
Que,
a quien quiere subirla, espanta,
Fijáis
vuestra débil planta
Sin
tener temor ni recelo;
Estando
en alto, sois recreada
Con
un jardín que enamora.
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Gustando
allí la dulzura
Del
celestial manjar,
En
vano os intenta engañar
Ya
el temor, ya la blandura:
No
os verá el padre mudada
Cuando
las manos os besa y llora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Arribando
por fin el día
De
ser lanzada a las fieras,
«Ya
tenéis mi corazón, lo que esperas»,
Decís
con mucha alegría:
Encontrándoos
tan alentada
Vuestra
pena se aminora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
No
habiendo muerto en tal tormento,
Como
quien de un fuerte sueño despierta,
De
que os han herido, sois cierta
Los
crueles estragos viendo:
Clamáis
con voz esforzada:
«Ahora
de padecer es hora».
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Aceptando
muy animosa
El
golpe que el sayón os da
Y
con él recibís la corona
Que
os hace por siempre dichosa;
Quedando
allí degollada
De
los tiranos triunfadora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Mártir
tan consumada,
Haced
que con Cristo mucho podéis
Para
que nuestros campos guardéis
De
toda calamidad:
Vea
su oración despachada
Quien
vuestro favor implora:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
Pues
que como a su Abogada
Aqueste
pueblo os venera:
Perpetua,
Mártir sagrada,
Sed
nuestra intercesora.
ORACIÓN
Oh Dios, que entre los otros
prodigios de tu poder ornaste al sexo débil con la palma del martirio;
concédenos benigno, que, pues honramos el nacimiento de Santa Perpetua,
imitando sus ejemplos subamos a la gloria. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.