domingo, 11 de diciembre de 2022

NOVENA EN HONOR DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.


 

COMENZAMOS: 29 de noviembre.

FINALIZAMOS: 7 de diciembre.

8 DE DICIEMBRE: Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, y propongo firmemente la enmienda.

ORACION PREPARATORIA PARA TODOS LOS DIAS.

¡Oh Maria, bello y resplandeciente sol del pureza y santidad!; ¡Cuán feliz y agraciada se ostenta vuestra alma en el momento de la concepción! Con cuánto placer os acompañamos en aquel dichoso instante en que el Padre os liberta del pecado original con su poder, el Hijo os preserva con su sabiduría y el Espíritu santo os dispensa con su amor: en que las tres Personas de la Trinidad beatísima exclaman a una, complaciéndose en vuestra hermosura y limpieza: toda eres hermosa, amada mía, y mancha no hay en ti. Iluminadnos, Señora, para que contemplando dignamente el sublime y consolador misterio de vuestra Concepción sin mancha, que es el misterio de vuestras grandezas, adoremos a Dios, alabemos vuestra pureza y merezcamos vuestros favores y las gracias del Señor. Amén.





PRIMER DÍA— 29 de noviembre

 

MEDITACIÓN.

María inmaculada en su Concepción es libertada del pecado original por el poder del Padre.

PUNTO I

Considera, alma mía, que, habiendo pecado nuestros primeros Padres y contraído por ende el pecado original, todos nosotros, como indeclinable consecuencia y como por juro de heredad, venimos al mundo con una naturaleza corrompida é inficionada, con el alma sujeta al pecado y a la dura esclavitud del demonio, y con un cuerpo destinado a la muerte y a sus naturales compañeras las enfermedades y dolencias. Considera también como, en medio de tan lúgubre cuadro de devastación y muerte, se destaca tan brillante como hermosa la sorprendente figura de Maria, libertada por el poder del Padre de las garras del demonio en el mismo supremo instante de su Concepción. Porque, como tenia profetizado David, el Padre se levantó al amanecer de eterno día para formar a Maria toda pura y toda hermosa. Y no pudiendo Maria aparecer así a los ojos del Señor sin haber triunfado del demonio, era preciso que fuese inmaculada en su Concepción; era preciso que aplastara y magullara la maldecida cabeza de la infernal serpiente, conforme había sido prometido a Adán y Eva, y en cumplimiento de la amenaza hecha por Dios al demonio en el paraíso. ¡Oh Maria! Obra sublime sois de la omnipotencia del Padre. Mientras todos los hombres quedan ennegrecidos y manchados en su concepción, Vos quedáis pura y hermosa.

PUNTO II.

Considera, alma mía, como en el mismo momento de la concepción de Maria en el vientre de su Madre, el demonio presuroso se abalanza a tomar posesión de aquella alma que de derecho cree pertenecerle. Mas ¿no ves, alma mía, como desiste de su infernal proyecto, como se retira avergonzado, como retrocede arrojando espumas de confusión e ira? ¿No ves como el alma de Maria sigue tan pura cual bajó del cielo? ¿No ves como los ángeles rasgan presurosos esta bóveda azul, techumbre del mundo, y alegres revolotean alrededor de una humilde casa de Nazaret? ¡Ah! sí. Se ha interpuesto la omnipotencia del Padre celestial. Maria defendida con tan impenetrable armadura, no teme las nocturnas asechanzas del enemigo: camina con el poder de Dios sobre el áspid y el basilisco; avanza con segura planta y victoriosamente conculca al león y al dragón. La mano omnipotente del Padre celestial sostiene a María, que no tropieza en la piedra de escándalo del pecado original, y que se ostenta hermosa y pura, adornada con el laurel de la victoria, centelleante de júbilo, radiante de placer. Nosotros contemplamos vuestro triunfo, o purísima Maria, y os congratulamos por él: damos las gracias al poderoso Dios de cielo y tierra, que aniquiló con su brazo la terrible fuerza del abismo. ¡Gloria a Dios!

PUNTO III.

Considera, alma mía, que en la Concepción inmaculada de María brilla por todas partes y de una manera portentosa el augusto poder del Padre eterno. Solo el poder de aquel Dios, único capaz de criar al mundo con una palabra у de sostener con un dedo solo la inmensa mole de la creación. Solo aquel Dios que, según el real Profeta, cabalga sobre el trueno, y a cuya vista humean los montes, se enciende el aire, la tierra tiembla y la creación se anonada, pudo libertar de la culpa original a María enlazada directamente con la estirpe corrompida del primer culpable. Considera que este estupendo milagro de la omnipotencia divina hizo brotar una rama frondosa de un tronco muerto, un vivo rayo de luz de oscuro foco, un raudal de agua pura de emponzoñado manantial, una planta incorruptible de podrida y degenerada simiente, un vaso precioso de inmundo barro, un vástago de bendición leal y noble de una raza infiel, reprobada y proscrita. Considera que solo el poder inmenso de Dios pudo hacer que Maria de una mujer destinada al pecado se convirtiese en una mujer madre de Dios y de los hombres. Todo esto por el poder de aquel Dios que sabe mudar a las piedras en hijos de Abrahán, como decía el Bautista. Adora, alma mía, la omnipotencia del Padre celestial que libertó a María y la ennoblece y eleva a superior grandeza. ¡Oh Maria! ¿Quién podrá referir el poderío del Señor? diremos con el sagrado texto.

JACULATORIA

¡Oh Maria! Dignaos hacerme esclavo vuestro. (Sta.  Juana de Francia.)

 

—Se dirá tres veces la jaculatoria, para que el pueblo la aprenda.

 

OBSEQUIO: Rezaremos con frecuencia el Ave Maria.

 

GOZOS A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN.

 

Con aplauso general

Todos canten a porfía:

Sois concebida, María,

Sin pecado original.

 

Voz de Júbilo resuena

En la eterna Ciudad santa;

Voz de júbilo levanta

La Iglesia de emoción llena;

¿A quién, Virgen, no enajena

Tu pureza divinal?

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Habló en fin el gran Jerarca

Con divina inspiración:

María, a tu Concepción

Ninguna mancilla marca;

Que eres Tú tan solo el arca

En naufragio universal:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Gloria a Dios, que así confunde

La maldad del siglo impío:

Gloria a Dios y honor a Pio,

Que el gozo doquier difunde;

Mas rebrama y feroz hunde

Su frente en llamas Belial:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

 

España, que a tu Patrona

Aclamaste con ternura,

Toda hermosa, toda pura,

Un himno triunfal entona;

De tu antigua fe blasona,

Y di con amor filial:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Eres cual sol escogida

Y como la luna bella;

Refulgente como estrella;

Como luz esclarecida;

Dulzura, esperanza y vida

De la Iglesia universal:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Cuán perfecta el Dios potente,

Virgen santa, le creó

Sonrisa a tus labios dio,

Fulgor a tu hermosa frente;

Tu tierno mirar es fuente

De consuelo general:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Escogida eres Tú sola,

Y no hay, como Tú, ninguna;

Fulgura a tus pies la luna;

Brilla en tu sien aureola;

El Dios mismo te arrebola,

Y Él es tu manto real:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

¡Con qué resplandor circundan

Tu pura faz doce estrellas!

La belleza y la luz de ellas

Son las gracias que le inundan;

Tanto en Ti, María, abundan

Los dones del Inmortal:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Tú la hermosa: el mismo Eterno

En Ti fija su morada,

Y te llama bella, amada,

Dulce esposa, objeto tierno:

Tú la fuerte: el fiero averno

Tiembla a tu voz celestial:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Madre mía candorosa,

Ya que al candor te sonríes,

Toma blancos alelíes,

Blanco lirio, blanca rosa;

La azucena blanca, hermosa,

Orne tu sien virginal:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Ya extienda su negro manto

Con horror la noche fría;

Ya derramé el claro día

Nueva luz y nuevo encanto,

Suene siempre el dulce canto,

Toda hermosa.... sin igual:

Sois concebida, o María,

Sin pecado original.

 

Con aplauso general

Todos canten a porfía;

Sois concebida, María,

Sin pecado original.

¥. En tu Concepción, o Virgen, inmaculada fuiste.

R. Ruega por nosotros al eterno Padre cuyo Hijo pariste.

ORACIÓN

Señor y eterno Padre, que por la inmaculada Concepción de la purísima Virgen María, preparaste digna morada a tu eterno Hijo, Suplicámoste que, así como la preservaste de toda mancha y culpa original, por haber previsto la muerte de su hijo y tuyo, así también nos concedas, que, mediante su intercesión, lleguemos puros sin ninguna mancha a tu divina presencia. Lo cual te suplicamos por el mismo señor Jesucristo. Amén.

INSTRUCCIÓN PARA ESTE DÍA

La Virgen santísima aprecia mucho que la saludemos con el Ave María, porque le recuerda la embajada del arcángel Gabriel y el misterio de la encarnación. La oye con mucho gusto, dice el venerable Kempis. Saludaremos pues a nuestra Madre con tres Ave Marías, en reverencia de sus tres purezas, al acostarnos y al levantarnos. Las rezaremos al toque de oraciones y cuando da el reloj. De todos estos modos honraron a María los santos, y en especial san Carlos Borromeo y el beato Alfonso Rodríguez.

 

—Ahora cada uno pedirá a María santísima lo que desee alcanzar de su maternal corazón en este día: en especial el perdón de los pecados y la gracia de no pecar más.

ORACIÓN DE SAN BERNADO PARA TODOS LOS DÍAS.

 

Acordaos, o piadosísima virgen Maria, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos acudo, o Virgen madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, o Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.

¡Oh María! Hermosa sois como la plateada luna que desde nacarado trono ahuyenta con tranquila luz los horrores de la noche: escogida sois como el dorado sol que sobre brillante carroza recorre el mundo al que alienta у vivifica: risueña sois como la aurora que riela; rutilante como la estrella que fulgura en el azul del cielo; pura y graciosa como el aliento de la divinidad, como los inefables destellos de la eterna misericordia. Cedro sois incorruptible del Líbano, ciprés entero de Sion, palma elevada de Cades, bella rosa de Jericó, olivo especial de los campos, plátano frondoso plantado a la orilla de los ríos. Sois azucena cándida, violeta intacta, fresco lirio, poblado terebinto, vistoso cinamomo, bálsamo de olor, gloriosa y bella como el Carmelo y hermosa como el Saron. Tu cuello, o Maria, es la peregrina torre de David, tus labios cintas de grana, tu pecho ampo de nieve, tus ojos, ojos vivísimos de paloma. Tú la que llagaste el corazón del mismo Dios con el uno de tus ojos y con la una de las trenzas de tu dorada cabellera. Tú aquella deliciosa criatura cuyo retrato ya estaba perfectamente delineado en los eternos decretos del Altísimo antes que todas las cosas salieran del caos de la nada. Tú el objeto de las complacencias y de los amores de Dios antes de la creación del mundo. Tú la que estabas en la presencia de Dios deleitándole, enamorándole y ayudándole en todas sus composiciones. ¡Oh Madre amada! ¡Bella María, gala de la creación, obra preciada de las manos del Señor! Confesamos con el mayor placer, que fuisteis concebida sin pecado y vencedora egregia de Satanás vuestra Concepción augusta. Confesamos que, en medio de la inundación del pecado, quedasteis como fragantísima rosa entre punzantes espinas, como lirio de candidez entre el heno del campo, como romero oloroso entre las escabrosidades de los riscos. Confesamos con san Buenaventura, que bien puede Dios criar de nuevo otro cielo y otra tierra más preciosos que los que vemos; pero otra criatura como Vos de ninguna manera. Confesamos con san Epifanio, que sois superior a todas las criaturas, y más hermosa y pura por naturaleza que los querubines, serafines y todo el ejército de los ángeles. Y os llamamos con santo Tomás de Villanueva, santuario de Dios, casa de la Sabiduría, reliquiario del Espíritu santo, urna del maná celestial. ¡Oh María! todo con Vos, nada sin Vos, todo para vuestra gloria. Ea pues, dulcísima María, triunfad en nosotros del demonio que nos tienta para hacernos caer en el pecado, y sea el misterio de vuestra Concepción inmaculada emblema de salvación, signo de ventura y lábaro de salud para nosotros. Amén.


NOVENA COMPLETA A SAN FRANCISCO JAVIER.



COMENZAMOS: 24 de noviembre.   

FINALIZAMOS: 2 de diciembre.

FESTIVIDAD: 3 de diciembre.

 

Novena por el padre Francisco García SJ y reimpresa en Zaragoza en 1858 a expensas de los devotos de San Francisco Javier. Con aprobación eclesiástica.

  

MODO DE HACERLA

 

En cada uno de los nueve días se ha de ejercitar el que hace la Novena, en oraciones, y buenas obras a gloria de Dios, y honra de su Siervo San Francisco Javier, procurando conservar siempre una grande confianza en los merecimientos de este Santo Apóstol, esperando alcanzar de Dios por su medio lo que pide, si le conviene para su salvación y bien de su alma: y si no, que el Santo, en lugar de la merced que le pide, y no le conviene, le alcance de Dios la merced que no le pide, y le conviene para su felicidad eterna. Se han de tomar por intercesores a los nueve coros de los Ángeles, haciendo particular mención y estima de las principales virtudes de San Francisco Javier, y guardar otras advertencias, que diremos después para hacer con perfección la Novena. El primer día será bien confesar y comulgar; para que, purificada el alma de las culpas, y dignificada con la Eucaristía, sean todas nuestras obras hechas en gracia meritorias de la vida eterna, y más eficaces para conseguir el beneficio que pedimos. Quien no se confesare, a lo menos empiece cada día con el acto de Contrición, para purificar el alma de las culpas y asegurar más el logro de su petición.

 

Hincado de rodillas delante de algún Altar o Imagen de San Francisco Javier, se levantará el corazón a Dios, que está presente, y haciéndole una profunda reverencia de espíritu y ofreciendo todas sus acciones, palabras y pensamientos a mayor gloria suya, honra de la Virgen Maria, y reverencia de San Francisco Javier, y de todos los Ángeles y Santos del Cielo, hará la señal de la Cruz y dirá de corazón el Acto de Contrición.

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

 

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido. Y propongo con vuestra gracia de enmendarme, y confesar mis pecados, y de todos ellos os pido perdón con todo rendimiento y verdadero dolor de mi ingratitud. Y como os lo suplico, asi confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis por los merecimientos y preciosísima Sangre de Jesucristo mi Redentor. Amén.

  

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

Glorioso San Francisco Javier Apóstol de las Indias, si es para gloria de Dios y honra vuestra, que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme esta gracia del Señor; y si no, enderezad mi petición, y pedid para mí a Dios, aquello que más conviene para gloria suya y provecho de mi alma.

    


DÍA PRIMERO - 24 DE NOVIEMBRE.

 

ORACIÓN PARA ESTE DÍA

 

Dios y Señor de los Ángeles, a los cuales encomendáis la guarda de los hombres, ofrezcos los merecimientos de estos Soberanos Espíritus y los de vuestro Siervo San Francisco Javier, llamado Ángel por su pureza, y porque guardaba a los hombres de muchos peligros de cuerpo y alma: suplícoos que me concedáis aquella pureza angélica de alma y cuerpo que concedisteis a vuestro Santo Apóstol, y la gracia que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

 

—Aquí rezará tres Padre nuestros y tres Ave Marías.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

Santísimo Padre Francisco Javier, que de la boca de los niños inocentes sacáis vuestras alabanzas; por la preciosísima Sangre de Jesús, y por la Inmaculada Concepción de María Santísima, Madre y Señora nuestra, imploro humildemente vuestra benignísima caridad, para que me alcancéis de la bondad infinita de Dios, que cuando llegare la hora de mi muerte, se recoja y aparte mi corazón de todas las distracciones y diversos pensamientos del mundo a un ardentísimo amor suyo y deseo de la eternidad; para que dejadas las muchas cosas, que hasta ahora me han perturbado, diligentísimamente busque, y perfectamente consiga aquel uno necesario, que es morir y descansar en paz en el amparo de María Santísima, en las llagas de Jesús su benditísimo Hijo, en el descanso suavísimo de mi Dios y Señor, y en vuestra presencia, por cuya intercesión espero alcanzar esta gracia. Pero mientras la eterna disposición de la Divina Providencia me quisiere conservar la vida, ruegoos, protector mío, amantísimo y suavísimo Padre mío, que me alcancéis de la Divina Majestad que yo viva como quien ha de morir, y como quisiera haber vivido en la hora de mi muerte, imitando vuestras virtudes y cumpliendo perfectamente su santísima voluntad, para que la muerte temporal sea puerta de la vida eterna; y también os suplico, me alcancéis lo que pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.

 

—Luego pedirá a San Francisco Javier el favor particular que desea alcanzar.

 

ORACIÓN QUE SAN FRANCISCO JAVIER DECÍA TODOS LOS DÍAS

 

Eterno Dios, criador de todas las cosas, acordaos que Vos solo criasteis las ánimas de los infieles, haciéndolas a vuestra Imagen y semejanza. Mirad, Señor, cómo en oprobio vuestro se llenan de ellas los Infiernos. Acordaos, Señor, de vuestro Hijo Jesucristo, que derramando tan liberalmente su Sangre, padeció por ellos. No permitáis, Señor, que sea vuestro mismo Hijo y Señor nuestro por más tiempo menospreciado de los infieles, antes aplacado con los ruegos y oraciones de vuestros escogidos los Santos, y de la Iglesia Esposa benditísima de vuestro mismo Hijo, acordaos de vuestra misericordia, y olvidado de su idolatría e infidelidad, haced que conozcan también al que enviasteis, Jesucristo Hijo vuestro, nuestro Señor, que es salud, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos, a quien sea dada gloria por infinitos siglos. Amén.

  

GOZOS DEL PRODIGIOSO APÓSTOL DE LAS INDIAS SAN FRANCISCO JAVIER

 

Pues a Jesús Vuestro Celo

Le rindió tantas naciones;

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

Javier de noble hidalguía,

Navarra patria os ha dado,

Ignacio os hizo soldado,

Jesús os dio compañía;

Los empleos os dio el Cielo,

La tierra nuevas regiones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

Vuestro fervor sin segundo

En caridad encendido,

Como rayo ha discurrido

Por las tres partes del mundo:

Leguas pasó vuestro vuelo

Treinta mil en las misiones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

Nuncio del Papa os entrasteis

Por las Indias, y entendieron

Varias gentes, que os oyeron,

Lo que en una lengua hablasteis,

Convirtió asi vuestro celo

Reyes, indios, y japonés:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

Fuego, tierra, vientos, mares,

Naufragios, pestes, dolencias,

Os rindieron obediencias

Con portentos singulares;

Hasta parar en el Cielo

Al Sol vuestras oraciones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

Si alguno en su mal, la ausencia

De vuestro favor lloraba,

En dos lugares se hallaba

A un tiempo vuestra presencia;

Llenasteis de horror y hielo

A bárbaros escuadrones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

    

Cuando estabais trabajando,

Un Crucifijo ese día

Vuestra fatiga sentía,

Copia de sangre sudando;

Incansable vuestro anhelo,

Almas bautizó a millones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

 

En viva cal enterrado

Quedó vuestro cuerpo entero,

Y a las pruebas del acero,

Sangre y agua dio el costado;

Copia del mejor modelo,

Sois con tan raros blasones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

  

De los prodigios obrados

Pierde el guarismo la cuenta;

Pues son cerca de setenta

Los muertos resucitados;

Sois Peregrino del suelo,

Con tantas apariciones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

  

Vuestro Novenario ha sido

Por vos al mundo inspirado,

Y con él han alcanzado

El favor que os han pedido;

Cesa todo desconsuelo

Con estas nueve estaciones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

  

Diez viernes los que os veneran

También de los vuestros son,

Y mil pueblos por patrón,

En vuestro culto se esmeran;

Todos buscan con desvelo,

Tan propicias bendiciones:

Dad a nuestros corazones,

Apóstol Javier, consuelo.

  

Antífona: Ven, siervo bueno y fiel, porque en lo poco fuiste fiel, sobre lo mucho te constituiré, entra en el gozo de tu Señor.

. El Señor conduce al justo por caminos rectos.

. Y le muestra el Reino de Dios.

  

ORACIÓN

 

Oh Dios, que habéis querido unir a vuestra Iglesia los pueblos de la India mediante la predicación y los milagros del bienaventurado San Francisco Javier, concedednos, en vuestra misericordia, que imitemos las virtudes de aquél de quien hoy honramos los gloriosos méritos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.