Traducción
por el P. Vicente Casas MSC de la 14ª edición francesa de la Novena dispuesta
por el padre Francisco María Víctor Jouët MSC, y publicada en Barcelona por la
imprenta La Hormiga de Oro en 1892, con aprobación del Obispo de Barcelona.
COMENZAMOS: 22 de mayo.
FINALIZAMOS: 30 de mayo.
FESTIVIDAD: 31 de mayo.
PRÓLOGO
DEL AUTOR:
CONFIANZA
Esperad
aún, esperad contra toda esperanza, esperad a pesar de todos los obstáculos,
todos los que leáis estas líneas: Nuestra Señora del Sagrado Corazón, la
Abogada de las causas difíciles, es también la Abogada de las causas más
desesperadas; ánimo, pues, y confianza.
La
Virgen, que sobre la tierra y hasta el pie de la Cruz consoló al Corazón de un
Dios anegado en un abismo de padecimientos, ¿no podrá acaso consolar vuestro pobre corazón?
La
que consoló al Soberano Señor de los ángeles y de los hombres, ¿no tendrá algún
consuelo para un hijo de Dios?
La
que ha alentado tantos espíritus abatidos, ¿no podrá alentar el vuestro?
La
que Jesús os ha dado por Madre, que os ha amado tiernamente, y cuyo poder es
tan grande en el Cielo, ¿se negará a venir en vuestra ayuda cuando la invoquéis
en vuestras congojas y en vuestros padecimientos?
¡Lejos
de vosotros tan triste pensamiento!… Como
aplastaríais a una venenosa serpiente, hollad con vuestros pies, no solamente
la desconfianza, si acaso ha invadido alguna vez vuestra alma, sino que también
el menor temor, y la más leve duda; Nuestra
Señora del Sagrado Corazón está
muy cerca de nosotros.
Abandonad,
pues, vuestro corazón a la esperanza al leer estas pocas páginas. Su única
ambición es hacer resonar en vuestros oídos las hermosas y dulces palabras del
Acordaos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón; hacéroslas amar; hacerlas
brillar en lo íntimo de vuestra alma, como un rayo de luz que nada puede
oscurecerle, y que resplandece en el seno de las más espesas tinieblas; moveros
a pronunciarlas como la expresión de vuestra invencible esperanza; grabarlas
para siempre en vuestro espíritu, cuando en torno vuestro todo parezca
conspirar a vuestra ruina; traerlas a vuestros labios en la hora del peligro, y
sobre todo en el momento supremo de vuestra agonía para que ellas sean para
vosotros una tabla de salvación y os conduzcan al puerto.
Desconocida
en otro tiempo, tú resuenas ahora, ¡oh sublime súplica!, bajo todos los cielos;
nacida ayer en el santuario de Issoudun a los pies de la primera Imagen de
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, aprobada hoy por la Sede Apostólica:
enriquecida con indulgencias por el Sumo Pontífice, no cesas de resonar en el
seno de la misma Ciudad Eterna, en el templo, dedicado a La que tienes por
objeto, hecho centro general de toda la Archicofradía. Ayer todavía te
pronunciaban con amor pocos labios piadosos; hoy eres conocida en todos los
países, todas las lenguas del mundo te repiten a cada momento del día y en
todos los peligros, en las empresas importantes, en las congojas más crueles,
en las enfermedades más dolorosas, en las miserias más desesperadas.
¡Oh
santa oración del Acordaos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, tú eres el objeto de
nuestro amor. Desde el día en que nuestros labios tuvieron por vez primera la
dicha de pronunciarte, tú has sido para nosotros un fiel sostén. Mañana y
tarde, y con frecuencia durante las horas del día, nuestra lengua te ha hecho
subir hasta el trono de la Madre de Misericordia y ha alcanzado de esta Reina
incomparable gracias sin número.
Mas,
¿cuál es la
virtud oculta que hace tan eficaces tus acentos? ¿Qué sublime elocuencia
encierras, pues, en ti, para hacernos tan propicia a la Virgen Inmaculada? ¡Ah!, he aquí
la causa de este misterioso poder: Tú recuerdas a la Madre de Dios el infalible
poder que su divino Hijo le ha dado sobre su Corazón adorable, y esta divina
Madre, que lo es también nuestra, invocada bajo este título, siente más
vivamente el deseo de socorrernos. Por la gloria de Dios y nuestra satisfacción
derrama Ella con abundancia sobre nuestras almas todos los tesoros de amor y de
misericordia, de luz y de salvación, de los cuales el Sagrado Corazón de Jesús
es la fuente inagotable.
AVISOS
IMPORTANTES
En
este mismo instante y a todas las horas del día, miles de asociados extendidos
sobre toda la superficie del mundo, comienzan a su vez novenas a la poderosa
Abogada de las causas difíciles y desesperadas.
Para
asegurar más la eficacia de sus ardientes súplicas, estas almas cristianas, al
mismo tiempo que forman sus intenciones particulares, tienen la santa costumbre
de unir sus novenas a todas las que se hacen en Issoudun, Roma y Barcelona,
centros de la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, y nos lo dan
a conocer.
Esta
mutua correspondencia de oraciones comunica a sus novenas una incomparable
fuerza y facilita mucho su buen éxito.
Recomendamos
encarecidamente a las personas que hagan alguna novena, que la santifiquen con
una buena confesión y una fervorosa comunión. De esta excelente práctica
depende muchas veces el fruto de esta Novena.
NOVENA DEL ACORDAOS A NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN,
ESPERANZA DE LOS DESESPERADOS
Postrados de
rodillas ante la imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, y hecha la señal
de la Cruz, se dice primeramente el Acto de Contrición.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las
ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta:
ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así
como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los
perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y
Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo
servicio hasta la muerte. Amén.
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Dios
omnipotente, ante cuya soberana
presencia dedicamos a María esta Novena bajo el excelso título de Nuestra
Señora del Sagrado Corazón, derramad sobre nuestras almas vuestras más
abundantes misericordias y abrasadlas en el fuego santo de la caridad, para que
nuestra devoción a la Purísima Madre del Verbo hecho carne, al paso que redunde
en obsequio de Aquella que es Todopoderosa en sus súplicas al Corazón de Jesús,
nos alcance su maternal protección, y sea poderoso auxilio que nos conserve en
el camino del bien en esta vida, fuerte escudo que nos defienda contra los
ataques de los enemigos de nuestra salvación y segura esperanza de la gloria
que nos está prometida. Amén.
DÍA PRIMERO
– 22 DE MAYO
MEDITACIÓN: EL PODER INEFABLE DE NUESTRA SEÑORA DEL
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. «Acordaos, ¡oh Nuestra
Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha
dado sobre su Corazón adorable».
Aquí nos tenéis postrados ante Vos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!,
y bien sabéis el motivo que nos hace dar hoy principio a esta Novena de preces.
Somos débiles y venimos extenuados de fatiga a haceros presente el enorme peso
de nuestras penas, la dificultad de nuestras empresas, la gravedad de nuestras
luchas.
Vos sois poderosa, ¡oh
María!, y podéis venir en nuestra ayuda.
Sí, lo confesamos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Grande
fue el poder de Josué, maravilloso el de Moisés cuando hizo salir agua de la
roca, sorprendente el de Elías haciéndose obedecer de los elementos; pero mayor
aún, más admirable y más sublime es el poder que os ha concedido a Vos el
Corazón de vuestro Hijo, Jesús.
Más noble que el de los Profetas, más
duradero que el de los reyes, más sublime que el de los Ángeles, más ilimitado
que el de todos los espíritus celestiales, vuestro poder se extiende sobre todo
el mundo; una sola súplica salida de vuestros benditos labios, una sola mirada
vuestra adquiere sobre el Corazón de vuestro divino Hijo una influencia
inenarrable.
A la voz de su Madre Inmaculada, nuestro
Soberano Juez perdona nuestros pecados y cierra el abismo de los infiernos
abierto bajo nuestros pies; nos abre las puertas del Cielo, hace bajar sobre
nosotros gracias saludables y nos alcanza todos los medios necesarios para
llegar a la Patria bienaventurada de los elegidos.
He aquí lo que me mueve, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, a
acudir a Vos. El solo pensamiento de que podéis hacerme bien, me consuela y me
fortalece. Tengo motivos de esperarlo todo de una Madre que es al mismo tiempo
tan poderosa y tan buena.
LETANÍA
DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN
Señor, tened piedad de nosotros.
Jesucristo, tened piedad de nosotros.
Señor, tened piedad de nosotros.
Jesucristo, escuchadnos.
Jesucristo, oídnos.
Padre
celestial, Dios, tened
piedad de nosotros.
Hijo,
Redentor del mundo, Dios, tened
piedad de nosotros.
Espíritu
Santo, Dios, tened
piedad de nosotros.
Trinidad
Santa, un solo Dios, tened
piedad de nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, reina de la paz y de la
clemencia, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, dispensadora de los dones de Dios, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, conquistadora de los corazones, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, Madre de misericordia, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, dulce presente del Cielo, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, soberana bienhechora, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, tesorera incomparable, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, augusta Medianera, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, socorro seguro en todos los peligros, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, asistencia de los que se ven abandonados, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, madre de los huérfanos y desamparados, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, esperanza de los que desesperan, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, bendecida por todas las generaciones, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, cuya suavidad sobrepuja a la dulzura de la
miel, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, cuyos ruegos nunca desoye el Todopoderoso, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, tierra bendita que ha producido el fruto
de vida, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, azucena inmaculada cuyos suaves olores
embalsaman el universo, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, fuente misteriosa, rogad por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, asilo seguro contra todos los peligros del
mundo, rogad
por nosotros.
Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús, la más pura y la más amable de las
criaturas, rogad
por nosotros.
Dignaos
recibir nuestras alabanzas y oír nuestros votos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Que
el cielo os reverencie, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Que
la tierra publique vuestros beneficios, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Que
la juventud se abrigue bajo vuestro manto virginal, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Que
las madres os confíen sus familias, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Que
los ancianos os invoquen y os bendigan, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Convertid
los pecadores más endurecidos, ¡oh Nuestra Señora del
Sagrado Corazón de Jesús!
Triunfad
de la insensibilidad de nuestros corazones, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Haced
correr de nuestros ojos lágrimas de arrepentimiento, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Sed
nuestra armadura cuando satanás nos sitie, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dignaos
ayudarnos a santificar nuestras penas, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dignaos
bendecir y fecundizar nuestros trabajos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dignaos
guardarnos por todas partes bajo vuestro escudo, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
En
nuestras caídas no os olvidemos jamás, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dejaos
enternecer por nuestras heridas, nuestros peligros y nuestros males, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dígnese
vuestra caridad ofrecernos sus brazos por refugio, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Dígnese
vuestra compasión cubrir nuestras faltas, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dígnese
vuestra ternura jamás abandonarnos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dígnese
vuestra humildad vencer nuestro orgullo, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dígnese
vuestro amor conducirnos al Corazón de Jesús, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Dígnese
vuestra piedad asistirnos en nuestra última hora, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Dígnese
vuestro amparo protegernos en el tribunal de Dios, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Conservadnos
a nuestro Pontífice-Rey, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Conservad
la fe en la Patria que os ama, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Dirigid
a los Obispos y al Clero en el camino de la santidad, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Conservad
el primitivo fervor en las comunidades religiosas, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Proteged
a la Catolicidad contra los esfuerzos de la impiedad, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Atraed
a la Iglesia de Jesucristo a los herejes y los cismáticos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús!
Haced
brillar la luz del Evangelio ante los ojos de los infieles, ¡oh Nuestra
Señora del Sagrado Corazón de Jesús!
Cordero
de Dios que borras los pecados del mundo, perdonadnos, Señor.
Cordero
de Dios que borras los pecados del mundo, escuchadnos, Señor.
Cordero
de Dios que borras los pecados del mundo, tened piedad de nosotros.
℣. Rogad por nosotros, oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de
Jesús.
℟. A fin de que, por Vos, oh sublime esperanza de los desesperados,
seamos dignos de las promesas de Jesucristo vuestro Hijo.
ORACIÓN
Mi Dios, que habéis querido para el
triunfo de vuestra misericordia y la salvación de las almas, dar a María,
Virgen inmaculada, todo el poder que el más acendrado amor adquiere sobre el
Corazón de Jesús; concedednos por sus ruegos y su intercesión la gracia de
vivir y de morir con vuestro santo amor. Os lo pedimos por el mismo Jesucristo
Nuestro Señor. Así sea.
ACORDAOS A NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN
Acordaos,
¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!,
del
inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable.
Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra
protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de
Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el
que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los
tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos,
os lo suplicamos, los favores que solicitamos (Expóngase
aquí la gracia que se desea). No, no podemos recibir de Vos desaire
alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh
Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros
ruegos y dignaos atenderlos. Así sea.
—¡Nuestra
Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!
(3 veces).
En
el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.