Novena
compuesta por un devoto de la Santa, y publicada en la ciudad de Santa Marta
(Colombia), con aprobación eclesiástica.
COMENZAMOS: 20 de julio.
FINALIZAMOS: 28 de julio.
FESTIVIDAD: 29 de julio.
Por
la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos
líbranos,
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, crucificado por mi amor,
que habéis prometido por boca de vuestros Profetas poner en olvido las mayores
iniquidades en el momento en el que un pecador se convierta de veras a Vos y
las detestare con amargura de su corazón, postrado ante vuestra soberanía y
penetrado de más vivo dolor a la vista de las muchas culpas que contra Vos he
cometido, digo con todo mi corazón que me pesa haber ofendido a tal bondad,
solo por ser quien sois, tan digno de ser amado. Misericordia, amable Salvador
mío; recibid, Padre dulcísimo, a este hijo ingrato y rebelde que lleno de
confianza se arroja en el seno de tu misericordia y clemencia. Dadme vuestra
gracia para amaros y serviros con perseverancia constante hasta el fin de mi
vida. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Señor mío Jesucristo, que
habiéndoos suplicado Santa Marta cuando se hallaba afanada en preparar lo
necesario para obsequiaros en su casa de Betania le dijisteis aquellas palabras
misteriosas y llenas de enseñanza para la vida espiritual diciéndole: “Marta, Marta, muy cuidadosas andas y muy solícita en servirme,
pero condeno tu inquietud. Todo lo que turba el alma la entristece, y toda
indisposición del espíritu me desagrada. Es menester servirme con fervor, pero
en mi servicio jamás se ha de perder la paz del corazón”, haced pues, Divino Salvador de nuestras almas, que nosotros a imitación
de vuestra amada discípula nos aprovechemos de esta maravillosa doctrina, y que
por ella os sirvamos con un amor perfecto y con un espíritu interior, y que
santificando todas nuestras ocupaciones exteriores nos asegure la salvación,
que es el único grande negocio que nos interesa. Así lo esperamos conseguir,
dulce Jesús, por los infinitos méritos de vuestras Pasión y muerte y por los
ruegos de vuestra amada Marta, concédeme en esta novena si no se opone a
nuestra eterna felicidad. Amén.
ORACIÓN A DIOS PADRE
Dios y
Señor mío, que
enriquecisteis con tantas y tan abundantes virtudes a la bienaventurada virgen
Santa Marta, la que, conociendo a vuestro Hijo Jesús por el Mesías verdadero,
abrazando gustosamente sus doctrinas y practicando con fidelidad tus
celestiales lecciones, llegó en poco tiempo a la santidad más elevada. Os suplico, Señor, que, por los merecimientos del mismo Jesús,
nuestro Redentor, y por la intercesión de la gloriosa Santa Marta nos concedáis
los auxilios que necesitamos para acertar a agradaros en todas las acciones de
esta vida, y gozar después eternamente vuestra presencia en la Gloria,
mereciendo ahora alcanzar la gracia que solicitamos en esta novena.
Amén.
DÍA PRIMERO – 20 DE JULIO
Favorecida
discípula de Jesucristo, Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y
protectora nuestra, que oyendo los elogios que hacía el Señor de la virginidad,
y viendo lo mismo que le agradaba esta admirable virtud, muy prestante
determinaste a no admitir otro esposo que el Esposo de las vírgenes y,
renunciando a las vanidades del mundo, te dedicaste a la soledad y al retiro,
con lo que llegaste muy en breve a la perfección evangélica. Te suplico, Santa
admirable, que por los auxilios de tu meditación vivamos todos con pureza y
castidad en el alma y en el cuerpo, aborreciendo las vanidades y ricos de este
mundo materialista, para que de este modo nos hagamos dignos de la eterna
bienaventuranza.
También
imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la Majestad divina me
conceda el favor particular que ahora solicito, si conviene para el bien y
provecho de mi alma, y si no, vos, como abogada mía, enderezad y rectificad mis
pensamientos a mayor servicio de Dios. Alcanzadme una meritoria conformidad y
resignación en su santísima voluntad.
Amén.
—Rezar
tres Padres nuestros, con sus Avemarías y Glorias, y acto seguido, hacer la
petición de gracia o favor que se desea recibir.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
Emperatriz
de los Ángeles y de los hombres, dulcísima María, madre
nuestra, de quien la gloriosa Santa Marta no se apartó en el tiempo de tus
congojas y aflicciones, acompañándote al pie de la Cruz y en el sepulcro de tu
divino Hijo, asistiéndote y sirviéndote con el mayor rendimiento y respeto en
tu amargura y dolorosa soledad, te suplico, Madre de la misericordia, que por
lo mucho que aprecias a esta meritoria Santa apoyes y recomiendes los ruegos
que ella dirige en mi favor a su soberano Maestro mi adorable Redentor JESÚS HIJO TUYO,
para
que de este modo conceda la Santísima Trinidad el buen despacho que deseo en mi
soledad, si ha de ser para el bien eterno de mi alma, haciéndome en todo y por
todo, la voluntad santísima de Dios. Amén.
—Rezar una
Salve
GOZOS A SANTA MARTA
Tierna
y escogida flor,
De
Jesús esposa amada,
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
De
prosapia esclarecida
Y
ricos padres naciste,
A
Jesucristo serviste
Como
su esclava rendida:
Este
es el noble esplendor
Que
más te ilustra y agrada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Fuiste
azucena tan pura,
Que
desde la edad temprana
Pisaste
la pompa vana
Del
mundo con su locura:
Así
víctima del amor,
A
Dios quedas consagrada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
En
esta inocente vida
Maestra
de perfección,
Te
entregaste a la oración
Con
voluntad muy rendida:
Admira
tanto fervor
En
niña tan delicada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Ciego
de saña inhumana
El
judaísmo procura
Pervertir
alma tan pura
Al
saber que eras Cristiana:
Confundiste
con valor
Su
terquedad obstinada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Tu
corazón con anhelo
Es
reloj de sol divino,
Que
a todas horas muy fino
Se
sigue con propio celo:
De
aquella fragua y ardor
Sales
más acrisolada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
En
expresión amorosa
Del
que es la verdad constante,
Fue
María muy amante
Y
Marta muy oficiosa,
Cuando
el mismo Salvador
Hospedó
en vuestra morada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Lloró
el Redentor sagrado
Al
oír tu amargo llanto,
Y
de tu hermana el quebranto
Ya
Lázaro sepultado:
Fineza
de superior
Compasión
extremada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
A
su voz imperiosa
De
la muerte obedecida,
Vuelve
Lázaro a la vida
Con
novedad asombrosa:
No
pudo con más primor
Quedar
tu fe así premiada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Son
desvelos finos,
Fruto
y prueba nada escasa
Esta
iglesia y esta casa
Hospital
de peregrinos:
Seguro
tiene fervor
El
que en ella halla posada
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Desde
aquí a toda dolencia,
Flujo
de sangre, dolores,
Y
a los tristes pecadores
Se
dibuje tu asistencia:
Cesa
en fin todo temor
Luego
que eres invocada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Si
la intempestiva guerra
A
nuestra patria devora,
Por
tan grande intercesora
Logra
la paz esta tierra:
Pues
vos sois la que destierra
La
discordia y el furor.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
A
quien en lance apretado
De
la agonía te implora
Por
tu amante protectora
Oye
con propicio agrado:
Libar
a todos del horror
De
una muerte desgraciada.
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
Casta
esposa del Señor
En
tu reino coronada
Alcanzadme,
abogada,
La
pureza y santo amor.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa
Marta.
℞. Para que seamos dignos de las promesas de
Cristo.
ORACIÓN
Escúchanos, oh Dios Salvador nuestro, a fin de que la fiesta de
tu virgen Santa Marta, al mismo tiempo que regocija nuestra alma la enriquezca
con una tierna devoción. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.