martes, 25 de abril de 2023

NOVENA EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN.

 

Novena basada en las Obras de San Agustín. Puede rezarse en cualquier momento del año, pero especialmente en preparación a su fiesta litúrgica (4 de Mayo), o antes del 9 de Abril (traslación de reliquias a la Basílica de San Agustín en Campo Marzio).

   Prenda principal de las relaciones familiares es la oración y la paz en el hogar, y de ello Santa Mónica es digno ejemplo. Habiendo tenido un esposo irascible y su hijo en las redes del error, ella perseveró en la oración y las buenas maneras, logrando obtener de Dios la conversión de ambos a la Fe Católica; y desde el Cielo ella continúa intercediendo por la conversión de los errantes y la paz en los hogares.

COMENZAMOS: 25 de abril.

FINALIZAMOS: 3 de mayo.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 4 de mayo.

NOVENA EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

. Dios mío, ven en mi auxilio.

. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrezcos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

   Padre y Señor nuestro, misericordia de cuantos en ti esperan, tú concediste a tu sierva Santa Mónica el don inapreciable de saber reconciliar las almas entre sí y contigo; danos a nosotros el ser mensajeros de unión y de paz en nuestros ambientes, y el poder llevar a ti los corazones de nuestros hermanos con el ejemplo de nuestra vida.

   Tú que hiciste a Santa Mónica modelo y ejemplo de esposas, de madres y de viudas, concede por su intercesión la paz y mutuo amor a los casados; el celo y la solicitud en la educación de los hijos, a las madres; obediencia y docilidad, a los hijos; la santidad de vida, a las viudas; y a todos, el fiel seguimiento de Cristo, nuestro único y verdadero maestro. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

DÍA PRIMERO - 25 DE ABRIL

Meditación: EDUCACIÓN CRISTIANA DE SANTA MÓNICA.

   «No callaré ninguno de los sentimientos que brotan en mi alma, inspirados por aquella sierva vuestra que me dio a luz en la carne para que naciese a la vida temporal, y me dio a luz en su corazón para que renaciese a la vida eterna. No diré los dones de ella, sino vuestros dones en ella. Pues no se hizo ella a sí misma, ni se había creado a sí misma. La creaste tú (Dios), y ni su padre ni su madre sabían qué sería ella. El Espíritu de vuestro Hijo único la educó en vuestro temor, en el seno de una familia fiel, miembro bueno de vuestra Iglesia.

   No tanto mi madre alababa la diligencia de la suya por lo que hacía a su crianza, como la de una criada de casa. Por su ancianidad y por sus óptimas costumbres en la casa cristiana, era tratada con suma deferencia por sus dueños. Por ellos, con diligencia, tenía el cuidado de las hijas de los señores, y las reprendía cuando era menester con severidad vehemente y santa, y las instruía con una presencia llena de sobriedad y tacto.

   Ella, aunque se abrasasen de sed fuera de aquellas horas en que comían con muchísima templanza en la mesa de sus padres, no consentía a las hijas de sus amos beber ni agua clara. Precavía así una costumbre funesta, y añadía al veto esta advertencia sensata: “Ahora bebéis agua, porque no tenéis vino a mano; pero cuando seáis casadas, con las llaves en el cinto de despensas y bodegas, el agua os hederá, y prevalecerá el instinto de beber”.

Con este sistema de aconsejar y con la autoridad de mandar refrenaba la avidez de la edad tierna y ajustaba la sed de las muchachas a una morigerada templanza, para que no les agradase aquello que no les estaba bien» (San Agustín, Confesiones, Libro IX, 8).

ORACIÓN

   Gloriosa Santa Mónica, que soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame esta paciencia para la conversión de…

—Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria.

GOZOS EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN

 

Sé para el devoto fino,

Mónica, Madre amorosa:

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

  

En la región africana

De nobles padres naciste,

Y en su obediencia creciste,

Y de la Iglesia Romana:

Rosa entre espinas lozana

Fuiste con feliz destino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

En un continuo ejercicio

Tenía vuestra beldad

Una noble mocedad,

Pretendiendo vuestro auspicio:

En tu mano Patricio

Logró el premio a su amor fino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Obediente a tu padre,

Diste el sí con gran paciencia,

Y en premio de la obediencia

Fuiste de tal hijo Madre:

Y aunque el maniqueo ladre,

Dejará su desatino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Temiendo la perdición

De Agustín en su porfía,

Día y noche se afligía

Vuestro tierno corazón:

Lágrimas de compasión

Eran el manjar continuo.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

De tu ruego cansado,

De ti se vino a ausentar,

Que supo reverenciar

Sin saber darte enfado:

Seguiste en fin al amado

Por dilatado camino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

En busca de tu hijo,

Sin temor pasaste el mar,

Y en Milán viniste a dar,

Donde era Ambrosio norte fijo:

Que sería santo te dijo

Dios por un nuncio divino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Tanto vuestro ruego y llanto

Pudieron, que los candores

Bebió, detestando errores

Agustín, y fue gran Santo:

Si antes fue a la Iglesia espanto,

Después celador divino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

El llanto de tus ojos

Segunda vez le alumbró,

Pues el llanto le sacó

De entre heréticos abrojos:

Ellos fueron los despojos

Del triunfo más peregrino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

De tus ansias el pago

Tuviste, al verte presente

Al Bautismo, y penitente

Al que fue en la Iglesia estrago:

En el bautismal amago

Oíste el divino trino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

En premio de tal clemencia,

En un éxtasis los dos,

Os concedió el mismo Dios

Vieseis su divina Esencia:

Premio fue de la paciencia

Que fue siempre vuestro tino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Victoriosa en este suelo,

Con el triunfo conseguido,

Tu espíritu esclarecido

Cantó el Gloria en el cielo:

En Agustín el consuelo

Nos dejaste por padrino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Y pues que ya sin recelo

Ves tan cara a cara a Dios,

Ruega, Mónica, por nosotros

A Dios, que nos dé consuelo:

Que a todos nos lleve al Cielo,

Ruega, Mónica, al Dios Trino.

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

 

Sé para el devoto fino,

Mónica, Madre amorosa:

Pues que sois tan venturosa,

Madre del grande Agustino.

. Ruega por nosotros, bienaventurada Madre Santa Mónica.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACIÓN

   Oh Dios, consuelo de los afligidos y salvación de los que en ti esperan, que bondadosamente recibiste las lágrimas que la bienaventurada Madre Santa Mónica vertió por la conversión de su hijo Agustín, concédenos, por la intercesión de ambos, la gracia de llorar nuestros pecados y gustar las verdaderas alegrías del espíritu. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


NOVENA A LA SANTA CRUZ.

Novena impresa en Lima por Justo Montoya en el año 1856, con las debidas licencias. Puede rezarse en cualquier momento del año, y particularmente en preparación a las fiestas de la Santa Cruz:

—3 de Mayo (Invención por Santa Elena).

—17 de Julio (Victoria de la Santa Cruz en las Navas de Tolosa).

—14 de Septiembre (Exaltación de la Santa Cruz).

NOVENA EN HONOR DE LA SANTA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Único Dios y Señor mío, creo firmemente estar delante de tu infinita Majestad, en cuya adorable presencia tiemblan y se postran humildes todos los Ángeles y Potestades del Cielo, y por tanto también yo vuestra miserable criatura, anonadado aquí delante de Ti, te adoro y reconozco por único Dios y Señor mío; por único Criador, Conservador y Redentor mío. Así te rindo todas las gracias que puedo con todo mi corazón, con toda mi alma, por los innumerables beneficios que me has hecho hasta ahora con tanta liberalidad y amor. Sumamente me pesa, ¡oh Padre de misericordias!, de haberos correspondido tan mal con tan graves y tan repetidas culpas, teniendo sólo presente para confusión mía, que han sido ofensas contra Ti, que eres bondad infinita: propongo firmemente desde este instante nunca ofenderte en lo futuro, mediante el auxilio de tu divina Gracia, y primero morir que quebrantar tu santa Ley. Ruégote me concedas tu Santo Espíritu para poder meditar aquí en tu presencia, con fruto de mi alma y gloria tuya, en los misteriosos bienes que contiene y encierra la Cruz preciosa en que murió tu Unigénito Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, dame tu gracia y concédenos cuanto tienes prometido a los que hacen memoria de tu Pasión y Muerte de Cruz, os lo pedimos por tu Santísima Madre, por cuya poderosa medianera espero conseguir todo lo que deseo y pido para alivio y bien de mi pobre alma. Amén.

SALUTACIÓN A LA CRUZ

   Oh Cruz santa y preciosa, altar de propiciación, fuente de todas las gracias, árbol de la vida y monumento eterno de las misericordias divinas: tú eres la que has llevado este sagrado depósito, la que has recibido en tus brazos al Santo de los Santos, y la que has sido rociada con esta Sangre adorable: ¡Ah! ¿Por cuántos títulos no mereces el homenaje de mi respeto y de mi veneración? Ojalá que fueses siempre grabada en mi corazón, y que obrases en él los prodigios de aquella gracia que está depositada en ti.

. Esta señal de Cruz habrá en el cielo.

. Cuando venga el Señor a juzgarnos.

   Adórote Cruz bendita, deseada y amada de mi Señor Jesucristo, buscada y hallada en sus brazos, en sus espaldas cargada, con su preciosísima sangre bañada, de mi Señora la Virgen María acompañada, de las criaturas venerada, de la gloriosa Santa Elena buscada y hallada: por ti, ¡oh Cruz Santísima!, el mundo fue redimido, el infernal enemigo vencido, la misma muerte dominada, y contigo el Cielo fue comprado: suplico al Señor que en ti murió y fue crucificado, por la hiel y vinagre que en ti gustó, por las siete palabras que en ti habló, por las cinco llagas que en ti recibió, por las agonías, afrentas y tormentos que en ti sufrió, por la muerte cruelísima que en ti padeció, por los dolores y angustias que mi Señora la Virgen María a tus pies sintió, te suplico me alcances una humildad profunda y un espíritu obediente, para que muriendo con Jesucristo, logre también resucitar con Él por toda la eternidad. Amén.

—Un Padre nuestro y Ave María gloriado a Santa Elena, dándole las gracias por habernos descubierto este madero santo, seguido por la siguiente oración:

   Oh Señor mío Jesucristo, que te dignaste revelar a Santa Elena el lugar donde se ocultaba tu Cruz, para enriquecer por ella a tu Iglesia con este precioso tesoro, concédenos por su intercesión, que, por el precio de este vital leño, consigamos los premios de la vida eterna. Tú que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO – 24 DE ABRIL

CONSIDERACIÓN: CÓMO JESÚS RECIBIÓ LA CRUZ EN QUE HABÍA DE MORIR.

   Considera cómo pronunciado ya el decreto de muerte contra el Santo de los Santos, ya estaba preparada la Cruz, que había de ser el instrumento de su Pasión: mira a Jesús como lo apercibe, se postra delante de ella, la recibe y se dispone para llevarla. ¡Oh Cruz santa! ¡Oh Cruz preciosa! La había esperado y deseado el Redentor, y aun suspirado por ella ardientemente desde el primer momento de su vida. Se la carga sobre sus espaldas, y toma el camino del Calvario para consumar allí su sacrificio. ¡Oh dolor! ¡Oh espectáculo que aflige al Cielo, y al que sin embargo la tierra se manifiesta insensible!

  ¡Oh almas cristianas! redimidas por la Sangre de un Dios, venid, unámonos de concierto, consideremos a nuestro Rey, con aquella diadema sangrienta con que le han coronado nuestras culpas; veámosle desfallecer bajo el formidable peso de la Cruz que está cargando. ¿Más seremos insensibles al dolor que le causamos? ¿No procuraremos aliviarle sus tormentos? Ya veo a este inocente Isaac cargado con la leña de su sacrificio, conducido o arrastrado más bien hasta el lugar de su tormento. ¡Qué triste y dolorosa carrera para el Salvador! Debilitado, falto de Sangre y de fuerzas apenas puede sostenerse: cada paso que da es señalado por una caída: no hay lugar que no quede teñido con alguna gota de la corta porción de Sangre que ha quedado de sus venas: el sumo abatimiento a que se le ha reducido no sirve sino de exasperar el furor de sus enemigos. Permitidme que os acompañe, ¡oh adorable Salvador mío!, y que durante vuestro viaje al Calvario os manifieste los sentimientos de mi corazón. Amén.

—Aquí se alienta la confianza y se pide la gracia o favor que se desee recibir, y se hace este acto de caridad:

   Dios mío, Salvador mío, Redentor mío, esperanza mía, vida mía, y todas mis cosas. ¿Cómo podría yo no amaros? Sí, yo os amo, o a lo menos deseo amaros de todo mi corazón; haced que os ame únicamente por Vos mismo, y que os ame más que a todas las cosas, que no quiera a otra cosa que, a Vos, que os ame con el mismo amor con que Vos me habéis amado, que os ame sobre la Cruz, como os aman los Santos del Cielo, y que os ame toda mi vida en la tierra, para amaros después más perfectamente en la eternidad.

GOZOS EN HONOR A LA SANTA CRUZ

 

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Única esperanza

De nuestro consuelo,

Que a todo el cielo

Con firmeza afianza,

Por ti solo alcanza

El cristiano luz.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Tú eres el honor,

La gloria del mundo,

Y árbol, que fecundo

Te hizo el Salvador:

A ti todo loor,

Toda gratitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Oh árbol Sacrosanto,

El más excelente,

Donde está pendiente

El que es Santo, Santo,

Tu fruto, por tanto

Es nuestra salud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

A ti, Cruz bendita,

El género humano

Adora, cristiano,

Contempla y medita:

Gracia solicita

De tu plenitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Salve, vital leño,

Que a todos das vida,

Por quien fue vencida

La muerte y su sueño,

Vos sois el diseño

De toda virtud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Oh Cruz, cuyos brazos

Amor nos pregonan,

Y el alma aprisionan

Con sus dulces lazos,

Liberta mis pasos

De la esclavitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Oh Cruz adorable,

Cruz llena de gloria,

De misericordia

Fuente inagotable,

Hazme inseparable

De la rectitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Cordero inocente,

Tú que padeciste

Y morir quisiste

Por ser obediente,

Haz que penitente

Me goce en la Cruz.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Oh Cruz, todo honor,

Cruz, todo consuelo,

Cruz, que por modelo

Nos das al Redentor,

Haz que sea tu amor

Mi solicitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

 

Señal que se ostenta

Y ha de aparecer

En el día que ha de ser

Amargo y de cuenta,

Haz mi alma sedienta

De la beatitud.

Bendigamos, almas,

A nuestro Jesús,

Y adoremos todos

A la Santa Cruz.

ORACIÓN

   ¡Oh buen Jesús!, único amor y bien de mi alma: por aquellos dolores que padeciste en la Santísima Cruz, y señaladamente por aquella acerbísima amargura que sentiste cuando se arrancó vuestra preciosísima alma de vuestro cuerpo santísimo; os ruego Señor, tengáis misericordia de mi alma, y cuando salga de mi cuerpo, os suplico la llevéis a la gloria a gozar de vuestra presencia por toda la eternidad. Amén. 

SÚPLICA FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

   ¡Oh Santísima Cruz! ¡Oh inocente y piadoso Cordero! ¡Oh pena grave y cruel! ¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor! ¡Oh llagas muy lastimadas! ¡Oh Corazón traspasado! ¡Oh Sangre de Cristo derramada! ¡Oh muerte de Cristo amarga! ¡Oh majestad de Dios digna de ser reverenciada! Ayúdame, Señor, a alcanzar la vida eterna a la hora de mi muerte. Amén.

ALABANZAS DE SAN JUAN CRISÓSTOMO A LA SANTA CRUZ

¡Oh Cruz!, Esperanza de los cristianos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Resurrección de los muertos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Guía de los ciegos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Camino de los desesperados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Báculo de los cojos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Consuelo de los pobres. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Freno de los ricos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Destrucción de los soberbios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Pena de los que viven mal. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Triunfo contra los demonios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Vencedora del diablo. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Pedagoga de los jóvenes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Sustento de los necesitados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Esperanza de los aburridos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Gobernadora de los navegantes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Puerto de los que peligran. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Muro de los obsesos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Madre de los huérfanos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Defensora de las viudas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Consejera de los justos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Consuelo de los atribulados. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Guarda de los niños. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Cabeza de los varones. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Fin de los ancianos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Luz de los que se sientan en las tinieblas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Grandeza de los reyes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Escudo perpetuo. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Sabiduría de los necios. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Libertad de los esclavos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Filosofía de los emperadores. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Ley de los impíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Pregón de los Profetas. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Anuncio de los Apóstoles. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Gloria de los Mártires. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Abstinencia de los Monjes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Castidad de las Vírgenes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Gozo de los Sacerdotes. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Fundamento de la Iglesia. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Cautela de la redondez de la tierra. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Repulsa de ídolos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Destrucción de sus templos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Escándalo de los judíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Perdición de los impíos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Virtud de los inválidos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Medida de los enfermos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Limpieza de los leprosos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Descanso de los paralíticos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Pan de los hambrientos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Fuente de los sedientos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

¡Oh Cruz!, Protección de los desnudos. Por ti me reciba, quien por ti me redimió.

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.