Novena
basada en las Obras de San Agustín. Puede rezarse en cualquier momento del año,
pero especialmente en preparación a su fiesta litúrgica (4 de Mayo), o antes
del 9 de Abril (traslación de reliquias a la Basílica de San Agustín en Campo
Marzio).
Prenda principal de las relaciones
familiares es la oración y la paz en el hogar, y de ello Santa Mónica es digno
ejemplo. Habiendo tenido un esposo irascible y su hijo en las redes del error,
ella perseveró en la oración y las buenas maneras, logrando obtener de Dios la
conversión de ambos a la Fe Católica; y desde el Cielo ella continúa
intercediendo por la conversión de los errantes y la paz en los hogares.
—COMENZAMOS:
25 de abril.
—FINALIZAMOS:
3 de mayo.
—FESTIVIDAD VETUS ORDO: 4 de mayo.
NOVENA EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
℣.
Dios mío, ven
en mi auxilio.
℟.
Señor, date
prisa en socorrerme.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las
ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrezcos mi vida, obras
y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así
confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los
merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis
gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la
muerte. Amén.
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Padre y
Señor nuestro, misericordia
de cuantos en ti esperan, tú concediste a tu sierva Santa Mónica el don
inapreciable de saber reconciliar las almas entre sí y contigo; danos a
nosotros el ser mensajeros de unión y de paz en nuestros ambientes, y el poder
llevar a ti los corazones de nuestros hermanos con el ejemplo de nuestra vida.
Tú que hiciste a Santa Mónica modelo y
ejemplo de esposas, de madres y de viudas, concede por su intercesión la paz y
mutuo amor a los casados; el celo y la solicitud en la educación de los hijos,
a las madres; obediencia y docilidad, a los hijos; la santidad de vida, a las viudas;
y a todos, el fiel seguimiento de Cristo, nuestro único y verdadero maestro. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
DÍA PRIMERO - 25 DE ABRIL
Meditación: EDUCACIÓN CRISTIANA DE SANTA MÓNICA.
«No callaré ninguno de los sentimientos que brotan en mi alma,
inspirados por aquella sierva vuestra que me dio a luz en la carne para que
naciese a la vida temporal, y me dio a luz en su corazón para que renaciese a
la vida eterna. No diré los dones de ella, sino vuestros dones en ella. Pues no
se hizo ella a sí misma, ni se había creado a sí misma. La creaste tú (Dios), y
ni su padre ni su madre sabían qué sería ella. El Espíritu de vuestro Hijo
único la educó en vuestro temor, en el seno de una familia fiel, miembro bueno
de vuestra Iglesia.
No tanto mi madre alababa la diligencia de
la suya por lo que hacía a su crianza, como la de una criada de casa. Por su
ancianidad y por sus óptimas costumbres en la casa cristiana, era tratada con
suma deferencia por sus dueños. Por ellos, con diligencia, tenía el cuidado de
las hijas de los señores, y las reprendía cuando era menester con severidad
vehemente y santa, y las instruía con una presencia llena de sobriedad y tacto.
Ella, aunque se abrasasen de sed fuera de
aquellas horas en que comían con muchísima templanza en la mesa de sus padres,
no consentía a las hijas de sus amos beber ni agua clara. Precavía así una
costumbre funesta, y añadía al veto esta advertencia sensata: “Ahora bebéis agua,
porque no tenéis vino a mano; pero cuando seáis casadas, con las llaves en el
cinto de despensas y bodegas, el agua os hederá, y prevalecerá el instinto de
beber”.
Con este
sistema de aconsejar y con la autoridad de mandar refrenaba la avidez de la
edad tierna y ajustaba la sed de las muchachas a una morigerada templanza, para
que no les agradase aquello que no les estaba bien» (San
Agustín, Confesiones, Libro IX, 8).
ORACIÓN
Gloriosa Santa Mónica, que soportaste con
resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio y los
desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame esta
paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
GOZOS
EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN
Sé
para el devoto fino,
Mónica,
Madre amorosa:
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
la región africana
De
nobles padres naciste,
Y
en su obediencia creciste,
Y
de la Iglesia Romana:
Rosa
entre espinas lozana
Fuiste
con feliz destino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
un continuo ejercicio
Tenía
vuestra beldad
Una
noble mocedad,
Pretendiendo
vuestro auspicio:
En
tu mano Patricio
Logró
el premio a su amor fino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Obediente
a tu padre,
Diste
el sí con gran paciencia,
Y
en premio de la obediencia
Fuiste
de tal hijo Madre:
Y
aunque el maniqueo ladre,
Dejará
su desatino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Temiendo
la perdición
De
Agustín en su porfía,
Día
y noche se afligía
Vuestro
tierno corazón:
Lágrimas
de compasión
Eran
el manjar continuo.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
De
tu ruego cansado,
De
ti se vino a ausentar,
Que
supo reverenciar
Sin
saber darte enfado:
Seguiste
en fin al amado
Por
dilatado camino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
busca de tu hijo,
Sin
temor pasaste el mar,
Y
en Milán viniste a dar,
Donde
era Ambrosio norte fijo:
Que
sería santo te dijo
Dios
por un nuncio divino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Tanto
vuestro ruego y llanto
Pudieron,
que los candores
Bebió,
detestando errores
Agustín,
y fue gran Santo:
Si
antes fue a la Iglesia espanto,
Después
celador divino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
El
llanto de tus ojos
Segunda
vez le alumbró,
Pues
el llanto le sacó
De
entre heréticos abrojos:
Ellos
fueron los despojos
Del
triunfo más peregrino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
De
tus ansias el pago
Tuviste,
al verte presente
Al
Bautismo, y penitente
Al
que fue en la Iglesia estrago:
En
el bautismal amago
Oíste
el divino trino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
premio de tal clemencia,
En
un éxtasis los dos,
Os
concedió el mismo Dios
Vieseis
su divina Esencia:
Premio
fue de la paciencia
Que
fue siempre vuestro tino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Victoriosa
en este suelo,
Con
el triunfo conseguido,
Tu
espíritu esclarecido
Cantó
el Gloria en el cielo:
En
Agustín el consuelo
Nos
dejaste por padrino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Y
pues que ya sin recelo
Ves
tan cara a cara a Dios,
Ruega,
Mónica, por nosotros
A
Dios, que nos dé consuelo:
Que
a todos nos lleve al Cielo,
Ruega,
Mónica, al Dios Trino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Sé
para el devoto fino,
Mónica,
Madre amorosa:
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
℣.
Ruega por
nosotros, bienaventurada Madre Santa Mónica.
℟.
Para que
seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios, consuelo
de los afligidos y salvación de los que en ti esperan, que bondadosamente
recibiste las lágrimas que la bienaventurada Madre Santa Mónica vertió por la
conversión de su hijo Agustín, concédenos, por la intercesión de ambos, la
gracia de llorar nuestros pecados y gustar las verdaderas alegrías del
espíritu. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.