martes, 25 de octubre de 2022

NOVENA EN SUFRAGIO DE LAS AFLIGIDAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO.

 



COMENZAMOS: 25 de octubre.

 

 

FINALIZAMOS: 2 de Noviembre (DÍA DE LA CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS) Si es posible frente a la Cruz Mayor.

 

 

DÍA PRIMERO—25 de octubre.

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo y espero, a quien amo y quisiera haber siempre amado sobre todas las cosas; me pesa, sí, una y mil veces me pesa de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita; pésame también porque merecí las terribles penas del Purgatorio y ¡ay! tal vez las eternas llamas del infierno. Propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh! tenga yo, Jesús mío, la dicha de confesarme bien, enmendar la vida y perseverar hasta la muerte. Os lo pido por esas benditas Ánimas, por vuestra Sangre preciosísima y por los dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén.


ORACIÓN AL PADRE ETERNO. (Para todos los días de la Novena).

 Padre celestial, Padre amorosísimo, que para salvar a las Almas quisisteis que Vuestro Hijo unigénito, tomando carne humana en las entrañas de una Virgen purísima, se sujetase a la vida más pobre y mortificada, y derramase su Sangre en la Cruz por nuestro amor; ¿cómo? ¿dejaríais sufrir largo tiempo a esas Almas en el Purgatorio, habiendo costado tanto a Jesucristo y siendo vuestras amadísimas hijas? ¿Permitiríais fuese malograda Sangre de tan grande valor? Compadeceos, pues, de esas pobrecitas Almas, y libradlas de aquellas horrorosas llamas. Compadeceos también de la mía, y libradla de la esclavitud del vicio. Y si vuestra Justicia divina pide satisfacción por las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las obras buenas que haga en este Novenario. ¡Ay! de poquísimo, de ningún valor son, en verdad; pero yo las uno con los méritos infinitos de vuestro Hijo divino, con los dolores de su Madre santísima, y con las virtudes heroicas de cuantos justos han existido en la tierra. Miradnos a todos, vivos y difuntos, con ojos de compasión, y haced que celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de la gloria. Amén.


MEDITACIÓN.

EXISTENCIA DEL PURGATORIO.

 Punto Primero. — Es un artículo de fe que las almas de los que mueren con alguna culpa venial, o sin haber satisfecho plenamente a la Justicia divina por los pecados ya perdonados, están detenidas en un lugar de expiación que llamamos Purgatorio. Así lo enseña la santa Madre Iglesia, columna infalible de la verdad; así lo confirma la más antigua y constante tradición de todos los siglos; así lo aseguran unánimemente los santos Padres griegos y latinos, Tertuliano, San Cirilo, San Cipriano, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San Agustín, y tantos otros; así lo han definido los sagrados Concilios de Roma, de Cartago, de Florencia, de Letrán y de Trento, dirigidos por el Espíritu Santo. Y aunque la Iglesia no lo enseñase así, ¿no lo dice bastante la misma razón natural? Supongamos que sale de este mundo un alma con algún pecado venial; ¿qué hará Dios de ella? ¿La arrojará al infierno, y siendo su hija y esposa amadísima la confundirá con los réprobos y espíritus infernales? Ese repugna a la Justicia y Bondad divinas. ¿La introducirá en el cielo? Eso se opone igualmente a la santidad y pureza infinita del Creador; pues sólo aquel cuyas manos son inocentes, y cuyo corazón está limpio, subirá al monte del Señor. Nada manchado puede entrar en aquel reino purísimo. ¿Qué hará, pues, Dios de aquella Alma? Ya nos lo dice por Malaquías: La pondré como en un crisol, esto es, en un lugar de penas y tormentos, de donde no saldrá hasta que haya plenamente satisfecho a la Justicia divina. ¿Crees tú eso, cristiano? Creas o no creas, te burles o no te burles de ellos, la cosa es, y será así. Negar el Purgatorio, sólo poner en duda deliberadamente su existencia, es ya pecado grave. ¿Crees tú esta verdad, y con esa indiferencia miras tan horribles penas? ¿Crees en el Purgatorio, y con tus culpas amontonas tanta leña para arder en el más terrible fuego?

Medita un poco sobre lo dicho.

Punto Segundo. — Es también un artículo de fe que nosotros podemos aliviar a aquellas Almas afligidísima. Sí; en virtud de la Comunión de los Santos, hay plena comunicación de bienes espirituales entre los Bienaventurados que triunfan en el cielo, los cristianos que militamos en la tierra, y las Almas que sufren en el Purgatorio. En virtud de esta comunicación de bienes, podemos con mucha facilidad y mérito nuestro, bajar al Purgatorio con nuestros sufragios, y a imitación de Jesucristo, después de su muerte, librar a aquellas Almas, y alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria accidental, procurando nuevos príncipes y moradores a aquella patria felicísima. ¡Oh, admirable disposición de la Sabiduría divinal! ¡Oh! ¡qué dicha y felicidad la nuestra! Viéndose Dios obligado a castigar a aquellas sus hijas muy amadas, busca medianeros que intercedan por ellas, a fin de conciliar así el rigor de la Justicia con la ternura de su Misericordia infinita. Y nosotros somos estos dichosos medianeros y corredentores; de nosotros depende la suerte de aquellas pobres Almas. Haz, pues, amado cristiano, con fervor este santo Novenario. No faltes a él ningún día; ¿quién sabe si abrirás el cielo a alguno de tus parientes y amigos ya difuntos? ¿Y serás tan duro e insensible que les niegues este pequeño sacrificio, pudiéndoles hace rece gran favor a tan poca costa?

—Medita lo dicho un poco; encomienda a Dios las Ánimas de tu mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la gracia que deseas conseguir en esta Novena.


Ejemplo:

Entre las muchas apariciones que confirman el dogma del Purgatorio, y lo adeptos que son a Dios los sufragios que ofrecemos por los difuntos es muy notable la que tuvo el gran caudillo de los ejércitos de Dios, Judas Macabeo. Había este piadoso general derrotado a Gorgias, aunque no sin pérdida de varios soldados que murieron en la batalla, y conociendo, por las alhajas que se le encontraron ocultas en los vestidos, que habían muerto en castigo de un robo cometido en el templo de Jamnia, exhortó al ejército a que rogase por aquellos infelices. Hizo una cuestación, y reuniendo doce mil dracmas de plata, las envió a Jerusalén para que se ofreciesen sacrificios en sufragios de aquellas pobres almas. Conducta admirable, que el Espíritu Santo alabó con estas memorables palabras: Santa y saludable cosa es rogar por los difuntos, para que se les perdone el reato de sus pecados. Conducta que le alcanzó de Dios una insigne victoria, pues habiendo sucedido a Gorgias el soberbio Nicanor, y venido con un crecidísimo ejército y gran número de caballos y elefantes, la víspera cansado Judas de combinar el plan y de hacer los preparativos de la batalla, se queda dormida; cuando he aquí que se le aparecen el profeta Jeremías y el Sumo Sacerdote Onías, ya difuntos, y presentándole una espada muy preciosa, le dicen: Recibe esta espada santa como una prenda que Dios te envía: con ella abatirás a los enemigos de mi pueblo Israel. Armado con esta visión y armado con esta espada divina, embistió con un pequeño ejército al enemigo y mató a treinta y cinco mil, siendo uno de los principales el mismo Nicanor.


ORACIÓN

A Jesucristo sudando sangre en el Huerto.

¡Oh Jesús amantísimo, alegría de los Ángeles y gloria del cielo! ¡Cómo os contemplo anegado en un mar de amargura en el huerto de Getsemaní! ¡Ay!, responde San Agustín, rogabais y sudabais sangre por las horribles penas que habían de sufrir las Almas en el Purgatorio. ¡Y que no pueda yo consolaros, oh Dios mío, y regocijar a la celeste Jerusalén, librándolas de tan terribles tormentos! A lo menos aceptad, oh Padre celestial, la tristeza y agonía que Jesús sufrió por ellas y por mí. Sí; por mí está su alma triste hasta la muerte; por mi causa bajó un Ángel del cielo a consolarle; mío este sudor, mía esta Sangre preciosa que baña la tierra. Yo os la ofrezco, oh Dios de amor; aceptadla en expiación de mis culpas y sufragio de las Ánimas. Y pues es sangre de valor infinito, dejad caer una gota sobre mi corazón, y quedarán borradas mis culpas. Caiga una gota siquiera en el Purgatorio y se apagarán sus horribles llamas.

 

¡Ay!, no merecemos tan gran favor; pero muévaos el afecto con que os saludamos, diciendo cinco Padre nuestros, cinco Ave María y un Gloria Patri.


Obsequio

—En sufragio de las santas Ánimas tomar la generosa resolución de asistir al Novenario cada día, o de suplir haciendo la Novena en casa, si alguno estuviese impedido de ir a la iglesia.

 

ORACIÓN:  A LAS ÁNIMAS EN EL PURGATORIO.

Esposas muy queridas del Señor, que encerradas en la cárcel del Purgatorio sufrís indecibles penas, careciendo de la presencia de Dios, hasta que os purifiquéis, como el oro en el crisol, de las reliquias que os dejaron las culpas; ¡con cuánta razón desde aquellas voraces llamas clamáis a vuestros amigos pidiendo misericordia! Yo me compadezco de vuestro dolor, y quisiera tener caudal suficiente para satisfacer deuda tan crecida; y aunque más pobre que vosotras mismas, os ofrezco y aplico cuantas indulgencias pudiere ganar en este día, y cuantas obras de supererogación hiciere durante (diga el tiempo que quiera), a excepción de aquellas que por alguna necesidad particular aplicare. Pero siendo tan pobres mis méritos para satisfacer por vosotras a la Justicia Divina, apelo a la piedad de los Justos, a los ruegos de los Bienaventurados, al tesoro inagotable de la Iglesia, a la intercesión de María Santísima y al precio infinito de la sangre de Jesucristo. Conceded, Señor, a esas pobres Ánimas, sobre todo al alma de N. N., el deseado consuelo y descanso. Pero confío también, Almas agradecidas, que tendré en vosotras poderosas medianeras que me alcancen del Señor gracia con que deteste mis culpas, adelante en la virtud, sojuzgue mis pasiones y llegue a la eterna bienaventuranza. Amén.



NOVENA A LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO.

 



MODO DE HACER BIEN ESTA NOVENA EN PARTICULAR.


El que durante el Novenario no pudiere asistir a la iglesia, o quisiere en otro tiempo hacer esta novena en casa:

—Póngase ante alguna imagen de nuestro Señor Jesucristo o de su dolorosísima Madre tomándola por protectora de esta novena, a fin de alcanzar por sus méritos contrición de las culpas y compasión de las penas que padecen las benditas ánimas del Purgatorio.

—Todas las mañanas tenga especial cuidado de ofrecer a Dios sus obras, penas y trabajos en sufragio suyo.

—Oiga Misa, si puede, todos los nueve días y si estuviere impedido de asistir a los sermones, lea y haga con atención en casa la meditación que corresponde al dia.

—No pase distraído estos días como los demás del año, antes bien esmérese en guardar más recogimiento, absteniéndose de visitas y conversación frívolas, y haciendo algunas otras buenas obras a más de las acostumbradas.

—Haga alguna ligera mortificación cada dia, y sobre todo absténgase de toda culpa, aunque sea venial, cometida voluntariamente.

—No olvide el principal sufragio que reclaman las almas, y la suya en particular, que es una confesión y comunión la más fervorosa que se pueda.

—Repase la vida pasada, mire si desde la última confesión general habría ocultado algún pecado grave, o hecho de otro modo alguna confesión sacrílega; y si así fuese, no se contente con hacer una confesión ordinaria, haga una que abrace todos los malos hábitos y pecados cometidos desde la última confesión general.

—Examine atentamente cuál es su pasión dominante; es decir, la que forma la principal materia de casi todas las confesiones, y haga una muy seria resolución de extirparla, porque si te condenas, amado cristiano, esta pasión será la causa de tu condenación.


NOTA. El que ni sepa leer, ni tenga quien, le lea la meditación, puede hacer la novena, rezando cada dia cinco Padre nuestros y cinco Ave Marías a las cinco llagas de Jesús, y, siete Ave Marías a los siete dolores de su santísima Madre, pidiéndola alivie las penas que padecen las Ánimas del Purgatorio. 


OBRAS.


De gran alivio para las Ánimas del Purgatorio y de mucho mérito para nosotros.


1* Hacer todos los años esta novena.

2* Celebrar misas, o mandarlas celebrar y oirías.

3* Comulgar con fervor ya espiritual, ya sacramentalmente.

4* Visitar al santísimo Sacramento y rezar la estación de la Bula.

5* Hacer un rato de oración mental, meditando con especialidad en la muerte y pasión de nuestro Señor Jesucristo.

6* Andar el Vía-Crucis, llevar el Santo Escapulario, etc.

7* Rezar el santo rosario, la corona de los Dolores, los salmos Penitenciales, cinco Padre Nuestros a las cinco llagas y otras oraciones vocales.

8* Sufrir con resignación las penas, humillaciones, dolores y trabajos de esta vida.

9* Practicar alguna mortificación corporal (con licencia de un sabio director), y sobre todo refrenar o mortificar los sentidos.

10* Hacer limosnas y otras piadosas obras de misericordia.

11* Olvidar las injurias y perdonar a los enemigos por amor de Dios. 



SUMARIO.


De las indulgencias que los sumos Pontífices acostumbran conceder a la cofradía de Animas canónicamente establecidas.



INDULGENCIAS PLENARIAS.



1* A todos los fieles en el dia de su ingreso en la Cofradía.

2* En un dia cualquiera de la Novena.

3* En la fiesta principal o tutelar de la iglesia en que se halla establecida la Cofradía.

4* En la hora de la muerte, invocando, no pudiendo con la boca, al menos con el corazón, el dulce Nombre de Jesús.


   Esta última se concede a todo fiel contrito, aunque no pudiese recibir Sacramento alguno: para ganar las otras es necesario recibir los santos Sacramentos de Penitencia y Eucaristía, y visitar la iglesia orando un corto espacio de tiempo por la intención de Su Santidad.



INDULGENCIAS PARCIALES.



1* Siete años y siete cuarentenas de perdón en los tres días del año que hubiere señalado el Ordinario, contando desde las vísperas primeras hasta que se hubiere puesto el sol en dichas fiestas, y practicando lo que acabamos de decir.

2* Sesenta días de indulgencia por cada vez que asistieren los Asociados a las misas, cesiones, oficios y reuniones de la Cofradía, como también por cualquier obra de misericordia espiritual o corporal que ejercitaren.

3* Las misas celebradas por un Cofrade de difunto en la iglesia de la Cofradía, gozan del mismo privilegio que si se dijesen en el altar privilegiado; esto es, que se saca alma del Purgatorio.


domingo, 23 de octubre de 2022

NOVENA COMPLETA A CRISTO REY.


 

Adaptación de una novena de autor desconocido. Los Gozos fueron compuestos por el padre José Bau Burguet en 1928.

 

COMENZAMOS: 23 de octubre.

 

FINALIZAMOS EN SU FESTIVIDAD “TRADICIONAL”: 31 de octubre.

 

 

La Novena a Cristo Rey se reza nueve días antes de la Fiesta de Cristo Rey, y también puede ser rezada en cualquier época del año.

 

—SE CELEBRA EL ÚLTIMO DOMINGO DE OCTUBRE.

 

   Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Padre amoroso, Criador y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas, me pesa, Dios mío, pésame en el alma de haberos ofendido por ser Vos tan bueno, tan justo, y digno de ser siempre amado; y propongo ayudado de vuestra divina gracia de enmendarme, y de confesar todos mis pecados, perseverando en vuestro santo servicio todo el tiempo de mi vida. Amén.

ORACIÓN INICIAL

¡Oh Jesús! Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciando a Satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en vuestro querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las familias de las Gentes disgregadas por la herida del pecado se sometan a su suavísimo imperio. Que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

 



DÍA PRIMERO —23 de octubre.

“¿A quién buscáis? – ¿A Jesús Nazareno? Yo soy”

   Señor y Rey nuestro: siempre dejas que te descubra tu amor, aun cuando tus criaturas tan amadas por Ti, te busquen para martirizarte. Sabiendo que Tú eres Jesús Nazareno, te buscamos hoy de nuevo para prenderte otra vez, mas no con cadenas y cuerdas, sino con nuestras miserias y nuestros amores, pues sabemos es lo que más ata y sujeta tu misericordioso y amante Corazón, y así preso por amor, conducirte en triunfo al trono que te han formado los corazones amantes, para que empieces tu reinado de misericordia y amor en la tierra. Amén.

 Obsequio: cumplir con fidelidad mis obligaciones por ser lazos de amor que me unen con Jesús.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


ORACIÓN FINAL.

Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra, reino de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.

Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.

Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, toda misericordia, con tus hijos, toda miseria. Amén.

San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.

 

GOZOS EN HONOR A CRISTO REY

 

Gloria canta, prez y honor

A Jesús la humana grey:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Cantad himnos de victoria,

Hombres y Ángeles unidos;

Todos de amor encendidos,

Cantad al Rey de la gloria.

Siglos todos de la historia,

Aclamadle triunfador:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Gloria a Ti, Jesús amado,

Rey de nuestros corazones,

Árbitro de las naciones,

En tierra y cielo adorado.

Gloria al Corazón sagrado

De nuestro Dios y Señor:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Viva el Cristo verdadero,

Al Padre consubstancial,

Rey de reyes inmortal,

Juez, Maestro, Medianero.

Viva de Dios el Cordero,

Nuestro dulce Redentor:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

No quiso el pueblo judío

Tener por rey a Jesús,

Y le puso en una cruz

En su loco desvarío.

Rey eres, oh Cristo mío,

A los reyes superior:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Contemplad, fieles cristianos,

En la cruz a Cristo nuestro;

Ved su Corazón abierto,

Traspasados pies y manos,

Y rey aclamadle ufanos,

De la muerte vencedor:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Ven, Jesús, reina en el mundo

Por tu dogma, por tu ley;

Ven pronto, sé nuestro Rey,

Rey de amor, Rey sin segundo,

Y extirpe tu amor profundo

Todo vicio, todo error:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

Reina en las artes y ciencias,

En las letras, en las leyes,

Los vasallos y los reyes,

Los sentidos y potencias;

Reina en todas las conciencias,

Oh Rey pacificador:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

  

Ven pronto, Jesús divino,

Rey de la tierra y el cielo,

Nuestra luz, nuestro consuelo,

Vida, verdad y camino;

Veloz ven, Amante fino,

De los padres el Mejor:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

   

Reina en mí, Cristo Jesús,

Paz y bien del alma mía;

Mi Dios de la Eucaristía,

Mi Dios que murió en la Cruz.

A los reinos de la luz

¿Cuándo volaré, Señor?

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

   

Oh Jesús, mi dulce encanto,

Hijo de la Virgen Madre,

A Ti gloria, gloria al Padre,

Gloria al Espíritu Santo.

Gloria al Rey paciente y santo,

Al amable Salvador:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

   

Gloria canta, prez y honor

A Jesús la humana grey:

¡Viva, viva Cristo Rey!

Reina en mí, Dios del amor.

 

℣. Bendecid vuestro pueblo, oh Jesús Rey; gobernadnos y protegednos.

. Vivid y reinad en nuestros corazones y en los corazones de todos los hombres.

ORACIÓN

Omnipotente y sempiterno Dios, que, en tu amado Hijo, Rey universal quisiste restaurarlo todo: concédenos propicio que todos los pueblos, disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.



DÍA SEGUNDO —24 de octubre.

Por la señal...

Acto de contrición, Oración Inicial y el de todos los días.