lunes, 23 de octubre de 2023

PEQUEÑA NOVENA. En honor de la Santa Virgen: MARGARITA MARÍA de ALACOQUE.

 

Adaptación de la Novena dispuesta por un sacerdote de la Diócesis de León (Guanajuato), la cual Mons. Tomás Barón y Morales, Obispo de León, aprobó mediante decreto del 4 de Octubre de 1886, y concedió 40 días de Indulgencia por cada oración que la compone.

COMENZAMOS: 8 de octubre.

FINALIZAMOS: 16 de octubre.

FESTIVIDAD: 17 de octubre.

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN.

está compuesto con frases armadas de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque.

   ¡Dios mío! al considerarme tan pecador, Tan mezquino y despreciable, me admiro con frecuencia de que la tierra no se abra bajo de mis pies para tragarme a causa de mis grandes pecados, que no me dejarían esperar más que castigos, si Vos no fueseis tan misericordioso. ¡Tened piedad, tened piedad de mí, Señor! ¿No sois omnipotente para curarme?, ¿Vos, que sois el remedio soberano de todos mis males? Yo espero que nuestro divino Corazón sea para mí una fuente inagotable de misericordia.

   Yo os amo, y quiero amaros sobre todas las cosas, y con todas mis fuerzas y potencias; detestando todo pecado, y esperando que, puesto que soy todo vuestro, por haberle dado la vida en la cruz, a costa de tantos dolores, tendréis piedad de mi flaqueza y miseria, y no permitiréis que me pierda.

   Bien veis, Señor, que yo no tengo con que pagaros; consiento en que me arrojéis a una prisión, con tal que ella se vea en vuestro Sagrado Corazón; y cuando yo esté allí, tenedme bien cautivo, ligado con las cadenas de vuestro amor, hasta que os haya pagado todo lo que os debo; y como esto no lo podré hacer jamás, así también, deseo no salir nunca de esa prisión. Amén.

ORACIÓN INICIAL - PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA

   Adorable Trinidad, os damos gracias por todos los favores con que os dignasteis enriquecer a vuestra sierva la Bienaventurada Margarita María, y por intercesión de la misma os pedimos las gracias que deseamos conseguir en esta Novena.

   Padre Eterno, yo os ofrezco el Corazón de Jesús, vuestro Hijo muy amado, como se os ofrece Él mismo en sacrificio. Recibid por mí esta ofrenda juntamente con todos los afectos y movimientos de ese Corazón Sagrado. Son todos míos, puesto que se inmola por mí, y no deseo tener en adelante más deseos que los suyos. Recibidlos en satisfacción de mis pecados y en acción de gracias por todos vuestros beneficios. Recibidlos para que por sus méritos nos concedáis a todos las gracias que necesitamos durante la vida y especialmente la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y de alabanza que ofrecemos a vuestra divina Majestad, porque sólo por el Corazón de Jesús sois honrado y glorificado dignamente. Amén.

 —Rezar un Credo por la conversión de los pecadores.

DÍA PRIMERO —9 de octubre.

ORACIÓN

   ¡Salve gloriosa Margarita María! Nosotros reverenciamos tu inocente niñez, en que, por una disposición admirable de la Providencia Divina, no tuviste otro pensamiento ni otro amor que el de Dios, consagrándote a él con voto de castidad desde la tierna edad de cuatro años, aun sin comprender lo que era voto ni lo que era castidad; pero sintiéndote a ello suavemente impelida por la gracia del Señor. Dígnate, como te lo suplicamos, alcanzar a los niños la conservación de la inocencia, y a nosotros todo el honor al pecado y el espíritu de penitencia para borrar con nuestras lágrimas todos los que hemos cometido. Amén.

—Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

MEDITACIÓN DE LOS ESCRITOS DE LA SANTA

«Nuestro Señor Jesucristo quiere retirar muchas almas de la perdición eterna, pues este Divino Corazón es como una fortaleza y un asilo seguro para todos los pobres pecadores que quieran refugiarse en él, y por este medio librarse de los golpes de la divina Justicia que, justamente indignada contra los culpables, caería sobre ellos como un torrente impetuoso a causa de los crímenes con que irritan su cólera divina.

   Una cosa me consuela mucho, y es la esperanza que tengo de que, en compensación de las amarguras que este Divino Corazón sufrió en los palacios de los grandes durante las ignominias de su Pasión, esta devoción será recibida de ellos con magnificencia, andando el tiempo. Y cuando yo le presentaba con este fin mis humildes súplicas, pareciéndome esto muy difícil de obtener, me parecía oír estas palabras: “¿Crees tú que pueda yo hacerlo? Si lo crees, verás el poder de mí Corazón en la magnificencia de mi amor”. Y a medida que veo dichosos progresos: “¿No te he dicho que, si puedes creer, verás el efecto de tus deseos cumplidos?”. Yo no sirvo sino de obstáculo por lo cual desearía salir de esta vida, aunque no ceso de aplicar al solo interés de la gloria de este Sagrado Corazón todo el bien que puedo hacer, y cuanto se hace por mí. Me da tales impulsos de reconocimiento por manifestarse así, que quisiera deshacerme en acciones de gracias. Este es un abismo de bienes, donde debemos perdernos para no gustar ya de ninguna cosa de la tierra». (Carta)

CONSEJO PRÁCTICO: «Debéis mirar siempre vuestra alma como un santuario donde Dios habita: ved por qué debéis evitar mancharla con ninguna falta».

MAXIMA DE LA SANTA: ¡Todo en Dios y nada en mí! ¡Todo á, Dios y nada a mí! ¡Todo para Dios y nada para mí!

ORACIÓN A SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

   ¡Oh Santa Margarita María, que por una especial predilección fuisteis escogida de Dios para propagar la devoción y culto del Sacratísimo Corazón de su Hijo Santísimo! Por el encendido amor que os infundió el Espíritu Santo hacia el Divino Corazón de Jesús, por las grandes contradicciones y trabajos que sufristeis en llevar a cabo vuestra empresa, por los méritos eminentes y corona inmortal con que os halláis dichosamente adornada en la gloria, os suplico me alcancéis del Señor un amor ardiente, tierno y constante al Sagrado Corazón de Jesús, y que a imitación vuestra se haga mi corazón semejante al suyo; y que recibiendo copiosamente sus influencias, me consagre del todo a su amor y servicio y viva sólo para El, y muera en el seno de su amor, a fin de que mi alma pase a glorificarle eternamente en el cielo en vuestra compañía. Amén.

—Ahora se hará la petición, alentando la confianza de conseguir lo que se desea por intercesión de esta gloriosísima Santa, a quien su divino esposo Jesús ofreció no negar cosa que ella le pidiese.

GOZOS EN HONOR DE LA BIENAVENTURADA SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

Un divino mercader

¡Oh Margarita!, te vio,

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Borgoña te dio la cuna,

De lo que hoy se gloría,

Y aplaude con alegría

Su verdadera fortuna:

Y Jesús desde el primer

Crepúsculo te miró.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Desde tu infancia primera

Te muestras santa futura,

Siempre te conservas pura

Y hermosa cual primavera:

Y Jesús, que quiere ser

Tu esposo, te regaló.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Las hijas de Santa Clara

Cuidan de tu educación,

Recibes la Comunión

Con la devoción más rara:

Y Jesús para crecer

En el fervor te auxilió.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Mundo, demonio y natura

Te declaran guerra fuerte,

Más la gracia a socorrerte

Acude con gran premura:

Jesús te ha de sostener

Si tu fervor desmayó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Tu buena madre engañada,

Víctima de su candor,

Contigo sufre el rigor

De vivir esclavizada:

Te ve Jesús padecer,

Y tu paciencia le agradó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

   

La Madre del Salvador,

Que es de vírgenes modelo,

Te amo y cuidó con gran celo;

Tú respondiste a su amor,

Y Jesús, que con placer

Tal devoción observó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

La cruel flagelación

A tu vista se presenta,

Y una escena tan sangrienta

Te derrite en contrición:

Viendo a Jesús padecer,

Cruces pides, y te oyó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Te hace el Salvador oír

La divina vocación

Con que a la Visitación

Te llama; quieres partir:

¡Cuánto tienes que vencer!

Mas al fin Jesús triunfó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

La profesión religiosa

Haces, ¡y con qué fervor!

Y las glorias del Tabor

Jesús concede a su Esposa:

Tú prefieres padecer

Porque Jesús padeció.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

 

En oración recogida

Ves al Salvador radiante,

Y su Corazón amante

Te descubre por la herida:

Te sientes desfallecer,

Mas Jesús te confortó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Lamentase el Salvador

De que el hombre fementido,

Ingrato y desconocido

Se muestra a su fino amor:

Tú Víctima quieres ser,

Jesús por tal te aceptó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

En la dilección más pura

Tu corazón se abrazaba,

Del de Jesús imitaba

La humildad y la dulzura:

Desprecios quieres beber,

Y Jesús tu sed sació.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

 

El Salvador te destina

A instalar la devoción

De su dulce Corazón,

Pues eres su amante fina:

Tu humildad te hace temer,

Pero Jesús te animó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

 

Con tus novicias empiezas

A plantear tal devoción,

Y Jesús con profusión

Ostenta nuevas finezas.

Satán ruge... estremecer

Hace... mas Jesús llegó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Al Corazón del Amado

Deseas verle reinar,

Y el mundo entero abrasar

En aquel fuego sagrado:

Que Jesús vino a prender

Cuando a la tierra bajó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Para ti es muerte el vivir,

Pues estás de amor herida,

Y para gozar la eternal vida

Solo ansías por morir:

Ves a Jesús descender,

Y de gloria te coronó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

¡Oh rico y precioso don

Que a sus hijas San Francisco de Sales

¡Predijo!; de amor raudales

Brotan de este Corazón;

Ven de esta fuente a beber,

Grey santa que Dios juntó.

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

  

Un divino mercader

¡Oh Margarita!, te vio,

Y su Corazón te dio

Para el tuyo poseer.

. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Margarita María.

. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

   Oh Señor Jesucristo, que admirablemente revelaste las inescrutables riquezas de tu Corazón a la bienaventurada Virgen Santa Margarita María, concédenos por sus méritos e imitación, amarte en todo y por sobre todas las cosas, para que merezcamos tener nuestra morada en tu mismo Corazón. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén