Novena dispuesta por el Bachiller
Miguel Ignacio de Luque
Montenegro, del Obispado de Puebla
de los Ángeles, y reimpresa en esa
misma ciudad por la oficina de D.
Pedro de la Rosa en 1793.
COMENZAMOS 7 de julio.
FINALIZAMOS:15 de julio.
FESTIVIDAD: 16 de julio.
NOVENA AL
ESCLARECIDO OBISPO Y MÁRTIR SAN ATENÓGENES Y SUS DIEZ COMPAÑEROS, HECHA PARA
EXTENDER SU DEVOCIÓN ENTRE LAS ALMAS DEVOTAS QUE TUVIEREN LA DICHA DE VALERSE
DE SU PATROCINIO
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, en quien creo, a quien adoro,
bendigo y alabo, en quien espero y confío, me pesa, dulce bien de mi corazón,
de haberos ofendido; me arrepiento, luz de mis ojos, de haber pecado, mi alma
se llena de amargura, acordándose del tiempo que no os serví: ¡Que de Vos estuve apartado, sumo Bien, y último fin de
mi voluntad! ¡Qué locura fue la mía! ¡Que ceguedad tan desastrada! ¡Yo enemigo
vuestro y tu Amigo mío! ¡Yo ofendiéndoos y Vos amándome! ¡Yo huyendo de Vos y
Vos buscándome! ¿En dónde estaba mi juicio?
¿En qué pensaba cuando tales desacatos cometí? Ea, centro de mi Alma, ya
yo vuelvo a Vos arrepentido, y con resolución magnánima de empezar desde ahora
a morir al Mundo y a mí solo, para vivir en Vos y con Vos, que sois mi vida de
mi alma. Amante Dueño de mi corazón, ¿todavía estás
enojado? No, luz de mis ojos, desenójente las lágrimas que lloro,
desagráviente los suspiros que exhalo, y muévante los gemidos que salen de mis
entrañas. Quisiera que todos los huesos de mi cuerpo se convirtieran en brazas
de fuego, para que mi corazón ardiera en el fuego de tu amor: ¿Quieres que haga aquí esto? ¿Qué quieres hacer de mí?, porque
estoy resuelto a resignar mi voluntad en la tuya amorosísima, con firme
propósito de buscarte hasta hallarte, y con la esperanza de hallarte para
gozarte en íntima, estrecha y mutua unión de amor. ¡Oh
Amor mío! Perdóname, ten misericordia de mí, y dame
tu gracia para que persevere en tu amistad, hasta gozarte, alabarte y amarte
para siempre en la Gloria. Amén.
DEPRECACIÓN A MARÍA
SANTÍSIMA
Soberana
Emperatriz del Cielo, Madre del Verbo Eterno, Madre de Misericordia, Madre de
los desamparados, y por eso Madre mía, rendido humildemente a tus pies,
humilde y confiado, vengo buscando en tu protección el amparo, en tu
Misericordia el remedio, y en tu piedad el consuelo. Yo te ofrezco el corazón,
la vida, el aliento, el alma, las potencias y sentidos, y te suplico me
ilustres la fe, animes mi esperanza y me enciendas en la caridad, arraigando en
mi la resignación, humildad, la paciencia, el silencio y la obediencia, con el
santo Temor de Dios. Recibe Madre de Clemencia, los pobres
ejercicios de esta novena, para siendo del agrado de Dios nuestro Señor, y en
honra del Gloriosísimo San Atenógenes, consigamos favorable despacho a nuestras
peticiones, para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor. Amén.
DÍA PRIMERO – 7 DE JULIO
CONSIDERACIÓN
Considera
cómo la propagación de la fe, hermosura de la Iglesia militante, y dilatación
del Santo Evangelio, que plantó Cristo nuestro Señor con la Sangre de sus
venas, lágrimas de sus ojos, el sudor de su rostro, y regando la tierra nueva, que es la Iglesia,
la fundó y estableció con los Cedros del Líbano que son los Apóstoles, y la
hermoseó con las Rosas de Jericó, que son los mártires, los nardos y jazmines
fragantes, que son los pontífices y confesores, los cárdenos y morados lirios,
que son los anacoretas, cenobitas, monjes, penitentes y solitarios, las
cándidas azucenas, que son las vírgenes, y tanta hermosura de flores y plantas,
que son los estados que fecundan y fertilizan el pensil evangélico: sacas
de aquí un ánimo firme y constante de vivir y morir, debajo del estandarte de
la fe, agradeciendo a Dios nuestro Señor, el beneficio que te ha hecho en
traerle, sin merecimiento tuyo, a la congregación de los fieles cristianos,
amándote con la luz de la fe, para resistir la invasión de los tiranos enemigos que pretenda
devorarme.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Padre
amorosísimo, que con los raudales de tu Preciosísima Sangre, fecundaste el
Jardín florido de la Iglesia militante, para pasar de ella a la Triunfante, a
los que fuertes en la fe legítimamente pelearen: Nosotros
te rogamos que enciendas en nuestros corazones, un deseo ardiente de que todos
los gentiles, bárbaros, infieles, idólatras y herejes, y todas las almas que
están en tinieblas, y se sientan en las sombras de la muerte, dirijan sus pasos
por el camino de la luz, para que todos santifiquen tu dulcísimo Nombre, y por
la intercesión del Glorioso San Atenógenes, te suplicamos nos armes con el
escudo de la fe, para alabarte, adorarte y bendecirte en esta vida, y después
gozarte en la otra. Amén.
—Se rezan
tres Credos.
ALABANZAS A SAN
ATENÓGENES
Sois
alabado y bendito
En
la corte de los Santos,
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Tus
grandes virtudes marcaron
En
el tiempo y en la historia,
Pues
fue sagrada tu gloria
Al
peso de Filomares.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Esta
vil te torturó
Con
mala e inicua asechanza,
Y
por eso en tu alabanza
Himnos
el mundo cantó.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
El
bárbaro Diocleciano
Del
mundo te arrebató,
Y
tu cuerpo destrozó
Como
traidor inhumano.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Alabado
sea tu nombre
Atenógenes
bendito,
Y
que tu nombre sea escrito
En
la frente de cada hombre.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Cual
rosas de Jericó
A
mil mártires formaste,
Pues
a todos conquistaste
Que
para eso Dios te crio.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Alabado
sea este santo
Qué
triste y enflaquecido,
Y
contrito y conmovido
Sufrió
el más duro quebranto.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Entre
los viles sayones
Fuiste
a un triste monasterio,
Por
mandato de un imperio
Lleno
de difamaciones.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Como
devorantes fieras
Tu
cadáver destrozó
Y
más te martirizaron
Por
ser cristiano de veras.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
Alabado
sea tu nombre,
Santo
digno de ser honrado,
Que
tu nombre venerado
A
todo el mundo le asombre.
Porque
entre duros quebrantos
Venciste
al genio maldito.
ÚLTIMA ORACIÓN
Señor San
Atenógenes, por los innumerables beneficios que el Señor te concedió en
el largo transcurso de tu vida, y por los Prodigiosísimos milagros que por todo
el mundo hiciste, te suplico que seas mi medianero para con
su Divina Majestad, a fin de alcanzar una tranquila y feliz muerte, y que al
implorar tu santo nombre te acompañe la familia Sagrada de Jesús, María y José,
en unión de mi glorioso Patriarca San Camilo de Lelis, abogado eficaz para la
hora de la muerte. Oh glorioso San Atenógenes, no olvides que mi alma se
encomienda con todas veras de mi corazón.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 8 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera
cómo este siervo de Cristo, y verdadero imitador del Divino Maestro, cuando el
temor de las amenazas, el rigor de las cadenas y el espanto del tirano le
pudiera poner temor, miedo, cobardía y flaqueza, la esperanza cierta, la
confianza segura y la protección heroica les infundía ánimo, les llenaba de
esfuerzo y les aumentaba de fortaleza. Sacas de aquí unos deseos muy
ardientes de padecer trabajos, sufrir persecuciones, tolerar el trato con las
criaturas, llevar con paciencia las enfermedades, y en las oscuridades,
desolaciones y sequedades de la oración, resignarse perseverando constate, con
la esperanza cierta y la confianza segura de que es camino de las cruces la
senda de la gloria.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Rey
Omnipotente del Cielo y la tierra, que, con guerrerosísima liberalidad,
prometes premios eternos a las almas que confían tu bondad, y les das esfuerzo
y fortaleza en los trabajos de esta vida: nosotros te suplicamos, por la
intercesión de tu valeroso mártir San Atenógenes, nos concedas que venga a
nosotros tu Reino y tu gracia, para perseverar en los buenos propósitos,
constancia en el santo temor, y valor para resistir las tentaciones de nuestros
enemigos. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 9 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera los maravillosos efectos que causa
en el alma, herida del divino amor, el encendido dardo de la caridad, prioriza
tanto el ánimo que lo hace amantemente atrevido, santamente osado, y
generosamente suelto, apetece como dulce las prisiones, como sabrosos los
tormentos, por honrar los ultrajes, y por lauros las afrentas. Sacarás
de aquí un propósito magnánimo de sufrir desprecios, tolerar desaires,
disimular impertinencias, y con alegría de corazón, gozarte en padecer
agradecida para amar a Dios determinadamente.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Omnipotente
Señor, que, derramando tu Preciosísima Sangre, redimiste al mundo, y por su
infinito amor que a los hombres tienes, le pusisteis todas las cosas a sus
pies, para que te sirva, y para que te amé. Nosotros te rogamos, que
arrojes en nuestros corazones una centella de ese dulcísimo amor, para que
abrazados en suaves incendios, te amemos sobre todas las cosas, queriendo antes
perder la vida, la honra, los bienes y cuanto hay entre nosotros, que
apartarnos un punto de tu santísima voluntad, y por la intercesión del glorioso
San Atenógenes, te pedimos, imprimas en nuestras almas, deseos grandes de hacer
tu voluntad acá en la tierra, con el gozo, amor, obediencia y alegría con la
que lo hacen los santos y ángeles en el cielo. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 10 DE
JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera que mientras más abrasada la
voluntad en el amor de Dios, se derrama y difunde en el amor del prójimo,
porque como la caridad es paciente, benigna, afable y dócil, no es engreída, no
es ambiciosa, no se irrita, no se enoja, no juzga mal, todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, y así fácilmente se compromete con el prójimo, hace
propio los trabajos ajenos, participa sus bienes a los otros, perdona las
injurias, gozase con los que se gozan, llora con los que lloran, a todos los
quiere bien, y a ninguno quiere mal. Sacarás de aquí muchos motivos
de amar al prójimo, porque si bien lo ponderas, hallarás que no hay virtud
verdadera sin verdadero amor de Dios y del prójimo.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Pastor
amoroso, dulce imán de los corazones, que por el infinito amor que nos tienes,
es tu voluntad el que nos amemos unos a otros con ardientes deseos de
agradarte; concédenos Señor, gracia para que con amor
puro, bien ordenado, y recta intención, amándote a ti sobre todas las cosas,
nos amemos unos a otros en ti, por ti y para ti, y por la encendida caridad que
San Atenógenes tuvo con sus discípulos, animándolos, fortaleciéndolos, y acompañándolos
en sus tribulaciones, acordándoles las promesas del banquete celestial,
dándoles el pan sabroso y sustancial de sus doctrinas, te pedimos que nos
concedas el pan nuestro de cada día, para que con la luz de tu doctrina, y
verdaderas enseñanzas nos dispongamos para recibirte sacramentado, y merezcamos
la felicidad de gozarte en la vida eterna. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 11 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera cómo el desconcertado gobierno de
este mundo, ignorantemente ciego, pone debajo de dosel la soberbia, y entre
prisiones a la humildad, lisonjera y aplaude al vicio, desprecia y denigra a la
virtud, a la culpa coloca en el trono, y a la inocencia apremia en la cadena, a
la ignorancia autoriza y a la sabiduría desacredita. Alma
abre los ojos al desengaño, para que, poniendo el corazón a los bienes de esta
vida, no temas los males del mundo, aspira los bienes eternos que son bienes
verdaderos, y no quieran los temporales, que son engañosos.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Redentor
Soberano de nuestras almas, que en el Ara de la Cruz derramaste tu Preciosísima
Sangre, pidiendo a tu Eterno Padre por los que te perseguían, para enseñarnos a
nosotros, tus discípulos, que hagamos bien a los que nos persiguen, y bebiendo
de ese cáliz tus escogidos, se fortalezcan y animen a padecer. Te
rogamos Señor, que nos concedas los auxilios de tu gracia, para llevar con
paciencia los trabajos, y por aquella caridad con que constantes en los
tormentos los diez discípulos de San Atenógenes, pedían por los que los
atormentaban, te pedimos que perdones nuestros pecados, así como nosotros
perdonamos a todos los que nos hubieren ofendido en lo espiritual o temporal,
para que todos unidos te sirvamos en la tierra, y vayamos a gozarte en el
cielo. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 12 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera
cómo algunos hechos heroicos de los Santos, son para alabaros más que para
imitaros, porque no tenemos el instinto de las Gracia, y las influencias del
Espíritu Santo, que ellos tuvieron, pero bien podemos imitarlos en aquellas
obras que, con los auxilios de la gracia, nos son posibles. Procura reprender
tu tibieza a vista de las maravillas que en los siervos del Señor se admiran,
que, si tu dispusieres, y empezaras con el fervor y ánimo que ellos empezaron,
acabarlas como acabaron, porque el Señor a ninguno que le busca, niega sus
auxilios. Procura corregir tus pasiones y apetitos
desordenados, quebrantando el amor propio y la propia voluntad, que la carne
mortificada se libra de ser tentada.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Defensor
benignísimo de las almas, que, invocando tu amparo, solo desean tu mayor honra
y gloria, y siendo sus deseos agradables a tus ojos, les concedes liberal, en
abundancia, los consuelos, nosotros os suplicamos que, por la
intercesión de tu siervo San Atenógenes, no nos dejes caer en tentación, danos
tu gracia para conocer los lazos y redes del enemigo, y para no prestar
consentimiento a las asechanzas del tirano, que con astucia procura engañarnos,
para que, saliendo victoriosos de la batalla con tu gracia, merezcamos el
premio de verte en la gloria. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 13 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera cómo, por más que procure la malicia
rabiosa destruir la verdad, apagar la luz y perseguir la virtud, más
resplandece, ilumina y se hermosea, como el oro en el crisol, como la plata en
la acendrada, el diamante en los golpes, por eso no han de temer a los que
quitan la vida del cuerpo, sino a los males que quitan la vida del Alma. Procura
sacar de aquí una resolución valerosa de perder mil veces la vida, que
considere el terrible mal del pecado, aunque parezca la culpa una materia
pequeña, o una leve imperfección, porque el que no desprecia las cosas
pequeñas, con facilidad cae en las grandes.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Libertador
liberalísimo, que en las procelosas ondas de las mayores tribulaciones,
defiendes y amparas a tus siervos con la dulce y suave marca de la paz y
quietud tranquila de espíritu: nosotros los que estamos entre
las borrascas y tormentas de este mundo, deseosos de llegar al puerto seguro de
la paz interior, te suplicamos nos concedas sosiego y soledad de espíritu, y
por los méritos del glorioso San Atenógenes, libranos Señor de todo mal y
peligro, nos defiendas de caer en pecado, del demonio, del infierno, y en casos
desastrados, para que descansando en paz, alcancemos la vida eterna. Amén.
—Se rezan tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos
los días.
DÍA OCTAVO – 14 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera
los maravillosos efectos que causa la oración en el alma que se ejercita en
ella, el entendimiento se ilustra con la luz de la fe, y enriquece con los
altos conocimientos de las divinas verdades, y llega con la frecuente oración a
alcanzar el don de sabiduría y ciencia experimental, con los otros dones y
frutos del Espíritu Santo, la memoria se purifica de recuerdos impertinentes, y
se adorna de reminiscencias de las divinas verdades. El sentido común, que
llaman fantasía, se desnuda de aquellas especies, imágenes y formas antiguas, y
se viste de luz y pureza sencilla, pura y verdadera. La voluntad se aparta de
apegos y aficioncillas de lo visible y lo terreno, y se enciende en el fuego de
amor. Toda el alma se fortalece con las poderosas armas de las virtudes para
pelear valerosamente contra los enemigos. De aquí sacaras resolución
determinada de continuar sin intermisión la oración, apartándote todo lo
posible del trato desordenado de las criaturas, para que tengas tu conversión
en los cielos, y el trato interior con tu último fin y sumo bien, que es Dios.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Maestro Sapientísimo, que para
enseñaros las divinas verdades que predicaste, primero las obras para darnos
ejemplo con las palabras y obras: Suplicámoste humildemente, que
por la eficaz y fervorosa oración con que tu mártir San Atenógenes alcanzó tu
piedad infinita, favorable despachó sus ruegos, nos concedas el que aspire con
humildes ansias, y deseos ardientes al dichoso empleo de la contemplación de
tus atributos, y divinas perfecciones de tu ser inefable, y acto purísimo
incompresible, para que estrechándonos con su inmenso amor, logren nuestras
alma la dulce, suave y amorosa unión íntima, sin que criatura alguna pueda
apartarnos de ti, mientras estuviéremos en este destierro, hasta que llegue la
dichosa hora de gozar la dulce fruición de tu vista en la Patria. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 15 DE JULIO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Deprecación a María Santísima.
CONSIDERACIÓN
Considera
cuántos tormentos padecieron los mártires, cuántas tribulaciones,
persecuciones, afrentas y trabajos, solo por asegurar y alcanzar la palma del
martirio, porque conocieron y con luz divina entendieron, el valor del premio y
el gozo de reinar con Cristo, subiendo triunfantes con palmas y coronas, con
que la bondad liberalísima de Dios les adorna, honra y hermosea en la tierra,
porque siendo sepultados en paz y descanso, en tan dichosa muerte, quedan sus
vidas como espejos brillantes, viviendo sus nombres eternamente. Piensa que, ya
que no mereces la palma del martirio, puedes con los auxilios de la gracia, ser
mártir de deseo. Mira como la luz de la fe a tu alma, y hallarás en una cárcel
de corrupción, metida en un calabozo de tenebrosa oscuridad, la imaginación,
los apetitos y pasiones son los crueles verdugos que continuamente la están
azotando, las inclinaciones, los apegos, propiedades y costumbres, son las
cadenas y los grillos que la tienen casi incapaz de respirar hacia su fin, las
contradicciones de las criaturas, ¿qué otra cosa son sino fichas, jaras y saetas que
penetran el corazón con dichos y palabras dobladas? Las
desatenciones y desaires de los engreídos, ¿qué son?, bofetadas y salivas que ponen el
rostro vergonzoso y encarnado. Finalmente, la enfermedad, el hambre y pobreza,
piensa que son garrucha, la catasta, el patíbulo y el cadalso: Yo te
aseguro, que como sufras todas estas molestias y pensiones con paciencia, con
humildad y mansedumbre, que serás mártir de corazón.
ORACIÓN
¡Oh Jesús mío! Redentor
providentísimo, que, con generosa magnanimidad, adornas de colmados premios a
sus siervos, restituyéndoles por sus obras limitadas los bienes eternos de la
gloria, de inmarcesibles coronas y palmas, Aureolas y lauros: concédenos Señor,
que, con los auxilios de tu gracia, suframos las incomodidades de este
destierro en que estamos, para que nos hagamos dignos de alcanzar las mercedes
que nos tienes prometidos. Y tú, glorioso ejemplar de Obispos, Espejo de
Prelados, Maestro de Príncipes, y luz de sacerdotes, Atenógenes heroico, recibe
de nuestra devoción esta novena, con los ejercicios que en toda ella hemos
hecho, y perdona las tibiezas de nuestros corazones, y te
suplicamos humildemente, los abraces en el fuego de amor de Dios, para que,
imitando tus hechos heroicos, nos alcances de su Divina Majestad lo que en
estos días te hemos pedido, para provecho de nuestras almas, alabanza tuya y
mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor. Amén.
—Se rezan
tres Credos. Las Alabanzas y la Oración se dirán todos los días.
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