Traducción
y adaptación de la Novena publicada en The life of the Blessed John B. Marie
Vianney, Curé of Ars, compilado por Joseph Schaefer en Nueva York, año 1911.
Nihil Obstat por el censor archidiocesano Dr. Thomas B. Cother, e Imprimátur
por Mons. John M. Farley, Arzobispo de Nueva York, el 22 de Octubre de 1910.
COMENZAMOS: 31 de julio.
FINALIZAMOS: 8 de agosto.
FESTIVIDAD
VETUS ORDO: 9 de agosto.
ADVERTENCIA
Si
se comulga frecuentemente, es bueno recibir la Sagrada Comunión al comienzo de
la Novena y también al final. Mejor, si se puede recibir todos los días.
NOVENA EN
HONOR DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY, CELOSO TRABAJADOR DE LA VIÑA DEL SEÑOR
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA PRIMERO – 31 DE
JULIO
FE
En este primer día de la Novena consideraremos la fe de este
santo varón.
Una fe viva es necesaria a fin de agradar a Dios. Creamos cada palabra que Dios
ha hablado por su Santa Iglesia. Debemos practicar esta fe también con las
obras. La fe sin obras está muerta. Sin las
obras será solamente una declaración vacía de lo que creemos. En una fe firme e inquebrantable, San Juan María Vianney
vivió y murió, y se hizo santo.
ORACIÓN POR LA FE
Derrama en mi
alma, oh Dios, por la intercesión de San Juan María Vianney, pastor de
Ars, una fe viva y cordial. Esa fe será mi salvación, como fue la
salvación de todos los santos que están en el Cielo. Amén.
ORACIÓN A SAN JUAN MARÍA
VIANNEY
Te doy gracias,
Dios mío, por la gracia de esta novena a tu bienaventurado siervo, San
Juan María Vianney. Te suplico, primeramente, que me enseñes las singulares
virtudes de este hombre santo: su piedad, mortificación, pobreza y amor a Dios
y a nuestro prójimo. Que me convierta, de esta forma, en un miembro útil de la
familia humana. He pedido, Señor, por tu siervo San Juan María Vianney, para
que pueda rogar por mí y por mi intención (Mencionar
aquí la intención).
Se ha sabido que muchas gracias han sido
concedidas a aquellos que han orado con este espíritu. Incluso has obrado
milagros, oh Dios, en aprobación de esta devoción. Alentado por los méritos de
la vida de San Juan María Vianney, te suplico, oh Señor, obtenerme
la gracia y el favor de esta novena, por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
LETANÍA EN HONOR A SAN
JUAN MARÍA VIANNEY, CURA DE ARS
(Para devoción privada)
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten
piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,
ten
piedad de nosotros.
Santa María, ruega
por nosotros.
San Juan María, ruega
por nosotros.
San Juan María, revestido con gracia
desde tu infancia, ruega
por nosotros.
San Juan María, modelo de piedad
filial, ruega
por nosotros.
San Juan María, siervo
devoto del Inmaculado Corazón de María, ruega
por nosotros.
San Juan María, lirio
inmarcesible de pureza, ruega por
nosotros.
San Juan María, fiel
imitador de los sufrimientos de Cristo,
ruega por nosotros.
San Juan María, abismo
de humildad, ruega por nosotros.
San Juan María, Serafín
en la oración, ruega por nosotros.
San Juan María, fiel
adorador del Santísimo Sacramento, ruega
por nosotros.
San Juan María, ardiente
amante de la santa pobreza, ruega por
nosotros.
San Juan María, tierno amigo de los pobres, ruega por nosotros.
San Juan María,
penetrado con el temor del Juicio de Dios,
ruega por nosotros.
San Juan María, fortificado
con visiones divinas, ruega por nosotros.
San Juan María, que
fuiste atormentado por el espíritu maligno,
ruega por nosotros.
San Juan María, perfecto
modelo de virtud sacerdotal, ruega por
nosotros.
San Juan María, pastor
firme y prudente, ruega por nosotros.
San Juan María, inflamado
por el celo, ruega por nosotros.
San Juan María, fiel
asistente de los enfermos, ruega por
nosotros.
San Juan María,
catequista infatigable, ruega por
nosotros.
San Juan María, que
predicaste con palabras de fuego, ruega
por nosotros.
San Juan María, sabio
director de las almas, ruega por
nosotros.
San Juan María, especialmente
agraciado con el espíritu de consejo,
ruega por nosotros.
San Juan María, iluminado
por luz celestial, ruega por nosotros.
San Juan María,
formidable a satanás, ruega por nosotros.
San Juan María, compasivo
con toda miseria, ruega por nosotros.
San Juan María, providencia
de los huérfanos, ruega por nosotros.
San Juan María, favorecido
con el don de milagros, ruega por
nosotros.
San Juan María, que
reconciliaste a muchos pecadores con Dios,
ruega por nosotros.
San Juan María, que
confirmaste a muchos justos en el camino de la virtud, ruega por nosotros.
San Juan María, que
gustaste las dulzuras de la muerte, ruega
por nosotros.
San Juan María, que
ahora te regocijas en la gloria del Cielo,
ruega por nosotros.
San Juan María, auxiliador
de todos los que te invocan, ruega por
nosotros.
San Juan María, patrono
del clero, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de
Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros, Señor.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
℣.
Ruega por nosotros, San Juan María.
℟.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Dios omnipotente
y misericordioso, que hiciste admirable a San Juan María en su celo
pastoral y en su constante amor a la penitencia, concédenos
te suplicamos, la gracia de ganar para Cristo, por su ejemplo e intercesión,
las almas de nuestros hermanos y alcanzar con ellos la gloria eterna.
Oh San Juan
María, incomparable trabajador en el campo confiado a ti, obtén para la
Iglesia la realización del deseo de Jesús. La mies es abundante, pero los
obreros pocos. Ruega al dueño de la mies que envíe trabajadores a su viña. Oh San
Juan María, intercede por el clero. Que tu patrocinio y tu oración multipliquen
las verdaderas vocaciones sacerdotales. Que el Espíritu Santo te conceda
emuladores; ¡que Él nos de santos! Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
ESPERANZA
CRISTIANA
Considera las bendiciones de la esperanza cristiana. Es una confianza en Dios, en Su Providencia, una sumisión viva, filial y confiada
a la voluntad de Dios, sabiendo que Dios ordena las cosas a su mayor gloria y a
nuestro provecho espiritual. ¡Qué consolación
se encuentra en la esperanza cristiana! ¡Cuán dulce es! No podemos
ser decepcionados si confiamos en Dios, que no puede engañar. La esperanza es
nuestra vida espiritual y el principio de nuestra perseverancia activa en ella.
¡Cuán horrible
es el mundo sin esperanza! ¡Cuán gloriosa vida comienza con la esperanza! Dios pone la esperanza en nuestros corazones.
ORACIÓN POR LA ESPERANZA
Dame, oh Señor, esa esperanza que elevó el
espíritu de San Juan María Vianney, esa esperanza que le dio
paciencia en el largo de su sufrimiento. Él lo hizo todo con la esperanza que
tu gloria sea aumentada. Infunde en mi corazón el deseo de hacer
buenas obras en tu nombre. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO – 2 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
AMOR A
DIOS
En el tercer día debemos considerar el amor de Dios. Debemos amar a Dios sobre todas las
cosas, vivir en este amor, y continuar amándolo hasta el final. Ama al Hijo de Dios, Jesucristo, ama a la Iglesia, la
Esposa de nuestro Señor. El amor de Dios nos llevará al Cielo. Dios nos
dará todo si lo amamos a Él. Es tan razonable amar a Dios; de hecho, el hombre
si no ama a Dios, es un tonto. Es nuestra religión, nuestra felicidad y nuestra
bendición suprema. Es nuestro mismo Cielo aquí sobre la tierra. La felicidad del Cielo, comenzada en este mundo aun
imperfectamente, si perseveramos hasta el fin, continuará por toda la
eternidad.
ORACIÓN POR EL AMOR A
DIOS
Oh Dios mío, te
amo con todo mi corazón y sobre todas las cosas porque Tú, oh Dios, eres el
Sumo Bien, y porque tus propias perfecciones infinitas
son dignísimas de todo amor. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 3 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
AMOR AL
PRÓJIMO
Este día será dado a la consideración del amor que debemos tener
a nuestro prójimo. Que
el amor al prójimo se imprima profundamente en nuestra mente. Esto es muy
importante. Es el segundo sólo al amor de Dios. No
puedes hacer nada agradable a Dios a menos que lo hagas por un motivo, sea por
amor a Dios o por nuestro prójimo. Estos han sido los
mayores seres humanos que han amado a Dios sobre todas las cosas y a sus
prójimos como a sí mismos.
ORACIÓN PARA OBTENER EL
AMOR A NUESTRO PRÓJIMO
Querido Jesús mío, amador
de todos los hombres, enséñame a amar a mi prójimo como Tú amaste incluso a tus
enemigos. San Juan María Vianney fue tu fiel seguidor
en la práctica de esta virtud. Él amó a las almas. Que me consuma también, por
una devoción a él, el mismo amor por las almas.
Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO – 4 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
HUMILDAD
La gran virtud de nuestro santo es la humildad. Tratemos de imitar y entender esta
virtud. Hallaremos algunas buenas almas que nunca piensan mucho de sí mismas. Ellas quieren siempre estar en el último lugar.
Ellas no quieren ser consideradas en lo absoluto. Sin embargo, siempre están
haciendo el bien. Ellas son preciosas a la vista de
Dios.
ORACIÓN POR LA HUMILDAD
Oh dulce y
humilde Jesús, dame también la preciosa virtud de la humildad, la cual
diste tan abundantemente a tu siervo San Juan María Vianney, para que también
pueda ser agradable a tu vista y agradable ante los hombres. Ninguna virtud es
tan atrayente como la humildad. Tú, oh Señor, exaltas a los
humildes. Ser grande ante tu vista y aprobado por Ti es el objeto de mi deseo. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO – 5 DE
AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
AMOR DE LA
POBREZA
El amor de la pobreza es un amor sincero y activo. La falta de posesiones, el deseo de
no tener nada, dar a los pobres lo que tenemos, o lo que no necesitamos, es
pobreza. Practica la autonegación. Ahorra para dar a los pobres, para construir
hospitales, asilos para huérfanos o iglesias. Haz
decir misas por las pobres ánimas sufrientes en el Purgatorio.
ORACIÓN POR LA POBREZA
Señor, Tú has dicho: “Bienaventurado el que piensa en los pobres”. Que
yo tenga ese conocimiento, que es el camino práctico para mostrar mi amor al
prójimo en dificultad. Que, como Tú, sea también un buen samaritano haciendo el
bien y socorriendo a quien lo necesite. No sólo debo ser pobre en el
espíritu, sino que también debo amar ser pobre en realidad, porque los pobres
son los hermanos de Cristo. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 6 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
MORTIFICACIÓN
Este día debe ser dedicado a la virtud de la mortificación. Aparta las comodidades de comer y
beber, la extravagancia de la vida y los lujos personales. Vive sencillamente y
como un hombre pobre. Sé simple en los vestidos, pero está bien vestido. Sé
abstemio en tu mesa. Especialmente guárdate de toda indulgencia en el beber. La abstinencia en el beber es una virtud muy
recomendable. Niégate muchas cosas que son innecesarias. No cedas a todas las incitaciones del apetito. Sé templado.
ORACIÓN PARA OBTENER LA
GRACIA DE LA MORTIFICACIÓN
Tú, Señor, desde
el comienzo has mandado la mortificación de la carne. Desde el comienzo, los
deseos de la carne han sido el valle de una vida piadosa. Cuando consiga tu gracia,
oh Señor, inspírame con algún grado de esta firmeza y fiel adhesión a Ti. No
sufras que mi corazón sea vencido por esa inconstancia que es tan natural a él,
ni permitas que mi vida sea una perpetua sucesión de malas prácticas e
infidelidades. Concédeme que mi corazón sea todo tuyo,
todo el tiempo y para siempre. Y que por la mortificación pueda merecer la
bienaventuranza eterna. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO – 7 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
ORACIÓN
Debemos orar en todo tiempo. Cada
acto debe ser una oración. El espíritu de oración
debe estar en toda nuestra vida cristiana. Debemos orar si queremos
hacer algo grande en la vida espiritual. Una vida sin oración es un período
mayormente improductivo. La oración es la
conversación íntima con Dios. Nuestro Santo
siempre estuvo íntimamente unido a Dios en la oración. San Juan María Vianney
nunca dejó de orar.
ORACIÓN POR UN VERDADERO
ESPÍRITU DE DEVOCIÓN
Cuán dulce, oh
Señor, respirar solamente tu amor y decirte con todo mi corazón: ¡Mi Dios y mi todo! ¡Concédeme que esas palabras puedan
entrar en mi alma! Haz pues, imprimirlas en tal modo sobre mi mente y mi
corazón, para que pueda entenderlas y practicarlas. Que yo
sea devoto a la oración. Haz que mi delectación sea conversar contigo, que ore
por todo lo que necesite y ante toda empresa, para que con la oración pueda
empezar toda obra y sea felizmente concluida con la oración. Tú eres mi
Salvador. Que yo te posea en la oración aquí en la tierra, y que seas Tú mi
porción por toda la eternidad en el Cielo. Amén.
—La Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO – 8 DE AGOSTO
Por
la señal, …
Acto
de contrición.
DEVOCIÓN A
MARÍA SANTÍSIMA
En el último día de la novena debemos intentar aprender y
comenzar a cultivar una devoción, que apela al corazón de cada católico, esto es, la
devoción a la Madre de Dios. ¡Qué es la vida católica sin el amor a Santa María! ¡Cuán
oscura y horrible es una vida sin la consolación espiritual de la Comunión de
los Santos! En resumen, ten una gran
devoción a María. Ora a ella con confianza como uno que tiene el derecho
a ser escuchado y el derecho de dirigirse a ella. Ama
a María con el más sincero afecto. Que no pase un día sin haberle dicho
una oración. Reza el Rosario cada día. Viste en su
honor el escapulario. Acude a la
Confesión y a la Santa Comunión en sus fiestas. Realiza
muchos pequeños actos de religión por motivo del amor a la Santísima Virgen.
ORACIÓN A MARÍA
SANTÍSIMA
Mi querido Salvador, Jesucristo, Hijo de la
Virgen María, concédeme la gracia de amar a tu Madre.
Esta gracia es tal distinción, tal gracia de salvación, que debo tenerla por
todos los medios. Dios te salve, Santa Reina y Madre
de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. A ti clamamos los
desterrados hijos de Eva. A Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Vuelve, graciosísima abogada, tus ojos de misericordia hacia nosotros,
y después de este destierro muéstranos el fruto bendito de tu vientre. Oh
amantísima, piadosísima y dulcísima Virgen María. Ruega
por nosotros, oh Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de las promesas de
Cristo. Amén.
—La
Letanía y la Oración se rezarán todos los días.
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