Novena
compuesta por el padre José Mariano de Gronda SJ, publicada en México por la
imprenta de doña María Fernández Jauregui en 1809, y reimpresa en la misma
ciudad por don Luis Abadiano y Valdés en 1844. Mons. Fray José María de Jesús
de Belaunzarán y Ureña OFM Ref., Obispo de Linares/Nuevo León (actual
Monterrey) concedió por cada palabra de esta Novena 240 días de Indulgencia.
COMENZAMOS: 4 de agosto.
FINALIZAMOS: 12 de agosto.
FESTIVIDAD: 13 de agosto.
INTRODUCCIÓN (Por el autor)
Suele
la multiplicidad hacer embarazosas las devociones: a esta causa procuramos
ahorrar todo lo posible de rezos. Por lo que mira a aquellas comuniones
frecuentes, disciplinas, cilicios y tales ejercicios piadosos que suelen
prescribir otros devocionarios, juzgamos mucho más conveniente dejarlo todo a
discreción del padre espiritual. El tiempo, aunque cualquiera parezca a
propósito, pero según que en otras Novenas se estila; corre
desde el cuatro hasta el doce de Agosto, víspera del día en que la Iglesia
nuestra Madre hace memoria del ínclito Patrón de esta ciudad el Santo Mártir
HIPÓLITO, cuyo singular patrocinio contra la diversidad de pestes, como lo
experimentará quien a él se acogiere, como se acogió en semejante aprieto la
Francia. Lea el que gustare la relación, sacada de muchos y auténticos
testimonios, que han dado a la luz pública los insignes Jesuitas de Amberes, en
el tomo III, a 13 de Agosto.
NOVENA EN
HONOR AL SANTO MÁRTIR HIPÓLITO, PATRONO ESPECIALÍSIMO DE MÉXICO Y ABOGADO
CONTRA LA PESTE
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠
enemigos líbranos,
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Amabilísimo Dios, Trino y Uno, veis
aquí este pecador abominable, que de lo íntimo del corazón detesta su temeraria
ingratitud y correspondencia inicua a vuestros beneficios; proponiendo desde
este punto no volver a agraviaros jamás, por ser Vos infinita bondad dignísima
de todo amor posible. Concededme, Eterno Padre mío, vuestro
Espíritu Santo y sus auxilios especiales, con que pueda y quiera cumpliros esta
palabra, por la Sangre de vuestro Unigénito y méritos de infinito valor, que me
inspiran esta confianza en vuestra misericordia. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Gracias os doy cuantas puedo, y quisiera
dároslas infinitas, Eterno Dios, Padre y Señor de
todas las criaturas; porque con un rayo de celestial lumbre abristeis
los ojos de vuestro muy favorecido Siervo HIPÓLITO;
para que conocida la vanidad del gentilismo, corriera con ligereza
propia de ciervo a aquellas aguas en que participamos todos vuestro Espíritu
Santo, y abrasado en ellas de vuestro amor Divino, se ofreciera intrépido a la
muerte por mantener la verdadera Fe de Jesucristo: suplícoos,
Trinidad Beatísima, ilustréis mi entendimiento e inflaméis mi voluntad, para
que despreciadas las vanidades todas de esta vida, me adelante cada día en el
camino de la perfección, sin nunca desdecir de las altas obligaciones que
profesé en el Bautismo, hasta morir si fuere necesario por defender vuestra ley
santa. Amén.
—Un Credo
a la Santísima Trinidad, y un Padre nuestro y Ave María en honra del Santo.
DÍA PRIMERO – 4 DE AGOSTO
Poderosísimo
protector mío Señor San HIPÓLITO, entre los hombres uno de los más
afortunados, que lograsteis la sabia instrucción del Santo Diácono y glorioso
Mártir de Jesucristo San Lorenzo: quien por los tesoros de la Iglesia, que vos
lo pedías os mostrase, os manifestó el tesoro, sobre todos apreciable, que la
Iglesia tiene; y consiste en el conocimiento del verdadero Dios, y profesión de
su soberana ley: alcanzadme de la Augustísima Trinidad el
que sabiéndome aprovechar de los sermones y pláticas santas que usa el
cristianismo, solo busque aquellas riquezas que puedan conducirme a la perfecta
observancia de mis obligaciones, y conocimiento práctico de aquel Señor a quien
por la fe reconozco, y a cuya mayor gloria pretendo ceda mi deseo particular. Amén.
—Aquí se
hace la petición.
DEPRECACIÓN A MARÍA
SANTÍSIMA
Soberana Emperatriz del cielo, Madre del Verbo Eterno,
Madre de misericordia, Madre de los desamparados, y por eso Madre mía; rendido,
humilde, y confiado vengo buscando en tu protección el amparo, en tu
misericordia el remedio, y en tu piedad el consuelo. Yo te
ofrezco el corazón, la vida, el aliento, el alma, las potencias y sentidos, y
te suplico me ilustres la Fe, animes mi Esperanza, y me enciendas en la
Caridad, arraigando en mí la resignación, la humildad, la paciencia, y los pobres
ejercicios de esta Novena, para que siendo del agrado de Dios nuestro Señor, y
en honra del glorioso Mártir Señor San HIPÓLITO, consigamos
favorable despacho a nuestras peticiones, para mayor honra y gloria de Dios
nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN QUE SE HA DE
REPETIR CADA DÍA
Dios y Señor de
infinito Poder, que de las piedras formáis hijos de Abrahán, como se vio
en este soldado valeroso Mártir vuestro San
HIPÓLITO, al cual aun sin pedírtelo, de gentil idólatra hicisteis
fervoroso creyente y perfecto cristiano, fortaleciéndolo, para que muriese en
defensa de la verdadera Fe, con los socorros extraordinarios de vuestra gracia:
atended, misericordiosísimo Padre, la representación que ahora os hace de mi
necesidad, y dignaos condescender a sus ruegos. Volved asimismo vuestros
compasivos ojos hacia esta ciudad, para librarla del contagio, especialmente el
de las culpas. Concededme también, por los méritos de este
vuestro escogido siervo, que yo aprecie de manera la religión cristiana, que
por la obra muestre estar dispuesto a morir antes que contravenir a sus
santísimos dogmas, para que mi vida perfecta glorifique a vuestra amabilísima
Trinidad, a quien sea la honra, virtud y fortaleza por infinidad de siglos. Amén.
GOZOS
Hipólito,
pues patrón
Eres
tú de esta ciudad:
Yo ocurro
a tu caridad:
Yo imploro
tu protección.
Al
gran Jesús conociste
Con
dicha maravillosa,
Por
tanta obra prodigiosa
Que
hacer a Lorenzo viste:
El
Bautismo recibiste
De
mano de este campeón:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
El
impío Valeriano,
Luego
que lo sabe, injusto
Te
manda prender, adusto
Te
hace atormentar, insano:
Golpeó
con piedra cruel en mano
Tu
boca, sin compasión:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
Tu
cuerpo santo azotaron
Con
varas manos ferinas;
Y
con cardos, con espinas
Tus
carnes tiernas rasgaron:
Pero
a vencer no llegaron
Tu
invencible corazón:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
A
Concordia tu nodriza,
Azotan
en tu presencia
Con
tal rigor e inclemencia,
Que
en el tormento agoniza:
Mas
esto no atemoriza
A
tu fe, a tu religión:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
Tu
familia numerosa,
De
ti tiernamente amada,
A
tu vista es degollada
Por
sentencia rigurosa:
En
tu constancia asombrosa
Tampoco
esto hizo impresión:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
A
cuatro potros atado
Te
arrastran con furia ardiente
Por
un campo; y finalmente
Mueres
todo destrozado:
¡Alma
feliz! ya has volado
A
morar en la alta Sion:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
Tus
méritos relevantes
Gozan
ya en trono lucido
Del
premio que has merecido
Con
tantos triunfos brillantes:
No
olvides tú a tus amantes,
que
buscan tu mediación:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
Hipólito,
pues Patrón
Eres
tú de esta ciudad:
Yo ocurro
a tu caridad,
Yo imploro
tu protección.
ORACIÓN
Oh Dios, que
nos regocijas con los méritos e intercesión de tu bienaventurado mártir San
Hipólito, concédenos propicio que, cuantos por él
buscamos tus mercedes, consigamos el don de tu gracia. Por Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 5 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Fidelísimo Varón, y esclarecido Mártir de
Jesucristo, Señor San HIPÓLITO, que apenas oídas las
primeras lecciones de él, que la amorosa providencia de nuestro Dios os destinó
para Maestro, os mostrasteis discípulo muy aprovechado en la escuela sabia del
amor Divino, posponiendo a un mundo de intereses la gloria de ser cristiano: alcanzadme
de la Santísima Trinidad, que imite yo perfectamente la docilidad de vuestro
espíritu a las Divinas inspiraciones; y que glorificándome solo de ser humilde
siervo de Jesucristo, me aproveche de los consejos de aquellos que Él me ha
señalado vicarios suyos sobre la tierra: con lo cual mejor me disponga a
recibir la merced particular que solicito por vuestro medio. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 6 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Varón Fervorosísimo, y heroico
menospreciador de los respetos humanos, Señor San HIPÓLITO, que
en cumplimiento de vuestras ardientes ansias pedisteis y recibisteis en efecto
el sagrado Bautismo, sin recelar que el mudar de milicia os había de conducir
hasta la última miseria delante de los hombres: interceded
por mí con la Beatísima Trinidad, para que a vuestra imitación, tampoco yo haga
aprecio de los dichos y hechos de los que censuren mi mudanza de vida, aunque
el practicarlo me sea ocasión de perderla. Esforzad asimismo vuestros ruegos
para el socorro de mi presente necesidad. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 7 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Felicísimo Varón y protector mío, Señor San
HIPÓLITO, que ennoblecido con la divisa de
caballero de Jesucristo, merecisteis ser admitido a la participación del
sacrificio incruento del Altar, y asentaros a aquella mesa en que el mismo Dios
Hombre se digna darse a sus siervos por mantenimiento cumplido con que caminen
hasta la vida eterna: rogad por mí a la Beatísima Trinidad, para
que adornado como vos de todas las virtudes, perciba el fruto de los
sacramentos, especialmente del de la Divina Eucaristía, a que me confiere
derecho el santo bautismo. Alcanzadme también el favor particular que os vengo
pidiendo en esta novena. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 8 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Celantísimo siervo del honor divino, Señor San HIPÓLITO,
que encendido con el fuego de aquella
ardiente caridad que inspira a los que dignamente lo reciben, Jesucristo
Sacramentado, salisteis a abrazar a vuestros familiares, mostrándoos por el
hecho verdadero Padre de sus almas: impetradme del Todopoderoso
Dios, Trino y Uno, que solo busque en mis acciones su mayor gloria y la dilatación
de su santísimo nombre; que solo piense en aprovechar a mis prójimos,
singularmente a aquellos que en alguna manera me están subordinados, y el favor
especial que por vuestra intercesión espero conseguir. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 9 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Ilustre imitador del sabio Maestro de las
gentes, Señor San HIPÓLITO, que transformado por medio de la
Eucaristía en la persona del humanado Dios, hecho de perseguidor del nombre
cristiano predicador fervoroso del Evangelio, lo anunciasteis a los gentiles
vuestros domésticos: ejercitad conmigo vuestro celestial
magisterio, para que a vuestra imitación, yo aproveche también con buenas
palabras a mis prójimos, y encienda en ellos aquel fuego que vino a prender en
el mundo el Salvador del linaje humano. Conseguidme también de la Santísima
Trinidad el favor especial que pretendo por vuestra intercesión poderosa. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 10 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Predicador
venturosísimo del nombre de Cristo, Señor San HIPÓLITO, cuyas fervientes
exhortaciones apenas desprendidas de vuestros labios, surtieron el buen efecto
que deseabais en vuestros familiares, quienes a vuestro ejemplo, abrazaron con
gusto la verdadera Fe y abjuraron los errores y supersticiones del loco
paganismo: rogad por mí a la Beatísima Trinidad, para
que juntando yo a la palabra los buenos ejemplos, me haga poderoso delante de
Dios y de los hombres, y de esta suerte contribuya a su mayor gloria. Pedidle también,
amado protector mío, me conceda el favor particular que poniéndoos a vos por
medianero le he suplicado. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 11 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Varón
constantísimo y valeroso soldado de Jesucristo, Señor San HIPÓLITO, que
acusado al impío Decio Emperador de haber honrado las cenizas del Mártir San
Lorenzo, y reconvenido ridículamente sobre si os habíais hecho Mago, con
libertad santa protestasteis que no; sino que militabais bajo el estandarte del
que había sido crucificado por redimirnos de la esclavitud del demonio; por lo
cual os fue despedazada con duras piedras la boca, y desnudo vuestro cuerpo del
nuevo traje que usabais como cristiano, desgarrado con azotes crueles: suplicad
por mí a la Beatísima Trinidad que imitando yo vuestra fortaleza, me ofrezca a
cualquier trabajo, antes que avergonzarme de ser y parecer siervo de aquel Dios
Hombre, que por nuestro amor sufrió el tormento e ignominia de cruz. Impetradme
también la gracia especial que espero de tu poderoso valimiento con la Divina
Majestad. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 12 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días. Credo, Padre nuestro y Ave María.
Amador perfecto
de nuestro Dios y del prójimo, Señor San HIPÓLITO, que, por no abandonar
la Fe verdadera, en nada tuvisteis ser deshonrado, desposeído de vuestra rica
hacienda y acabar finalmente la vida arrastrado de cuatro caballos por
cordeles: ¡cuánto te alegrarás en el Cielo de ver, que,
a causa de tu buen ejemplo y fervorosas pláticas, os precedieron en el martirio
hasta diez y nueve familiares de uno y otro sexo! Suplícoos
rendidamente que representéis vuestro grande mérito ante el trono de la
Augustísima Trinidad, para que me conceda abundantes gracias, con que amándola
como debo sobre todas las cosas, llegue con muchos otros, que por mi medio se
conviertan, a gozar de su agradabilísima compañía, de la vuestra y demás
Bienaventurados. Ni os olvidéis, protector mío poderosísimo, de impetrarme el
favor especial que espero por vuestra interposición. Amén.
—Hacer la
petición. Las demás Oraciones y los Gozos se dirán todos los días.
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