Novena
publicada en Barcelona en el año 1767 por la imprenta de Juan Forns, con
aprobación eclesiástica.
COMENZAMOS: 22 de agosto.
FINALIZAMOS: 30 de agosto.
FESTIVIDAD: 31 de agosto.
INTRODUCCIÓN.
Es tan grande la misericordia de Dios para
con los hombres, que son sus delicias favorecerles. Busca el Señor quien le
pida para darle; y llegó una vez a quejarse con sus amados discípulos, de que
no pedían a su eterno Padre cosa alguna en su nombre: «Usque modo non petístis quídquam in nómine meo» (Joann., cap. 16, v. 24) “Hasta ahora no has
pedido nada en mi nombre”; para
que entendamos, que así como es gusto del eterno
Padre que le pidamos favores en nombre de su unigénito Hijo Jesucristo; así
también gusta este divino Señor que los hombres le pidan las mercedes y tesoros
divinos (cuyo
erario depositó en sus manos al eterno Padre),
en nombre de sus Santos. Mas pregunto: ¿Quién afligido
no pide a Dios el consuelo? ¿Quién atribulado con clamorosos gemidos no invoca
a sus Santos? Casi ninguno. Pues ¿cómo tan poco se alcanzan las gracias? ¡Ah, católicos! Porque pedimos mal, dice Santiago: y todos o casi todos buscan en las súplicas su gusto y
conveniencia propia,
como dice San Pablo, no la gloria de nuestro Señor Jesucristo: piden lo que les parece provechoso al cuerpo, sin serlo tal vez,
y no reparan si es dañoso a su alma. Al que pide de este modo, gran piedad es
de Dios no darle lo que desea; pues vale más, palabra son de mi Señor
Jesucristo, (Matth.
cap. 17. vers. 9,)
estar aquí flaco y enfermo, cojo o tullido, con cualquiera corporal dolencia y
gozar después de la eterna gloria que no sano y robusto o sin pena alguna,
padecerla después sin redención en la fragua del Infierno. ¿Ya sabes cómo usarías de las riquezas que
a Dios pides? ¿De la salud que tanto deseas? ¿De la honra y dignidad a que
ansioso aspiras? Que de ello
usarás bien, no lo sabes; pero tal vez sí sabes que usarás mal, pidiendo las
riquezas para vanidades; para seguir al mundo, salud; y para la soberbia, la
honra: de que se sigue un olvido de Dios y de sus cosas, y a esto un precipicio
eterno. Mira pues como es piedad el negarlo. Por eso solo has de pedir con la
condición de que sea para gloria del Señor y bien de tu alma, gustando de que
se haga siempre su voluntad así en la tierra como en el cielo.
Otros hay que piden los bienes espirituales,
que son siempre del agrado del Señor; pero no los alcanzan, por pedir o con
flojedad o con indisposición. Instruyendo una vez Cristo a sus discípulos cómo
hablan de pedir, les dijo. «Pedid, buscad, y
llamad» (Math.
cap. 7. v. 7): cifrando
en estas tres repetidas voces la perseverancia en orar, y la disposición que
debernos tener; como quien dice: Pedid con palabras, buscad con afectos, y llamad con
obras. No bastan regularmente las palabras, porque siendo de sí
huecas, se las lleva el viento: ni bastan los afectos, porque estos, aunque
arguyen voluntad y amor, pero flojo y tibio si no va acompañado con obras, que,
en sentir de San Gregorio, son toda la prueba del verdadero amor.
Mas no se aparte el pecador, por más que no
vea en sí obras buenas, de pedir a Dios con viva fe su remedio; porque para la
piedad divina no hay súplica sin despacho: que aun tal vez por eso, a todos
tres modos de pedir señaló Cristo alcanzar: «Petíte,
et dábitur vobis: quǽrite, et inveniétis:
pulsáte, et aperiétur vobis» “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad,
y se os abrirá”. Al pecador que pide su remedio con palabras, le da Dios
auxilios; el que lo busca con afectos de su corazón, halla la gracia perdida; y
al que llama con obras y frutos de penitencia se le abren las puertas de la
divina misericordia, para enriquecerse a su voluntad de los celestiales tesoros
o virtudes.
Luego si a medida de la disposición en pedir
se alcanzan las gracias del Señor, disponte de modo en esta santa novena, que,
siendo tu oración grata a Dios, por intercesión de este glorioso Santo (a quien, como a otro Moisés, parece
hizo Dios plenipotenciario de su poder y dispensador de sus maravillas) y por sus relevantes
méritos, ya que los tuyos son flacos, logres con prontitud el socorro y favor
que solicitas. Y para que lo hagas mejor,
observarás con cuidado estas…
ADVERTENCIAS:
Confesarás y
comulgarás el primero u otro día de la novena; pues cualquier día de ella
podrás ganar indulgencia plenaria, por concesión de nuestro santísimo Padre
Benedicto XIII de 14 de agosto de 1728.
Harás cada día
en imitación y honor del Santo algún acto de humildad, paciencia,
mortificación, castidad, etc., para que junto con sus méritos los presente a
nuestro Señor Jesucristo, a fin de que te conceda lo que sea para más gloria
suya. Esta advertencia la ejecutarás con fervor cada día, que ayudará
mucho para alcanzar lo que deseas.
Darás algún
subsidio, según tu posibilidad, para la redención de los pobres cautivos
Cristianos; y si no puedes, bastará el afecto y el encomendarles mucho a
Dios, para que les dé fortaleza en la fe, paciencia en sus imponderables
trabajos y la libertad deseada. Con esto obligarás
mucho al Santo y a Dios nuestro Señor, por ser una de las más excelentes obras
de caridad.
Leerás con
grande atención la novena, y acompañarás con el afecto las palabras; ya
gozándote de las singulares mercedes que hizo Dios al Santo, ya deseando
vivamente imitarle en las virtudes.
Por último,
avivarás la fe de alcanzar lo que pides, si ha de ser para gloria de Dios y
bien de tu alma, sino en ningún modo; la esperanza confiando, no en tus pobres
méritos, sino en los grandes de nuestro Señor Jesucristo, de la Virgen María
concebida sin pecado original, y del Santo; y la caridad resignándote
totalmente por amor al beneplácito de tu Dios, para que del cuerpo haga lo que
quiera, solo no se pierda tu alma.
NOVENA
AL GLORIOSO PADRE Y CARDENAL DE LA SANTA IGLESIA ROMANA SAN RAMÓN NONATO, DEL
CELESTE, REAL Y MILITAR ORDEN DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
Arrodillado
el que hiciere la novena delante del altar o imagen del Santo, hará sobre sí la
señal de la Santa Cruz, y empezará así:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús, por
ser tan bueno y amable como sois, me pesa en el alma de haberos ofendido, y
propongo con vuestra divina gracia antes morir que pecar. Amén.
DÍA PRIMERO - 22 DE AGOSTO
MEDITACIÓN: NACIMIENTO MILAGROSO DE SAN RAMÓN NONATO.
Medita,
alma, el prodigioso nacimiento del glorioso padre San Ramón Nonato,
cuando para luz y consuelo del mundo le sacó Dios a fuerza de milagros de las
tinieblas y cautiverio del vientre de su madre al tercer día de difunta,
rasgando con un puñal su costado el vizconde de Cardona su pariente. Presagio fue esto de las
raras y heroicas virtudes de su vida; pues con tan singular y extraño portento,
antes de nacer, venció de una vez con el favor de la gracia a la naturaleza y a
la muerte, resucitando, digámoslo así, como de otro sepulcro para vivir siempre
con Cristo. ¡Oh
singular portento! Claro indicio de
nacer para el Cielo el que no nacía para el mundo. Señal evidente de nacer para
redentor de almas y cuerpos el que, redimida su alma con la preciosa Sangre de
nuestro Señor Jesucristo, salió al mundo aun con nuevo modo redimido también en
su cuerpo. ¡Oh favores celestiales! En reverencia, pues, y acción de gracias al Señor por tan
maravilloso nacimiento.
—Se rezará
tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
¡Oh
glorioso padre San Ramón! Góceme en el alma del
favor tan singular que os hizo Dios, sacándoos de un cuerpo muerto, como panal
de dulzura y misericordia, para consuelo de afligidos devotos. Bien se vio en
vuestra vida santísima crecer en vos la piedad que con vos había salido del vientre
de vuestra madre difunta, tanto, que ya en el viernes y sábado, después que
salisteis a luz, renunciasteis la leche que la ama os ofrecía, regraciando asi
con la abstinencia el favor que os hizo Dios en el nacimiento, ¡Oh ingratitud de mi alma, que, habiendo recibido tantos
beneficios divinos, asi me olvido de ellos! ¡Como si el darme el ser y vida que
tengo, redimirme a costa de su preciosa Sangre, sufrirme con mis vicios y
pecados, sin echarme para siempre en un infierno, no fueran beneficios muy grandes!
¡Oh Santo mío!, por vuestros sagrados
méritos os suplico rendido, me alcancéis de mi Señor Jesucristo un verdadero
dolor de mis culpas y una fervorosa penitencia de ellas; para que mostrándome
agradecido a sus favores, merezca de su piedad el perdón de mis pecados y la
merced que os pido en esta santa novena.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. Y luego esta Conclusión dirá común para todos los
días.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS
Alcanzad
también, glorioso Santo, paz y unión para toda la santa Iglesia Católica;
concordia entre los príncipes cristianos; exaltación de nuestra santa Fe;
opresión de las herejías, para los pobres cautivos paciencia y libertad; para
los afligidos consuelos, y a todos finalmente amparad en el funesto trance de
la muerte, para que, acabando esta mortal vida con la divina gracia, merezcamos
gozar en vuestra santa compañía las delicias de la eterna gloria. Amén.
GOZOS DEL GLORIOSO SAN
RAMÓN NONATO.
Sol
de Cataluña hermoso,
Fino
amante de María:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Vuestra
madre ya preñada,
Al
octavo mes murió,
Y
al tercer día la abrió
Un
lado punta acerada;
Por
la herida ensangrentada
Os
sacaron prodigioso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Su
dulce nombre grabó
En
vuestras manos un día
Jesús,
y también María,
Y
a su tierno Niño os dio,
Y
que fuerais os mandó
De
la Merced religioso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Los
cristianos redimisteis
Y
vos cautivo quedasteis,
La
Fe de Dios predicasteis,
Y
martirio padecisteis;
A
millares convertisteis
Los
infieles fervorosos:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Vuestros
labios con candado
Cerró
la malicia loca;
Pero
con él en la boca
Predicáis
más alentado;
Sufrís
rigor tan pesado
Ocho
meses valerosos:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Disteis
a un pobre el capelo,
Y
en premio Cristo y María
Os
bajan como a porfía
Dos
coronas desde el Cielo;
La
de espinas vuestro celo
Eligió
por lo penoso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Jesucristo
os visitó
Al
tiempo de vuestra muerte,
Y
entonces, ¡oh
feliz suerte!,
Por
su mano os comulgó;
Este
favor mereció
Vuestro
corazón piadoso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Al
mar y viento mandáis,
Curáis
ciegos y apestados,
Tullidos,
cojos, quebrados,
Y
a estériles hijos dais,
Los
muertos resucitáis,
Y
en partos sois milagroso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Consoláis
los labradores
Con
lluvias, cosechas, frutos;
Dais
vida a los muertos brutos,
Sanáis
fiebres y dolores,
Heridas,
llagas, tumores,
Y
al baldado y al leproso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Remediáis
todos los daños,
Los
afligidos alientan;
Veinte
y cuatro mil os cuentan
Milagros,
solo en dos años;
España
y reinos extraños
Os
publican portentoso:
Sednos
protector y guía,
San
Ramón Nonato glorioso.
Antífona:
Oh bienaventurado Ramón, que amó a Cristo con todas
sus entrañas, y a ejemplo de su caridad no dudó en entregarse a sí mismo por
los cautivos. Oh bendita alma, que, aunque no fue separada por la espada del
perseguidor, no perdió el mérito del martirio.
℣. Mi corazón y mi carne.
℟. Se exultaron en Dios vivo.
ORACIÓN.
Oh Dios, que hiciste admirable a tu
bienaventurado confesor San Ramón Nonato para liberar a tus fieles de la
cautividad de los impíos: concédenos por su intercesión,
libres de las cadenas de nuestros pecados, cumplamos con perfecta libertad de
espíritu todo lo que te sea más agradable. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO - 23 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: AMOR DE SAN RAMÓN NONATO A JESÚS Y MARÍA.
Considera,
alma, que para expresar Dios que
había sellado el corazón de su siervo San Ramón para centro de sus amores, le
señaló también visiblemente en las manos, imprimiendo en ellas con lucidos
caracteres el santísimo nombre de Jesús en la derecha, y en la izquierda el
dulcísimo nombre de María; siendo también estos sagrados nombres las palabras
que primero se oyeron de sus santos labios. ¡Oh
maravillosos portentos! Manifiesta señal de que serían sus obras todas
de la mano de Dios, y sus palabras llenas de poder y dulzura. Fue como dejarse
en sus manos Jesús y María, para favorecer por su medio a los afligidos
devotos. Y así ¿qué muchos se alcancen del Santo
tantos milagros cada día, si se pide con viva fe su amparo? Por tan
singular amor, y en honor a los favores que por él recibió San Ramón…
—Rezarás
tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Oh
glorioso padre y protector mío San Ramón, ¡cuán grande
y heroica fue vuestra virtud ya desde vuestra niñez! Aquella
afición celosa que a las cosas de piedad mostrabais; aquel desprecio a los
juegos pueriles, y aquella rendida obediencia aun a los inferiores y criados,
eran señales de ser vuestro tierno corazón a medida del de Jesús y María. ¿Qué diré, Santo mío, de vuestro amor a la pureza,
cuando os horrorizabais de oír palabras poco decentes? ¡Oh virtud elevada! Vos cargado de cilicios que
inventó vuestra piedad para mortificaros, siendo inocente; yo cargado de
pecados, sin hacer la menor penitencia de ellos. Vos tan compasivo con los
pobres, que tenéis por dicha acompañarlos, yo tan soberbio, que me avergüenzo
de su humilde trato. Haced, glorioso Padre, que,
pues estoy señalado desde el bautismo con el carácter de cristiano, sea toda mi
vida conforme a la de mi señor Jesucristo; para que, señalado en el día del
juicio con la insignia de los escogidos, merezca gozar con vos la eternidad de
la gloria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO - 24 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: OBEDIENCIA DE SAN RAMÓN NONATO.
Medita,
alma, que llegando San Ramón a
la quinta donde le envió su padre, para que, distraído de su santo retiro y
ejercicios de piedad, se ocupase en los mundanos de la hacienda, él obedeciendo
gustoso, se iba como otro Moisés tras el rebaño, logrando así más disimulado la
soledad y contemplación en una devota ermita de San Nicolás, delante de una
hermosísima imagen de la Virgen María con su divino hijo Jesús en los brazos,
que aún hoy día se venera. Estático contemplaba las
eminentes gracias de esta Zarza divina, implorando con tiernas lágrimas su
patrocinio contra las asechanzas del demonio, que, apareciéndosele en traje de
un anciano pastor, procuraba tentarle. Mas prometiéndole su amparo la que es
madre de afligidos, le favoreció piadosa, dejándole repetidas veces el niño
Jesús en los brazos. ¡Oh prodigios celestes!
¡Qué requiebros amorosos! ¡Qué lágrimas de regocijo derramaría el Santo!
—En
reverencia dirás tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Grande fue
y singular, glorioso Santo, vuestra
virtud, cuando para obedecer a vuestro padre, dejasteis con el palacio los
amigos, escogiendo el humilde oficio de pastor entre las breñas de las
soledades. ¡Gran confusión para mi alma, tan
arraigada en las vanidades del siglo, que no sabe varonilmente despreciarlas
para obedecer a su Dios! Postrado humilde ante las aras de la Virgen
María, ansioso pedíais los socorros divinos, viéndoos privado de los humanos,
logrando cual otro Jacob, con vuestra invicta constancia, su bendición
soberana, hasta oír de la misma Virgen: «Ya,
Ramón, de aquí adelante podrás a boca llena llamarme madre». ¡Oh Santo
mío, si lograse yo tal dicha! Mas, ¿cómo ha de recibirme por hijo con la pesada carga de mis
vicios y pecados? Vos, glorioso Padre,
que alcanzasteis su patrocinio contra las sugestiones del demonio, suplicadle
me preserve de caer en los lazos de mi enemigo, infundiendo en mi alma un
fervoroso espíritu de oración, para que, volando con agilidad a la
contemplación de las cosas eternas, deje frustradas sus redes: y patrocinado de
tan gran madre, merezca después de una santa muerte gozar de su divino hijo
Jesús en las deliciosas moradas de la eterna patria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO - 25 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: ORACIÓN EFICAZ.
Atiende,
alma, la eficaz oración de
nuestro Santo; pues suplicando fervoroso a la Virgen María le enseñase el
camino y elección de su estado, para más servir a su divino Hijo Jesús, mereció
no solo que un ángel repetidas veces apacentase atento el rebaño mientras oraba,
sino también que la misma Virgen le dictase las palabras para consagrarle su
virginal entereza. ¡Oh virtud celestial y angélica!
Pasaron más allá los favores, instruyéndole la misma Virgen en el modo
de conservarla, mandándole que entrase en la religión de la Merced, que poco
antes la misma celestial Reina en Barcelona había fundado. Considera, alma, que
júbilos ocuparían el corazón del Santo mancebo, viendo que de una vez se
escondía a los ojos del mundo, para vivir en la religión únicamente con Cristo
y su santísima Madre.
En
reverencia, pues, y acción de gracias al Señor por tan maravilloso don de la
Oración. Se rezará tres veces
el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Glorioso
padre San Ramón, ¡cuán ardiente era la llama de amor divino que residía en
vuestro sagrado corazón: pues para no errar en la peligrosa elección de estado,
buscabais con ansia la determinación del Cielo, cuando los hombres regularmente
sólo atienden a las conveniencias mundanas! Pronto
pasasteis a Barcelona para obedecer a la Virgen, entrando en su religión
sagrada, venciendo animoso con el favor de la gracia los estorbos que intentaba
poneros el envidioso enemigo. ¿Quién podrá
explicar, glorioso Santo, el fervor de vuestro espíritu, siendo religioso, en
el ejercicio de todas las virtudes? Siendo aun joven, erais modelo de
perfección para los más ancianos. ¡Oh poder de la gracia
divina! ¡Oh tibieza la de mi alma! Alcanzadme,
glorioso Padre, una santa resolución de dejar las vanidades del siglo, para que,
rindiéndome pronto a las inspiraciones divinas, me conserve puro y casto, y
ejercitándome fervoroso en todas las virtudes, merezca en mis tribulaciones y
dudas la mano de mi santo Ángel, para que, no deslizando mis pies entre los
tropiezos de este miserable mundo, logre al fin por vuestra santa intercesión
la corona de gloria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO - 26 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: CARIDAD DE SAN RAMÓN NONATO.
Considera,
alma, la ardiente
caridad de San Ramón para con los pobres afligidos, visitándoles compasivo en
los hospitales, animándoles con sus santas palabras, y librándoles las más
veces de sus molestas enfermedades. Mas como el
amor no sufre paredes, le sacó también su fervoroso celo por las comarcas y
fragosos montes de Cataluña, para socorrer piadoso a los apestados (a
quienes milagrosamente curaba con la señal de la cruz),
y reducir a penitencia los pecadores más
endurecidos. ¡Oh caridad heroica! ¿Y qué diré de los imponderables trabajos que sufrió
entre calores y fríos, allegando limosnas para la redención de los pobres
cautivos cristianos, despreciando, a imitación de nuestro Señor Jesucristo, los
temores y riesgos de su caridad elevada?
—En
reverencia pues de caridad tan excelente, se rezará tres veces el Padre
nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Oh
amantísimo padre San Ramón, ardiente volcán de
incendios celestiales. ¿Quién podrá explicar la
grandeza de vuestra caridad para con Dios, teniéndola tan heroica para con
todos los prójimos? Tanta era la ternura de vuestro corazón compasivo,
que era aflicción para vos la tristeza de los otros, pudiendo decir con el
Apóstol: «¿Quién de mis
hermanos enferma, que no enferme yo también por su amor?». Con
todos os hacíais, Santo mío, para ganar para Cristo sus almas. ¡Ah! ¡cuán poco os imito, glorioso Padre, con mi
empedernido corazón, que no ablandan los tristes ayes de los afligidos, ni
mueven a piedad los compasivos clamores y penas de los fieles cautivos mis hermanos!
¡Oh Santo mío! ¡Qué tibio es mi amor a Dios, pues lo es tanto para mis
prójimos! Abrasad mi duro pecho
en incendios de amor divino, para que, respirando sus llamas en mis acciones y
palabras, sepa humillarme con el afligido, y compadecerme del atribulado, para
alcanzar después el consuelo del Espíritu Santo eternamente en la gloria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO - 27 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: CELO DE SAN RAMÓN NONATO POR LA SALVACIÓN
DE LAS ALMAS.
Considera,
alma, que pasando
San Ramón al África repetidas veces, para redimir los pobres cautivos
cristianos, se le mostraban obedientes los vientos y mares al imperio de su
caridad elevada. Puesto en tierra de
infieles, se lastimaba tanto al ver la perdición de sus almas redimidas con la
Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que no cesaba de exhortarles con
heroico celo y fervor a la verdadera ley de Dios, por casas y calles, en
público y en secreto, como otro Pablo, sin que fuese parte para detenerle ni
los sangrientos y repetidos azotes que le dieron los moros, ni el ser apaleado
en la sinagoga de los pérfidos judíos, hasta echarle por muerto en la calle, ni
por último tenerlo inhumanamente atado con duros hierros en una oscura mazmorra
por espacio de ocho meses, cerrados sus santos labios con un penoso y cruel
candado. ¡Oh celo de la honra divina! ¡Oh paciencia
elevada!
—En
reverencia pues de tan cruel martirio, dirás tres veces el Padre nuestro, Ave
María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Alabados sean mil veces, glorioso Santo, vuestros sagrados labios,
por la multitud de infieles y pecadores que redujisteis con vuestra predicación
fervorosa a la verdadera fe y amor de Nuestro Señor Jesucristo. Alabados sean
también por la heroica fortaleza con que sufristeis constante los golpes y
puñadas de aquellos bárbaros; sobre todo por aquel esforzado valor con que
llevasteis paciente el martirio cruel del candado, renovándose lastimosamente
las llagas de vuestros santos labios al abrirlo y cerrarlo con impiedad, cuando
de tres en tres días os daban un poco de alimento. ¿Y
cuándo llegaré yo, Santo mío, a ser digno de padecer algo por Jesucristo?
¿Cuándo serán para mí gozos las penas que Dios me enviare? Ea pues, alcanzadme, glorioso Padre, un ardiente deseo de la
salud de las almas y una invicta paciencia en todas mis tribulaciones, para que,
cerrada mi boca a las quejas con el candado del divino temor, merezca abrirla
en alabanzas de mi Dios y Señor por una eternidad en la gloria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO - 28 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: ELECCIÓN HEROICA DE SAN RAMÓN NONATO.
Considera, alma, que
encontrando el glorioso padre San Ramón en una calle de Barcelona un pobre
anciano, expuestas sus venerables canas al rigor del tiempo, especialmente a la
copiosa lluvia que entonces el cielo derramaba, movió tanto la ternura de su
corazón este lastimoso espectáculo, que sin reparar ni en el honor, ni en la
incomodidad de su persona, al instante cubrió con su purpúreo capelo la desnuda
cabeza de aquel mendigo, que, según afirman, era el mismo Señor Jesucristo. ¡Maravilla rara! ¡Hacerse pobre el mismo Dueño de los
tesoros divinos, para que Ramón ejercitase su caridad heroica! Le premió el Cielo acción tan elevada, ofreciéndole la
Virgen María una hermosa guirnalda de flores, y Jesús, cubierta su cabeza con
el capelo, su lastimosa corona de espinas, la que eligió el Santo deseoso de
imitar en las penas al divino Redentor, padeciendo hasta el fin de su vida,
intensísimos dolores de cabeza. ¡Oh elección
heroica! ¡Oh fervoroso celo!
—Reverencia
de tal elección, dirás tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Glorioso
padre San Ramón: si
a medida de la misericordia que tenemos con el prójimo en esta vida, ha de ser
la que alcanzaremos de Dios en el Cielo, ¿qué
grande será la vuestra en la gloria, siendo tan grandes los ejemplos de piedad
que nos dejasteis en la tierra? Flojas eran las aguas para detener
vuestra inflamada caridad en visitar los enfermos, consolar los afligidos,
remediar los pobres, no quedando necesidad escondida al caritativo ardor de
vuestras compasivas entrañas, sabiendo que por tal medio echa en el alma hondas
raíces el amor divino. Viendo al desnudo, lo cubristeis, quedándoos en prueba
de vuestro fino amor a las inclemencias del tiempo, para salvar al hermano. ¡Oh piedad heroica, digna de premiarse en esta vida con
corona de rosas, si vuestro fervoroso espíritu no apreciara más la de espinas!
¡Oh confusión mía! ¡Que vos, amoroso Padre, anheléis por los trabajos; y yo,
pecador miserable, busque con ansia los pasatiempos! ¡Vos tras las espinas; yo
tras las flores! Esforzad, Santo mío, mi
alma, para que a lo menos si no tiene valor para buscar los trabajos, sufra con
paciencia los que Dios le ofreciera; y llevando con resignación su cruz, siga
las pisadas de su divino Redentor y Maestro, hasta llegar al monte santo de la
bienaventuranza, y gozar triunfante para siempre la corona de la gloria. Amén.
—Aquí se detendrá en oración un breve rato, suplicando al
Señor por los méritos del Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos
se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO - 29 DE AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: MUERTE SANTA DE SAN RAMÓN NONATO.
Considera,
alma, que habiendo
Jesucristo amado tanto a su siervo San Ramón en el decurso de su admirable
vida, le mostró más que nunca su fino amor en el trance de su muerte; pues
bajando del empíreo cielo con una lúcida procesión de ángeles, vestidos del
candor mercedario, y llevando en una custodia de inestimable valor su Cuerpo
sacramentado, comulgó con sus propias manos a San Ramón por viático,
inflamándole tanto en su amor divino, que no pudiendo contenerse tanta llama en
el angosto espacio de su pecho, vieron salirle, como a otro Moisés, los
resplandores por la cara, del trato y conversación que tuvo con su mismo Dios y
Señor. ¡Oh celestial maravilla! ¡Oh singular
portento! Esto merecieron las fervorosas
ansias del Santo para que de todos modos fuese preciosa su muerte en presencia
del Señor.
—En
reverencia de este favor, y para que te conceda Dios una santa muerte, dirás
tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
¡Cuál debía ser el incendio de vuestro amor,
glorioso Santo, y cuán ardiente el deseo de recibir aquel Pan sacramentado, que
obligó al mismo Señor Jesucristo a suplir la tardanza del cura por consolaros!
¡Qué felicidad la de vuestra alma en aquel dichoso trance, cuando trasformado
en amor divino, gustasteis con suavidad, aun en carne mortal, las dulzuras de
la gloria! ¡Qué gozos inundarían vuestro corazón sagrado con la celeste melodía
de aquel angélico coro! ¡Oh amabilísimo Padre, si lograra la dicha de salir mi
alma dignamente prevenida con ese augusto Sacramento, para la venturosa carrera
de la eternidad! Pero ¡ay de mí!, que es pan de hijos, y no admite
Cristo a tan celestial convite sino a los que halla prevenidos con la rica gala
de las virtudes. ¡Cómo podré yo acercarme a gustar
de tan celestial mesa con la triste y abominable vestidura de mis vicios y
pecados! Alcanzadme, glorioso
Padre, que dejando el antiguo ser de hijo de Adán con mis culpas, y renovando
el ser de hijo de Dios con las virtudes, merezca aquí ser de los llamados a
este celestial convite, para después de los escogidos en el de su eterna
bienaventuranza. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO - 30 DE
AGOSTO
Por
la Señal...
Acto
de Contrición.
MEDITACIÓN: MILAGROS PÓSTUMOS DE SAN RAMÓN NONATO.
Medita, alma, en este último día los raros portentos con que ilustró el Señor
a su siervo San Ramón después de muerto; pues para
resolver a quién tocaba la joya de su precioso cadáver, lo colocaron sobre una
mula ciega, dejando su dirección, como otra Arca del Testamento, a los ojos de
la divina Providencia. Raras maravillas ilustraron esta jornada, ya
permaneciendo constantes las luces del féretro contra el ímpetu de las lluvias
y recios vientos; ya clamoreando por sí mismas las campanas; ya también cobrando a cada paso repentina salud los
enfermos; pero fue el mayor prodigio caminar con acierto la ciega mula mucha
leguas, llegando desde Cardona, donde murió el Santo, hasta la ermita de San
Nicolás, en la cual siendo pastorcillo oraba: y dando tres vueltas ¡caso raro! por la circunferencia, dejó con el
sagrado cuerpo la vida; que no era razón viviese para otra carga. De aquí el
Santo, como otro sol en su ocaso, despide por todo el orbe más brillantes los
rayos de sus maravillas, con que favorece benigno a los que devotos piden con
viva fe su amparo. Así premia el misericordioso
Dios después de la muerte a los que con fino amor le sirven en esta vida. —En reverencia dirás tres veces el Padre nuestro, Ave María y
Gloria Patri.
ORACIÓN
Gózame en
el alma, glorioso Santo,
y doy inmensas gracias al misericordioso
Señor por todas las mercedes con que os favoreció en esta vida, e ilustró
también en vuestra muerte, haciéndoos maravillosamente servir en un ciego
bruto, para que, a vista de tal portento, desde entonces os reverenciasen los
hombres por santo. Grandes fueron vuestras virtudes, y grande es también el
poder que por ellas Dios os ha dado, sujetando a vuestro imperio los cielos, la
tierra y los elementos, la salud y la enfermedad, la muerte y la vida;
constituyéndoos, como otro José, señor de todo el universo para el socorro de
vuestros devotos en sus necesidades. ¿Quién
atribulado os invoca que no halle en vuestra piedad el consuelo, mostrándoos
tan compasivo, que han llegado a sudar vuestras imágenes santas, estando vuestros
devotos afligidos? ¡Oh singular piedad! Por
vos alcanza la preñada feliz parto; fecundidad la estéril, segura cosecha el
labrador; el naufragante feliz puerto; el cautivo redención; los ciegos vista;
miembros los tullidos, y todos los males fin; pero sobre todo el obstinado
pecador misericordia, alcanzándole de Dios auxilios eficaces para su salvación,
y manifestándole a veces sus más ocultos pecados, que tenía en largo olvido. ¡Oh celo de las almas! ¡Oh caridad insigne! Ea,
Santo mío, no sea yo únicamente el que me vaya de vuestra presencia
desconsolado. Alcanzadme lo que os
suplico humilde en esta santa novena, con tal que sea para mayor gloria de
Jesús y bien de mi alma; y en caso que no me convenga, alcanzadme piadoso una
perfecta resignación a la voluntad de mi Dios; para que unida mi pobre alma con
mi Señor Jesucristo con el vínculo del divino amor, merezca, en compañía
vuestra, verle y gozarle para siempre en la celestial patria. Amén.
—Aquí se
detendrá en oración un breve rato, suplicando al Señor por los méritos del
Santo, la gracia que deseare. La Oración y los Gozos se rezarán todos los días.
+++
NOVENARIO ESPECIAL PARA
LAS PREÑADAS.
El tiempo de hacerse
esta novena será repartiéndola por los nueve meses, visitando un día cada mes
la iglesia o capilla del Santo, previniéndose con la sagrada confesión y
comunión, y en el último mes, por ser el más peligroso, se hará por nueve días
continuos la novena. El
modo de hacerse es en todo como la primera, solo mudando o añadiendo, si se
quiere, la Oración esta que se sigue, común para todos los días de la novena:
Glorioso
padre San Ramón, ¿quién mejor que vos se compadecerá de los trabajos y contingencias
de un peligroso parto; pues a la violencia de sus dolores quedó sin vida
vuestra propia madre, quedando vos dentro de su difunto cuerpo hasta el tercer
día como sepultado? Ea pues, Santo mío, ya
que me hallo con tan peligrosa carga, amparadme piadoso, para que pase el curso
de estos nueve meses con salud y esfuerzo y al fin salga libre y sana de mis
entrañas la prole que he concebido, para que reengendrada con el sagrado
Bautismo y alistada en la cristiana milicia, creciendo con el tiempo, sirva fielmente
a su Dios y Señor para cuyo fin la ha criado. No os dedignéis, glorioso Padre,
de atender a mis afectuosas súplicas, compadeceos de mis lamentos, que aunque
me veo comprendida en la justa sentencia que dio el Señor a mi madre Eva, de
parir los hijos con dolores y penas, confió en vuestra intercesión poderosa,
lograr de la benignidad de mi Dios, por su santísima Pasión y muerte,
moderación en mis penas, si así me conviene, para parir felizmente en llegando
la hora, en aumento de la república cristiana y mayor gloria de mi Señor
Jesucristo en cuya voluntad resigno totalmente la mía. Amén.
NOVENA PARA LAS
ESTÉRILES.
Se hará
todo como la primera, solo mudando o si se quiere añadiendo la Oración en esta
que se sigue, común para todos los días:
Glorioso
padre San Ramón, que
atendéis propicio a los ruegos de los humildes y a sus oraciones, consolad esta
humilde sierva vuestra, que afligida se presenta a vuestras aras, pidiéndoos
encarecidamente el fruto de bendición. Acordaos,
Santo mío, que sois hijo de oraciones, pues con ruegos y obras pías mereció
concebiros vuestra estéril madre; y así presentad caritativo mis súplicas al
Señor, para que compadeciéndose de mi esterilidad, oiga benigno mi deseo como
oyó a Ana, dándola a Samuel; y a la otra santa Ana madre de la Virgen, dándola
tan celestial Hija, y a santa Isabel San Juan Bautista; para que a imitación de
estos Santos y de vos; glorioso Padre, la prole que conciba se muestre más hija
de la gracia que de la naturaleza. En vuestra piadosa intercesión, amantísimo
Padre mío, aseguro mi fecundidad, si esta ha de ser para más gloria de mi Dios
y bien de mi alma; pero no siendo así, alcanzadme una perfecta resignación a la
divina voluntad, para que fecunda aquí de celestiales virtudes y llena de divina
gracia merezca después por premio el fruto de la eterna gloria. Amén.
PARA LA SEGURA ELECCION
DE ESTADO.
«Es de tanta importancia para la juventud la segura
elección de estado, que errarla es errar el paso para la vida eterna, por lo
que será muy agradable a Dios prevenirse con oraciones y ruegos para acertarla;
a cuyo fin se dirige esta novena al glorioso padre San Ramón, especial abogado
sobre este punto por haber alcanzado de la misma Virgen la dirección en elegir
el estado religioso, triunfante de las molestas persuasiones de su padre y
asechanzas del demonio».
—Se hará
como la primera, mudando solo o añadiendo la Oración en esta que se sigue,
común para cada día:
Glorioso
padre San Ramón, protector
y abogado mío, celoso del bien de las almas, amparo de vuestros devotos y norte
en el mar de las tribulaciones; vengo a vos deseoso de acertar entre mis dudas,
y seguir humilde vuestra guía entre las tinieblas de mi ignorancia. Ya llegó el
tiempo, glorioso Santo, de elegir un permanente estado, en el cual, cumpliendo
con mis obligaciones, sirva fielmente en el curso de mi vida a mi Dios y
Criador. No ignoro que muchas son las moradas de la celestial Jerusalén y
diferentes los caminos para llegar a aquella dulce Patria; pero ¿quién acertará la senda para la cual Dios llama mi alma
entre la oscura noche de este miserable mundo? ¿Quién conocerá el verdadero
camino que Dios me ha señalado para llegar seguro a la celestial Patria? ¡Qué peligros! La vanidad del mundo, la envidia
del demonio y la flaqueza de la carne, me ofrecen los suyos, y lo que peor es
con apariencias buenas para engañar mi ignorancia. ¿Cómo
pues me atreveré a hacer elección de estado sin socorro de un fiel consejero,
sabiendo que de aquí depende mi salvación eterna? ¿Y más avisándome Dios por su
santa Escritura, procure por medio de obras pías certificarme de mi vocación
verdadera? Por esto, mediante esta
santa novena, humilde recurro a vos, glorioso Padre, para que, ya que estando
vos entre esas congojas merecisteis aprender de la Virgen María la elección de
estado religioso; así yo por vuestros méritos alcance un rayo de luz divina, y
con él, siguiendo mi vocación verdadera en el estado que me inspirare, sirva
fielmente al Señor en lo restante de mi vida, haciendo, con el auxilio de la
divina gracia, obras dignas de la corona de la gloria, para alabar en compañía
vuestra a mi Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
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