Novena
tomada de APOSTOLADO DEL SAGRADO CORAZÓN. Los Gozos, de origen valenciano, son
tradicionales, sin autor conocido.
COMENZAMOS: 29 de junio.
FINALIZAMOS: 7 de julio.
FESTIVIDAD VETUS ORDO: 8 de julio.
NOVENA A SANTA ISABEL DE ARAGÓN, REINA DE PORTUGAL Y TERCIARIA
FRANCISCANA.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
℣. Dios mío,
ven en mi auxilio.
℟. Señor, date
prisa en socorrerme.
℣. Gloria al Padre, y al
Hijo, y al Espíritu Santo.
℟. Como era en
un principio, ahora y siempre, y en todos los siglos de los siglos. Amén.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de
ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezcoos,
Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así
como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los
perdonaréis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y
me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio
hasta la muerte. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
Altísimo y
Soberano Señor Nuestro que
quisiste darnos ejemplo de santidad mostrándonos a nosotros vuestros siervos,
que no solamente en los claustros y desiertos santificas a tantas almas, sino
también en los tronos de los reyes, haznos comprender que en todos los estados
de la vida puede estar tu espíritu de concordia y de paz.
Tú, que en la Reina Santa Isabel
le
disteis a las esposas cristianas un modelo de humildad, penitencia y perdón,
virtudes tan difíciles de encontrar en medio de las grandezas humanas, haz que
en los hogares no falte la dulzura y dedicación materna, para salud y bienestar
físico y espiritual de los hijos, y que sean estos educados en la fe, a
imitación de la Sagrada Familia.
Te pedimos, Señor, por intercesión de esta
Santa Reina, que tan grande fue en el mundo y que no menor lo es en el cielo,
las gracias que tanto precisamos (se nombran
los favores a pedir) en modo particular la paz
en nuestros corazones y en nuestros hogares.
¡Oh, Dios! que
eres tan admirable en vuestros santos, compadécete de nuestras miserias y
concédenos por intercesión de las oraciones de tu sierva Santa Isabel, se
aparte de nosotros la tibieza, y fortalecidos con tu gracia, recibamos nuevo
ánimo en la devoción. Que se transformen nuestras malas costumbres, y
preparemos de este modo los caminos que nos conduzcan a la eterna felicidad. Tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
DÍA PRIMERO – 29 DE JUNIO
MEDITACIÓN: Promesa de Dios.
Nacida en Aragón, España, en 1271, Santa Isabel es
la hija del rey Pedro III de ese reino y nieta del rey Jaime el Conquistador,
biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron por nombre Isabel,
que significa “Promesa
de Dios”, en honor a su tía
abuela, Santa
Isabel de Hungría.
Su formación fue formidable y ya desde muy
pequeña tenía una notable piedad. Le enseñaron que, para ser verdaderamente
buena debía unir a su oración la mortificación de sus gustos y caprichos.
Conocía desde pequeña la frase: «Tanta mayor libertad
de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas». Se esmeró por ordenar su
vida en el amor a Dios y al prójimo, disciplinando sus hábitos de vida. No
comía nada entre horas.
LETANÍAS
DE SANTA ISABEL
(Para todos los días)
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios
Padre celestial, ten
piedad de nosotros.
Dios
Hijo, redentor del mundo, ten
piedad de nosotros.
Dios
Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Santísima
Trinidad, que eres un solo Dios,
ten piedad de
nosotros.
Santa
María, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, madre de los pecadores, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, temerosa de Dios desde la infancia, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, fervorosísima adoradora de Dios, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, devota del discípulo amado de Jesús, San Juan, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, imitadora de San Francisco, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, nobilísima por la generación y por la fe, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, dada a todos los actos de piedad, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, que perseveraste en la oración y contemplación, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, consolada muchas veces con visiones divinas, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, amable a Dios y a los hombres,
ruega por nosotros.
Santa
Isabel, admirable despreciadora del mundo, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, modelo de pobreza, castidad y obediencia, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, consoladora de los casados, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, ejemplo de perdón en las infidelidades de tu esposo, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, espejo de las viudas, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, modelo de penitencia y de humildad, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, dotada de admirable mansedumbre,
ruega por nosotros.
Santa
Isabel, que despreciaste las delicias de la casa real paterna, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, amante de la Cruz de Cristo, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, luz de las mujeres piadosas,
ruega por nosotros.
Santa
Isabel, madre de los huérfanos, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, consoladora de los afligidos, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, que diste a los pobres todas tus riquezas, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, que fuiste privada del auxilio de tus parientes, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, pacientísima en las contrariedades, ruega
por nosotros.
Santa
Isabel, abrigo de los peregrinos y los enfermos, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, guardiana de todos los necesitados, ruega
por nosotros
Santa
Isabel, ahuyentadora de los demonios,
ruega por nosotros.
Santa
Isabel, que alcanzaste de Dios la conversión de los vanidosos y los viciosos, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, que oíste cantar a los ángeles en tu muerte, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, adornada de milagros en la vida y en la muerte, ruega por nosotros.
Santa
Isabel, que socorres con misericordia a tus devotos, ruega por nosotros.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
GOZOS
Pues
sois fragante clavel
De
los pensiles del Cielo:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Cuna
real Aragón
Ofreció
a vuestra belleza,
Y
de virtud y austereza
Coronáis
su alto blasón;
Desde
niña a la oración
Os
dais, por ser a Dios fiel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Adorando
al Uno y Trino
Con
respeto el más profundo,
Huyendo
estorbos del mundo
Cumplís
el rezo divino;
Abriéndoos
ancho camino
Para
el celestial vergel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Con
el ayuno frecuente
Se
arma vuestra complexión,
Mas
nunca disminución
Vuestro
hermoso aspecto siente;
Al
espíritu valiente
Sujetáis
la carne infiel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Sobre
ser recomendable
La
real sangre y gentileza,
Vuestra
virtud luego empieza
A
haceros más apreciable:
No
hay Príncipe que no entable
Sentaros
en su dosel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Dionisio
de Portugal
Os
consigue por esposa,
Y
unión tan majestuosa
No
es muda de natural:
Pues
ve el pobre que jovial
Os
inclináis hacia él:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
De
banquetes la opulencia
De
manjares lo exquisito,
No
excitan vuestro apetito
Ni
impiden vuestra abstinencia;
Con
disimulo y prudencia
Sabéis
guardar tal joyel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
El
cilicio con la seda
Y
ornato del real vestido
Encubrís,
y bien ceñido,
No
hay quien notároslo pueda;
Oculto
al mundano queda
El
laudable uso de aquél:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Vuestras
limosnas cuantiosas
Ocultas
al Rey no son,
Pero
halla en cierta ocasión
El
dinero vuelto en rosas;
Desmintiendo
hojas vistosas
Lo
que buriló el troquel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
Del
esposo a quien amáis
Al
funeral asistís,
De
Clara el traje os vestís
Y
antes el pelo os cortáis;
Dar
limosnas ordenáis,
Y
hacéis sufragios por él:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
De
diamantes, oro y plata
Os
desprendéis al efecto,
Que
el ardor de vuestro afecto
Darse
a Dios del todo trata;
Y
con la vida remata,
Hollado
el vano oropel:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
De
los pobres sois sostén,
Y
de las Reinas modelo:
Halle
en Vos todo consuelo
El
que os invoque, Isabel.
℣. Ruega por nosotros,
Santa Isabel bendita.
℟. Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN
¡Oh Dios Clementísimo!, que entre otras eminentes
dotes ornaste a la reina Santa Isabel con la prerrogativa de aplacar los
horrores de la guerra y poner armonía en su familia, concédenos que por su
intercesión y a ejemplo de sus virtudes, Tú reines en nuestros hogares
cristianos, y que después de pasar en paz esta vida mortal, como humildemente
pedimos, alcancemos las alegrías eternas. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que contigo vive y reina con el Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 30 DE JUNIO
Por la Señal…
Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro,
Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Reina de Portugal
El 11 febrero de 1282 contrajo matrimonio
por poderes en la capilla de Santa María, luego llamada de Santa Águeda, del
palacio real de Barcelona. En junio de este mismo año llegó a Portugal y en
Troncoso, a donde había salido a recibirla, se encontró con su esposo Dionisio, al que conoció por primera vez.
La nieta de Jaime
I el Conquistador, pese a su corta edad, aparecía ante todos como una
mujer adornada de energía tenaz y fuerza de alma no comunes. Además, era una
mujer dulce y bondadosa, inteligente y bien educada. No obstante, estas
excepcionales cualidades, bien pronto tuvo que sufrir las infidelidades de su
marido, que ella supo disimular con heroico silencio. Nunca quiso enfrentarse
con él, sino que con dulzura y amor quería apartarlo de sus ilícitas
relaciones. Tan heroica fue su paciencia que hasta llegó a ocuparse con toda
solicitud de los hijos bastardos de su esposo educándolos en palacio. Fuerza
para llevar con resignación estos agravios la encontró la reina en su trato con
Dios. Bajo la dirección de su confesor, el mercedario fray Pedro Serra, cultivó
una intensa vida interior y de entrega a la voluntad divina, sin perder la
naturalidad de esposa y reina.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO – 1 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Modelo de Penitencia.
Ser pobre en medio de las riquezas,
mortificado en medio de las delicias de la corte, humilde sobre un trono, es
una virtud que no pertenece sino a las grandes almas, como Santa Isabel.
Nunca quiso rehuir sus obligaciones, aun
aquellas que parecían más mundanas, y siempre, como reina que era, se la halló
presente en las solemnidades, banquetes, recepciones y demás fiestas
palaciegas. Minuciosa atención prestaba a las audiencias y visitas de sus
súbditos, porque, como decía, era responsable de su salvación y bienestar. Pero
no por esta actividad su vida espiritual sufría menoscabo alguno. Antes, al
contrario, supo encontrar a Dios y estar unida a Él en el cotidiano quehacer.
Durante toda su vida dedicó largas horas a la oración y a la lectura piadosa.
Su espíritu de mortificación fue grande, especialmente en ayunos y
abstinencias. Pan y agua eran su único alimento tres cuaresmas durante el año,
las vigilias de las fiestas de Nuestra Señora y de los Apóstoles y todos los
viernes. Otra gran virtud fue su caridad para con los pobres y enfermos,
compensada alguna vez por Dios con prodigios extraordinarios.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 2 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Esposa y madre cristiana.
Tras seis años sin tener sucesión le
nacieron dos hijos: la princesa Constanza y el
príncipe Alfonso, que fue su cruz y causa de sufrimientos. Crecido el
futuro Alfonso IV el Bravo en la Corte
portuguesa, se reconoció en él el violento carácter heredado de su padre, y a
partir de sus malos ejemplos fue creciendo en el hijo un fuerte rechazo que se
manifestaría más tarde. Por tres veces se alzó el príncipe en rebeldía. Estas
luchas entre sus dos más grandes amores fueron la gran prueba que tuvo que
sufrir durante largos años la reina Isabel. «Vivo vida
muito amargosa», dice
en una carta a su hermano Jaime II de Aragón. A
todos los sacrificios estaba dispuesta con tal de lograr la paz de su reino y
la reconciliación del padre con el hijo. Para conseguirlo no duda en escribir a
su esposo: «No permitáis que se
derrame sangre de vuestra generación que estuvo en mis entrañas. Haced que
vuestras armas se paren o entonces veréis cómo en seguida me muero. Si no lo
hacéis, iré a postrarme delante de vos y del infante, como la leona en el parto
si alguien se aproxima a los cachorros recién nacidos. Y los ballesteros han de
herir mi cuerpo antes de que os toque a vos o al infante. Por Santa María y por
el bendito San Dionisio, os pido que me respondáis pronto para que Dios os
guíe».
Y a su hijo le dice: «Por Santa María
Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman
casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las
armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes
para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que
los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes
deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbdito con el rey».
Hasta al mismo campo de batalla llegó en una
ocasión, montando una mula, cuando empezaba en el llano de Alvalade, cerca de
Lisboa, otra lucha parricida entre el rey y su hijo. Allí consiguió de su
esposo el perdón para el hijo inquieto y rebelde.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO – 3 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Reina de la paz.
Llevó a cabo una labor pacificadora por su
intervención delicada en los asuntos de gobierno, tan difícil en ciertos
momentos. Hay que destacar en ella este especial don. Así, merced a su
constante y discreta intervención, contribuyó a reconciliar a Portugal con el Papa, reconciliación que se
confirmó con la firma de un Concordato y con la fundación de la Universidad de
Coímbra. Una alta visión política, a la par que un gran desprendimiento,
demostró tener la reina, cuando cedió parte de sus derechos a la dote que le
correspondía, en favor de su sobrina la hija de don
Alfonso, hermano de don Dionisio, su esposo. Con ella quedó apaciguado
el intento de guerra civil que para defender los intereses de su hija se
aprestaba a promover don Alfonso. También
afianzó la paz entre castellanos y portugueses, mediante
la unión matrimonial de sus hijos con los del rey
de Castilla. En momentos difíciles para esta paz se entrevistó con la reina castellana María de Molina, siendo eficaz su
intervención para los intereses de ambos reinos, amenazados por las discordias
promovidas en Castilla por los Infantes de la Cerda, que comprometían no sólo
al rey Fernando, su yerno, sino al mismo rey de Portugal, su marido, y al de Aragón, Jaime II, su
hermano. Con el mismo efecto pacificador medió entre su hermano don Fadrique, rey de Sicilia, y Roberto de
Nápoles, dispuestos a dar solución a sus problemas con las armas.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO – 4 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Modelo de viudas.
En 1325 enfermó don
Dionisio; lo llevan a Santarém y allí su esposa le cuidó con desvelo y
abnegación. Murió el 7 de enero. Inmediatamente después, Isabel se retiró a su
cámara, se vistió el hábito de las clarisas, cortó
por sí misma los cabellos de su cabeza, y volviendo ante el cadáver de su
esposo, dijo a los cortesanos presentes: «Daos
cuenta de que a la vez que al Rey perdisteis a la Reina».
Se ha visto cómo Isabel siempre estuvo
dispuesta a la ayuda del necesitado y cómo, en medio de sus deberes de reina,
supo estar unida a Dios. Al enviudar, y heredar el trono su hijo Alfonso IV, quedó libre para entregarse más
por entero a sus devociones y a sus obras de caridad. Hasta
el fin de sus días vivió una vida retirada, vistiendo siempre el hábito de la
Tercera Orden franciscana, aunque libre de votos religiosos, pues siempre quiso
mantener su patrimonio, como ella dice, para construir iglesias, monasterios y
hospitales.
Ya de antiguo tenía tomada esta resolución,
que tanto su confesor como su hijo conocían. Liberada,
pues, de los deberes de la Corte, no vive sino para ayudar al necesitado. Sus
riquezas van a parar a los pobres y enfermos en forma de ropa y alimentos. En
los hospitales pasaba largas horas consolando a los allí acogidos. Construyó
iglesias y monasterios: ella misma dirigió las
obras del monasterio de Santa Clara de Coímbra.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 5 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Peregrina en Compostela.
Por motivos devocionales, para orar por el
bien de su alma y de la de su marido, presuntamente en el Purgatorio, doña
Isabel tomó la senda peregrina llamada por su piedad y por la fama
internacional que desde hacía siglos había alcanzado el santuario jacobeo.
Viaja a Santiago en 1325, algunos meses después de la muerte del rey. Inició la
peregrinación en junio, con la intención de rezar por el alma de su marido ante
el altar de Santiago el día 25 de julio de aquel año y solicitar indulgencias
que redundasen en beneficios espirituales a favor del difunto. Don Dionisio no
había tenido ocasión de peregrinar a Compostela, pero demostró su devoción por
Santiago donando al Cabildo de la catedral 300 maravedíes para conmemoración de
su aniversario. Su esposa bien sabía, por ser
persona espiritual, que mayor sería el beneficio para el alma del rey si lo que
entregaba al apóstol era un sacrificio personal, acompañado de una generosa
donación de valor simbólico significativo.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO – 6 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Donaciones a San Santiago en Compostela.
Al llegar a Milladoiro y ver por fin las
torres de la catedral compostelana, la reina santa descendió del caballo en el
que viajaba y continuó a pie. En Santiago pudo asistir a la solemne celebración
del 25 de julio y donó al apóstol su corona de soberana, su regio manto bordado
con hilos de oro y plata, tapicerías con las armas de Aragón y Portugal y otros
presentes de valor, recibiendo varios regalos del arzobispo Berenguel de
Landoria, entre ellos una escarcela adornada con una concha de vieira y un báculo
o bordón ornado con vieiras grabadas sobre planchas de plata, y con remate en
tau, de piedra y con leones de plata en los extremos, igual al que empuña la
imagen de Santiago en el Pórtico de la Gloria. Con estos adminículos se enterró
la reina en Santa Clara-a-Velha de Coimbra, pues ambos aparecieron en 1612 en
el interior del sepulcro, en el reconocimiento que se hizo del cuerpo de la
soberana.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO – 7 DE JULIO
Por
la Señal…
Acto
de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.
MEDITACIÓN: Muerte de una Santa.
Una vez más, e iba a ser la última, tuvo
que intervenir la anciana reina, esta vez ante su hijo
Alfonso y su nieto Alfonso XI de Castilla para evitar la guerra entre
ambos. Pese a sus muchos años se puso en camino hacia Estremoz, con el fin de
parlamentar con su hijo, y disuadirle de aquella empresa. Aquel viaje agitado y
presuroso, en medio de los calores veraniegos, significó su muerte, aunque la
causa próxima fue una herida en el brazo, acompañada de fuerte dolor y fiebre.
Reconociendo que se acercaba el fin de su vida confesó, oyó misa y «con gran devoción y muchas lágrimas recibió el Cuerpo de Dios». Puede decirse que desde
aquel momento no dejó de rezar. Su lengua, cada vez más débil, recitaba salmos
y los versos latinos de himnos litúrgicos, como el “María Mater grátiæ, Mater misericórdiæ, Tu nos ab hoste prótege
et hora mortis súscipe”. Junto
a su lecho, según ella siempre deseó, estaba su hijo por el que tanto había
sufrido. Murió el 4 de julio de 1336, en el castillo de Estremoz. Sus restos
fueron sepultados en su convento de Santa Clara-a-Velha; pero al resultar éste
progresivamente anegado por las aguas del río Mondego hubieron de ser
trasladados en el siglo XVII al nuevo convento de Santa Clara-a-Nova. El pueblo cristiano ha rodeado, a través de los siglos,
de una gloria inmortal a esta santa medieval. Fue canonizada por Urbano VIII el
25 de mayo de 1625.
—La
Letanía y los Gozos se rezarán todos los días.
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