viernes, 21 de julio de 2023

NOVENA EN HONOR A SANTA ANA, MADRE DE LA VIRGEN MARÍA.

 

Con licencia del Ordinario. Santiago de Cuba (1909).

COMENZAMOS: 17 de julio.

FINALIZAMOS: 25 de julio.

FESTIVIDAD: 26 de julio.

MOTIVOS DE ESTA NOVENA

   Mucho adelanta en su pretensión con el Príncipe quien le lisonjea el gusto cuando pide; y aunque no lisonjeáramos otro gusto que el de María Santísima, pidiendo y solicitando por medio de Santa Ana, su Madre, el buen despacho de nuestras necesidades, tendríamos ya un todo adelantado con Dios, Supremo Príncipe del cielo y de la tierra, para merecer su clemencia: pues no puede agradar al Hijo quien no lisonjea el gusto a la Madre, ni puede no inclinar propicia la clemencia del Hijo quien no merece los agrados de la Madre. En la devoción, pues, de la Soberana Señora Santa Ana tan le lisonjeamos a María Santísima el gusto, como que le honramos a su Madre: que a la ley de tan buena Hija no puede menos que agradecer, aún más que los propios, los obsequios de su Madre. Eso lo significó a una devota suya, dándole a entender con un gran milagro que apreciaba más se celebrase la fiesta de su Madre, que aun la suya; y que, de no poder con ambas, prefiriese la de la Señora Santa Ana. Esto también lo declaró a un devoto, según Tritemio, con estas palabras: «Si me amas, honra a mi Madre; y la reverencia que en mi nombre le hicieres, me agradará a mí al doble.» Esto, finalmente, apareciéndosele la Santísima Reina a un devoto suyo, que se esmeraba en rezarle su Santo Rosario, se lo declaró, solícita del mayor culto de su Madre, protestándole que le sería mucho más agradable si al fin de él, como preciosa medalla, le añadiese un Padre nuestro y un Avemaría en honra de su amantísima Madre Señora Santa Ana, añadiéndole: «Hágote saber que todos los que con cordial devoción la honraren en su vida, sentirán puntual su favor en todas sus necesidades temporales, y a la hora de la muerte el socorro espiritual contra los asaltos del demonio.» Otro devoto de nuestra Señora Santa Ana (sino es que es el mismo, según refiere el P. José Vidal en el libro de la vida de esta gloriosa Santa) tenía devoción de decir después del Rosario esta jaculatoria: Benditos y alabados sean vuestros gloriosos padres Señor San Joaquín y Señora Santa Ana, de los cuales procedió vuestra carne virginal, que fué concebida sin pecado original. Y como lo dijo lo hizo María Santísima, apareciéndose a la hora de la muerte con su bendita Madre, Señora Santa Ana, y regalándolo con título de hermano recibió su alma en sus purísimas manos para el cielo. Ni sólo María Santísima ha solicitado la devoción de su Madre amabilísima: Dios desde el cielo, empeñado en los cultos de su Santa Abuela, envió al apóstol Santiago a enseñarle la devoción de nuestra Señora Santa Ana á Emerico, cuya vida fué después una tela de maravillas. Y favores de la gloriosa Señora Santa Ana: y la devoción que trajo del cielo el sagrado Apóstol fué encenderle a la Soberana Matrona los martes una candela, y rezarle tres Padrenuestros y tres Avemarías en memoria de su nacimiento y dichoso tránsito, que fueron en martes. Pues si Dios, Nieto de nuestra Señora Santa Ana; si María Santísima, su Hija, así solicitan desde el cielo la devoción de su Soberana Abuela y Madre, muy de piedra será el corazón que no se empeñare en su obsequio, sabiendo que en ello agrada tanto a Dios y a su Santísima Madre. ¿Y cómo es creíble que luego no solicite María y conceda Jesús lo que pidiéremos, si nos conviene, por medio de nuestra Señora Santa Ana, o lo conviertan en mejor beneficio, cuando ellos se empeñan en que le pidamos por su medio? Por lo cual, supuestas las devociones ya insinuadas, será muy del agrado de Jesús y de María, y gloria de nuestra Señora Santa Ana, esta Novena, que se puede hacer en cualquier tiempo del año, principalmente los nueve días antes de su festividad, a la cual, si acompaña una buena confesión y comunión, ejercicio de virtudes, ajuste de vida, será infalible, moralmente hablando, conseguir de Dios lo que, en esta Novena, por intercesión de nuestra Señora Santa Ana, le pediremos. Sea en todo y por todo para gloria de su Divina Majestad y bien de las almas. Amén.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

Puesto de rodillas ante una imagen de nuestra Señora Santa Ana, con la reverencia y atención posible, se comienza con él siguiente…

ACTO DE CONTRICIÓN

   Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias, por ser Vos mi Padre, mi Señor y mi Dios infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad Misericordiosísima; me pesa, Trinidad Amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois. Propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos: morir antes que pecar. Espero en vuestra suma bondad y misericordia infinita, y en la poderosa intercesión de vuestra querida Hija, Madre y Esposa María Santísima, mi Señora, y méritos de mi Señora Santa Ana, que me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis gracia para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

   Soberana Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado, Hijo del Eterno Padre, mi Señora Santa Ana: con humilde reverencia, postrado a tus pies, te suplico que, si el favor que te pido ha de ser para gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío, y bien de mi alma, me lo alcances de su divina piedad; y si no, endereza mi ruego a lo que conoces ser mayor agrado, gloria suya y provecho espiritual de mi alma. Amén.

DÍA PRIMERO —17 de julio

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro y doy mil placemos a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque te escogió para dignísima Madre de la Reina del cielo, purísima Madre de su Unigénito Jesús, que santificó tu alma antes de nacer y grabó en tu pecho, con letras de oro, por ministerio de ángeles, el dulcísimo nombre de ANA, que significa gracia; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad gracias para merecer el que sea yo de los escogidos para la gloria, y el favor que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Aquí se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la siguiente…

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

   Con firmísima esperanza y humilde rendimiento ¡oh gloriosísima Señora Santa Ana! imploro tu favor, y fio conseguir de la divina clemencia éste, para cuyo despacho empeño con la Santísima Trinidad tu gracia y valimiento. Pídele a tu Hija que interceda por mí. Ruégale a tu divino Nieto que me lo conceda, y no dudo de mi buen despacho, pues tu Hija y tu Nieto, celando tu culto y honra, miran el buen despacho de tus recomendados, como acrecentamiento de tu gloria. No mires ¡oh piadosísima Señora Santa Ana! mis deméritos, ni lo frío de mis afectos, sino a tu piedad y tu grandeza: y si miras a mi indignidad y miseria, sea para que sobresalga en remediarla el poder de tu misericordia y él valor de tu intercesión, la cual te suplico se extienda a la protección de la Santa Iglesia, a la destrucción de las herejías, reducción de los infieles y herejes, paz y concordia entre los Príncipes cristianos, al eficaz auxilio a los pecadores para que salgan de sus culpas, y, finalmente, al alivio y descanso de las benditas ánimas del Purgatorio. Amén.

—Aquí, levantando la confianza y el corazón a nuestra Señora Santa Ana, se le pedirá fervorosamente en secreto él favor especial que se pretende, y después se dice la siguiente…

ORACIÓN Á LA VIRGEN SANTÍSIMA PARA TERMINAR

TODOS LOS DÍAS

   Sacratísima Reina de los Ángeles, María, Señora nuestra, que como reconocida y amante Hija de tan Santa Madre, tú misma desde el cielo solicitas la devoción y culto de mi Señora Santa Ana: yo te suplico entrañes en mi alma, y en las de todos los cristianos, el amor y devoción de tu Santísima Madre, y hagas que viva su memoria en nuestros afectos, y alcances de tu querido Padre, Hijo y Esposo, que no se condene el alma que implora tu favor; sino que en vida, libre por tu intercesión de las culpas y asechanzas del demonio, en la hora de la muerte sienta el poder de tu patrocinio y de tu agradecimiento, recibiendo en tus brazos para la gloria a los que por complacerte honran a tu Madre y se confiesan esclavos suyos. Amén.

JACULATORIA

Dios te salve, Ana felicísima.

Santísima Madre de la Hija de Dios Padre.

Santísima Madre de la Madre de Dios Hijo.

Santísima Madre de la Esposa del Espíritu Santo.

Dios te salve, Abuela de Jesús.

Dios te salve, campo preciosísimo del templo de la Santísima Trinidad, en cuyas entrañas fué concebida María sin pecado original.

OTRA JACULATORIA

Dios te salve, Ana felicísima.

Feliz por tu consorte fidelísimo.

Más feliz por tu Hija Sacratísima.

Y más por tu Nieto, Hijo del Altísimo.

GOZOS A LA GLORIOSISÍMA SANTA ANA, MADRE DE NUESTRA SEÑORA.

Pues que sois tan poderosa

Y en gloria tan Soberana,

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Abeterno destinada,

Con singular elección,

Para la generación

De la Hija Inmaculada,

Fuisteis, y de Dios sellada

Con santidad portentosa:

Dichosísima Santa Ana,

 Favorecednos piadosa.

 

Todo el cielo os aclamó

Por Madre de su Princesa,

Pregonando la grandeza

Á que Dios os levantó;

Tan temprano comenzó

Vuestra dicha venturosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Entre las mujeres, vos

(Después de María amada)

Sois la más aventajada

En el aprecio de Dios,

Supuesto que a sola Vos

Hizo su Abuela amorosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Vos de Sangre Real naciste,

Ennoblecida y hermosa,

Tan santa y tan virtuosa,

Que el Imán del cielo fuiste,

Y entre los hombres tuviste

Veneración respetuosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Vuestras prendas fueron tales,

Que todos las admiraban;

Vuestros Padres se alegraban

Viendo en vos tales sedales:

Y los dones celestiales

Os hacían más donosa:

Dichosísima Santa Ana

Favorecednos piadosa.

 

De Joaquín esposa bella

Brillasteis, y de María

Madre en fiel soberanía,

Dignidad que más descuella:

Fuisteis rutilante estrella,

Y más que el sol luminoso:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

¿Quién podrá de vuestras glorias

Celebrar las alabanzas,

Que si fueron esperanzas

Infecundas, ya notorias

Son poseídas victorias

Con paz de fruto copiosa?

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Fuisteis estéril primero

Que fecunda, muchos años,

Para reparar los daños

Con el fruto postrimero;

Hizo la fruta este fuero

Más sazonada y gustosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Calle ya la antigua Ana,

Con Sara, y con Isabel;

Porque no hace aquí papel

Su esterilidad anciana;

La vuestra es más soberana

Por el fruto, y generosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

 

Paristeis con dicha tanta

Á la Reina de los cielos,

Que a todos nuestros desvelos

Tal felicidad espanta;

Madre sois de Hija tan santa,

Que es cosa muy milagrosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Querubines á porfía,

Mejor que vuestros parientes,

Os servían reverentes

Al dar a luz a María.

¡Oh, qué alegre fué aquel día,

En que fuiste tan dichosa!

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

En dulzura brinda el pecho

Vuestro amor a vuestra niña;

Ya la arrulla, ya la aliña,

Ya la compone en el lecho;

Y del corazón no estrecho,

Mar de cariños rebosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Con desvelo la criasteis,

Y con rectitud prolija,

Siendo espejo de tal Hija,

Las virtudes la enseñasteis;

Y el oficio ejecutasteis

De Maestra primorosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Al tercer año, en servicio

De Dios, y del mundo ejemplo,

La consagrasteis al templo

En divino sacrificio:

Aceptó Dios muy propicio

Vuestra ofrenda tan costosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Ya de laureles colmada,

Y cansada de esta vida,

Llegasteis a la partida

Felizmente consolada;

Al limbo fué la jornada,

Y presto al cielo gloriosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

Á la Hija muy cercana,

En Trono muy majestuoso,

Gozáis eterno reposo

En la Patria soberana:

Allí sois con verdad llana

Abogada poderosa:

Dichosísima Santa Ana,

Favorecednos piadosa.

 

De Jesús Abuela santa,

Y Madre sois de María,

Para ser nuestra alegría:

Libradnos de la garganta

Del dragón que nos espanta

En nuestra muerte penosa:

Dichosísima Santa Ana,

 Favorecednos piadosa.

. Ruega por nosotros, bienaventurada Señora Santa Ana.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ANTÍFONA

   Bienaventuradas las entrañas de la felicísima Matrona Ana, que albergaron por nueve meses a la Hija muy amada del Eterno Padre; y bienaventurados los pechos que sustentaron a la Virgen Madre del Eterno Hijo y Purísima Esposa del Espíritu Santo.

   ¡Oh bienaventurada Ana, que siempre reinas con los santos ángeles!

ORACIÓN

   ¡Oh soberano Dios!, que hicisteis a la bienaventurada Ana la gracia de ser Madre de María Santísima, en cuyas virginales entrañas se vistió de nuestra carne vuestro Eterno Verbo: concedednos, por vuestra misericordia, que en vuestra presencia nos patrocine aquella cuya dulce memoria celebramos. Por vuestro mismo Hijo Santísimo Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


SEGUNDO DÍA —18 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque al tamaño de la dignidad de Madre de la Madre de Dios y Abuela del Verbo divino, para que fuiste escogida, derramó en tu alma sola más gracias, privilegios y excelencias que en todos los ángeles y hombres, que no son de orden hipostático, y en tu cuerpo singulares prendas para tan alta dignidad; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la Santísima Trinidad te los hizo, té suplico me alcances de su bondad que con verdadera penitencia yo me disponga a recibir en mi alma el don inestimable de su gracia, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

TERCER DÍA —19 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque disponiendo que de ti naciese la gran Señora para Madre de su divino Jesús, te reveló por medio del arcángel San Gabriel la cercanía del deseado Mesías, y la voluntad suya de que desposases con el Señor San Joaquín, para los altos fines de la Encarnación del Verbo Eterno; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, llenando de bendiciones y agrados suyos tu santo matrimonio, te suplico me alcances de su bondad luz para elegir el estado en que más le agrade, y gracia para perseverar en él, conforme a su santa Ley, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

CUARTO DÍA —20 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

    ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil felicitaciones a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, por la singular paciencia, humildad, constancia y conformidad con su divina voluntad, de que adornó tu alma para sufrir las afrentas y públicos baldones de tu penosísima y dilatada esterilidad: por estas virtudes, Señora, con que en sumó grado adornó tu alma el Altísimo, y el infinito amor con que te las dio, te suplico me alcances, de su clemencia humildad de corazón, paciencia en los trabajos, conformidad con su beneplácito en lo próspero y adverso; que se libre mi alma de la esterilidad que padece de virtudes y frutos de buenas obras, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

QUINTO DÍA —21 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

    ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil congratulaciones a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque, compadeciéndose de tu desconsuelo y aflicción, se dignó su Majestad Santísima, por medio del arcángel San Gabriel, consolarte con la alegre nueva de que concebirías a María Santísima para Madre del deseado Mesías, teniendo la misma revelación y consuelo tu felicísimo esposo Señor San Joaquín, que se hallaba ausente; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad el sólido consuelo de no perderle, y el logro del deseo y esperanza que tengo de gozarle, después de los peligros y contingencias de ésta vida, y el favor que te pido en esta novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

SEXTO DÍA —22 de julio

Por la señal

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque llegando el día de la gracia, y elevando al cielo tu felicísimo vientre, hizo que rayara en ella Aurora del Sol de Justicia, concibiendo en gracia y gloria a la Reina del cielo, María, Señora nuestra, y al punto de concebirla llenando tu alma de júbilos y afectos celestes; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad un entrañable amor a la pureza y horror a la culpa, que consiga mi alma la gracia que perdí tantas veces con mis culpas, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

SÉPTIMO DÍA —23 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil parabienes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque habiéndose servido de tu sagrado vientre para que en él habitase nueve meses la Reina del cielo, María, Madre de Jesús, llenándose en ese tiempo de ilustraciones y delicias de gloria, y haciendo que te honrasen, reverenciasen y guardasen innumerables ángeles, y después, con alegría del cielo y de la tierra, y con espanto y horror del infierno, hizo que dieses a luz tu Santísima Hija, y que viese el mundo a su Corredentora, Arcaduz de su remedio, Perla del cielo, y Cielo de la Divinidad; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad que corresponda a sus auxilios, y dé a luz en la ejecución los deseos que concibo por tus divinas inspiraciones, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

OCTAVO DÍA —24 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque habiéndote concedido que por tres años criases con sumos júbilos y te regalases con la celestial ternura y niñez de la Madre de Jesús, e Hija tuya, por último te inspiró eficazmente le ofrecieses con ella toda tu alma y corazón en el templo, recibiendo como prenda tuya la que era depósito de todo su amor y complacencias: por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad que desarraigue mi corazón de toda criatura, y lo sacrifique a su amor, para que desde hoy ya no quiera ni ame más que al Sumo Bien, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

NOVENO DÍA —25 de julio

Por la señal…

Acto de contrición y la Oración para todos los días.

ORACIÓN

   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, por el colmo de casi inmensa gloria de que te llenó, y al presente gozas en el cielo, viendo a la diestra del Eterno Padre a tu Divino Nieto, y a tu Hija Santísima Reina de la gloria: por estos favores, Señora, y por la especial complacencia y agrado que la Santísima Trinidad tiene en tu dichosa alma, más que en la de otros innumerables Santos y ángeles, te suplico me alcances de su bondad que, en pasando de esta vida, merezca ver su divino rostro, la humanidad de tu Nieto Dios, la gloria de tu Hija, que después de la de Jesucristo es la suma, y la tuya, que no puede menos que ser la admiración de los ángeles; pues, después de tu Purísima Hija, creo que eres el hechizo de la gloria, y me alcances el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén. Jesús, María, José, Joaquín y Ana, que en vida y en muerte amparen mi alma.

—Se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a Santa Ana.

¡Viva Jesús, viva María Purísima, y su Madre Ana Santísima por toda la eternidad! Amén.

El Excmo. Sr. Dr. D. Alonso Núñez de aro y Peralta, dignísimo Arzobispo de México, concede ochenta días de indulgencia a todos los fieles que dijeren devotamente esta jaculatoria: así consta de su decreto de 15 de Julio de 1783.

 


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