Con
licencia del Ordinario. Santiago de Cuba (1909).
COMENZAMOS: 17 de julio.
FINALIZAMOS: 25 de julio.
FESTIVIDAD: 26 de julio.
MOTIVOS DE
ESTA NOVENA
Mucho adelanta en su pretensión con el
Príncipe quien le lisonjea el gusto cuando pide; y aunque no lisonjeáramos otro
gusto que el de María Santísima, pidiendo y
solicitando por medio de Santa Ana, su Madre, el buen despacho de nuestras
necesidades, tendríamos ya un todo adelantado con Dios, Supremo Príncipe
del cielo y de la tierra, para merecer su clemencia: pues
no puede agradar al Hijo quien no lisonjea el gusto a la Madre, ni puede no
inclinar propicia la clemencia del Hijo quien no merece los agrados de la Madre. En la devoción, pues, de la Soberana Señora Santa
Ana tan le lisonjeamos a María Santísima el gusto, como que le honramos a su
Madre: que a la ley de tan buena Hija no puede
menos que agradecer, aún más que los propios, los obsequios de su Madre. Eso
lo significó a una devota suya, dándole a entender con un gran milagro que
apreciaba más se celebrase la fiesta de su Madre, que aun la suya; y que, de no
poder con ambas, prefiriese la de la Señora Santa Ana. Esto también lo declaró a
un devoto, según Tritemio, con estas palabras: «Si me
amas, honra a mi Madre; y la reverencia que en mi nombre le hicieres, me
agradará a mí al doble.» Esto,
finalmente, apareciéndosele la Santísima Reina a un devoto suyo, que se esmeraba
en rezarle su Santo Rosario, se lo declaró, solícita del mayor culto de su
Madre, protestándole que le sería mucho más agradable si al fin de él, como
preciosa medalla, le añadiese un Padre nuestro y un Avemaría en honra de su
amantísima Madre Señora Santa Ana, añadiéndole: «Hágote
saber que todos los que con cordial devoción la honraren en su vida, sentirán
puntual su favor en todas sus necesidades temporales, y a la hora de la muerte
el socorro espiritual contra los asaltos del demonio.» Otro devoto de nuestra Señora
Santa Ana (sino
es que es el mismo, según refiere el P. José Vidal en el libro de la vida de
esta gloriosa Santa) tenía
devoción de decir después del Rosario esta jaculatoria: Benditos y alabados sean vuestros gloriosos padres Señor San
Joaquín y Señora Santa Ana, de los cuales procedió vuestra carne virginal, que
fué concebida sin pecado original. Y
como lo dijo lo hizo María Santísima, apareciéndose a la hora de la muerte con
su bendita Madre, Señora Santa Ana, y regalándolo con título de hermano recibió
su alma en sus purísimas manos para el cielo. Ni sólo María Santísima ha solicitado
la devoción de su Madre amabilísima: Dios desde el
cielo, empeñado en los cultos de su Santa Abuela, envió al apóstol Santiago a
enseñarle la devoción de nuestra Señora Santa Ana á Emerico, cuya vida fué
después una tela de maravillas. Y favores de la gloriosa Señora Santa
Ana: y la devoción que trajo del cielo el sagrado
Apóstol fué encenderle a la Soberana Matrona los martes una candela, y rezarle
tres Padrenuestros y tres Avemarías en memoria de su nacimiento y dichoso
tránsito, que fueron en martes. Pues si
Dios, Nieto de nuestra Señora Santa Ana; si María Santísima, su Hija, así
solicitan desde el cielo la devoción de su Soberana Abuela y Madre, muy de
piedra será el corazón que no se empeñare en su obsequio, sabiendo que en ello
agrada tanto a Dios y a su Santísima Madre. ¿Y cómo es creíble que luego no solicite María
y conceda Jesús lo que pidiéremos, si nos conviene, por medio de nuestra Señora
Santa Ana, o lo conviertan en mejor beneficio, cuando ellos se empeñan en que
le pidamos por su medio? Por lo cual, supuestas
las devociones ya insinuadas, será muy del agrado de Jesús y de María, y gloria
de nuestra Señora Santa Ana, esta Novena, que se puede hacer en cualquier
tiempo del año, principalmente los nueve días antes de su festividad, a la
cual, si acompaña una buena confesión y comunión, ejercicio de virtudes, ajuste
de vida, será infalible, moralmente hablando, conseguir de Dios lo que, en esta
Novena, por intercesión de nuestra Señora Santa Ana, le pediremos. Sea en todo
y por todo para gloria de su Divina Majestad y bien de las almas. Amén.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
Puesto de
rodillas ante una imagen de nuestra Señora Santa Ana, con la reverencia y
atención posible, se comienza con él siguiente…
ACTO DE CONTRICIÓN
Amorosísimo
Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en
quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma,
sentidos y potencias, por ser Vos mi Padre, mi Señor y mi Dios infinitamente
bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima;
me pesa, Trinidad Misericordiosísima; me pesa, Trinidad Amabilísima, de haberos
ofendido, sólo por ser quien sois. Propongo y os doy palabra de nunca más
ofenderos: morir antes que pecar. Espero en
vuestra suma bondad y misericordia infinita, y en la poderosa intercesión de
vuestra querida Hija, Madre y Esposa María Santísima, mi Señora, y méritos de
mi Señora Santa Ana, que me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis
gracia para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra
siempre amabilísima Trinidad. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Soberana
Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado, Hijo del Eterno Padre,
mi Señora Santa Ana: con humilde reverencia,
postrado a tus pies, te suplico que, si el favor que te pido ha de ser para
gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío, y bien de mi alma, me lo
alcances de su divina piedad; y si no, endereza mi ruego a lo que conoces ser
mayor agrado, gloria suya y provecho espiritual de mi alma. Amén.
DÍA
PRIMERO —17 de julio
ORACIÓN
¡Oh
dichosísima Señora Santa Ana!
Yo
me alegro y doy mil placemos a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la
Santísima Trinidad infinitas gracias, porque te escogió para dignísima Madre de
la Reina del cielo, purísima Madre de su Unigénito Jesús, que santificó tu alma
antes de nacer y grabó en tu pecho, con letras de oro, por ministerio de
ángeles, el dulcísimo nombre de ANA,
que significa gracia; por estos favores,
Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de
su bondad gracias para merecer el que sea yo de los escogidos para la gloria, y
el favor que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria suya y bien de mi
alma. Amén.
—Aquí se
rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en
memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue
con la siguiente…
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS
Con firmísima esperanza y humilde rendimiento ¡oh gloriosísima Señora Santa Ana! imploro
tu favor, y fio conseguir de la divina clemencia éste, para cuyo despacho
empeño con la Santísima Trinidad tu gracia y valimiento. Pídele a tu Hija que
interceda por mí. Ruégale a tu divino Nieto que me lo conceda, y no dudo de mi
buen despacho, pues tu Hija y tu Nieto, celando tu culto y honra, miran el buen
despacho de tus recomendados, como acrecentamiento de tu gloria. No mires ¡oh piadosísima Señora Santa Ana! mis deméritos, ni
lo frío de mis afectos, sino a tu piedad y tu grandeza: y si miras a mi
indignidad y miseria, sea para que sobresalga en remediarla el poder de tu
misericordia y él valor de tu intercesión, la cual te suplico se extienda a la
protección de la Santa Iglesia, a la destrucción de las herejías, reducción de
los infieles y herejes, paz y concordia entre los Príncipes cristianos, al
eficaz auxilio a los pecadores para que salgan de sus culpas, y, finalmente, al
alivio y descanso de las benditas ánimas del Purgatorio. Amén.
—Aquí,
levantando la confianza y el corazón a nuestra Señora Santa Ana, se le pedirá
fervorosamente en secreto él favor especial que se pretende, y después se dice
la siguiente…
ORACIÓN Á
LA VIRGEN SANTÍSIMA PARA TERMINAR
TODOS LOS DÍAS
Sacratísima
Reina de los Ángeles, María, Señora nuestra, que como
reconocida y amante Hija de tan Santa Madre, tú misma desde el cielo solicitas
la devoción y culto de mi Señora Santa Ana: yo te
suplico entrañes en mi alma, y en las de todos los cristianos, el amor y
devoción de tu Santísima Madre, y hagas que viva su memoria en nuestros
afectos, y alcances de tu querido Padre, Hijo y Esposo, que no se condene el
alma que implora tu favor; sino que en vida, libre por tu intercesión de las
culpas y asechanzas del demonio, en la hora de la muerte sienta el poder de tu
patrocinio y de tu agradecimiento, recibiendo en tus brazos para la gloria a
los que por complacerte honran a tu Madre y se confiesan esclavos suyos. Amén.
JACULATORIA
Dios te
salve, Ana felicísima.
Santísima
Madre de la Hija de Dios Padre.
Santísima
Madre de la Madre de Dios Hijo.
Santísima
Madre de la Esposa del Espíritu Santo.
Dios te
salve, Abuela de Jesús.
Dios te
salve, campo preciosísimo del templo de la Santísima Trinidad, en cuyas
entrañas fué concebida María sin pecado original.
OTRA JACULATORIA
Dios te
salve, Ana felicísima.
Feliz por
tu consorte fidelísimo.
Más feliz
por tu Hija Sacratísima.
Y más por
tu Nieto, Hijo del Altísimo.
GOZOS A LA GLORIOSISÍMA
SANTA ANA, MADRE DE NUESTRA SEÑORA.
Pues
que sois tan poderosa
Y
en gloria tan Soberana,
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Abeterno
destinada,
Con
singular elección,
Para
la generación
De
la Hija Inmaculada,
Fuisteis,
y de Dios sellada
Con
santidad portentosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos piadosa.
Todo
el cielo os aclamó
Por
Madre de su Princesa,
Pregonando
la grandeza
Á
que Dios os levantó;
Tan
temprano comenzó
Vuestra
dicha venturosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Entre
las mujeres, vos
(Después
de María amada)
Sois
la más aventajada
En
el aprecio de Dios,
Supuesto
que a sola Vos
Hizo
su Abuela amorosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Vos
de Sangre Real naciste,
Ennoblecida
y hermosa,
Tan
santa y tan virtuosa,
Que
el Imán del cielo fuiste,
Y
entre los hombres tuviste
Veneración
respetuosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Vuestras
prendas fueron tales,
Que
todos las admiraban;
Vuestros
Padres se alegraban
Viendo
en vos tales sedales:
Y
los dones celestiales
Os
hacían más donosa:
Dichosísima
Santa Ana
Favorecednos
piadosa.
De
Joaquín esposa bella
Brillasteis,
y de María
Madre
en fiel soberanía,
Dignidad
que más descuella:
Fuisteis
rutilante estrella,
Y
más que el sol luminoso:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
¿Quién
podrá de vuestras glorias
Celebrar
las alabanzas,
Que
si fueron esperanzas
Infecundas,
ya notorias
Son
poseídas victorias
Con
paz de fruto copiosa?
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Fuisteis
estéril primero
Que
fecunda, muchos años,
Para
reparar los daños
Con
el fruto postrimero;
Hizo
la fruta este fuero
Más
sazonada y gustosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Calle
ya la antigua Ana,
Con
Sara, y con Isabel;
Porque
no hace aquí papel
Su
esterilidad anciana;
La
vuestra es más soberana
Por
el fruto, y generosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Paristeis
con dicha tanta
Á
la Reina de los cielos,
Que
a todos nuestros desvelos
Tal
felicidad espanta;
Madre
sois de Hija tan santa,
Que
es cosa muy milagrosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Querubines
á porfía,
Mejor
que vuestros parientes,
Os
servían reverentes
Al
dar a luz a María.
¡Oh,
qué alegre fué aquel día,
En
que fuiste tan dichosa!
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
En
dulzura brinda el pecho
Vuestro
amor a vuestra niña;
Ya
la arrulla, ya la aliña,
Ya
la compone en el lecho;
Y
del corazón no estrecho,
Mar
de cariños rebosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Con
desvelo la criasteis,
Y
con rectitud prolija,
Siendo
espejo de tal Hija,
Las
virtudes la enseñasteis;
Y
el oficio ejecutasteis
De
Maestra primorosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Al
tercer año, en servicio
De
Dios, y del mundo ejemplo,
La
consagrasteis al templo
En
divino sacrificio:
Aceptó
Dios muy propicio
Vuestra
ofrenda tan costosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Ya
de laureles colmada,
Y
cansada de esta vida,
Llegasteis
a la partida
Felizmente
consolada;
Al
limbo fué la jornada,
Y
presto al cielo gloriosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
Á
la Hija muy cercana,
En
Trono muy majestuoso,
Gozáis
eterno reposo
En
la Patria soberana:
Allí
sois con verdad llana
Abogada
poderosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos
piadosa.
De
Jesús Abuela santa,
Y
Madre sois de María,
Para
ser nuestra alegría:
Libradnos
de la garganta
Del
dragón que nos espanta
En
nuestra muerte penosa:
Dichosísima
Santa Ana,
Favorecednos piadosa.
℣.
Ruega por nosotros, bienaventurada Señora Santa Ana.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ANTÍFONA
Bienaventuradas
las entrañas de la felicísima Matrona Ana, que albergaron por nueve meses a la
Hija muy amada del Eterno Padre; y bienaventurados los pechos que sustentaron a
la Virgen Madre del Eterno Hijo y Purísima Esposa del Espíritu Santo.
¡Oh bienaventurada
Ana, que siempre reinas con los santos ángeles!
ORACIÓN
¡Oh
soberano Dios!, que
hicisteis a la bienaventurada Ana la gracia de ser Madre de María Santísima, en
cuyas virginales entrañas se vistió de nuestra carne vuestro Eterno Verbo:
concedednos, por vuestra misericordia, que en vuestra presencia nos patrocine
aquella cuya dulce memoria celebramos. Por vuestro mismo Hijo Santísimo Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
SEGUNDO
DÍA —18 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo
me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la
Santísima Trinidad infinitas gracias, porque al tamaño de la dignidad de Madre
de la Madre de Dios y Abuela del Verbo divino, para que fuiste escogida,
derramó en tu alma sola más gracias, privilegios y excelencias que en todos los
ángeles y hombres, que no son de orden hipostático, y en tu cuerpo singulares
prendas para tan alta dignidad; por estos favores, Señora, y el infinito amor
con que la Santísima Trinidad te los hizo, té
suplico me alcances de su bondad que con verdadera penitencia yo me disponga a
recibir en mi alma el don inestimable de su gracia, y el favor que te pido en
esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
TERCER DÍA —19 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh
dichosísima Señora Santa Ana!
Yo
me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la
Santísima Trinidad infinitas gracias, porque disponiendo que de ti naciese la
gran Señora para Madre de su divino Jesús, te reveló por medio del arcángel San
Gabriel la cercanía del deseado Mesías, y la voluntad suya de que desposases
con el Señor San Joaquín, para los altos fines de la Encarnación del Verbo
Eterno; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la
misericordiosísima Trinidad te los hizo, llenando de bendiciones y agrados
suyos tu santo matrimonio, te suplico me alcances
de su bondad luz para elegir el estado en que más le agrade, y gracia para
perseverar en él, conforme a su santa Ley, y el favor que te pido en esta
Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
CUARTO DÍA —20 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil felicitaciones a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, por la singular paciencia, humildad, constancia y conformidad con su divina voluntad, de que adornó tu alma para sufrir las afrentas y públicos baldones de tu penosísima y dilatada esterilidad: por estas virtudes, Señora, con que en sumó grado adornó tu alma el Altísimo, y el infinito amor con que te las dio, te suplico me alcances, de su clemencia humildad de corazón, paciencia en los trabajos, conformidad con su beneplácito en lo próspero y adverso; que se libre mi alma de la esterilidad que padece de virtudes y frutos de buenas obras, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
QUINTO DÍA —21 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil congratulaciones a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque, compadeciéndose de tu desconsuelo y aflicción, se dignó su Majestad Santísima, por medio del arcángel San Gabriel, consolarte con la alegre nueva de que concebirías a María Santísima para Madre del deseado Mesías, teniendo la misma revelación y consuelo tu felicísimo esposo Señor San Joaquín, que se hallaba ausente; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad el sólido consuelo de no perderle, y el logro del deseo y esperanza que tengo de gozarle, después de los peligros y contingencias de ésta vida, y el favor que te pido en esta novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
SEXTO DÍA —22 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque llegando el día de la gracia, y elevando al cielo tu felicísimo vientre, hizo que rayara en ella Aurora del Sol de Justicia, concibiendo en gracia y gloria a la Reina del cielo, María, Señora nuestra, y al punto de concebirla llenando tu alma de júbilos y afectos celestes; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad un entrañable amor a la pureza y horror a la culpa, que consiga mi alma la gracia que perdí tantas veces con mis culpas, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
SÉPTIMO
DÍA —23 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo
me alegro, doy mil parabienes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la
Santísima Trinidad infinitas gracias, porque habiéndose servido de tu sagrado
vientre para que en él habitase nueve meses la Reina del cielo, María, Madre de
Jesús, llenándose en ese tiempo de ilustraciones y delicias de gloria, y
haciendo que te honrasen, reverenciasen y guardasen innumerables ángeles, y
después, con alegría del cielo y de la tierra, y con espanto y horror del
infierno, hizo que dieses a luz tu Santísima Hija, y que viese el mundo a su
Corredentora, Arcaduz de su remedio, Perla del cielo, y Cielo de la Divinidad;
por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima
Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su
bondad que corresponda a sus auxilios, y dé a luz en la ejecución los deseos
que concibo por tus divinas inspiraciones, y el favor que te pido en esta Novena,
si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
OCTAVO DÍA —24 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque habiéndote concedido que por tres años criases con sumos júbilos y te regalases con la celestial ternura y niñez de la Madre de Jesús, e Hija tuya, por último te inspiró eficazmente le ofrecieses con ella toda tu alma y corazón en el templo, recibiendo como prenda tuya la que era depósito de todo su amor y complacencias: por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad que desarraigue mi corazón de toda criatura, y lo sacrifique a su amor, para que desde hoy ya no quiera ni ame más que al Sumo Bien, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
NOVENO DÍA —25 de julio
Por
la señal…
Acto
de contrición y la Oración para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil
plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas
gracias, por el colmo de casi inmensa gloria de que te llenó, y al presente
gozas en el cielo, viendo a la diestra del Eterno Padre a tu Divino Nieto, y a
tu Hija Santísima Reina de la gloria: por estos favores, Señora, y por la
especial complacencia y agrado que la Santísima Trinidad tiene en tu dichosa
alma, más que en la de otros innumerables Santos y ángeles, te suplico me alcances de su bondad que, en pasando de
esta vida, merezca ver su divino rostro, la humanidad de tu Nieto Dios, la
gloria de tu Hija, que después de la de Jesucristo es la suma, y la tuya, que
no puede menos que ser la admiración de los ángeles; pues, después de tu Purísima
Hija, creo que eres el hechizo de la gloria, y me alcances el favor que te pido
en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén. Jesús,
María, José, Joaquín y Ana, que en vida y en muerte amparen mi alma.
—Se rezan
tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria,
obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la
Oración final, la Oración a la Virgen santísima, las jaculatorias y los gozos a
Santa Ana.
¡Viva Jesús,
viva María Purísima, y su Madre Ana Santísima por toda la eternidad! Amén.
El
Excmo. Sr. Dr. D. Alonso Núñez de aro y Peralta, dignísimo Arzobispo de México,
concede ochenta días de indulgencia a todos los fieles que dijeren devotamente
esta jaculatoria: así consta de su decreto de 15 de Julio de 1783.
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