martes, 20 de junio de 2023

NOVENA EN HONOR DE SAN LUIS GONZAGA.

Novena compuesta en italiano por un sacerdote de la Compañía de Jesús en Milán, y traducida al español por un devoto de San Luis Gonzaga. Con licencia otorgada por el obispo de Barcelona en 1844.

COMENZAMOS: 12 de junio.

FINALIZAMOS: 20 de junio.

FESTIVIDAD: 21 de junio.

MODO DE REALIZAR LA NOVENA

Empieza y continúa la Novena en gracia de Dios; confiésate si conoces que lo necesitas, y conclúyela con la santa Comunión.

Se pone en cada día una meditación de la vida de San Luis Gonzaga, el fruto que se puede sacar, y una oración al Santo. Puedes emplear devotamente un cuarto de hora, o por lo menos leerlo con cuidado.

Después de este ejercicio rezarás seis veces el Padre Nuestro y Ave María con el Gloria Patri, en memoria de los seis años que San Luis Gonzaga vivió en religión, los que podrás aplicar por el alma del Purgatorio que fue más devota de San Luis Gonzaga; como así mismo para alcanzar alguna gracia especial. Y luego dirás la oración que allí se pone para tomar al Santo por protector, con la antífona y oración propia del Santo.

Puedes hacer cada día dos visitas a algún altar de San Luis Gonzaga, o en tu casa a alguna imagen suya, rezándole cada vez doce Gloria Patri, que hacen en todo veinte y cuatro, que tantos fueron los años que San Luis Gonzaga vivió en la tierra.

Oye devotamente cada día el santo sacrificio de la Misa, y mientras asistes a ella da gracias a la Santísima Trinidad por la gloria que ha dado a San Luis Gonzaga, y a este efecto podrás decir él Te Deum, o tres veces el Credo.

Harás otra visita a la Santísima Virgen María, saludándola tres veces con la Salve a honra de su triplicada virginidad. Puedes considerar que te hallas a los pies de la devota imagen de nuestra Señora del Buen Consejo, así llamada porque dio a San Luis Gonzaga el consejo de entrar en la compañía de Jesús; y suplícale te sea maestra en la elección del estado que debes tomar. Y si ya le has elegido, que te enseñe el modo con que has de agradar a Dios en el estado que tienes.

NOVENA EN HONOR DE SAN LUIS GONZAGA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor , Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

   Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezcoos, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonaréis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio hasta la muerte. Amén.

DÍA PRIMERO - 12 DE JUNIO

MEDITACIÓN: PUREZA Y CASTIDAD DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que San Luis Gonzaga conservó ileso hasta la muerte el lirio de su virginal inocencia. A don tan excelente concurrió el Cielo con un raro privilegio, porque le eximió de todo estímulo de la carne y de todo pensamiento impuro, de suerte que, como afirma la sagrada Rota, Luis debe por esto llamarse Ángel: «Númquam stímulum carnis in córpore passus est, nec cogitatiónem ullam in mente impúram hábuit. Mérito ígitur Alóysim Angélicus dici potest, qui angélicam puritátem hábuit». “Él nunca sufrió el estímulo de la carne en su cuerpo, ni tuvo ningún pensamiento impuro en su mente. Mérito por lo tanto puede llamarse Alóysim Angélico, que tenía pureza angelical”. Luis correspondió a estas misericordias de Dios observando una guarda exactísima de sus sentidos, y consagrando con voto su virginidad a Jesús y María, cuando tenía solos nueve años de edad.

FRUTO

   Coteja la pureza de este Ángel con tu vida, y confúndete detestando tus pasados desaciertos. Guarda con cuidado la castidad propia de tu estado, y ponla bajo del patrocinio de Santa María y de San Luis Gonzaga, con firme voluntad de evitar toda sombra de culpa, y de peligro en tal materia.

ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, suplícoos que, desde el Cielo, en donde ya vivís glorioso en el coro de los vírgenes, miréis con piedad por mí, que vivo entre tantos peligros de perder la pureza. Alcanzadme con vuestra intercesión, que en adelante todos mis pensamientos, palabras y obras respiren candor de virtud, de tal suerte que no desagraden al Rey y a la Reina de las vírgenes, Jesús y María. Amén.

—Aquí rezarás seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Luego pedirás al Santo el favor que más deseas.

CONSAGRACIÓN A SAN LUIS GONZAGA

   ¡Oh gloriosísimo San Luis Gonzaga!, lirio de pureza, espejo de modestia y Ángel en las costumbres: mirad, Santo mío, que yo os escojo por mi especial abogado y protector en el negocio de mi salvación eterna. Sed vos el director de mi vida y el ejemplar de mis acciones. Defended de toda impureza mis sentidos, mi entendimiento y mi corazón, que yo desde ahora por vuestra mano los entrego todos a mis dulcísimos amores Jesús y María. Sed siempre mi ángel de guarda en todos los peligros y tentaciones, y no me desamparéis jamás, ni en vida, ni en muerte. Amén.

GOZOS EN HONOR DEL ÁNGEL JESUITA SAN LUIS GONZAGA

 

Ejemplar de perfección,

De toda virtud modelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

De Gonzaga en noble cuna

Fue Castellón vuestro oriente,

Que en Vos nobleza eminente

Con la santidad se aduna:

De la gracia en posesión

Entráis antes que del suelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

«Jesús, María» dijeron

Luego al hablar vuestros labios,

Que nunca en ellos resabios

De otro lenguaje cupieron:

A Dios diste el corazón

Desde niño sin recelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

Siempre a más favor aspira

La virtud de vuestro pecho,

Que publicó con despecho

El padre de la mentira:

Burla de la noche el hielo

Vuestra alta contemplación.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

Cuando rendido en la cama

Estabais al dulce sueño

Os respetó como dueño

La actividad de la llama:

Os libró del agua el Cielo

Atento a vuestra oración.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

 

Aunque como ángel voláis

De la virtud a la altura,

Por cilicio a la cintura

Espuelas os aplicáis;

Alas vuestro corazón,

Tiene para tanto vuelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

 

Siendo niño, a María ofrecisteis

Con voto virginidad,

Y de cualquier liviandad

A la menor sombra huisteis:

Con todo, en la confesión

Surcáis mar de llanto y duelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

De ángeles por el sustento

Anheláis con tal deseo,

Que os le dio el gran Borromeo

Con indecible contento;

Se os abrasó el corazón

Hecho un Etna, un Mongibelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

 

De la juventud espejo,

Para que fueseis un día,

Os llamó a la compañía

La Virgen del Buen Consejo:

Buscasteis la religión

Con ansias, afán y anhelo:

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

 

Con angélico recato,

Del mundo ya retirado,

Aun desde el noviciado,

Con Dios solo es vuestro trato:

Absorto en contemplación

Erais de ángeles modelo:

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

 

En las ciencias Querubín

Luego os mostráis estudiando,

Y al Dios de amor contemplando

Sois teólogo Serafín:

Toma el cielo por blasón

Sacaros luego del suelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

   

De dolencias la Piscina

Ángel de vida os publica,

Vuestro poder multiplica

Aceite, vino y harina:

De ajenas deudas razón

Dais con dinero del cielo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

   

Mayor en lo celestial

Es aún vuestra asistencia;

Quien de virtud pida ciencia

Seguro tiene el caudal:

Milagros de devoción

Son fruto de vuestro celo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón.

  

Ejemplar de perfección,

De toda virtud modelo.

Sed en todo desconsuelo,

Luis Gonzaga, nuestro patrón. 

Antífona: Lo hicisteis poco inferior a los Ángeles, y le coronasteis de gloria y honor.

. Rogad por nosotros, bienaventurado San Luis Gonzaga.

. Para que seamos dignos de las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACIÓN

   ¡Oh Dios!, dispensador de los dones celestiales, que habéis unido en el angélico Luis, una admirable inocencia de vida con un gran espíritu de mortificación, haced, por sus méritos y oraciones, que, si no hemos imitado su pureza, por lo menos imitemos su penitencia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


DÍA SEGUNDO - 13 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: PUREZA DE CONCIENCIA DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que San Luis Gonzaga, aunque inocentísimo y virgen, se tuvo por gran pecador. Un pequeño hurto de una poca pólvora y una palabra menos compuesta sin saber lo que se decía, antes del uso de razón, fueron los grandes pecados que cometió en todo el discurso de su vida. Y con todo Luis los lloró como excesos enormísimos, hasta desmayarse de dolor. No tuvo en algún tiempo otras culpas más graves que le pudiesen hacer reo en el tribunal de la penitencia. Vivía con tal pureza de conciencia y tan lejos de todo defecto, que el cardenal Belarmino, su confesor, discurrió haber sido Luis con rarísimo privilegio confirmado en gracia.

FRUTO

   Repasa en tu pensamiento los pecados que has cometido, que serán bien diferentes en la cualidad y en el número, de los pecados de Luis. Haz reflexión sobre si tienes algún remordimiento de no haberlos declarado bien al confesor. Duélete frecuentemente, por ser ofensas cometidas contra un Dios dignísimo de ser amado. Repite con David a Dios: «Contra Vos solo he pecado, y a vuestra vista cometí la maldad» (Salmo L, 4).

ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, moveos a compasión de mi pobre alma, rea de tantas y tan graves culpas. Alcanzadme luz para conocer la cantidad y gravedad de ellas, y espíritu para detestarlas con aquella perfecta contrición que Vos tuvisteis de culpas tan ligeras. Yo junto mi dolor y propósito con el vuestro, y sólo me pesa de haber pecado, porque ofendí a un Dios de infinita bondad. Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.

DÍA TERCERO - 14 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: PENITENCIA DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que al paso que San Luis Gonzaga se creyó un gran pecador, se trató también como tal con asperísima vida. Sus ayunos fueron tan rigurosos que se tuvo por gran milagro pudiese sustentarse con tan corto alimento. De tierna edad, y en las cortes tomaba disciplina de sangre muchas veces en la semana, y después algunas veces al día. Ceñía sus costados con espuelas de caballo, y atormentaba su cuerpo; aun en el tiempo de descanso, con tales pedazos de tabla que ponía bajo la sábana, y le interrumpía el sueño. Por eso la santa Iglesia admirando la rara unión de tanta inocencia con tanta penitencia, hace mención de ella en la oración del Santo que arriba se puso.

FRUTO

   Aunque tuvieses la inocencia de Luis, no debías omitir la penitencia exterior, diciendo San Pablo que los que son de Cristo, han de crucificar su carne: «Qui Christi sunt, carnem suam crucifixérunt». (Gálatas V, 24) ¿Cuánto más deberá abrazar la penitencia el que es pecador? Mira qué debieras tú hacer, y qué es lo que haces. El que ha pecado es reo, y merece castigo. Oye a San Bernardo, que te dice «Si bien lo piensas dirás conmigo: reo es de muerte; sea crucificado» (Certe si recto sentis, mecum dices: reus est mortis; crucifígátur).

ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, yo debiera ejercitarme en aquellas austeridades tan grandes, con que Vos martirizasteis vuestra inocencia. Con todo, bien sabéis vos cuánto busqué mi amor propio, las delicias, huyendo del padecer. Suplícoos, oh gran Santo, me alcancéis de Jesús crucificado el espíritu de penitencia que corresponde a tantas maldades como he cometido. Por lo menos conseguidme que yo abrace con resignación y lleve con paciencia aquellas cruces que el Cielo me envía para mi espiritual provecho. Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.  

DÍA CUARTO - 15 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: MODESTIA DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que el nombre amabilísimo de ángel, que a San Luis Gonzaga dio la Sagrada Rota, se lo confirmó la santa Iglesia, diciendo en su oficio, que con razón le llamaron Ángel en carne: «Homo sine carne, aut Ángelus in carne mérito appellátus» (Lección III de maitines) Este nombre se adquirió con su rara modestia cuando niño, jamás dejó ver al ayuda de cámara que lo vestía, sino las puntas de los pies. Palabras impuras, como entendiese el significado, ni salieron jamás de sus labios virginales, ni sufrió que otro las dijese en su presencia. Se cree que no viese jamás rostro de mujer, pues ni miró a la cara de la emperatriz cuando la servía; ni fijó los ojos en la de su misma madre. Tuvo por fin horror, siendo niño, de besar aún la sombra de una niña, y no le pudieron hacer consentir en ello.

FRUTO

   Examina tu interior, y mira cómo observas el precepto del Apóstol: «Vuestra modestia sea manifiesta a todos» (Filipenses IV, 5). Palabras impuras, miradas libres, señas indecentes, pinturas inmodestas, vanidades escandalosas, son pecados y origen de pecados. Cuando Luis llegaba a alguna conversación, luego se desvanecía toda sombra de inmodestia: tanto era el respeto que se tenía a este Ángel en carne. El que quiera agradar a San Luis Gonzaga, respire modestia en todas las cosas. 

ORACIÓN PARA EL DÍA CUARTO

   Angélico joven San Luis Gonzaga: yo, vuestro indignísimo siervo, quiero haceros una promesa que será muy de vuestro agrado. Yo os ofrezco mis cinco sentidos, y singularmente los ojos, oídos y lengua, para que los defendáis de toda fealdad. Ea pues, oh celestial modelo de modestia, suplícoos que hagáis con vuestro ejemplo y con vuestro patrocinio, que yo venga a ser una viva copia vuestra, de tal suerte que todos conozcan de mi vivir modestísimo, que yo soy un verdadero devoto vuestro. Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.

DÍA QUINTO - 16 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: EL AMOR A DIOS QUE TUVO SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que el amor de Dios es el que hace los santos; y tanto es uno más Santo, cuanto más rico está de tan precioso amor. Luis amó a Dios luego, siempre y ardentísimamente, de donde, en el breve curso de su vida, llegó a una sublimísima santidad. Él mismo confesó que empezó a amar a Dios al primer uso de razón, añadiendo: «Y de esto estoy más que cierto». Toda su vida fue una continua unión con Dios, y aún en las cortes pasaba extático muchas horas cada día en oración. Siendo secular le dijo Luis a un sacerdote: «¡Oh Dios! Quisiera saber amar a Dios con aquel fervor que merece tan gran Majestad». Se dice en su vida, que escribió un confesor suyo, que el alma y potencias de Luis estaban llenas todas de Dios.

FRUTO

   El alma de San Luis Gonzaga estaba llena del amor de Dios: tu alma, ¿quién sabe? ¡Que no esté llena de amor propio! El primero te introduce en el Paraíso; el segundo te precipita al Infierno. Estos dos amores no pueden estar juntos, y de donde está el uno, se aparta el otro. Renueva en ti los conjuros del santo Bautismo, diciendo: «Sal de mí, espíritu inmundo, y da lugar al Espíritu Santo» (Exi a me immúnde spíritus, et de locum Spíritui Sancto) y ahuyéntalo luego, si acaso le tuvieses, con un perfecto amor de Dios.

ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, en esta novena deseo abrasarme en vuestra hermosa llama. Suplícoos que hagáis que yo ame a Dios con todo mi corazón; esta es la gracia que más nos debe importar a mí y a Vos, Santo mío. Si yo parto de este mundo privado del amor de Dios, habemos de ser enemigos para siempre. Ea, pues, no dejéis, ¡oh Luis!, que entre nosotros suceda tan dura separación. He aquí pues, mi firme resolución en vida y en muerte, sea vuestro el cuidado de que no se mude. Yo os amo, oh mi Dios, con todo mi corazón; os amo, Señor, mi todo, por vuestra suma bondad. «Dios mío, mi todo, sobre todas las cosas, y en todas las cosas; concededme, ¡oh Señor!, que os ame» (San Agustín). Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.


DÍA SEXTO - 17 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: LA CARIDAD QUE CON EL PRÓJIMO TUVO SAN LUIS GONZAGA

   Considera que el amor de Dios no puede estar separado del amor del prójimo, y en estos dos amores consiste toda la santidad (cf. Mateo XXII, 40), Fue en San Luis Gonzaga el amor del prójimo igualmente fino al que tuvo a Dios. De tal fineza de amor dio grandes pruebas en vida, y después ya glorioso en el Cielo. Desde niño se ejercitaba en enseñar la doctrina cristiana a los ignorantes: Por amor de sus prójimos eligió la Compañía de Jesús, como destinada toda a sus medras espirituales. La caridad de Luis para con los pobrecitos y enfermos llegó a lo sumo, hasta constituirle mártir; pues le vino la muerte por servir a los enfermos de mal contagioso. Hallase ya bienaventurado en el Cielo, y con todo parece que esté aun conversando entre nosotros repartiendo continuamente a sus devotos todo género de gracias, hasta multiplicar vino, aceite, harina y otras cosas comestibles para el mantenimiento de pobres personas.

FRUTO

   Continuas son las ocasiones de ejercitar la caridad con el prójimo: en casa con tus domésticos, fuera de ella con los enfermos, con los a trabajados y pobres. Si mandas, si sirves, si haces viaje, en todo se te presenta la caridad para hacerte observar el gran precepto del Redentor, que nos manda amarnos mutuamente como él nos amó: «Hoc est præcéptum meum: ut diligátis ínvicem, sicut diléxi vos» (“Este es mi mandamiento: que tú me ames a mí, como yo te he amado a ti”) (Juan XV, 12). Mira cómo te portas tocante a odios y rencores, malas voluntades y diferencias. San Luis Gonzaga puso paz entre su hermano y el duque de Mantúa. En semejantes casos acude al Santo por consejo, y experimentarás maravillas.

ORACIÓN PARA EL DÍA SEXTO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, todas vuestras virtudes son amables y admirables. Pero la mayor y más ventajosa para mí es vuestra amabilísima caridad, y el afán que tenéis en ayudarnos. Yo protesto que soy uno de vuestros prójimos: miserable sí, más en fin soy vuestro, y por título especial de haberos elegido por mi protector: cuanto más me hallo menesteroso, tanto más dilatado campo se le abre a vuestra caridad para beneficiarme. Algún tiempo dijo Dios en presencia de vuestra gran devota Arsilia Alíssimi: pide y otorga. Pedid pues para mí a Dios, y otorgadme aquellas gracias que juzguéis más convenientes a mi eterna salud. Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.

DÍA SÉPTIMO - 18 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: VOCACIÓN DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que a un ángel tan puro y fervoroso como San Luis Gonzaga se le debía habitación más propia que la del siglo. La Madre de Dios le llamó al estado religioso, y le aconsejó que entrase en la Compañía de Jesús. Para obtener Luis de su padre la licencia de dejar el mundo, ¡cuántas lágrimas y sangre derramó! Alcanzada finalmente esta licencia, y renunciado el marquesado de Castellón a favor de su hermano Rodolfo, partió Luis a Roma para constituirse hijo del patriarca San Ignacio. Jamás hubo alguno que se alegrase tanto de adquirir un principado, como el Santo de dejarlo. El sacrificio que don Ferrante hizo a Dios de un hijo tan digno, le valió una tranquilísima y santa muerte.

FRUTO

   No dejes de hacer gran caso de las divinas inspiraciones, pues de despreciar una sola, puede depender tu eterna ruina. Si ya has tomado estado, mira si satisfaces enteramente a tus obligaciones. Las omisiones pueden ser también culpa grave. Haz reflexión, que la elección del estado, si aún no lo has elegido, es uno de los mayores negocios que puede tener un alma cristiana; piénsalo bien, y encomiéndalo a Dios, diciéndole: «Señor, ¿qué queréis que haga?» (Actas IX, 6) El padre, o el que tiene su lugar, guárdese de oponerse por fines humanos a la vocación religiosa de las personas que le están sujetas.

ORACIÓN PARA EL DÍA SÉPTIMO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, propio es de ángeles el traernos las divinas inspiraciones. Sed pues, vos, mi ángel mensajero de la divina voluntad; pedid a Dios qué es lo que quiere de mí, y alcanzadme con vuestros ruegos, que yo entienda bien la voluntad del Criador; y entendida, la ejecute con presteza y fervor. Sí, Dios mío, así os lo suplico juntamente con vuestro siervo y mi hermano San Luis: «Enséñame a hacer tu voluntad (Salmo CXLII, 10). Hágase tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo». Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.


DÍA OCTAVO - 19 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: MUERTE SANTA DE SAN LUIS GONZAGA.

   Considera que, en el año sexto de su vida religiosa, y en el vigésimo cuarto de su edad murió San Luis Gonzaga, correspondiendo su felicísimo tránsito a su santísima vida. Por servir a los enfermos de contagio, enfermó, y murió mártir de la caridad, ya que no lo había sido de la fe, como tanto había deseado. Duró tres meses su dolorosa enfermedad, y fueron para nosotros una escuela celestial de paciencia, de humildad, de unión con Dios, y de todas las virtudes. Predijo el día y la hora de su trance, y después de haber pedido y recibido muchas veces los santos Sacramentos, besando las llagas de un crucifijo, y repitiendo los dulcísimos nombres de Jesús y María, expiró, comprobando por el hecho lo que dice el Espíritu Santo, que el que vive justo, muere bienaventurado: «Beáti mórtui, qui in Dómino moriúntur» (Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor) (Apocalipsis XIV, 13).

FRUTO

   El que bien vive, bien muere; y «el que vive mal, muere pésimamente» (Salmo XXXIII, 22). En qué consista el bien vivir y el bien morir, puedes aprenderlo de San Luis Gonzaga, que con su inocencia y penitencia te enseña los dos únicos caminos para vivir y morir santamente. Da una vista por tu alma, que tal vez en breve estará de partida para el otro mundo; y con una exacta confesión, y con actos fervorosos de fe, esperanza y caridad, ponla en aquel estado que quisieras al punto de tu muerte. Toma a San Luis Gonzaga por abogado para aquel terrible momento, del cual pende la eternidad, y suplícale que muera tu alma con la muerte de los justos.

ORACIÓN PARA EL DÍA OCTAVO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, si me queréis, esta es la gracia que me habréis de alcanzar por complemento y corona de todas las demás, y que con el corazón en los labios os pido. Suplícoos me libréis de mala muerte; haced que yo acabe mis días en gracia de Dios, prevenido con los santos Sacramentos, y que mis últimas voces sean Jesús y María. Asistid, ¡oh gran Santo!, a mis agonías; no dejéis que me venza el enemigo. Si vos, oh Luis, os empeñáis en protegerme en los últimos alientos de mi vida, espero que la he de acabar como Vos, diciendo a mi Jesús: «En vuestras manos, Señor, encomiendo mi espíritu». Amén.

 —Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.

DÍA NOVENO - 20 DE JUNIO

Por la señal ...

Acto de contrición.

MEDITACIÓN: GLORIA QUE TIENE SAN LUIS GONZAGA EN EL CIELO.

   Considera que Luis ha muerto, y se ha verificado en él el divino oráculo: «Llevármelo he, y glorificarlo he» (Salmo XC, 15). Le ha glorificado el Altísimo en el Cielo y en la tierra. Cuanta gloria posea en el cielo San Luis Gonzaga, lo publicó en aquel maravilloso éxtasis que tuvo Santa María Magdalena de Pazzis, diciendo: «¡Oh, qué gloria tiene Luis, hijo de Ignacio! Me parece, a modo de decir, que no pueda haber tanta gloria en el cielo, como la que veo que posee Luis». A demás de esto, cuanto guste Dios de glorificar en la tierra a este angélico joven, para comprenderlo bien, basta leer su vida, visitar sus altares, y reparar en tantos y tan estupendos milagros que obra el Señor a la invocación de este gran Siervo suyo. De suerte que, como pronunciaron los auditores de la sagrada Rota: «Resplandece por todo el mundo la santidad de este Angélico joven confirmada con gloriosísimas maravillas».

FRUTO

   Debes singularmente despertar en ti dos afectos al considerar a San Luis Gonzaga tan glorioso en el cielo y en la tierra. El primero de esperanza de ser tú algún día participante de aquella bienaventurada eternidad que el Santo posee. El paraíso se hizo también para ti, y entrarás sin falla en él si emprendes firmemente el imitar las virtudes de San Luis Gonzaga. El segundo afecto ha de ser de una tierna confianza en el Santo, que merece tanto para con Dios, y es tan amante de ayudarnos en todas nuestras necesidades, así espirituales, como temporales, como lo demuestra la experiencia.

ORACIÓN PARA EL DÍA NOVENO

   Angélico joven San Luis Gonzaga, me alegro con vos de la gloria a que os ha elevado la Majestad divina en premio de vuestra santísima vida. Rindo gracias al Criador de haberos glorificado tan altamente en el Cielo y en la tierra. Espero que con vuestra ayuda he de ser compañero vuestro en el paraíso, y a fin de que esta esperanza mía sea bien fundada, suplícoos, Santo mío, que seáis mi ángel protector; concededme que yo viva angelicalmente, para que en vuestra compañía todos vuestros devotos y yo, salvándonos por vuestra intercesión, bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y le alabemos, y ensalcemos por siempre jamás. Amén.

—Seis veces el Padre Nuestro, con el Ave María, y Gloria Patri. Pide al Santo el favor que más deseas. La consagración y los gozos se rezarán todos los días.


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