COMENZAMOS: 15 de mayo.
FINALIZAMOS:
23 de mayo.
FESTIVIDAD: 24 de mayo.
Por la señal ✠ de
la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos Señor
✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, en quien creo, en quien espero, a quien
amo por ser quien sois y estimo más que todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita, y ayudado de
vuestra gracia propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones
de ofenderos, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te
alabe.
Dame fortaleza contra tus enemigos.
ORACIÓN PREPARATORIA (Para
todos los días)
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano
estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio;
concédenos propicio, que, fortalecidos con tal protección, luchando en esta
vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por Nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
—Tres Ave María, Gloria y la jaculatoria:
“María Auxilio de los Cristianos, Ruega por
nosotros”.
DÍA PRIMERO (15 DE MAYO)
¡Oh María poderoso Auxilio de los Cristianos! que, confiados de tu misericordia,
acuden a tu trono lleno de confianza. Oye los ruegos de tus hijos que
suplicante imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de
las ocasiones de pecar.
—Tres Avemaría y gloria.
ORACIONES FINALES (Para
todos los días)
Invocación:
¡Oh María! Virgen Poderosa, grande e ilustre
defensora de la Iglesia… Singular Auxilio de los cristianos, terrible como un
ejército ordenado en batalla… Tú solas has triunfado en todas las herejías del
mundo.
¡Oh Madre!, en
nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del
enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
Suplica a María Auxiliadora:
Necesitando un favor especial y confiando en
tu bondad, a Ti recurro, poderos Auxilio de los cristianos. Conocedor de las
innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre
en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te
suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad… (Pídase
aquí la gracia que se desea obtener). Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo
que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tu puedes, dulcísima Señora,
sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu
Divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia
de tu santo Auxilio.
INVOCACIÓN A MARÍA AUXILIADORA
Compuesta por Don Bosco
Oh María, Virgen poderosa:
Tú, grande y excelsa defensora de la Iglesia,
Tú, singular auxilio de los cristianos,
Tú, terrible como ejército ordenado para la
batalla,
Tú solas has triunfado de todas las herejías
del mundo entero,
Tú, oh Madre, en las angustias,
Tú, en la lucha,
Tú, en las necesidades,
Líbranos del enemigo,
Y en la hora de la muerte recíbenos en las
eternas mansiones,
Del Paraíso. Así
sea.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO (16 DE MAYO).
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL SEGUNDO DÍA
¡Oh María Santísima,
Madre de bondad y de misericordia! Tú que siempre libraste al pueblo
cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo,
protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del
mundo y de la carne, para que alcancemos completa victoria sobre los enemigos
de nuestra salvación.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María Auxiliadora.
DÍA TERCERO (17 de mayo).
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL TERCER DÍA
¡Oh Poderosísima Reina del
Cielo!, que
sola triunfaste de las herejías, que intentaron arrancar a tantos hijos del
regazo de nuestra Madre la Iglesia. Ayúdanos ¡oh
María! A guardar firme nuestra fe y puros nuestros corazones, en medios
de tantas insidias para no contaminarnos con el veneno de tantas perversas
doctrinas. Amén.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
DÍA CUARTO (18 de mayo)
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la jaculatoria.
ORACIÓN DEL CUARTO DÍA
¡Oh dulcísima Madre
nuestra María!, Tú
que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que
practicaste en la tierra. Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza
necesaria para mantenernos constante en tu servicio para que, venciendo todo
respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos
comportemos siempre como devotos hijos tuyo hasta la muerte. Amén.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María Auxiliadora.
DÍA QUINTO (19 de mayo)
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL QUINTO DÍA
¡Querida Madre mía!, tú
que en el triunfo del Papa Pío VII mostraste tu eficaz patrocinio, desplegaste
tu manto protector sobre toda la Iglesia y especialmente sobre su augusto jefe
el Sumo Pontífice, defiéndelo en todo momento de los ataques de los enemigos,
líbralo de las aflicciones, asístelo siempre para que pueda dirigir al puerto
de salvación la navecilla de San Pedro, triunfando de las oleadas embravecidas
que amenazan de sumergirlas. Amén.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
DÍA SEXTO (20 de mayo).
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la jaculatoria.
ORACIÓN DEL SEXTO DÍA
¡Oh María, Reina de los Apóstoles! Toma bajo tu protección a los sagrados
ministros y todos los fieles de la Iglesia Católica: alcánzales espíritu de unión,
de perfecta obediencia al Romano Pontífice, y de celo ferviente por la
salvación de las almas; especialmente te suplicamos extienda tu amorosa
asistencia sobre los misioneros, para que consigan atraer a la verdadera fe de
Jesucristo a todas las almas, para formar del mundo entero un solo Rebaño bajo
la guía de un solo Pastor. Amén.
—Tres Avemaría y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
DÍA SÉPTIMO (21 de mayo)
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL SÉPTIMO DÍA
No seas, Madre de misericordia, insensible a los dolores
de la Iglesia menospreciada en su
doctrina y en sus Sacramentos. No permitas sea derramada en balde la sangre
preciosísima de tu divino Hijo, ilumina a los ciegos que la persiguen,
fortalece a los débiles que no la defienden. Brille ¡oh
María! Tu poder sobre la tierra; sea glorificada y acatada la religión,
observada la ley divina y eclesiástica, para que todos te alaben y alcance la
humanidad los goces eternos. Amén.
—Tres Avemaría y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
DÍA OCTAVO (22 de mayo)
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL OCTAVO DÍA
¡Oh María, Madre de Dios
y Madre nuestra amantísima!, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha
dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como
quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras
miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestros
bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que
tenemos, sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida. Amén.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
DÍA NOVENO (23 de mayo).
—Acto de contrición.
—Virgen Sacratísima…
—Oración preparatoria.
—Tres Ave María, Gloria y la
jaculatoria.
ORACIÓN DEL NOVENO DÍA
¡Oh,
piadosísima Madre! Tú
que en todo tiempo te mostraste verdaderamente la Auxiliadora de los cristianos
asístenos con tu poderosísimo patrocinio en vida y especialmente en el terrible
trance de la muerte, y alcánzanos la perseverancia final. ¡Ah! No nos dejes un solo instante hasta que
felices cantemos tus glorias y las misericordias de tu Hijo en el cielo, por
los siglos de los siglos. Amén.
—Tres Avemarías y Gloria.
—Oraciones finales e invocación a María
Auxiliadora.
A MARÍA SS.MA AUXILIADORA
Don Bosco dijo: “la Virgen quiere que la honremos bajo el título de María
Auxiliadora”. Y él fue el celoso apóstol de esta
devoción y quieren que lo sean sus hijos a quienes dijo: “si queréis ver milagros,
propagad la devoción a María Auxiliadora”.
INVOCACIÓN A MARÍA
AUXILIADORA
Compuesta por Don Bosco
Oh María, Virgen poderosa:
Tú, grande y excelsa defensora de la Iglesia,
Tú, singular auxilio de los cristianos,
Tú, terrible como ejército ordenado para la batalla,
Tú solas has triunfado de todas las herejías del mundo
entero,
Tú, oh Madre, en las angustias,
Tú, en la lucha,
Tú, en las necesidades,
Líbranos del enemigo,
Y en la hora de la muerte recíbenos en las eternas mansiones
Del Paraíso. Así
sea.
ORACIÓN Y CONSAGRACIÓN
A María Auxilio de los Cristianos
¡Oh
Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y potente Auxilio
de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a
vuestro dulce amor y a vuestro santo servicio. Os consagramos la mente con sus
pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con
todas sus fuerzas, y os prometemos, dirigir siempre nuestras acciones a la
mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas.
Vos, pues, oh Virgen incomparable,
que fuisteis siempre la Auxiliadora del pueblo cristiano, continuad ¡por piedad! Siéndolo especialmente en estos días.
Humillad a los enemigos de nuestra santa Religión y frustrad sus perversas
intenciones. Iluminad y fortificad a los obispos y sacerdotes, y tenedlos
siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible; preservad de la
irreligión y del vicio a la incauta juventud; promoved las santas vocaciones y
aumentad el número de los ministros sagrados, a fin de que por medio de ellos
se conserve el reino de Jesucristo entre nosotros, y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.
Os suplicamos,
además, ¡oh dulcísima Madre!, que no apartéis nunca vuestra piadosa
mirada de la juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y
moribundos; sed para todos, oh María, dulce esperanza, Madre de misericordia y
puerta del Cielo.
Asimismo, ¡oh gran Madre de Dios!, os suplicamos para nosotros que nos
enseñéis a imitar vuestras virtudes, especialmente la angelical modestia, la
humildad profunda y la ardiente caridad, a fin de que, en lo posible, con
nuestro continente, con nuestra palabra y con nuestro ejemplo representemos al
vivo en medio del mundo a vuestro Hijo Jesús, logremos que le conozcan y amen,
y consigamos con este medio la salvación de muchas almas.
Haced, además, ¡oh María Auxiliadora!, que todos permanezcamos reunidos bajo vuestro
maternal manto; haced que en las tentaciones os invoquemos luego con toda
confianza; haced, en fin, que el pensamiento de que sois tan buena, tan amable
y tan amada, y el recuerdo de lo mucho que favorecéis a vuestros devotos nos
aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra los enemigos de nuestra
alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formaros corona en el
Paraíso. Así
sea.
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