Novena
basada en las Obras de San Agustín. Puede rezarse en cualquier momento del año,
pero especialmente en preparación a su fiesta litúrgica (4 de Mayo), o antes
del 9 de Abril (traslación de reliquias a la Basílica de San Agustín en Campo
Marzio).
Prenda principal de las relaciones
familiares es la oración y la paz en el hogar, y de ello Santa Mónica es digno
ejemplo. Habiendo tenido un esposo irascible y su hijo en las redes del error,
ella perseveró en la oración y las buenas maneras, logrando obtener de Dios la
conversión de ambos a la Fe Católica; y desde el Cielo ella continúa
intercediendo por la conversión de los errantes y la paz en los hogares.
—COMENZAMOS:
25 de abril.
—FINALIZAMOS:
3 de mayo.
—FESTIVIDAD VETUS ORDO: 4 de mayo.
NOVENA EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
℣.
Dios mío, ven
en mi auxilio.
℟.
Señor, date
prisa en socorrerme.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las
ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrezcos mi vida, obras
y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así
confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los
merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis
gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la
muerte. Amén.
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Padre y
Señor nuestro, misericordia
de cuantos en ti esperan, tú concediste a tu sierva Santa Mónica el don
inapreciable de saber reconciliar las almas entre sí y contigo; danos a
nosotros el ser mensajeros de unión y de paz en nuestros ambientes, y el poder
llevar a ti los corazones de nuestros hermanos con el ejemplo de nuestra vida.
Tú que hiciste a Santa Mónica modelo y
ejemplo de esposas, de madres y de viudas, concede por su intercesión la paz y
mutuo amor a los casados; el celo y la solicitud en la educación de los hijos,
a las madres; obediencia y docilidad, a los hijos; la santidad de vida, a las viudas;
y a todos, el fiel seguimiento de Cristo, nuestro único y verdadero maestro. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.
DÍA PRIMERO - 25 DE ABRIL
Meditación: EDUCACIÓN CRISTIANA DE SANTA MÓNICA.
«No callaré ninguno de los sentimientos que brotan en mi alma,
inspirados por aquella sierva vuestra que me dio a luz en la carne para que
naciese a la vida temporal, y me dio a luz en su corazón para que renaciese a
la vida eterna. No diré los dones de ella, sino vuestros dones en ella. Pues no
se hizo ella a sí misma, ni se había creado a sí misma. La creaste tú (Dios), y
ni su padre ni su madre sabían qué sería ella. El Espíritu de vuestro Hijo
único la educó en vuestro temor, en el seno de una familia fiel, miembro bueno
de vuestra Iglesia.
No tanto mi madre alababa la diligencia de
la suya por lo que hacía a su crianza, como la de una criada de casa. Por su
ancianidad y por sus óptimas costumbres en la casa cristiana, era tratada con
suma deferencia por sus dueños. Por ellos, con diligencia, tenía el cuidado de
las hijas de los señores, y las reprendía cuando era menester con severidad
vehemente y santa, y las instruía con una presencia llena de sobriedad y tacto.
Ella, aunque se abrasasen de sed fuera de
aquellas horas en que comían con muchísima templanza en la mesa de sus padres,
no consentía a las hijas de sus amos beber ni agua clara. Precavía así una
costumbre funesta, y añadía al veto esta advertencia sensata: “Ahora bebéis agua,
porque no tenéis vino a mano; pero cuando seáis casadas, con las llaves en el
cinto de despensas y bodegas, el agua os hederá, y prevalecerá el instinto de
beber”.
Con este
sistema de aconsejar y con la autoridad de mandar refrenaba la avidez de la
edad tierna y ajustaba la sed de las muchachas a una morigerada templanza, para
que no les agradase aquello que no les estaba bien» (San
Agustín, Confesiones, Libro IX, 8).
ORACIÓN
Gloriosa Santa Mónica, que soportaste con
resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio y los
desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame esta
paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
GOZOS
EN HONOR A SANTA MÓNICA, MADRE DE SAN AGUSTÍN
Sé
para el devoto fino,
Mónica,
Madre amorosa:
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
la región africana
De
nobles padres naciste,
Y
en su obediencia creciste,
Y
de la Iglesia Romana:
Rosa
entre espinas lozana
Fuiste
con feliz destino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
un continuo ejercicio
Tenía
vuestra beldad
Una
noble mocedad,
Pretendiendo
vuestro auspicio:
En
tu mano Patricio
Logró
el premio a su amor fino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Obediente
a tu padre,
Diste
el sí con gran paciencia,
Y
en premio de la obediencia
Fuiste
de tal hijo Madre:
Y
aunque el maniqueo ladre,
Dejará
su desatino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Temiendo
la perdición
De
Agustín en su porfía,
Día
y noche se afligía
Vuestro
tierno corazón:
Lágrimas
de compasión
Eran
el manjar continuo.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
De
tu ruego cansado,
De
ti se vino a ausentar,
Que
supo reverenciar
Sin
saber darte enfado:
Seguiste
en fin al amado
Por
dilatado camino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
busca de tu hijo,
Sin
temor pasaste el mar,
Y
en Milán viniste a dar,
Donde
era Ambrosio norte fijo:
Que
sería santo te dijo
Dios
por un nuncio divino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Tanto
vuestro ruego y llanto
Pudieron,
que los candores
Bebió,
detestando errores
Agustín,
y fue gran Santo:
Si
antes fue a la Iglesia espanto,
Después
celador divino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
El
llanto de tus ojos
Segunda
vez le alumbró,
Pues
el llanto le sacó
De
entre heréticos abrojos:
Ellos
fueron los despojos
Del
triunfo más peregrino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
De
tus ansias el pago
Tuviste,
al verte presente
Al
Bautismo, y penitente
Al
que fue en la Iglesia estrago:
En
el bautismal amago
Oíste
el divino trino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
En
premio de tal clemencia,
En
un éxtasis los dos,
Os
concedió el mismo Dios
Vieseis
su divina Esencia:
Premio
fue de la paciencia
Que
fue siempre vuestro tino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Victoriosa
en este suelo,
Con
el triunfo conseguido,
Tu
espíritu esclarecido
Cantó
el Gloria en el cielo:
En
Agustín el consuelo
Nos
dejaste por padrino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Y
pues que ya sin recelo
Ves
tan cara a cara a Dios,
Ruega,
Mónica, por nosotros
A
Dios, que nos dé consuelo:
Que
a todos nos lleve al Cielo,
Ruega,
Mónica, al Dios Trino.
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
Sé
para el devoto fino,
Mónica,
Madre amorosa:
Pues
que sois tan venturosa,
Madre
del grande Agustino.
℣.
Ruega por
nosotros, bienaventurada Madre Santa Mónica.
℟.
Para que
seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios, consuelo
de los afligidos y salvación de los que en ti esperan, que bondadosamente
recibiste las lágrimas que la bienaventurada Madre Santa Mónica vertió por la
conversión de su hijo Agustín, concédenos, por la intercesión de ambos, la
gracia de llorar nuestros pecados y gustar las verdaderas alegrías del
espíritu. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO - 26 DE ABRIL
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: PACIENCIA DE SANTA MÓNICA CON SU ESPOSO Y
SUEGRA.
«Educada en
honestidad y templanza, y sujeta más por ti (Dios) a sus padres que, por sus
padres a ti, llegada a la plenitud de los años de la nubilidad, entregada a su
marido, le sirvió como a su señor y se afanó en ganarlo para ti predicándole de
ti con sus costumbres, con las que la alimentabas y hermoseabas, haciéndola
reverenciable y ejemplar para su marido.
Y de tal
manera soportó las injurias del tálamo, que nunca tuvo contienda por ello con
el marido desleal. Esperaba ella que vuestra misericordia descendiese sobre él,
dándole a la vez la fe y la fidelidad.
Era él, por
una parte, extraordinariamente afectuoso y, por otra, sumamente fulminante y
enojadizo. Mas ella sabía no resistir al marido encolerizado, no sólo con
hechos, pero ni siquiera con palabras. Pero después que se le había pasado el
enojo, viéndole ella quieto y sosegado, buscaba el momento favorable para
explicarle lo que había hecho, si acaso se había irritado más de lo justo.
Al
principio de su casamiento, su suegra, por los chismes de unas malas criadas,
se mostró irritada con ella; pero luego, con su perseverante y obsequiosa
afabilidad, con su paciencia y con su mansedumbre, la desarmó hasta tal punto
que la suegra espontáneamente denunció a su hijo la lengua de las intrigantes
que perturbaron la paz doméstica entre ella y su nuera, y exigió que las
castigase… Y no osando ya ninguna acercarse a ella con chismes, vivieron suegra
y nuera en buena amistad mutua y contento ejemplares» (Confesiones,
Libro IX, 9).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA TERCERO
- 27 DE ABRIL
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: SANTA MÓNICA, SEMBRADORA DE PAZ.
«A esta tu buena sierva, en cuyo seno me
creaste, Dios mío y misericordia mía, le habías regalado también este hermoso
don: siempre que le era posible, se las ingeniaba para poner en juego sus dotes
pacificadoras entre cualquier tipo de personas que estuviesen en discordia o
disidencia.
Del cúmulo
de recriminaciones ácidas que suele respirar la desavenencia tensa, cuando
desahoga al exterior la crudeza de los odios con un lenguaje lleno de amargura
frente a la amiga, mi madre no refería de la otra lo que no sirviera para
reconciliarlas a ambas.
Por último, también conquistó para ti a su
marido, que se hallaba en los últimos días de su vida temporal. Bautizado ya,
no tuvo que llorar en él las ofensas que se vio obligada a tolerar en su
persona antes del bautismo. Además, era sierva de tus siervos. Todos cuantos la
conocían hallaban en ella motivos sobrados para alabarte, honrarte y amarte.
Sentía tu presencia en su corazón por el testimonio de los frutos de una
conducta santa.
Había sido mujer de un solo hombre, había
rendido a sus padres los debidos respetos, había gobernado su casa piadosamente
y contaba con el testimonio de las buenas obras. Había criado a sus hijos,
dándolos a luz tantas veces cuantas los veía apartarse de ti» (Confesiones,
Libro IX, 9).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA CUARTO - 28 DE ABRIL
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: AMOR Y SOLICITUD DE SANTA MÓNICA POR SU HIJO
SAN AGUSTÍN.
«Si las
almas de los difuntos se interesaran de los asuntos de este mundo y nos
hablaran cuando los vemos en sueños, mi santa madre, por no hablar de otros, no
me abandonaría una sola noche, ella que me siguió por tierra y por mar para
vivir siempre conmigo» (Del cuidado de los difuntos, 16).
«Siendo
niño, había oído hablar de la vida eterna que nos está prometida mediante la
humildad del Señor Dios nuestro, que descendió hasta nuestra soberbia. Me
señalaron con la señal de la cruz y saboreé la sal bendita apenas salí del seno
de mi madre, que tuvo una gran esperanza en ti.
De modo que en aquella época yo era ya
creyente, lo era mi madre y lo eran todos los de la casa, menos mi padre. Éste
no neutralizó en mi corazón los fueros del amor maternal hasta el punto de que
yo dejase de creer en Cristo, fe que mi padre no tenía aún. Ella era quien
hacía las diligencias para que tú, Dios mío, fueras mi padre e hicieras sus
veces. Y en este punto contribuías a que ella fuera superior a su marido a cuyo
servicio estaba aún siendo mejor que él. También en esto te servía a ti, que
eres quien ha estipulado esta condición de sometimiento» (Confesiones,
Libro I, 11).
«Pero tú,
Señor, ya habías inaugurado tu templo, y perfilado el esbozo de tu morada en el
pecho de mi madre. Mi padre era catecúmeno desde hacía poco. Mi madre, por su
parte, se estremeció de temor y de piadosa aprensión. Aunque yo no estaba
bautizado aún, temió que me internara por sendas tortuosas, camino ordinario de
los que te vuelven la espalda y no te dan la cara.
¡Ay de mí! ¿Y tengo el atrevimiento de decir que tú guardabas silencio,
Dios mío, cuando era yo el que me iba alejando más y más de ti? ¿Es cierto que
te hacías el callado conmigo? ¿Y de quién sino de ti eran aquellas palabras que
me venían por conducto de mi madre, tu sierva fiel, y que tú cantaste a mis
oídos?
Cierto que
ninguna de ellas caló hondo en mi corazón como para ponerlas en práctica. Ella
anhelaba, y recuerdo que así me lo recalcó con gran interés, que evitara la
fornicación, haciendo especial hincapié en la huida del adulterio con mujeres
casadas» (Confesiones, Libro II, 3).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA QUINTO - 29 DE ABRIL
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: SANTA MÓNICA, ORANDO Y LLORANDO POR SU HIJO
AUSENTE.
«Llegado a
esta ciudad de Milán, me alcanzó el azote de una enfermedad corporal. Mi madre
no estaba enterada de mi postración, pero oraba en mi ausencia por mí. Y tú
(Dios mío), que estabas continuamente presente donde ella estaba, la oías a
ella. Y donde estaba yo, tenías piedad de mí para que recobrase mi salud
corporal, manteniéndose todavía la enfermedad de mi impío corazón.
Pero tú no consentiste que muriera en tal
estado, puesto que esto sería como morir dos veces. Y si el corazón de mi madre
sufría un desgarrón de este tipo, ya no tendría recuperación posible. No tengo
palabras para describir el gran amor que me tenía, y con cuánto mayor empeño
procuraba darme a luz en el espíritu, muy por encima del empeño con que me había
dado a luz según la carne.
Así que no
acabo de ver cómo hubiese podido convalecer ante el golpe de mi muerte en tal
estado. Habría sido una auténtica puñalada en sus entrañas amorosas. ¿Y dónde estarían ahora tantas y tantas oraciones como sin cesar
te dirigía? Por supuesto, que muy
cerca de ti y en ninguna otra parte.
¿Ibas a despreciar tú las lágrimas con que
ella te pedía no oro ni plata, ni bienes mudables o volubles, sino la salvación
del alma de su hijo? De ninguna manera,
Señor, sino todo lo contrario. Tú la apoyabas y la escuchabas, secundando sus
peticiones según el orden que tenías predestinado para tu actuación» (Confesiones,
Libro V, 9).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA SEXTO - 30 DE ABRIL
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: SANTA MÓNICA EN MILÁN, SIGUIENDO A SU HIJO.
«Había llegado y se hallaba conmigo mi
madre, siguiéndome por tierra y por mar, con su piedad llena de bríos, segura
de ti en todos los peligros. Y esto, hasta tal punto que hasta en las borrascas
del mar había infundido ánimo a la tripulación, cuando lo corriente es que sea
ésta la que anime a los navegantes poco experimentados en medio del nerviosismo
y del desconcierto. Les aseguró que llegarían sanos y salvos, porque tú se lo
habías prometido en una visión.
A mí me
encontró en una situación realmente crítica, cuando ya desesperaba de dar con
la verdad. Sin embargo, cuando le comuniqué que ya no era maniqueo, aunque
tampoco católico cristiano, no exteriorizó su alegría, como si la noticia no
constituyera novedad alguna; como si ya estuviera segura de que iba a ocurrir
así.
Desde hacía
tiempo estaba tranquila respecto a este punto de mis desventuras, que le hacía
llorarme en tu presencia (Dios mío), como a un muerto, pero como un muerto que
iba a resucitar. Me presentaba a ti en las andas de tu pensamiento para que tú
le dijeras al hijo de la viuda: “Joven, a ti te lo digo, levántate”, y él reviviera y comenzase a hablar, y tú se lo devolvieras a
su afligida madre.
Estaba segura de que también le ibas a
conceder todo lo demás; puesto que le habías prometido todo, me respondió, con
toda la tranquilidad del mundo y con el pecho inundado de confianza, que estaba
segura en Cristo de que antes de salir de esta vida iba a verme católico
bautizado.
Ésa fue la
respuesta que me dio a mí. Pero, por otro lado, frente a ti, fuente de
misericordias, intensificó sus oraciones y sus lágrimas, para que aceleraras tu
ayuda y alumbraras mis tinieblas»
(Confesiones,
Libro VI, 1-2)
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO - 1 DE MAYO
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: CONVERSIÓN DE SAN AGUSTÍN, Y GOZO DE SU MADRE
SANTA MÓNICA ANTE ELLO.
«Agustín se
rinde a la gracia en el huerto, al leer las palabras de San Pablo: “Nada de comilonas ni
borracheras; nada de lujurias y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias.
Revestíos, más bien, del Señor Jesucristo, y no os preocupéis de la carne para
satisfacer sus concupiscencias” (Romanos
XIII, 13).
Acto seguido nos dirigimos los dos (Alipio y
yo) hacia mi madre. Se lo contamos todo. Se llena de alegría. Le contamos cómo
ha ocurrido todo: salta de gozo, celebra el triunfo, bendiciéndote a ti, (Dios
mío), que eres poderoso para hacer más de lo que pedimos y comprendemos.
Estaba viendo con sus propios ojos que le
habías concedido más de lo que ella solía pedirte con sollozos y lágrimas
piadosas.
Me
convertiste a ti de tal modo que ya no me preocupaba de buscar esposa, ni me
retenía esperanza alguna de este mundo.
Por fin, ya
estaba situado en aquella regla de fe en que, hacía tantos años, le habías
revelado que yo estaría.
Cambiaste
su luto en gozo, en un gozo mucho más pleno de lo que ella había deseado, en un
gozo mucho más íntimo y casto que el que ella esperaba de los nietos de mi
carne» (Confesiones, Libro VIII, 12).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO - 2 DE MAYO
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: SANTA MÓNICA EN EL RETIRO DE CASICIACO, CON
SAN AGUSTÍN Y SUS COMPAÑEROS.
«Estábamos
en aquel silvestre apartamiento en compañía de mi madre, que se había asociado
a nosotros con atuendo femenino, fe varonil, seguridad de anciana, amor de
madre y piedad cristiana» (Confesiones, Libro IX, 4).
«Uno de los
días, mientras se discute al estilo de los filósofos, llega Mónica, y Agustín
quiere se tome nota de su entrada en escena. Ella se opone. Sin embargo,
Agustín, entre otras cosas, le dice: “En estos escritos míos te expondría, pues, al
ridículo si tú no amaras la sabiduría; no te despreciarías si la amases
solamente un poco, y mucho menos, si la amases como yo mismo.
Pero
tú la amas mucho más de lo que me amas a mí, y bien sé cuánto me amas, y has
progresado tanto en ella que no te dejas asustar por el temor de una posible
desgracia e incluso de la muerte. Esta tal disposición fue difícil de encontrar
incluso en filósofos eminentes, y es, por unánime acuerdo de todos, la cumbre
del amor de la sabiduría. Y yo, ¿no debería ser discípulo?”.
A este punto, con expresión dulce y
caritativa, me respondió que jamás había dicho yo tantas mentiras» (Del orden,
Disputa segunda, 33).
«Dios
escucha largamente a quien vive bien. Oremos, pues, no para que nos dé
riquezas, honores o bienes semejantes caducos e inciertos, a pesar de cualquier
esfuerzo, sino aquellos bienes que nos hacen buenos y felices.
A ti, sobre
todo, madre mía, confiamos el cometido de que nuestros deseos se cumplan en la
fe. Yo creo sin duda ninguna y afirmo que por tus oraciones Dios me ha
concedido la intención de no proponer, no querer, no pensar, no amar otra cosa
que la consecución de la verdad.
Y continúo creyendo que por tus peticiones
conseguiremos un bien tan grande, al que hemos aspirado por tus méritos» (Del orden,
Disputa segunda, 20, 53).
ORACIÓN
Gloriosa
Santa Mónica, que
soportaste con resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio
y los desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame
esta paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
DÍA NOVENO - 3 DE MAYO
Por
la señal...
Acto
de Contrición y Oración Inicial.
Meditación: SANTO COLOQUIO CON SAN AGUSTÍN EN OSTIA, Y
ANHELO DE SANTA MÓNICA POR EL CIELO.
«Estando ya cercano el día de su partida de
esta vida, aconteció, por tus disposiciones misteriosas, según creo, (Dios
mío), que ella y yo nos hallábamos asomados a una ventana que daba al jardín de
la casa donde nos hospedábamos. Era en las cercanías de Ostia Tiberina. Allí,
apartados de la gente, tras las fatigas de un viaje pesado, reponíamos fuerzas
para la navegación.
Conversábamos, pues, solos los dos, con gran
dulzura. Olvidándonos de lo pasado y proyectándonos hasta las realidades que
teníamos delante, buscábamos juntos, en presencia de la verdad que eres tú,
cuál sería la vida eterna de los santos, que ni el ojo vio, ni el oído oyó ni
llegó al corazón del hombre.
Abríamos con avidez la boca del corazón al
elevado chorro de tu fuente, de la fuente de la vida que hay en ti, para que,
rociados por ella según nuestra capacidad, pudiéramos en cierto modo
imaginarnos una realidad tan maravillosa.
Y cuando nuestra reflexión llegó a la
conclusión de que, frente al gozo de aquella vida, el placer de los sentidos
carnales, por grande que sea y aunque esté revestido del máximo brillo
corporal, no tiene punto de comparación y ni siquiera es digno de que se le
mencione, tras elevarnos con afecto amoroso, más ardiente hacia él mismo,
recorrimos gradualmente todas las realidades corporales, incluyendo el cielo
desde donde el sol, la luna y las estrellas mandan sus destellos sobre la
tierra.
Tú sabes, Señor, que aquel día, mientras
hablábamos de estas cosas y, mientras al filo de nuestra conversación sobre
estos temas, nos parecía más vil este mundo con todos sus atractivos, ella
añadió: “Hijo, por lo que a mí respecta, nada en esta vida tiene ya
atractivo para mí. No sé qué hago aquí ni por qué estoy aquí, agotadas ya mis
expectativas en este mundo. Una sola razón y deseo me retenían un poco en esta
vida, y era verte cristiano católico antes de morir. Dios me lo ha dado con
creces, puesto que, tras decir adiós a la felicidad terrena, te veo siervo
suyo. ¿Qué hago aquí?”»
(Confesiones,
Libro IX, 10).
ORACIÓN
Gloriosa Santa Mónica, que soportaste con
resignación y paciencia a los malos tratos de tu esposo Patricio y los
desórdenes de tu hijo, que no quería escuchar tus consejos, alcánzame esta
paciencia para la conversión de…
—Rezar un
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
—Las demás
oraciones se dirán todos los días.
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