sábado, 6 de septiembre de 2025

NOVENA EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES.

 


La Novena fue aprobada por Mons. Manuel José Caicedo Martínez, Arzobispo de Medellín (Colombia), el 4 de Julio de 1929. Puede rezarse en cualquier momento del año, pero especialmente en preparación al Viernes de Pasión (los Dolores de Nuestra Señora), y al 15 de Septiembre.

 

COMENZAMOS: 6 de septiembre.

FINALIZAMOS: 14 de septiembre.

FESTIVIDAD: 15 de septiembre.

 

NOVENA EN HONOR A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

   

Postrados de rodillas delante de la Virgen de los Dolores, se comenzará en la forma siguiente:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, yo, la más ingrata de todas las criaturas, reconozco, adoro y reverencio vuestro divino incomprensible Ser creyendo como creo que sois sumamente santo y bueno, que sois justísimo remunerador y que perdonáis a los pecadores; y esperando como espero en vuestra infinita misericordia, que me habéis de perdonar y salvar, digo, Señor, con todo mi corazón que me pesa de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, infinitamente santo y bueno, y porque os amo y os estimo sobre todas las cosas, propongo firmemente con vuestra divina gracia, no volveré a disgustaros en adelante. Misericordia, Señor, y para conseguirla os suplico pongáis los ojos en los acerbísimos dolores de vuestra Santísima Madre, los cuales os ofrezco para alcanzar el perdón de mis pecados. Amén

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS


   Dulcísima y Santísima María, Madre del mejor Hijo y la más afligida de todas las madres; por las acerbísimas penas que padecisteis al pie de la cruz, asistiendo a las agonías y muerte de vuestro Santísimo Hijo, y todas las ofrecisteis desde entonces para que los pecadores tuvieran una buena y santa muerte, os pido no permitáis que se malogren en mí vuestros amorosos deseos, sino que asistiéndome con vuestro poderoso patrocinio en las agonías y congojas de la muerte, logréis el precio de la sangre de vuestro Santísimo Hijo y el fruto de vuestros dolores.

DÍA PRIMERO - 6 DE SEPTIEMBRE

 

   Tristísima y dolorosísima Virgen María, Señora Nuestra, que siguiendo los pasos de Nuestro Señor Jesucristo vuestro precioso Hijo con la cruz a cuestas por la calle de la Amargura habéis llegado al Calvario, que es el monte de mirra a donde os convidó vuestro esposo el Espíritu Santo: abrazad, Señora mía, todos los dolores que os esperan y los tormentos de vuestro Hijo, y puestos todos en vuestro corazón, como un ramillete de mirra ofrecedle al Eterno Padre, para que ablandando la dureza de mi corazón, conciba un verdadero dolor de mis pecados en especial en la hora de mi muerte. Alcanzadme de vuestro crucificado Hijo y Señor mío, el favor que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria suya y bien de mi alma. Amén.

 

—Siete Avemarías en reverencia de los siete dolores.

 


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS



   Soberana Virgen María, Madre amorosísima de los pecadores, que tenéis en el ara de la cruz a vuestro unigénito Hijo, ofrecedlo al Eterno Padre en agradable sacrificio para remedio de los hombres y satisfacción superabundante de sus culpas; pedidle que ponga los ojos en su benditísimo Hijo y en Vos su afligida Madre que se duela de las almas de los infieles y herejes atrayéndolos al gremio de la Santa Iglesia; que se compadezca de los cristianos que están en desgracia suya, reduciéndolos al conocimiento de su infeliz estado y a hacer la penitencia de sus culpas; y que mire con especial compasión a los que en la hora presente se hallan en las agonías de la muerte ayudándoles en su trabajo.

  

SALUTACIÓN A LAS LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


   Crucificado Jesús, Dios y Señor nuestro; ya que nos pusisteis bajo el amparo de vuestra Madre Santísima como hijos de sus dolores, nacidos entre lágrimas, tened misericordia de todos los cristianos y especialmente de los que estamos juntos haciendo esta novena, en agradecida memoria de sus penas; y confesamos, a pesar del Infierno, ser hijos y esclavos suyos, señalados con las lágrimas, para que en la hora de la muerte nos reconozca por suyos. También os pedimos, Señor, en especial por aquella amargura que sintió vuestra alma santísima cuando se arrancó de vuestro purísimo cuerpo, que tengáis piedad de nuestras almas cuando se separen de sus cuerpos. Amén.


   Saludóte, ¡oh santísima llaga del pie izquierdo de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con todos mis pecados y movimientos. Padre nuestro, Ave María y Gloria.

   

   Saludóte, ¡oh santísima llaga del pie derecho de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con todas mis acciones y palabras. Padre nuestro, Ave María y Gloria.

   qwq

   Saludóte, ¡oh santísima llaga de la mano izquierda de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con mi vista y demás sentidos. Padre nuestro, Ave María y Gloria.

  

   Saludóte, ¡oh santísima llaga de la mano derecha de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con el mal empleo de mi memoria, entendimiento y voluntad. Padre nuestro, Ave María y Gloria.

  

   Saludóte, ¡oh santísima llaga del costado de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella, que, así como fue herido tu Corazón con el hierro de la lanza y el de tu Madre dolorosísima con el cuchillo de su dolor, así se penetre el mío en sus soberanas luces para siempre amarte y nunca ofenderte, queriendo antes morir que pecar. Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

ORACIÓN


   Dios de mi corazón y Señor mío Jesucristo, por las cinco llagas que, en la cruz, y por las innumerabes que en la Pasión os imprimió vuestro amor, os pedimos que según vuestra misericordia infinita reconozcáis a los que redimisteis con vuestra preciosa Sangre y los conduzcáis a la vida eterna.

 

—Padre nuestro, Ave María y Gloria.

  

GOZOS

 

Virgen Reina singular,

Pues eres fuente de amor,

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Estaba junto a la Cruz

La Madre de Dios hermosa,

Afligida y dolorosa,

Viendo pendiente a Jesús

Allí fue su alma, en rigor,

Herida con el pesar.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

    

Con la más aguda espada

Del dolor y de la pena,

Se ve hoy de aflicciones llena

La Madre de Dios amada,

Su sentimiento es mayor

Que se pueda imaginar.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

La que con pecho sentido

Piadosa se entristecía,

Cuando la pena veía

De su Hijo escarnecido;

¿Cómo el hombre pecador

No llora aquí sin cesar?

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

¿Y qué mortal no llorará

Con el dolor nunca visto,

Si allí a la Madre de Cristo

En tanta pena mirara?

Pues quisiera por su amor

El corazón derramar.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

¿Y quién no se entristeciera

De su dolor tan prolijo,

Si padecer con el Hijo

A la dulce Madre viera,

Y viendo que el Redentor

Su sangre va a derramar?

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Por pecados de sus gentes,

Después de ser azotado,

Vio en la Cruz atormentado,

A Jesús su Hijo inocente;

¡Oh Madre del Salvador,

Yo siento vuestro pesar!

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Vio la muy piadosa Madre

Que ya su Hijo muy amado,

Muriendo desamparado

Volvió su espíritu al Padre:

Aquí es la pena mayor

Que le deja amargo mar.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Hazme que llegue a abrasar

En amor mi corazón,

Para que con perfección

A Cristo Dios pueda amar:

Espero, Madre de amor,

Esta merced alcanzar.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Haz que, a Cristo, de tal suerte,

Acompañe en su Pasión,

Que siempre en mi corazón

Lleve presente la muerte:

Fijando de aquel Señor,

En mi corazón, las llagas.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Y, cuando sea preciso

Que el cuerpo haya de morir,

Logre mi alma, al partir,

La Gloria del Paraíso,

Ruégote, Madre, me hagas

Esa merced y favor.

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

 

Virgen Reina singular,

Pues eres fuente de amor,

Hazme sentir tu dolor

Para contigo llorar.

  

. Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN


   ¡Oh Dios!, en cuya Pasión el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre María, según la profecía de Simeón, fue traspasada con cuchillo de dolor: concede propicio que cuantos meditamos devotamente sus dolores, alcancemos los dichosos frutos de tu Pasión: Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

JACULATORIA


Vos que llena de dolores

Estáis al pie de la cruz,

¡Oh dulce Madre!, dad luz

A todos los pecadores;

Escuchad nuestros clamores,

Dadnos valor y alegría,

Para que en toda agonía

No busquemos más consuelo

Que el vuestro y alto Cielo.

Sednos también norte y guía.

—Una Salve por las necesidades presentes.

 

LETANÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

 

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

 

Jesucristo, óyenos.

Jesucristo, atiéndenos.

 

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, ten piedad de nosotros.

 

Santa María, Ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros.

Santa Virgen de las Vírgenes, Ruega por nosotros.

Madre Crucificada, Ruega por nosotros.

Madre Dolorosa, Ruega por nosotros.

Madre lacrimosa, Ruega por nosotros.

Madre aflicta, Ruega por nosotros.

Madre abandonada, Ruega por nosotros.

Madre desolada, Ruega por nosotros.

Madre despojada de su Hijo, Ruega por nosotros.

Madre traspasada por la espada, Ruega por nosotros.

Madre consumida por el infortunio, Ruega por nosotros.

Madre repleta de angustias, Ruega por nosotros.

Madre con el corazón clavado a la Cruz, Ruega por nosotros.

Madre tristísima, Ruega por nosotros.

Fuente de lágrimas, Ruega por nosotros.

Auge de sufrimiento, Ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.

Roca de constancia, Ruega por nosotros.

Áncora de confianza, Ruega por nosotros.

Refugio de los desamparados, Ruega por nosotros.

Escudo de los oprimidos, Ruega por nosotros.

Vencedora de los incrédulos, Ruega por nosotros.

Consuelo de los miserables, Ruega por nosotros.

Remedio de los enfermos, Ruega por nosotros.

Fortaleza de los flacos, Ruega por nosotros.

Puerto de los náufragos, Ruega por nosotros.

Bonanza en las borrascas, Ruega por nosotros.

Recurso de los afligidos, Ruega por nosotros.

Terror de los que arman celadas, Ruega por nosotros.

Tesoro de los fieles, Ruega por nosotros.

Vista de los Profetas, Ruega por nosotros.

Báculo de los Apóstoles, Ruega por nosotros.

Corona de los Mártires, Ruega por nosotros.

Luz de los Confesores, Ruega por nosotros.

Perla de las Vírgenes, Ruega por nosotros.

Consolación de las viudas, Ruega por nosotros.

Alegría de todos los Santos, Ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Atiéndenos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros, Jesús.

 

Antífona: Velad por nosotros, defendednos, preservadnos de todas las angustias, por la virtud de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

ORACIÓN


   Imprimid, Señora, vuestras llagas en mi corazón, para que en ellas recoja dolor y amor: dolor, para soportar por vos todos los dolores, amor, para despreciar por vos todos los amores. Amén.

 

JACULATORIA


   Virgen dolorosa, dignaos presentar al Eterno Padre la preciosísima Sangre de vuestro divino Hijo, suplicándole que por sus divinos méritos se digne impedir en esta hora algún pecado mortal en cualquier parte del mundo. Amén. (300 días de Indulgencia).

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

lunes, 18 de agosto de 2025

NOVENA A SAN JOSÉ DE CALASANZ.

 

Novena compuesta por el padre Cayetano Ramo Parrilla de San Juan Bautista Sch. P., y publicada en Madrid por la Imprenta de las Escuelas Pías en 1863, con aprobación eclesiástica.

 

COMENZAMOS: 18 de agosto.

FINALIZAMOS: 26 de agosto.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 27 de agosto (fecha en la que se sepultaron sus reliquias)

 

ADVERTENCIAS PARA HACER LA NOVENA CON FRUTO


Esta novena no es otra cosa que un obsequio, oración o súplica, que hacemos a Dios, para obtener de su Majestad algún beneficio por intercesión de San José de Calasanz, continuada por el espacio de nueve días.

 

Digo a Dios, porque como solo Dios es autor de la gracia, de la gloria, y de los demás beneficios que podemos pedir, y Dios solo los puede otorgar; debemos dirigir a su Majestad principalmente nuestra oración y nuestros obsequios, implorando la intercesión de San José de Calasanz, como tan llegado y amigo suyo, para impetrar por sus ruegos lo que no merecemos alcanzar por nosotros mismos. A la manera que para alcanzar del Rey alguna gracia, nos valemos de alguno de sus válidos y llegados a su persona, para que le presente nuestro memorial y nos facilite el favor.

 

Debe ser la oración devota; esto es, hecha con espíritu contrito y humillado; no vano, curioso y ostentoso: porque ni Dios, ni los Santos gustan de adoradores, puramente políticos y ceremoniosos, que postrándose en el cuerpo y alabándole solamente con los labios, tienen muy lejos de su Majestad el corazón.

 

De aquí nace que muchas personas sacan poco o ningún fruto de las novenas. Las hacen por política o ceremonia, porque ven que otros las hacen o por curiosidad de oír la delicadeza de los discursos del orador, o por hacer ostentación de sus personas y bizarría. Todas estas personas fuera mejor se estuvieran en sus casas: pues faltándoles una recta intención y fin cristiano y religioso, es forzoso trabajen sin provecho. Dios solamente oye la oración de los humildes: ¿qué fruto, pues, puede tener la oración que se funda, o en ostentación, o en vana curiosidad?

 

Jesucristo nos dice: «Pedid, y recibiréis». Sus promesas son infalibles, y antes faltarán el cielo y la tierra, que falte a su palabra. De aquí se deduce que si no conseguimos lo que pedimos es porque pedimos mal, o porque no acertamos el modo de pedir.

 

Regularmente se piden en las novenas cosas temporales, sin hacer cuenta con lo principal que es lo que conduce a nuestra salvación; y esto ya se ve que es desorden. Hállense personas prontísimas a encenderse en ira, y lo menos que piensan es pedir una paciencia cristiana; otras que pagadas de sí mismas, a cada paso se ensoberbecen, y ni aun les ocurre pedir a Dios, por intercesión de los Santos, las haga humildes, y omitiendo esto que más las importa, ponen la mira en unas bagatelas de esta vida, y ésas piden en sus novenas.

 

No negamos que es lícito pedir bienes temporales, pues el mismo Jesucristo nos enseñó a pedir el Pan de cada día en la oración del Padre Nuestro. Podemos, pues, pedir la salud corporal y otras cosas útiles y decentes; pero con resignación en la divina voluntad, y con la condición de que así convenga para nuestra salvación; esperando de la bondad del Señor y de la intercesión de San José de Calasanz, que, cuando no se nos concedan estos bienes temporales, por no ser convenientes, no por eso será infructuosa nuestra novena: pues seguramente se nos acordarán bienes superiores a beneficio de nuestra alma.

 

Pero para abrir el paso a la súplica es importantísimo esté en gracia de Dios el que hace la novena; porque, aunque Dios no deja de oír a los pecadores reconocidos y humildes, pero sin duda son de mayor peso las súplicas de sus amigos, y es más consiguiente el efecto. Convendrá, pues, confesar y comulgar dignamente en el principio de la novena, o para recobrar la gracia perdida, o para aumentar la conservada.

 

El tiempo propio para dar principio a esta novena es el día 27 de agosto, en que se celebra la fiesta del Santo Patriarca, confesando y comulgando, para ganar también la indulgencia plenaria concedida por nuestro Santísimo Padre Clemente XIII a los que confesados y comulgados visitaren en ese día, o en el antecedente desde las vísperas, las iglesias de las Escuelas Pías, e hicieren devota oración según las intenciones de Su Santidad. También se podrá empezar nueve días antes, y terminarla en la fiesta del Santo. Entre año será bien elegir el tiempo de menos ocupaciones, para poderse emplear el devoto más fácilmente en la imitación de sus virtudes.

 

NOVENA AL PRODIGIOSÍSIMO PATRIARCA SAN JOSÉ DE CALASANZ DE LA MADRE DE DIOS, FUNDADOR DE LAS ESCUELAS PÍAS, ESPECIAL PROTECTOR Y ABOGADO DE LOS PERSEGUIDOS.


 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mio, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


«Nisi efficiámini sicut párvuli, non intrábitis in regnum cœlórum»: “Si no os hacéis como niños pequeños, no entraréis en el reino de los cielos.” San Mateo, cap. 18.

 

   Omnipotente y eterno Dios, que habiendo enviado a todas horas obreros a vuestra viña para crédito de vuestra Providencia, destinasteis finalmente en la última hora a San José de Calasanz, encargando principalmente a su cuidado las tiernas plantas de los niños, para que criadas rectas desde los primeros años, ni los torbellinos de las pasiones, ni todo el poder del abismo las desviase de su primera rectitud y camino del Cielo: Yo os adoro, Señor, os alabo, os bendigo, y os doy las más rendidas gracias por este especial efecto de vuestra amorosa Providencia, bastante a renovar las repúblicas y la Iglesia por medio de una santa educación de la niñez y de la juventud, y por habernos dado en San José de Calasanz un nuevo maestro y doctor de los párvulos, y un poderoso protector de nuestro reino. Y pues vuestro unigénito Hijo, que es la eterna e infalible Verdad, nos asegura en su Evangelio que no entraremos en el Cielo si no nos hacemos como niños; desde luego, Señor, me humillo y reconozco mi pequeñez: solicito la inocencia de la infancia, su pureza, el candor de su ánimo y tranquilidad de su espíritu: esperando, que colocado por este medio bajo la especial protección de tan ilustre Patriarca, daréis por su intercesión gratos oídos a mi súplica, y me concederéis el favor que solicito en esta novena (si conviene para bien de mi alma y gloria vuestra) por los méritos de mi Señor Jesucristo, que con Vos, y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO - 18 DE AGOSTO

 

FE: «Postúlet autem in fide, nihil hǽsitans»: “Pero pida con fe, no dudando nada.” Santiago, cap. 1, v. 6.

  

ORACIÓN


   Oh Verbo eterno, Sabiduría del Padre, que os dignasteis ilustrar tan particularmente el entendimiento de San José de Calasanz, que de edad de cinco años no solo entendía distintamente los misterios de nuestra fe, sí que los explicaba a los demás niños con palabras tan claras y perceptibles, que era la admiración de los mayores: y siendo ya patriarca, le comunicasteis un don de fe tan firme y excelente, que en virtud de ella mandaba a los furiosos vientos y calmaban; a las encrespadas olas y se deshacían; a las dolencias y dejaban a los enfermos; a los demonios y quedaban libres los endemoniados; y aun a la misma muerte, restituyendo a vida los difuntos: Concededme, Señor, por intercesión de tan favorecido Patriarca vuestro y protector mío, un distinto conocimiento de Vos y de vuestros misterios, y una fe no solamente viva, sino tan firme, que no me quede duda de que he de conseguir el favor que pido en esta novena: una fe en fin, que podáis decir de mí lo que de la Cananea: «Grande es tu fe; hágase como tú lo quieres»: o lo del Centurión: «No he hallado tan excelente fe en Israel; anda, y hágase como lo creíste». Sea así, Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

—Aquí se rezarán tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias. Luego se hará la petición particular de la gracia que se desea conseguir.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA TODOS LOS DÍAS


   Oh dulcísima esperanza de los hombres, reina de los Ángeles, María, Madre de Dios, que en tantas ocasiones habéis manifestado cuánto os complacéis y agradáis en vuestro devoto siervo y tierno capellán San José de Calasanz; yo os doy las más afectuosas gracias, por haberlo sublimado el Señor por vuestros ruegos a la gloria que goza en la divina presencia, y al honor de Patriarca de una nueva religión en la Iglesia católica, que se gloría de teneros por titular y protectora. Y pues sois madre de pecadores y consuelo de los que en vos confían, encaminad mis súplicas para que siendo agradables en el divino acatamiento, tengan feliz y favorable despacho por vuestra intercesión y méritos de San José, ruego por las almas del Purgatorio, especialmente por las que en esta vida hicieron profesión de ser vuestras devotas: por el aumento de la fe católica, extirpación de las herejías, conversión de los pecadores, paz entre los Príncipes cristianos, salud de los enfermos, libertad de los cautivos, consuelo de los encarcelados y de todos los afligidos; generalmente por todas aquellas necesidades que por cualquiera título de justicia o caridad debo tener presentes; y si es del agrado de vuestro precioso Hijo, alcanzadme la gracia que pido en esta novena, por la dignidad de Madre de Dios, que os eleva sobre todas las criaturas. Todas os alaben, todas os bendigan. Glorificados sean los bellísimos privilegios de María. Viva María, única esperanza mía. Amén.

  

GOZOS

 

Pues nuestro Dios y Señor

Os hizo tan prodigioso,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

En Peralta de la Sal

Os dio el Cielo claro oriente,

Y cual astro refulgente,

Vos le dais gloria inmortal:

Pues se une con lazo igual

De Hijo y Padre vuestro amor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

    

Fue de vuestro nacimiento

Una estrella precursora,

Que a la más brillante aurora

Despojó de lucimiento:

Ya que quiso el firmamento

Señalar vuestro candor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

El primer paso asombroso

De vuestra vida en la tierra

Fue declararos en guerra

Con satanás orgulloso:

Si por triunfo tan glorioso

Os aclaman vencedor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Varias universidades

Admiraron vuestra ciencia,

Y premiaron su eminencia

Los reyes con dignidades:

Si tantas felicidades

Renunciasteis con valor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

  

Penetrasteis los horrores

De los montes Pirineos,

Con eficaces deseos

De convertir pecadores:

Si de Apóstol los honores

Logró allí vuestro fervor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Por inspiración divina

De España a Roma pasasteis,

Donde obediente entablasteis

La obra a que el Cielo os destina

Pues de piedad y doctrina

Fuisteis sabio director,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Fundasteis la Escuela Pía,

Cuyo Instituto sagrado

Quisisteis fuera sellado

Con el nombre de María:

Y pues el Cielo quería

Fuerais su propagador:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Mitras, capelos y honores

A vuestros pies se rindieron,

Y a vuestra cabeza dieron

Luminosos esplendores:

Pues de otras glorias mayores

Fuisteis tan merecedor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Visteis florecer piadosa

Vuestra religión querida,

Mas en breve destruida

Con persecución furiosa:

Y pues luego más gloriosa

Recibió nuevo esplendor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

De la más violenta audacia

Vuestra paciencia triunfó,

Y un Padre Santo os llamó

El Job de la Ley de Gracia:

Pues con ésta y su eficacia

Disteis más fuerza al valor:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

A infinitos inocentes

Dais de la doctrina el pan,

Siendo, cual otro Abrahán,

El padre de muchas gentes:

Pues os dan cultos fervientes,

Como a Santo Fundador,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Por vuestra muerte preciosa

Gloria el Cielo os asegura,

Donde goza la hermosura

De Dios vuestra alma dichosa:

Pues vuestra vida asombrosa

Mereció el premio mayor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Lengua y corazón unidos,

Por un siglo sepultados,

Se admiran tan conservados

Como frescos y encendidos:

Pues milagros repetidos

Por ellos obra el Señor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Consoláis los afligidos,

Dais al ciego claros ojos;

Mano a mancos, pies a cojos,

Y a los muertos los sentidos:

Pues sois de los perseguidos

El especial defensor:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Pues nuestro Dios y Señor

Os hizo tan prodigioso,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

. Ruega por nosotros, San José de Calasanz.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN


   Oh Dios, que te dignaste por medio de tu Confesor San José proveer a tu Iglesia un nuevo subsidio para ilustrar el espíritu de inteligencia y piedad de la juventud, te suplicamos nos concedas que por su ejemplo e intercesión hagamos y enseñemos también, para conseguir los premios eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.