lunes, 18 de noviembre de 2024

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA.

 


Novena aprobada el 4 de Julio de 1929 por Mons. Manuel José Caicedo Martínez, Arzobispo de Medellín (Colombia). Puede rezarse en cualquier momento del año, especialmente en preparación a su fiesta litúrgica (27 de Noviembre).

 

COMENZAMOS: 18 de noviembre.

FINALIZAMOS: 26 de noviembre.

FESTIVIDAD: 27 de noviembre.

 

    

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

ORACIÓN INICIAL


   Soberana Reina de los Cielos y de la tierra, que por amor a los hombres pecadores os dignásteis apareceros a vuestra humilde sierva, Sor Catalina Labouret, con las manos cargadas de gracias celestiales en favor de los que os invocan con fe y devoción; vednos postrados ante vuestra imagen suplicándote humildemente un rayo de luz que ilumine nuestra mente y abrase nuestro corazón en vuestro santo servicio, a fin de que conociendo vuestras misericordias encerradas en vuestra Santa Medalla, logremos participar de vuestros merecimientos y conseguir por ello la salvación de nuestra alma.

  


DÍA PRIMERO - 18 DE NOVIEMBRE

 

   Reina de los Ángeles, celestial María, que os dignásteis enviar a uno de esos espíritus celestiales para que anunciase a Sor Catalina que Vos le esperabais en la capilla, llegando vuestra dignación a permitir que pusiese sus brazos en vuestras rodillas como una madre recibe a su pequeñuelo. Concededme, ¡oh Virgen Milagrosa!, una viva confianza en virtud de vuestra Medalla, que ella sea el escudo santo que nos defienda de nuestro inmortal enemigo, y en la hora de nuestra muerte merezcamos descansar en vuestros maternales brazos, a fin de que, conducidos por nuestro Ángel Custodio, merezcamos ser introducidos en vuestro celestial palacio y gozar de vuestra compañía por toda la eternidad. Amén.

 

—Pídase a la Virgen la gracia que se desea alcanzar por su intercesión poderosa. Para más obligarla, rezaremos tres Avemarías.

  

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Yo os saludo, dulcísima Virgen María, Madre de Dios, y os elijo por mi amantísima Madre. Suplícoos que me admitáis por hijo y siervo vuestro, pues yo no quiero tener otra Madre y Señora que a Vos. Ruégoos también, ¡oh piadosa y tierna Madre mía!, que me gobernéis y defendáis en todas las acciones de mi vida porque soy un pobre infeliz mendigo, que en todos los instantes necesito de vuestra ayuda y protección. Ea, Virgen Santísima, hacedme participante de todos vuestros bienes y de vuestras virtudes, principalmente de vuestra santa humildad, de vuestra excelsa pureza, de vuestra ardiente caridad; pero sobre todo alcanzadme la gracia (Aquí se expresa de nuevo la gracia que se desea obtener de la Virgen). No me digáis, ¡oh Madre benignísima!, que no podéis concedérmela, porque vuestro amantísimo Hijo os ha dado todo poder tanto en el Cielo como en la tierra. También estoy seguro que no me desecharéis, porque Vos sois la Madre común de todos los hijos de Adán, y singularmente lo sois mía. Ya pues, que sois mi Madre y al mismo tiempo sois poderosísima, ¿qué es lo que podrá moveros a negarme vuestra excelencia? Atended, Madre mía, mandad, que en calidad de tal estáis en cierta manera obligada a concederme lo que os pido y acceder a mis ruegos. Sed, pues, bendita y ensalzada en el Cielo y en la tierra; alcanzadme de Dios que haga participante de todos los bienes y de todas las gracias que sean del agrado de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, objeto de todo mi amor ahora y por todos los siglos. Amén.

  

GOZOS EN HONOR A LA SANTÍSIMA VIRGEN VENERADA EN LA MEDALLA MILAGROSA

 

Digamos con melodía

Esta devota canción:

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

La medalla prodigiosa

A vos, purísima Virgen,

Debe el principio y origen

En una visión dichosa.

Todos por eso a porfía

Desean su adquisición.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

 

Este emblema celestial

Infunde pena, furor,

Desesperación y horror

A la serpiente infernal.

¿Qué extraño, si su malicia

Ve en ella su confusión?

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

Los brillantes resplandores

Que vuestras manos despiden,

Son las gracias que reciben

De Vos los hombres viadores.

¿Quién es el que no confía

Vista tal demostración?

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

¿Quién podrá contar, Señora,

Los prodigios que habéis hecho

Con el que llevara al pecho

La medalla y os implora?

Llevémosla noche y día

Con tierna veneración.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

 

El rayo, la tempestad,

El contagio inevitable,

De esta medalla admirable

Huyen con velocidad:

La virtud que los desvía

La da vuestra intercesión.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

La tentación más violenta

Resiste, calma y abate,

El fiel que en todo combate

Este escudo fuerte ostenta,

Su constancia no varía,

Si os ruega de corazón.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

Las olas del mar furioso

Que espantan al que navega,

Pierden la fuerza si ruega

Ante este signo glorioso,

Porque Vos sois norte, guía

Y puerto de salvación.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

   

Los enfermos desahuciados

Buscan con solicitud

En la medalla salud,

Y no quedan defraudados:

Sanos, llenos de alegría

Dicen con dulce emoción.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

Los hombres más obstinados

En la impiedad y en el vicio,

Del eterno precipicio

Con ella han sido librados:

Pues por Vos, dulce María,

Lograron su conversión.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

Madre en gracia concebida,

Rogad, Señora, por nos

Que recurrimos a Vos

En tan miserable vida:

Muéstrate clemente y pía

Ahora y en toda ocasión.

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

  

Digamos con melodía

Esta devota canción:

Vuestra medalla, ¡oh María!,

Es prenda de protección.

 

. Ruega por nosotros, ¡oh Santa María!, Reina concebida sin pecado original.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN

 

   Oh Señor Jesucristo, que quisiste esclarecer a la Santísima Virgen María, tu Madre, Inmaculada desde su origen, con innumerables milagros: concédenos que cuantos imploramos siempre su patrocinio, consigamos los gozos eternos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

NOVENA A NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA.

 


Novena sacada del Devocionario Católico.

 

COMENZAMOS: 18 de noviembre.

FINALIZAMOS: 26 de noviembre.

FESTIVIDAD: 27 de noviembre.

 

¡OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA!

RUEGA POR NOSOTROS

QUE RECURRIMOS A TI.

 

 Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN PREPARATORIA.

 

   Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa.

 

   Creo y espero en tu Medalla, Madre mía del cielo, y la amo con todo mi corazón, y tengo la plena seguridad de que no me veré desatendido. Amén.

 

—Leer la reflexión del día correspondiente.

 


DÍA PRIMERO: 18 de noviembre.

 

   En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena –la del 18 de julio de 1830- se apareció por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl.

 

   Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos.

 

   ¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Como siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tú recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo.

 

—Después de unos momentos de pausa para meditar el punto leído y pedir la gracia o gracias que se deseen alcanzar en esta Novena, se terminara rezando:

 

ORACIONES FINALES

 

   Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh Madre de Dios, no desechéis mis suplicas, ante bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

 

—Rezar tres Avemarías con la jaculatoria:

 

OH MARÍA, SIN PECADO CONCEBIDA, ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

sábado, 16 de noviembre de 2024

NOVENA EN HONOR A SAN JUAN BERCHMANS, NOVICIO JESUITA.

 


Novena dispuesta por el sacerdote F. de S. M., y reimpresa en la Vida de los Santos de la Compañía de Jesús. Las máximas son tomadas de la Vida de San Juan Berchmans del padre Virgilio Cepari SJ y del Plácita, et decréta morália, quæ sibi conscrípsit Joánnes Berchmans SJ, último anno vitæ suæ (y los decretos morales que Johannes Berchmans SJ escribió para sí mismo en el último año de su vida)

 

COMENZAMOS: 17 de noviembre.

FINALIZAMOS: 25 de noviembre.

FESTIVIDAD: 26 de noviembre.

  

NOVENA EN HONOR A SAN JUAN BERCHMANS, NOVICIO JESUITA


 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE CONTRICIÓN

 

   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

   

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

 

   Señor mío Jesucristo, que llevado del gran deseo que tenéis de que nos salvemos, renováis en vuestra Iglesia ilustres ejemplos de virtud, con que nos animemos a correr por el camino de la santidad; mil gracias os doy por el que me ofrecéis hoy en la inocentísima vida del angélico joven San Juan Berchmans, cuya santidad, cifrada en la exacta observancia de las más menudas obligaciones de su estado, me anima a pretender alcanzar la perfección por el camino llano del cumplimiento fiel de mis deberes. Deseoso, pues, de excitarme a la imitación de sus suavísimas virtudes, y de glorificaros por lo que le favorecisteis, comienzo gozoso esta Novena, esperando por la intercesión de este amabilísimo joven, alcanzar abundantes gracias para copiar en mi alma los ejemplos de virtud que él nos dejó, y mediante ellos daros mucha gloria, y conseguir la salvación de mi propia alma, que es lo único que me importa. Amén.

 


DÍA PRIMERO – 17 DE NOVIEMBRE

 

AMOR DE SAN JUAN BERCHMANS A LA ORACIÓN.

 

ORACIÓN PARA ESTE DÍA

 

   Dulcísimo Jesús mío, Maestro nuestro en el ejercicio santo de la oración y meditación; gracias os doy por haber enseñado al devotísimo y Fervorosísimo San Juan Berchmans, ya desde sus más tiernos años, a pasar largas horas en esa suavísima ocupación, donde penetrándose de las verdades y misterios de nuestra fe, se inflamaba en vivos deseos de amaros y practicar la virtud, llenándose de santo odio y aborrecimiento de sí mismo, y de todo lo que es mundo. Soberano Maestro, por la intercesión de mi amable protector, sedlo también mío en negocio que tanto me importa, para ordenar todas mis acciones, y perseverar en el bien. Y si es cierto que está el mundo perdido por falta de reflexión, y por no valerse de la oración, llave de oro con que se franquean las puertas de las divinas misericordias, orando yo y meditando con asiduidad, diligencia y constancia, a ejemplo de mi glorioso protector, conseguiré las luces y auxilios para huir de los lazos del demonio, y llegar a la posesión de la gloria celestial. Amén.

   

—Récese un Padre nuestro, Ave María y Gloria. Después la petición de la gracia especial que desea cada uno conseguir en esta Novena.

  

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.


   Señor y Dios mío; lleno de confusión me postro hoy ante vuestros altares al compararme con este inocente joven, que alcanzó en tan pocos años tantos méritos, acumulados con su diligente y constante aplicación a la virtud, mientras que yo por mi descuido me encuentro muy falto de virtudes, y con las manos vacías de buenas obras.

   

   ¡Ah, amado protector mío, cuán lejos he estado de seguir vuestras huellas! Vuestra prontitud y docilidad en seguir las divinas inspiraciones y daros todo a Dios en edad todavía muy temprana, vuestra sabia providencia para acumular, cual mercader avaro, los bienes sólidos e imperecederos de gracia y gloria, arguyen mi resistencia a los toques de los divinos llamamientos y la necedad con que sólo he atendido a llenar mis manos del heno de los bienes mentirosos de este mundo. Detesto ya de todo corazón mi conducta, y con vuestra ayuda y protección quiero hoy mismo empezar la vida fervorosa y llena de santas obras con que, redimiendo el tiempo perdido, merezca un elevado trono de gloria por toda la eternidad. Amén.

   

MÁXIMAS DEL SANTO PARA ESTE DÍA.

 

Desagrada tanto al demonio la oración, que procura con todo empeño estorbarla.

Si no tengo costumbre de orar, no viviré en paz en la Compañía.

Quien no aprecia la oración, no podrá durar y perseverar en la via espiritual.

 

Antífona: Consumado en poco, cumplió mucho tiempo, tan agradable era su alma a Dios.

. El Señor conduce al justo por vías rectas.

. Y le muestra el reino de Dios.


ORACIÓN

 

   Oh Dios, que hiciste admirable la santidad de tu Confesor San Juan Berchmans en la custodia de la disciplina regular y la inocencia de la vida; concédenos por sus méritos y oraciones, que, siguiendo fielmente tus mandatos, consigamos la pureza de alma y cuerpo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.