miércoles, 3 de diciembre de 2025

NOVENA DE LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA EN SU SINGULAR PRIVILEGIO DE SU INMACULADA CONCEPCIÓN.

 

BOGOTA

IMPRENTA ELECTRICA—I906.

Esta Novena ha sido revisada y corregida por un piadoso escritor, y el Ilmo. Sr. Arzobispo Dr. Vicente Arbeláez le impartió su aprobación y le concedió 80 días de indulgencia a cada una de las oraciones que contiene, como consta en el libro titulado Placeres espirituales para el mes de Diciembre, del cual hace parte esta Novena.

 

COMENZAMOS: 29 de noviembre.

FINALIZAMOS: 7 de diciembre.

FESTIVIDAD: 8 de diciembre.

 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 


ACTO DE CONTRICIÓN



   Pésame, Señor, de todo corazón, de haberos ofendido por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, y propongo firmemente la enmienda.

 

ORACIÓN para todos los días

 

   Soberana Señora, Emperatriz de los Cielos y Tierra, Estrella refulgente del mar, que fija en los candores de tu inmaculada pureza, diriges los errados navegantes hijos de Adán; yo, el más indigno de todos ellos, me postro ante tu sagrada imagen, venerándote en el primer instante de tu Purísima Concepción, desde el cual fuiste escogida para Madre de Dios y Virgen sin mancha, y te suplico en esta Novena que consagro a tus aras, que te dignes de ser mi Madre, pues lo eres de todos los miserables hijos de Adán, y me alcances del trono de la Beatísima Trinidad pureza de intención y conformidad con su divina voluntad, para que por tu santa intercesión sean mis súplicas oídas de su piedad; y en especial, Señora, se digne concederme el remedio de esta particular necesidad que te manifiesta mi corazón, lo que con gran confianza espero de tus bondades, para que, conseguida, te rinda en esta vida las gracias, hasta que logre adorarte en la gloria eternamente. Amén.

Día primero —29 de noviembre.

 

MEDITACIÓN PARA ESTE DÍA


Ad initio et ante saecula creata sunt: Fueron creados en el principio y antes de los siglos.

 

Contemplemos cómo habiendo llegado al trono de la Beatísima Trinidad las humildes deprecaciones del Señor San Joaquín y Señora Santa Ana, destinados para ser padres de María Santísima, fueron acogidas en aquel divino Consistorio y el Dios Uno y Trino determinó, llegada la plenitud de los tiempos, dar cumplimiento al plan eterno de la redención del hombre. Debemos suponer piadosamente que una embajada celestial fue enviada a aquellos santos ancianos para iluminarlos, vivificarlos y consolarlos, anunciándoles que sus oraciones habían sido oídas, y prometiéndoles que recibirían fruto de bendición y que Ana concebiría y daría a luz una hija a quien debía darse por nombre María, destinada para ser madre del Redentor de los hombres.

   Contemplemos cómo el Arcángel enviado por Dios debió descender al punto, y presentándose en forma humana a los dichosos padres de Maria Santísima, hermosa y resplandeciente como el sol, les anunció la feliz nueva dé la Concepción de esa Divina Niña, diciéndoles que había de ser en todo llena de Espíritu Santo, y que este suceso alegraría al cielo y a la tierra.

 

—Aquí se medita unos breves instantes; después se rezan nueve Avemarías, y luego se dice la siguiente…

 

ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO

 

   ¡Oh soberanos señores míos y esclarecidos santos Joaquín y Ana! todos los que hemos empezado esta Novena en honra de la Concepción de vuestra Santísima Hija María Nuestra Señora, os damos mil parabienes del feliz anuncio que os dio el santo Arcángel, y gozándonos de vuestro gozo os suplicamos humildemente nos alcancéis de la Beatísima Trinidad purifique nuestras conciencias con sus divinos auxilios, para que concibamos pensamientos, palabras y obras libres de toda impureza, y que dignamente prosigamos esta Novena; y alcanzadnos de vuestra bellísima Hija, y Señora nuestra, las especiales súplicas que en ella le hacemos para que, purificados en esta vida, le sirvamos fieles, y en la otra para siempre le alabemos. Amén.

 

—Luego…

 

Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, Inmaculada Madre de Dios, y siempre Virgen; por esta infinita dignidad, e incomparable prerrogativa vuestra y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico que, pues el Padre como a Hija suya os hizo poderosísima, que en vida y en muerte me libres del poder del demonio. — Amén.

—Dios te salve María y Gloria Patri.

 

Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen; por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra Purísima Concepción, os suplico que, pues el Hijo como Madre suya os hizo sapientísima, que me alcancéis de su Divina Majestad una esperanza firme, para que ni en vida ni en muerte me pueda pervertir alguna ignorancia o error. — Amén.

—Dios te salve María y Gloria Patri.

 

Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen; por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra y por el singular privilegio de vuestra Purísima Concepción, os suplico, que, pues el Espíritu Santo como a Esposa suya os enriqueció de una caridad inmensa, me alcancéis que mi corazón perpetuamente se abrase en el fuego del amor divino. — Amén.

—Dios te salve María y Gloria Patri.

 

Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen; por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra y por el singular privilegio de vuestra Purísima Concepción, os suplico que, pues la Santísima Trinidad os hizo templo suyo, sustentado sobre las columnas de las más sólidas virtudes, me alcancéis de su Divina Majestad, que, participando de vuestras virtudes, sea yo vivo templo suyo en tiempo y eternidad. —Amén.

—Dios te salve María y Gloria Patri.



GOZOS



 V. Todo el mundo en general

Os cante con alegría.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si Dios legislador pudo

Dar en la ley excepción

Y hacer que en la Concepción

Fueseis la vara sin nudo,

Armada estáis con escudo

De exenta en la ley penal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 

 Si en gracia con su poder

Dios a los ángeles crio,

Esto mismo ejecutó

En vuestro primer ser;

Que asi quiso disponer

Vuestro claustro virginal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si vos fuisteis decretada

Ante toda criatura.

Ya quedasteis, Virgen pura,

De la culpa reservada.

Para cerrarle la entrada

A la serpiente infernal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si en el diluvio se ve

Que a todo el mundo anegó,

 Y no obstante se salvó

Sólo el arca de Noé,

Verdadero anuncio fue

Que sois arca celestial.

 R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si viendo Moisés que ardía

La zarza no se quemó,

Que la culpa no os tocó

Enseña la Iglesia hoy día,

Porque Dios que os protegía,

Os libró de incendio tal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si el Jordán su seno abrió

Para que el arca pasase

Y Dios su poder mostrase,

Aquí más lo demostró

Que la nueva arca pasó

Sin la corriente fatal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

Si aquel decreto de Azuero

No se entendió con Esther,

Tampoco a vos comprender

En el instante primero.

Pues que gozasteis de fuero

Pudo la ley general.

 R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si Dios como Omnipotente

Libró vuestra Concepción,

Con pía y acorde unión

Cantaremos igualmente,

Diciendo de gente en gente

Con aplauso universal.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

 Si con tierna devoción

América os ha elegido

Por patrona y aplaudido

Del Papa la decisión.

Sea vuestra protección

Para América especial.

R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

  V. Todo el mundo en general

Os cante con alegría.

 R. Sois concebida María,

 Sin pecado original.

 

En tu Concepción fuiste, oh Virgen Inma culada.

. Ruega por nosotros al Eterno Padre, cuyo Hijo del Espíritu Santo concebiste.

 

ORACIÓN


   Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Purísima Virgen María preparaste digna morada a tu eterno Hijo, te suplicamos que, así como la preservaste de toda mancha y culpa original, así también nos concedas que, mediante su intercesión, lleguemos puros a tu divina presencia. Amén..

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

Día segundo —30 de noviembre.

 

 Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria 

 

Macula originalis nunquam foit in te: La mancha original nunca estuvo en ti.

 

consideremos cómo preparados con soberanos favores y especiales disposiciones los padres de Maria Santísima, llegó el momento de la creación del alma de esta augusta Princesa, alma que había de ser la complacencia del Altísimo, reflejo de sus divinos atributos, resplandeciente prodigio de su poder, a quien no había de tocar ni ofender la mácula de la culpa de Adán; obra de la Omnipotencia, imagen de la Divinidad más que cualquiera otra humana criatura, y complemento de la grande obra de la misericordia de Dios. En ella debían quedar depositadas todas las prerrogativas y gracias concedidas a los espíritus angélicos, y aun al hombre mismo, si éste se hubiera conservado en el primer estado de gracia en que fue creado.

   El Verbo que se había de humanar, siendo Redentor y Maestro de los hombres, había de fundar la ley perfectísima de gracia y enseñar en ella a honrar a la Madre, como causa segunda de su ser natural, a esa Madre Virgen que él mismo eligió previniéndola y adornándola con lo más admirable, santo y excelso de todas las gracias y dones; siendo el más grande y singular de todos ellos el no sujetarla a la malicia del enemigo común, sino que había de ser siempre libre de la muerte y de la culpa.

 

—Se contempla y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN


    ¡Oh soberana Reina de los ángeles! Cielo hermosísimo adornado de divinas luces, a vuestros pies santísimos postrados todos los que os veneramos en esta Novena, os damos mil parabienes, por la determinación de la Beatísima Trinidad en haceros exenta de la culpa original, y en adornar y enriquecer vuestra alma de pureza y bienes celestiales, de que sumamente nos gozamos todos los miserables cautivos hijos de Adán, y os suplicamos humildes atendáis a nuestros ruegos, alcanzándonos de la inefable Trinidad lo que os representamos en esta Novena, y en especial un eficaz auxilio para que, purificadas nuestras almas por la confesión y penitencia, continuando estos piadosos ejercicios, merezcamos los eternos premios de la gloria. — Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día tercero —1º de diciembre.

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria 

 

Ipsa conteret caput tuum: Ella te aplastará la cabeza.

 

Contemplemos cómo habiendo llegado el momento previsto desde la eternidad de la creación del alma de María Santísima, todos los espíritus celestiales, en sus diversas jerarquías, conocieron y comprendieron este grande acontecimiento, del cual se alegraba el cielo, pues sabían que la antigua serpiente, después que vio la señal profética de esta maravillosa mujer, no cesaba de andar rodeándolas a todas, y las perseguía con astucia y asechanzas, especialmente a las más perfectas, pretendiendo encontrar entre todas a la que había de hollar y quebrantar su cabeza, y que cuando atenta a esta purísima é inculpable criatura, la reconociese tan santa, pondría todo esfuerzo en perseguirla.

   Pero también sabían que esta ciudad santa y tabernáculo del Verbo encarnado sería guardada y defendida por la diestra del Altísimo, y que los mismos espíritus angélicos serían los encargados de velar por ella y resguardarla mientras fuese viadora entre los mortales; nuevo motivo de júbilo y gloria accidental para los ángeles, especialmente para aquellos que de entre los nueve coros habían de ser electos y destinados para tan santo ministerio.

    Así como cada criatura racional, según lo enseña la Iglesia, cada pueblo y cada nación tienen ángeles destinados para su protección y custodia, justo y debido era que la Reina de los Ángeles tuviese los que correspondían a su alta dignidad de Madre de Dios, y de Virgen sin mancilla, desde el momento de su Concepción.

 

—Se medita un poco y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN


   Soberanos celestiales espíritus, que guardáis el vivo templo del mejor Salomón, Cristo Señor Nuestro, mil parabienes os damos por el gozo y gloria accidental que recibisteis en ser guardas y custodios de la que se concebía pura y sin mancha, para ser Madre del Divino Verbo, y os suplicamos humildes nos asistáis con vuestros soberanos influjos, para que libres de las asechanzas de nuestros comunes enemigos, podamos celebrar con toda pureza esta Novena de la Inmaculada Concepción de nuestra Reina y Señora nuestra, María Santísima, y que se digne concedernos lo que en ella le suplicamos, y en especial nos guardéis y defendáis de los enemigos del nombre cristiano, para que triunfando nuestras almas de su poder, sirviendo a Su Majestad en esta vida, os acompañemos en la gloria. Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día cuarto —2 de diciembre.

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria.

 

Diffusa est gratia in lábiis tuis: La gracia ha sido derramada en tus labios.

 

Contemplemos cómo prevenidas y dispuestas todas las cosas por la Divina Sabiduría para sacar en limpio el borrón de toda la naturaleza a la Madre de la gracia, fue concebida esta pura criatura y primogénita entre todas las más puras y perfectas, de la cual se dijo: El Señor me poseyó desde el principio de sus caminos. Dios la protegerá desde el amanecer, desde el primer momento de su vida. El Altísimo sacrificó el Tabernáculo que escogió para habitar en él. La santidad más pura debe adornar su casa. La Santísima Virgen, desde el primer instante de su Concepción, fue llena de todas las gracias y de todos los dones del Espíritu Santo, que se reunieron en elIa como todos los ríos y las corrientes afluyen al océano. Y el que crio a los ángeles en estado de inocencia y a la primera virgen Eva en estado de gracia y sin pecado, ¿no había de hacer lo mismo, aunque en grado muy superior, con esta segunda Virgen que destinaba por Madre suya en el orden de la naturaleza? Pero esta santificación primitiva de los ángeles y de nuestra madre Eva, aunque original, podían perderla, y en efecto, Ios ángeles rebeldes y nuestros primeros padres la perdieron. Pero María jamás la perdió ni podía perderla desde el momento en que fue concebida.

 

—Se medita y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN

  

   ¡Soberana Reina de los ángeles! Margarita preciosísima, formada y criada maravillosamente en la concha nácar de vuestro precioso cuerpo, sin las amarguras de la culpa original; humildemente postrados a vuestros pies todos vuestros devotos, os damos mil parabienes por vuestra entrada feliz en el mundo, preciosa en el cuerpo, y agraciada en el alma, y pues venís, Señora, a dar a nuestra naturaleza la honra que perdimos por la original culpa, siendo excepción del divino decreto, que a todos comprendió, os suplicamos rendidos nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo lo que en esta Novena os pedimos, siendo de vuestro agrado, y asimismo miréis con ojos de piedad al Sumo Pontífice, Colegio de Cardenales, Arzobispo y Obispos, para el buen Gobierno de la santa Iglesia, y para que todos los católicos vivamos en gracia y amistad de Su Majestad, y el aumento de vuestro culto, para que después de esta vida merezcamos besar vuestros pies en la gloria. Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día quinto —3 de diciembre

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria.

 

Speciosa facta est: Ella se volvió hermosa.

 

Consideremos cómo habiendo llegado aquella hora dichosa de la Concepción de María Santísima, como que se cumplió, si así puede decirse, el deseo que desde la eternidad tenía el Omnipotente de comunicar a esta excepcional criatura todos los tesoros de gracias y virtudes que jamás se dieron ni se darán a otra alguna; y así derramó en ella la plenitud de los dones, quedando santificada su alma en el instante primero de su Concepción, que es el que celebra y conmemora la Iglesia, y no la concepción del cuerpo, que por sí solo, aunque perfectísimo y purísimo, no era capaz de recibir dones algunos fuera de los de la naturaleza. En tan eminente grado recibió María los de la gracia, que, ninguno de los Santos y Bienaventurados, ni todos juntos pudieron alcanzarlos; dones que, desarrollados más tarde, fueron creciendo con la edad. Así que, aun siendo niña, iluminado su entendimiento con luces divinas y preparado su corazón para el conocimiento y amor de Dios, poseyó en sublime grado las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad y las demás cardinales que son su complemento.

   Pero en medio de tantas luces é inspiraciones se le ocultó el gran misterio de su maternidad divina y encarnación del Verbo de Dios por obra maravillosa del Espíritu Santo, basta que llegó el día feliz para ella y para la humanidad en que el Arcángel descendió del cielo a saludarla llena de gracia y anunciarla tan pasmosa nueva. Sea por siempre bendita y alabada la que mereció tan singular privilegio.

 

—Se medita y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN

 

    ¡Oh Emperatriz soberana de los cielos! ¡Oh prodigio admirable del poder de Dios! ¡Oh María Santísima Señora nuestra, que desde el primer instante de vuestra Purísima Concepción fuisteis enriquecida con todos los bienes de la gracia y naturaleza, y como mayorazgo de la Beatísima Trinidad, tomasteis posesión de todos, desde el instante de vuestra dichosa animación! Infinitos parabienes os damos por el feliz logro de tantos bienes, y os suplicamos, Señora, todos los que afectuosamente celebramos esta Novena, nos concedáis lo que en ella rogamos, y especial nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo la luz que necesitamos para ejercitar los actos de las virtudes teologales, para que, creyendo, esperando y amando a Su Majestad, humildes y reconocidos le adoremos y reverenciemos como a nuestro Supremo Señor; y asimismo os pedimos miréis con ojos de misericordia a esta República y a nuestros magistrados para el acierto del gobierno. Que reinen la paz, unión y concordia entre todos los pueblos cristianos, extirpación de las herejías y destrucción de todas las sectas, para que rendidos todos al yugo de nuestra católica fe, vivamos en gracia y os alabemos en la gloria. Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día sexto —4 de diciembre

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria 

 

Dominus santificavit tabernaculum tuam: El Señor ha santificado tu tabernáculo.

 

Consideremos hoy, almas fieles, cómo entre los muchos favores que el Todopoderoso dispensó a María Santísima desde su más tierna edad, fue el mayor darle un conocimiento muy vivo de la divinidad y sus misterios más profundos, y aunque no intuitivo como la visión beatifica de los bienaventurados, pero sí con una luz muy clara y superior a todos los otros modos con que Dios se manifiesta al entendimiento de las criaturas racionales, y estas primeras nociones que recibió acerca del ser inmutable de Dios, de la creación, estado y ruina de los ángeles rebeldes, justificación y gloria de los buenos, del destino final del hombre y todas aquellas verdades esenciales y eternas se desarrollaron y perfeccionaron de tal modo, aun en su primera edad, que puede asegurarse sin temor que ninguna otra criatura alcanzó mayores luces divinas sobre todos estos misterios incomprensibles para el hombre.

   Y asi tenía que ser estando elegida y destinada para ser el tabernáculo del Verbo encarnado, la Mediadora, abogada y reparadora del género humano perdido por la culpa.

   Antes de conversar con los hombres ya los amaba con ardiente caridad por una especie de instinto natural, y su intercesión fue desde entonces aceptada a Dios mucho más que la de los espíritus bienaventurados. Todas las criaturas la alaben eternamente.

 

—Se contempla un poco y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN

 

    ¡Oh Señora nuestra, dulcísimo imán de nuestros corazones, luz de nuestras tinieblas, divina Maestra de celestiales virtudes! Os felicitamos llenos de gozo por la posesión de tantos bienes conque os enriqueció el Todopoderoso desde el primer instante de vuestra Purísima Concepción. “¡Oh qué hermosos pasos fueron los vuestros, hija del Príncipe,” pues con ellos llegasteis a la plena posesión del sumo bien! “Divinos son vuestros ojos, pues con ellos robasteis el corazón de Dios.” Vuestra piedad imploramos todos los que devotos asistimos a vuestros cultos, y os pedimos nos alcancéis que en esta Novena os suplicamos; y pues por el conocimiento de la culpa llorasteis nuestras miserias, alcanzadnos lágrimas de perfecta contrición, y no permitáis, Señora, que durante este novenario quede alguno en pecado mortal, sino que purificados todos por una buena confesión, firmes en el propósito de no ofender más a vuestro Santísimo Hijo, después de esta vida celebremos vuestra pureza en la gloria. Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día séptimo —5 de diciembre.

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria.

 

In civitate sannctificata sililiter requievit: En la ciudad santificada descansó en silencio.

 

Meditemos cómo en aquella visión que tuvo el Evangelista San Juan en que vio la nueva ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, adornada para su esposo, manifestó el Altísimo al Evangelista sagrado todos los misterios, dones y privilegios de la Concepción en gracia de María Santísima. La llamó nueva porque todas sus grandezas y prerrogativas fueron nuevas maravillas a los santos, especialmente porque vino sin el contagio de la culpa, y descendió de la gracia por nuevo orden suyo, y lejos de la común ley del pecado; y nueva porque entró en el mundo triunfando del demonio y del primer engaño, que fue la cosa más nueva que en él se ha visto desde su principio. Bajó del cielo, pues, aunque descendió de Adán, hubo para esta Virgen escogida decreto especial de excepción y predestinación. Así pues, nueva bajó de la mente y determinación de Dios.

    Y dice el Evangelista que bajó como esposa adornada, porque, así como entre los mortales se buscan los mejores adornos para el día de los desposorios, ¿qué adornos, qué preparación, qué joyas serian tas que puso el Altísimo en el cuerpo y en el alma de la que, siendo su Esposa, se concebía para Madre del Unigénito del Padre? Así pues, exclamemos transportados de júbilo: “¿quién es esta que sale como la aurora, hermosa como la luna; escogida como el sol, terrible como ejércitos bien ordenados?” Es María, única Esposa y Madre del Omnipotente, concebida en los candores de la gracia, firme en las alturas de la santa Sión poderosa, y que mora eternamente en la plenitud de toda santidad.

 

—Se contempla un poco y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN

 

    ¡Oh Reina de los ángeles! ¡Oh hermosísima esposa del Cordero inmaculada! ¡Oh mística ciudad de refugio y amparo para todos! Humildemente Postrados a vuestros sacratísimos pies, os damos continuos plácemes por las excelentes virtudes y prerrogativas con que os adornó el Altísimo en el Primer instante de vuestra Purísima Concepción; y os suplicamos rendidos nos concedáis lo que en esta Novena os representamos, y en especial, Señora que nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo adorne nuestras almas de todas las virtudes, y destierre de ella todos los vicios para que, sirviendo en esta vida, con vuestro amparo logremos verla eternamente en la gloria. Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día octavo —6 de diciembre

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria.

 

Regina sine labe originali concépta: La Reina concibió sin mancha original.

(Adición de Pío IX a la letanía de la Virgen).

 

Esta ciudad mística de María Santísima, dice el Evangelista, tenía un alto y grande muro, porque son altísimos los misterios de la que en ella estaba representada y simbolizada. Contemplamos algunos de ellos: la triple dignidad de Madre, Hija y Esposa de Dios, a saber: Madre del Hijo Eterno, Hija del Padre Eterno, y Esposa del Espíritu Santo, que no son sino un solo Dios, trino en las personas y uno en la esencia, elevaron a Maria sobre las criaturas mortales y angélicas, y la constituyeron Reina y Señora de todas ellas. La cualidad de corredentora del linaje humano, por haber de dar el ser natural al Verbo que había de hacerse hombre en sus purísimas entrañas, la constituyó Madre de todos los hombres, y dulce mediadora de ellos para con Dios, siendo su intercesión poderosa para remediar todas sus necesidades, amparar a los pecadores que con sincero corazón la invocaren, para engrandecer a los justos y dar auxilios y gracias a los que la aman, por más pecadores que sean. Destinada para quebrantar la cabeza de la serpiente infernal y para resistir al poder de la bestia roja de Apocalipsis, tiene potestad para ahuyentar al enemigo de las almas, que al oír su nombre tiembla, y para favorecer a Ios mortales contra sus lazos y asechanzas.

   Acojámonos, pues, a esta mística ciudad, donde hallaremos seguro refugio y amparo en todas las calamidades y desgracias.

 

—Se contempla y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN


    ¡Oh Señora universal de todas las criaturas y depositaría de todas las piedades del Altísimo! Los que aquí estamos humildemente postrados a vuestros pies, devotos y amantes vuestros, admirando vuestra excelsa grandeza, y en nombre también de todos los pecadores, besamos rendidos vuestras sagradas plantas, y no dejamos de suplicaros con todo el fervor de nuestros corazones, nos alcancéis misericordiosa el especial favor que cada uno de nosotros os pide. Pues sois la Dispensadora de todos los bienes, enriqueced nuestras almas con todas las virtudes que sabéis necesitamos para servir dignamente a vuestro Hijo nuestro Salvador, y a vos Madre de piedad.Amén.

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

Día noveno —7 de diciembre

Por la señal…

—Acto de contrición y Oración preparatoria 

 

Yo soy la Inmaculada Concepción.

(Palabras de la Virgen en Lourdes)

 

Los fundamentos del muro de aquella ciudad que vio San Juan, estaban adornados con todas las piedras más preciosas. Es esta ciudad María Santísima; los muros su fortaleza y seguridad; las piedras preciosas su santidad, alteza, dones y hermosura, y especialmente su Concepción purísima, que es el fundamento de todo. Se veían en esos muros el Jaspe, el zafiro, el calcedonio, la esmeralda, el sardonio, el berilo, el topacio, el jacinto, el amatista y otras varias piedras que eran signos y emblemas de la fortaleza, de la constancia, de la serenidad, de la paz, de la amabilidad y dulzura, del amor, la pureza, la humildad, la fe, la esperanza, la virginidad, el poder contra los espíritus infernales, y de todas las demás virtudes, gracias, dones y privilegios con que fue dotada y adornada esta Virgen excelsa y soberana, y las cuales poseyó siempre en el más alto grado de que pueda formar idea cualquiera humana criatura. Ese muro altísimo y fortísimo tan ricamente adornado, esa Virgen sin igual, dotada de tan singulares virtudes, son el refugio, el amparo y asilo de los mortales, y el poderoso recurso de todos los miserables pecadores. Recurramos, pues, a esa ciudad fortificada y defendida por el brazo del Omnipotente, donde se hallan todas las delicias del paraíso celestial y las alegrías de la bienaventuranza. Amén.

 

 —Se contempla un poco y se rezan las nueve Avemarías.

 

ORACIÓN


    ¡Bellísima soberana de nuestras almas! ¡Brillante estrella que nos guías en el tempestuoso mar de esta vida! ¡Lucero hermoso de la mañana, que os anticipáis risueña a la luz del claro sol de justicia, anunciándonos sus misericordias y sus bondades! ¡Mensajero bendito de paz, anuncio de alegría! Vuestros somos, Madre amabilísima, y deseamos serlo por toda la eternidad, especialmente los que devotos y amantes hemos llegado al fin de este novenario, que rendidos os hemos ofrecido en prueba de amor y fidelidad. Rogad, Señora, por nosotros, y por todos los que creen, confiesan y defienden el dogma de vuestra pura é inmaculada Concepción, definido por el augusto Pontífice Rey, Vicario de Jesucristo, el inmortal Pío IX, vuestro hijo predilecto. Proteged a toda la Iglesia católica, apostólica, romana, hoy perseguida y atacada por los emisarios de Satanás, perversos y usurpadores. Proteged y defended a todo el Episcopado y clero católico, y á nuestros dignos Prelados; iluminad a los ciegos incrédulos, convertid a los pecadores, sostened a los que padecen por vuestra causa, y “dadnos a todos fuerza contra vuestros enemigos”, para que, después de pelear con ánimo resuelto y alegre las batallas del Señor, en este mundo, en que militamos como soldados de Cristo y vuestros, vayamos a recibir algún día su bendición, y de vuestros divinos labios una dulce sonrisa de aprobación que sea nuestra eterna recompensa. Amén

 

—Después de rezar las cuatro Avemarías se dicen los Gozos con las oraciones correspondientes.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario