lunes, 18 de agosto de 2025

NOVENA A SAN JOSÉ DE CALASANZ.

 

Novena compuesta por el padre Cayetano Ramo Parrilla de San Juan Bautista Sch. P., y publicada en Madrid por la Imprenta de las Escuelas Pías en 1863, con aprobación eclesiástica.

 

COMENZAMOS: 18 de agosto.

FINALIZAMOS: 26 de agosto.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 27 de agosto (fecha en la que se sepultaron sus reliquias)

 

ADVERTENCIAS PARA HACER LA NOVENA CON FRUTO


Esta novena no es otra cosa que un obsequio, oración o súplica, que hacemos a Dios, para obtener de su Majestad algún beneficio por intercesión de San José de Calasanz, continuada por el espacio de nueve días.

 

Digo a Dios, porque como solo Dios es autor de la gracia, de la gloria, y de los demás beneficios que podemos pedir, y Dios solo los puede otorgar; debemos dirigir a su Majestad principalmente nuestra oración y nuestros obsequios, implorando la intercesión de San José de Calasanz, como tan llegado y amigo suyo, para impetrar por sus ruegos lo que no merecemos alcanzar por nosotros mismos. A la manera que para alcanzar del Rey alguna gracia, nos valemos de alguno de sus válidos y llegados a su persona, para que le presente nuestro memorial y nos facilite el favor.

 

Debe ser la oración devota; esto es, hecha con espíritu contrito y humillado; no vano, curioso y ostentoso: porque ni Dios, ni los Santos gustan de adoradores, puramente políticos y ceremoniosos, que postrándose en el cuerpo y alabándole solamente con los labios, tienen muy lejos de su Majestad el corazón.

 

De aquí nace que muchas personas sacan poco o ningún fruto de las novenas. Las hacen por política o ceremonia, porque ven que otros las hacen o por curiosidad de oír la delicadeza de los discursos del orador, o por hacer ostentación de sus personas y bizarría. Todas estas personas fuera mejor se estuvieran en sus casas: pues faltándoles una recta intención y fin cristiano y religioso, es forzoso trabajen sin provecho. Dios solamente oye la oración de los humildes: ¿qué fruto, pues, puede tener la oración que se funda, o en ostentación, o en vana curiosidad?

 

Jesucristo nos dice: «Pedid, y recibiréis». Sus promesas son infalibles, y antes faltarán el cielo y la tierra, que falte a su palabra. De aquí se deduce que si no conseguimos lo que pedimos es porque pedimos mal, o porque no acertamos el modo de pedir.

 

Regularmente se piden en las novenas cosas temporales, sin hacer cuenta con lo principal que es lo que conduce a nuestra salvación; y esto ya se ve que es desorden. Hállense personas prontísimas a encenderse en ira, y lo menos que piensan es pedir una paciencia cristiana; otras que pagadas de sí mismas, a cada paso se ensoberbecen, y ni aun les ocurre pedir a Dios, por intercesión de los Santos, las haga humildes, y omitiendo esto que más las importa, ponen la mira en unas bagatelas de esta vida, y ésas piden en sus novenas.

 

No negamos que es lícito pedir bienes temporales, pues el mismo Jesucristo nos enseñó a pedir el Pan de cada día en la oración del Padre Nuestro. Podemos, pues, pedir la salud corporal y otras cosas útiles y decentes; pero con resignación en la divina voluntad, y con la condición de que así convenga para nuestra salvación; esperando de la bondad del Señor y de la intercesión de San José de Calasanz, que, cuando no se nos concedan estos bienes temporales, por no ser convenientes, no por eso será infructuosa nuestra novena: pues seguramente se nos acordarán bienes superiores a beneficio de nuestra alma.

 

Pero para abrir el paso a la súplica es importantísimo esté en gracia de Dios el que hace la novena; porque, aunque Dios no deja de oír a los pecadores reconocidos y humildes, pero sin duda son de mayor peso las súplicas de sus amigos, y es más consiguiente el efecto. Convendrá, pues, confesar y comulgar dignamente en el principio de la novena, o para recobrar la gracia perdida, o para aumentar la conservada.

 

El tiempo propio para dar principio a esta novena es el día 27 de agosto, en que se celebra la fiesta del Santo Patriarca, confesando y comulgando, para ganar también la indulgencia plenaria concedida por nuestro Santísimo Padre Clemente XIII a los que confesados y comulgados visitaren en ese día, o en el antecedente desde las vísperas, las iglesias de las Escuelas Pías, e hicieren devota oración según las intenciones de Su Santidad. También se podrá empezar nueve días antes, y terminarla en la fiesta del Santo. Entre año será bien elegir el tiempo de menos ocupaciones, para poderse emplear el devoto más fácilmente en la imitación de sus virtudes.

 

NOVENA AL PRODIGIOSÍSIMO PATRIARCA SAN JOSÉ DE CALASANZ DE LA MADRE DE DIOS, FUNDADOR DE LAS ESCUELAS PÍAS, ESPECIAL PROTECTOR Y ABOGADO DE LOS PERSEGUIDOS.


 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mio, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


«Nisi efficiámini sicut párvuli, non intrábitis in regnum cœlórum»: “Si no os hacéis como niños pequeños, no entraréis en el reino de los cielos.” San Mateo, cap. 18.

 

   Omnipotente y eterno Dios, que habiendo enviado a todas horas obreros a vuestra viña para crédito de vuestra Providencia, destinasteis finalmente en la última hora a San José de Calasanz, encargando principalmente a su cuidado las tiernas plantas de los niños, para que criadas rectas desde los primeros años, ni los torbellinos de las pasiones, ni todo el poder del abismo las desviase de su primera rectitud y camino del Cielo: Yo os adoro, Señor, os alabo, os bendigo, y os doy las más rendidas gracias por este especial efecto de vuestra amorosa Providencia, bastante a renovar las repúblicas y la Iglesia por medio de una santa educación de la niñez y de la juventud, y por habernos dado en San José de Calasanz un nuevo maestro y doctor de los párvulos, y un poderoso protector de nuestro reino. Y pues vuestro unigénito Hijo, que es la eterna e infalible Verdad, nos asegura en su Evangelio que no entraremos en el Cielo si no nos hacemos como niños; desde luego, Señor, me humillo y reconozco mi pequeñez: solicito la inocencia de la infancia, su pureza, el candor de su ánimo y tranquilidad de su espíritu: esperando, que colocado por este medio bajo la especial protección de tan ilustre Patriarca, daréis por su intercesión gratos oídos a mi súplica, y me concederéis el favor que solicito en esta novena (si conviene para bien de mi alma y gloria vuestra) por los méritos de mi Señor Jesucristo, que con Vos, y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO - 18 DE AGOSTO

 

FE: «Postúlet autem in fide, nihil hǽsitans»: “Pero pida con fe, no dudando nada.” Santiago, cap. 1, v. 6.

  

ORACIÓN


   Oh Verbo eterno, Sabiduría del Padre, que os dignasteis ilustrar tan particularmente el entendimiento de San José de Calasanz, que de edad de cinco años no solo entendía distintamente los misterios de nuestra fe, sí que los explicaba a los demás niños con palabras tan claras y perceptibles, que era la admiración de los mayores: y siendo ya patriarca, le comunicasteis un don de fe tan firme y excelente, que en virtud de ella mandaba a los furiosos vientos y calmaban; a las encrespadas olas y se deshacían; a las dolencias y dejaban a los enfermos; a los demonios y quedaban libres los endemoniados; y aun a la misma muerte, restituyendo a vida los difuntos: Concededme, Señor, por intercesión de tan favorecido Patriarca vuestro y protector mío, un distinto conocimiento de Vos y de vuestros misterios, y una fe no solamente viva, sino tan firme, que no me quede duda de que he de conseguir el favor que pido en esta novena: una fe en fin, que podáis decir de mí lo que de la Cananea: «Grande es tu fe; hágase como tú lo quieres»: o lo del Centurión: «No he hallado tan excelente fe en Israel; anda, y hágase como lo creíste». Sea así, Señor, que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

—Aquí se rezarán tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias. Luego se hará la petición particular de la gracia que se desea conseguir.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA TODOS LOS DÍAS


   Oh dulcísima esperanza de los hombres, reina de los Ángeles, María, Madre de Dios, que en tantas ocasiones habéis manifestado cuánto os complacéis y agradáis en vuestro devoto siervo y tierno capellán San José de Calasanz; yo os doy las más afectuosas gracias, por haberlo sublimado el Señor por vuestros ruegos a la gloria que goza en la divina presencia, y al honor de Patriarca de una nueva religión en la Iglesia católica, que se gloría de teneros por titular y protectora. Y pues sois madre de pecadores y consuelo de los que en vos confían, encaminad mis súplicas para que siendo agradables en el divino acatamiento, tengan feliz y favorable despacho por vuestra intercesión y méritos de San José, ruego por las almas del Purgatorio, especialmente por las que en esta vida hicieron profesión de ser vuestras devotas: por el aumento de la fe católica, extirpación de las herejías, conversión de los pecadores, paz entre los Príncipes cristianos, salud de los enfermos, libertad de los cautivos, consuelo de los encarcelados y de todos los afligidos; generalmente por todas aquellas necesidades que por cualquiera título de justicia o caridad debo tener presentes; y si es del agrado de vuestro precioso Hijo, alcanzadme la gracia que pido en esta novena, por la dignidad de Madre de Dios, que os eleva sobre todas las criaturas. Todas os alaben, todas os bendigan. Glorificados sean los bellísimos privilegios de María. Viva María, única esperanza mía. Amén.

  

GOZOS

 

Pues nuestro Dios y Señor

Os hizo tan prodigioso,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

En Peralta de la Sal

Os dio el Cielo claro oriente,

Y cual astro refulgente,

Vos le dais gloria inmortal:

Pues se une con lazo igual

De Hijo y Padre vuestro amor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

    

Fue de vuestro nacimiento

Una estrella precursora,

Que a la más brillante aurora

Despojó de lucimiento:

Ya que quiso el firmamento

Señalar vuestro candor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

El primer paso asombroso

De vuestra vida en la tierra

Fue declararos en guerra

Con satanás orgulloso:

Si por triunfo tan glorioso

Os aclaman vencedor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Varias universidades

Admiraron vuestra ciencia,

Y premiaron su eminencia

Los reyes con dignidades:

Si tantas felicidades

Renunciasteis con valor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

  

Penetrasteis los horrores

De los montes Pirineos,

Con eficaces deseos

De convertir pecadores:

Si de Apóstol los honores

Logró allí vuestro fervor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Por inspiración divina

De España a Roma pasasteis,

Donde obediente entablasteis

La obra a que el Cielo os destina

Pues de piedad y doctrina

Fuisteis sabio director,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Fundasteis la Escuela Pía,

Cuyo Instituto sagrado

Quisisteis fuera sellado

Con el nombre de María:

Y pues el Cielo quería

Fuerais su propagador:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Mitras, capelos y honores

A vuestros pies se rindieron,

Y a vuestra cabeza dieron

Luminosos esplendores:

Pues de otras glorias mayores

Fuisteis tan merecedor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Visteis florecer piadosa

Vuestra religión querida,

Mas en breve destruida

Con persecución furiosa:

Y pues luego más gloriosa

Recibió nuevo esplendor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

De la más violenta audacia

Vuestra paciencia triunfó,

Y un Padre Santo os llamó

El Job de la Ley de Gracia:

Pues con ésta y su eficacia

Disteis más fuerza al valor:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

A infinitos inocentes

Dais de la doctrina el pan,

Siendo, cual otro Abrahán,

El padre de muchas gentes:

Pues os dan cultos fervientes,

Como a Santo Fundador,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Por vuestra muerte preciosa

Gloria el Cielo os asegura,

Donde goza la hermosura

De Dios vuestra alma dichosa:

Pues vuestra vida asombrosa

Mereció el premio mayor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Lengua y corazón unidos,

Por un siglo sepultados,

Se admiran tan conservados

Como frescos y encendidos:

Pues milagros repetidos

Por ellos obra el Señor,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Consoláis los afligidos,

Dais al ciego claros ojos;

Mano a mancos, pies a cojos,

Y a los muertos los sentidos:

Pues sois de los perseguidos

El especial defensor:

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

Pues nuestro Dios y Señor

Os hizo tan prodigioso,

José Calasanz piadoso,

Sednos con Él protector.

 

. Ruega por nosotros, San José de Calasanz.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN


   Oh Dios, que te dignaste por medio de tu Confesor San José proveer a tu Iglesia un nuevo subsidio para ilustrar el espíritu de inteligencia y piedad de la juventud, te suplicamos nos concedas que por su ejemplo e intercesión hagamos y enseñemos también, para conseguir los premios eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

lunes, 11 de agosto de 2025

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL OLVIDO, TRIUNFO Y MISERICORDIA.

 


Novena dispuesta por Sor María Rafaela de los Dolores y Patrocinio OIC, e impresa en Madrid por la Oficina de D. Julián Viana Razola en 1834. Puede rezarse en cualquier momento del año o cuando la especial devoción lo dicte, especialmente en preparación al 13 de Agosto, día de su aparición.

 

COMENZAMOS: 4 de agosto.

FINALIZAMOS: 12 de agosto.

FESTIVIDAD: 13 de agosto.


  

NOVENA EN OBSEQUIO DE LA PRODIGIOSA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL OLVIDO QUE SE VENERA EN LO INTERIOR DE LA CLAUSURA DEL CONVENTO DE RELIGIOSAS DEL CABALLERO DE GRACIA DE ESTA CORTE


  

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE CONTRICIÓN


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser Vos quien sois, infinitamente bueno y amable, que derramasteis por mí vuestra inocente sangre con una ternura y caridad sin límites, me pesa, Redentor mío, de haberos ofendido, y me duelo de este mal sobre todo cuanto puedo sentir los otros males y desgracias que puedan sobrevenirme. Propongo con toda la verdad y sinceridad de mi alma la enmienda de mi vida, para lo cual confío que me ayudaréis con vuestra divina gracia, y que, haciendo yo de mi parte lo que puedo y lo que debo, me daréis la vida eterna. Amén.

   

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Dios de mi corazón, bien sumo y, único mío, hoy vengo a confesar con ternura de mi alma la inefable magnificencia con que habéis engrandecido a la Santísima Virgen María, a quien hicisteis verdadera madre del dulce Jesús, vuestro Hijo, y por consiguiente madre mía; y aunque el título con que la venero en esta santa imagen, y la ofrezco esta novena, es el del Olvido, renombre que a primera vista parece triste y estéril, tengo  la dulce confianza de que Vos lo convertiréis en un manantial de luz, de devoción y salud para mi alma, porque vuestra divina gracia alumbrará mis tinieblas, y con ella veré mil y mil grandezas de la Santísima Virgen, y otras tantas  lecciones de salvación para mí que encierra ese mismo título. Vos mismo, Dios mío, que sois infinitamente incapaz de olvido, no os desdeñáis de que yo, pobrecillo, usando en mi oración el estilo de vuestras divinas Escrituras, enternezca vuestro corazón, pidiéndoos unas veces que olvidéis mis ignorancias y los delitos de mi juventud, y otras que no olvidéis por más tiempo mi tribulación, y pues Vos mismo me enseñáis que el título de Olvido tiene también aun respecto de Vos un sentido santo y feliz, permitidme deciros con emoción de mi alma que la primera de vuestras gracias para con la bendita entre todas las mujeres fue el más dichoso de vuestros olvidos. ¡Oh, y qué criatura tan privilegiada, tan bella, tan llena de delicias la hicisteis, disponiendo que fuese concebida sin la mancha del pecado original, y por consiguiente toda limpia y rica de gracias desde su instante primero! Vos, Dios mío, olvidasteis para esto el estorbo y demérito de la naturaleza humana, viciada en su primer origen por el pecado de Adán, nuestro primer padre; y aunque nuestro linaje no merecía ninguna excepción de la desgracia común, en la ternura de vuestro corazón divino para con María cupo un olvido, una excepción venturosa, que la engrandece incomparablemente, y hace vuestras delicias. Vos teníais un derecho de dejar a toda la descendencia de Adán envuelta en las consecuencias de su caída, pues que no eran sino puras gracias los bienes sobrenaturales que Adán y nosotros con él perdimos por su pecado; pero Vos olvidasteis también esos mismos derechos en gracia de María, esta hija vuestra predilecta, a quien se la honraría algún día en vuestra Iglesia con los renombres de azucena entre las espinas, de perfecta vuestra. No olvidasteis, oh Dios mío, por Abraham, ni por Isaac, ni por Jacob, ni por el santo precursor de vuestro Hijo, lo que olvidasteis por mi madre la Santísima Virgen María, pues ellos, aunque destinados a tanta santidad, fueron concebidos en pecado. Quisiera, Dios mío, ser un serafín para cantaros, Santo, Santo, Santo, por este olvido feliz, que tuvo cabida en Vos a favor de la Benditísima Virgen María. Dirigirme ahora con las luces de vuestra divina gracia para descubrir felizmente e imitar con utilidad de mi alma los virtuosísimos y santísimos olvidos con que María Santísima, mi madre, correspondió en su vida mortal a dicha gracia y misericordia vuestra. Amén.

DÍA PRIMERO – 4 DE AGOSTO

 

LECCIÓN PARA EL DÍA PRIMERO

 

Consideremos en primer lugar, como fundamento de toda esta santa novena, que el título de Olvido, con que en ella invocamos a la dulcísima Virgen María, nuestra madre, aunque a primera vista parece impropio y sombrío, se le aplica no sin bella propiedad, aun en el sentido de mayor magnificencia y gloria para la Señora, como se ve en la oración primera de todos los días. Hay además otra inteligencia de ese mismo título, que puede servirnos de manantial de reflexiones santas, utilísimas para nuestro aprovechamiento y salvación eterna. Todas estas reflexiones, que iremos repartiendo para cada día de la novena, están recopiladas en esta expresión, en este solo pensamiento: ¿Nuestro negocio único no consiste en que seamos santos? ¿No es esto lo que el corazón de Dios quiere de nosotros? ¿Y cuántas cosas no debemos santamente olvidar para trabajar de veras en ser santos?  He aquí un sentido del título de Olvido, el más saludable para nosotros, en cuya aplicación práctica tendremos por guía, por hermoso modelo, por maestra amabilísima a María Santísima, nuestra madre, de cuyos olvidos, incomparablemente santos, iremos notando uno cada día para imitarle nosotros.

   

Consideremos cuál fue en la Santísima Virgen el primero de estos felices olvidos. Enriquecida, cual fue esta bellísima criatura, con la gracia de Dios y la más copiosa infusión de sus divinos dones desde su instante primero, ¿cómo le negaremos el piadoso sentimiento de que ya desde entonces tuvo su alma benditísima el uso de la razón, una luz brillantísima de la amabilidad y hermosura de Dios, de la única riqueza que es la de las virtudes, y de la nada y mentira de todos los que este mundo insensato llama felicidad y bienes? A consecuencia de esta luz divina, la Benditísima Virgen se paró con un acto nobilísimo de amor de Dios todos los sentimientos de su corazón de la felicidad y bienes de este mundo, como quien se desentiende de todo, y todo lo olvida, para que en su alma tenga cabida un objeto solo, un pensamiento solo, el amor de una cosa sola. Desde entonces ya, ¡oh gran Dios! esta dichosa criatura, olvidada de todo lo demás, solo suspira hacia Vos con gemidos de inocencia y de amor, cual paloma vuestra, que, desde el seno de su santa madre, como desde un santo retiro, hacía con sus encendidas ansias las delicias de vuestro divino agrado.

   

Ya que nosotros no pudimos dirigirnos a Dios tan de temprano, debimos consagrarle todo nuestro corazón desde los hermosos días en que llegamos al uso de la razón, y supimos por las instrucciones de los que nos educaron felizmente según los principios de nuestra santa religión cristiana, que criados para amar a Dios y gozarle eternamente, redimidos con la sangre de Jesucristo, su Hijo, ninguna cosa debía ocupar más día y noche nuestro pensamiento que la divina ley. ¡Qué dicha la de aquellas almas, que desentendidas desde entonces por un olvido santo de lo que el mundo tanto estima, se propusieron llenar su memoria del recuerdo continuo del fin último para que nacieron, y alimentaron su corazón con fervorosos actos de amor divino! Lloremos con el dolor más vivo el que una ocupación tan hermosa y amable no haya sido la nuestra desde que tuvimos uso de razón, dirijamos entrañables suspiros a la Beatísima Virgen para que nos alcance el perdón de tan lastimosa pérdida, y la incomparable gracia de acertar a repararla.

   

ORACIÓN PARA EL PRIMER DÍA


   Dulcísima y Benditísima Virgen María, Os confesamos con ternura de nuestro corazón, la predilecta de Dios entre todas las hijas de Adán y delicia suya desde la eternidad, en la cual Os decretó ya y os vio limpia de la mancha común del pecado original, y copiosamente provista de las bendiciones de su gracia desde el momento primero de vuestra felicísima concepción. Por este privilegio inefable, apenas erais una flor acabada de brotar en la tierra bendita del seno de vuestra santa madre, y ya erais maravilla de la naturaleza y de la gracia. Bendito sea eternamente el feliz olvido, con que la caridad de Dios se desentendió para engrandeceros así de los estorbos y deméritos de nuestro linaje humano. Por este olvido tan venturoso para Vos, oh Virgen Benditísima, dirigid sobre nosotros la más tierna de vuestras miradas, y alcanzadnos la gracia de olvidarnos para siempre de la falsa felicidad de este mundo, entregando nuestros corazones a Dios sin ninguna reserva. Amén

  

—Aquí se hace una breve oración mental, y cada uno pedirá por la intercesión de María Santísima, la gracia especial que solicita en esta novena, rezando en seguida tres Aves Marías.

   

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   ¡Oh Santísima y Benditísima Virgen María! Madre de Dios y nuestra, con los más íntimos sentimientos de nuestro corazón Os llamamos y reverenciamos en esta vuestra sagrada imagen del Olvido, bien persuadidos de que en vuestra caridad incomparable no cabe jamás que Os olvidéis de nosotros. Mas en nosotros es muy posible, y aun frecuente, que nos olvidemos de Vos, sin embargo, que este olvido es para nosotros una terrible desgracia, y la ingratitud más monstruosa. Conseguidnos, pues, la gracia de no olvidarnos jamás, sea frecuente alimento de nuestras almas alguno de los infinitos títulos de grandeza y de gloria, con que Dios Os ha enriquecido entre todas las puras criaturas. Sois entre todas ellas la más bella y amable. La santa Iglesia en vuestras alabanzas recurre a la gallardía de los árboles, a la belleza de las flores, a la delicia de los jardines para inspirarnos el posible concepto de vuestra hermosura. Recuerde nuestra memoria muy de continuo alguna de estas bellas semejanzas, ellas servirán para que nuestras almas, juntamente con el recuerdo de vuestra belleza divina, perciban el atractivo y la fragancia celestial con que vuestra santidad, más que de ángeles, más que de serafines, trascendió desde la tierra hasta lo más encumbrado de los cielos, y nos atrajo desde el seno del Eterno Padre al Hijo de sus delicias eternas. Sois a consecuencia de esto la más amante de las madres, madre del amor hermoso y de los pensamientos más puros, del conocimiento y sabiduría de las cosas divinas, por consiguiente, de la ciencia feliz de las verdades católicas; madre de la esperanza santa, cual lo es la importante, la sublime confianza de conseguir la eterna paz y felicidad de la gloria. No se borre jamás de nuestros corazones el bellísimo sentimiento de que sois en el sentido dicho nuestra madre, para que el solo recuerdo del nombre de María, aun la sombra de afición menos honesta, vaya muy lejos de nosotros, nuestra fe se avive, la santa ley moral de Jesucristo, vuestro Hijo, sea invariablemente la regla de nuestra vida; vuestras divinas virtudes, vuestro incomparable amor de Dios y del prójimo, vuestra limpieza inmaculada, siendo la delicia de nuestro pensamiento, sean también nuestro hermosos modelo y nuestra dulce imitación. ¡Oh qué dicha la nuestra, si con la divina gracia llegamos a imitar a tan santa criatura! Alcanzadnos, Virgen Benditísima, esta inefable gracia y la de que, muriendo con la muerte de los santos, cubiertos bajo el manto real de vuestra protección, vayamos a gozar de la presencia de Dios y de la vuestra en la Gloria. Amén.

 

. Rogad por nosotros, Santa Madre de Dios.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

  

ORACIÓN

 

   Concedednos os suplicamos, Señor Dios nuestro, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo: y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen Santa María, libradnos de las tristezas presentes, y gozar de las alegrías eternas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

viernes, 8 de agosto de 2025

NOVENA EN HONOR A SAN JUAN MARÍA VIANNEY.

 


Traducción y adaptación de la Novena publicada en The life of the Blessed John B. Marie Vianney, Curé of Ars, compilado por Joseph Schaefer en Nueva York, año 1911. Nihil Obstat por el censor archidiocesano Dr. Thomas B. Cother, e Imprimátur por Mons. John M. Farley, Arzobispo de Nueva York, el 22 de Octubre de 1910.

 

COMENZAMOS: 31 de julio.

FINALIZAMOS: 8 de agosto.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 9 de agosto.

 

ADVERTENCIA


Si se comulga frecuentemente, es bueno recibir la Sagrada Comunión al comienzo de la Novena y también al final. Mejor, si se puede recibir todos los días.

 

NOVENA EN HONOR DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY, CELOSO TRABAJADOR DE LA VIÑA DEL SEÑOR

 

 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

DÍA PRIMERO – 31 DE JULIO

 

FE

 

En este primer día de la Novena consideraremos la fe de este santo varón. Una fe viva es necesaria a fin de agradar a Dios. Creamos cada palabra que Dios ha hablado por su Santa Iglesia. Debemos practicar esta fe también con las obras. La fe sin obras está muerta. Sin las obras será solamente una declaración vacía de lo que creemos. En una fe firme e inquebrantable, San Juan María Vianney vivió y murió, y se hizo santo.

   

ORACIÓN POR LA FE


   Derrama en mi alma, oh Dios, por la intercesión de San Juan María Vianney, pastor de Ars, una fe viva y cordial. Esa fe será mi salvación, como fue la salvación de todos los santos que están en el Cielo. Amén.

      

ORACIÓN A SAN JUAN MARÍA VIANNEY


   Te doy gracias, Dios mío, por la gracia de esta novena a tu bienaventurado siervo, San Juan María Vianney. Te suplico, primeramente, que me enseñes las singulares virtudes de este hombre santo: su piedad, mortificación, pobreza y amor a Dios y a nuestro prójimo. Que me convierta, de esta forma, en un miembro útil de la familia humana. He pedido, Señor, por tu siervo San Juan María Vianney, para que pueda rogar por mí y por mi intención (Mencionar aquí la intención).

 

   Se ha sabido que muchas gracias han sido concedidas a aquellos que han orado con este espíritu. Incluso has obrado milagros, oh Dios, en aprobación de esta devoción. Alentado por los méritos de la vida de San Juan María Vianney, te suplico, oh Señor, obtenerme la gracia y el favor de esta novena, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

LETANÍA EN HONOR A SAN JUAN MARÍA VIANNEY, CURA DE ARS (Para devoción privada)

 

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

 

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

 

Santa María, ruega por nosotros.

San Juan María, ruega por nosotros.

San Juan María, revestido con gracia desde tu infancia, ruega por nosotros.

San Juan María, modelo de piedad filial, ruega por nosotros.

San Juan María, siervo devoto del Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros.

San Juan María, lirio inmarcesible de pureza, ruega por nosotros.

San Juan María, fiel imitador de los sufrimientos de Cristo, ruega por nosotros.

San Juan María, abismo de humildad, ruega por nosotros.

San Juan María, Serafín en la oración, ruega por nosotros.

San Juan María, fiel adorador del Santísimo Sacramento, ruega por nosotros.

San Juan María, ardiente amante de la santa pobreza, ruega por nosotros.

San Juan María, tierno amigo de los pobres, ruega por nosotros.

San Juan María, penetrado con el temor del Juicio de Dios, ruega por nosotros.

San Juan María, fortificado con visiones divinas, ruega por nosotros.

San Juan María, que fuiste atormentado por el espíritu maligno, ruega por nosotros.

San Juan María, perfecto modelo de virtud sacerdotal, ruega por nosotros.

San Juan María, pastor firme y prudente, ruega por nosotros.

San Juan María, inflamado por el celo, ruega por nosotros.

San Juan María, fiel asistente de los enfermos, ruega por nosotros.

San Juan María, catequista infatigable, ruega por nosotros.

San Juan María, que predicaste con palabras de fuego, ruega por nosotros.

San Juan María, sabio director de las almas, ruega por nosotros.

San Juan María, especialmente agraciado con el espíritu de consejo, ruega por nosotros.

San Juan María, iluminado por luz celestial, ruega por nosotros.

San Juan María, formidable a satanás, ruega por nosotros.

San Juan María, compasivo con toda miseria, ruega por nosotros.

San Juan María, providencia de los huérfanos, ruega por nosotros.

San Juan María, favorecido con el don de milagros, ruega por nosotros.

San Juan María, que reconciliaste a muchos pecadores con Dios, ruega por nosotros.

San Juan María, que confirmaste a muchos justos en el camino de la virtud, ruega por nosotros.

San Juan María, que gustaste las dulzuras de la muerte, ruega por nosotros.

San Juan María, que ahora te regocijas en la gloria del Cielo, ruega por nosotros.

San Juan María, auxiliador de todos los que te invocan, ruega por nosotros.

San Juan María, patrono del clero, ruega por nosotros.

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.

 

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

 

. Ruega por nosotros, San Juan María.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN


   Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste admirable a San Juan María en su celo pastoral y en su constante amor a la penitencia, concédenos te suplicamos, la gracia de ganar para Cristo, por su ejemplo e intercesión, las almas de nuestros hermanos y alcanzar con ellos la gloria eterna.

 

   Oh San Juan María, incomparable trabajador en el campo confiado a ti, obtén para la Iglesia la realización del deseo de Jesús. La mies es abundante, pero los obreros pocos. Ruega al dueño de la mies que envíe trabajadores a su viña. Oh San Juan María, intercede por el clero. Que tu patrocinio y tu oración multipliquen las verdaderas vocaciones sacerdotales. Que el Espíritu Santo te conceda emuladores; ¡que Él nos de santos! Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.