Compuesta
por el M. R. P. Juan Manuel Romero, De la Compañía de Jesús, Catedrático de
Prima y Rector del Colegio de San Bartolomé de la Universidad de Santafé.
El
excelentísimo Sr. Arzobispo, Dr. Antonio Herran concede 80 días de indulgencia
por cada oración, Padre nuestro, y Ave María, y los excelentísimos Señores
Obispos de Santamarta y Antioquia, Fr. Bernabé Rojas y Dr. Domingo Riaño
conceden cada uno 40 días de indulgencia en iguales términos.
Bogotá.
Reimpresa por Nicolás Gómez (1855).
CARTA DE
ESCLAVITUD
A
María Santísima en sus Dolores.
¡Oh dolorosísima, y piadosísima Virgen María, Madre de Dios, y Abogada
de los pecadores!: Yo (…) aunque indignísimo por mis
graves y muchas culpas, de parecer en vuestro acatamiento, y contarme en el número
de vuestros Esclavo; pero alentado con la recomendación que de mi os hizo
vuestro precioso Hijo, estando en la Cruz en lo más vivo de sus penas, y fiado
en vuestra Clementísima piedad, con que os inclináis a favorecer a los más
desvalidos, e indignos como yo, y deseoso de agradaros, y serviros, delante de
Vuestro Santísimo Hijo, y de toda la Corte Celestial, os quiero y elijo por especial
Señora mia, para Siempre, y por Abogada y Madre, que espero lo habéis de ser; y
propongo firmemente de serviros como Esclavo, y amaros como hijo y procurar que
los demás hagan lo mismo, en cuanto estuviere de mi parte. Suplícoos, Señora mia, por la sangre de Jesucristo
vuestro Hijo, y por los Dolores agudísimos que tuviste al pie de la Cruz, me
admitáis, y contéis en el número de Vuestros Esclavos, e hijos recomendados de
Jesús mi Redentor, y que me asistáis en todas mis palabras, obras, y
pensamientos y rijáis y gobernéis todos mis sentidos y potencias como cosa ya vuestra:
que me deis esa Espada de Dolor, que atravesó Vuestro Corazón, para que hiera
íntimamente mi Alma de sentimiento, y dolor por haber ofendido a mi Dios, y
Señor, y que no permitáis, que yo sepa,
ni ame otra cosa, sino a vuestro Crucificado Jesús, mi Señor, y a Vos dulcísima
María, como a mi Señora, Abogada, y Madre. No permitáis Señora mia, que mi
tibieza, o mis muchas culpas deshagan este contrato, que quiero sea firme, y
constante para siempre; que yo espero, mediante vuestra piedad, y misericordia,
y gracia de vuestro precioso Hijo, enmendarme de todas mis culpas, y no ofender
más a quien por tantos títulos me hallo tal obligado.
PRACTICA DE ESTA NOVENA.
En
el tiempo que se hace la Novena, se ha de confesar, y
comulgar algunos días, según el juicio del confesor, para llegar dignamente a
los pies de María Santísima, se ha de procurar, que estos días se dediquen a
Dios las obras, palabras, y pensamientos, para que tengan más eficacia
nuestros ruegos, y con efecto se consiga la especial petición que hiciéremos,
si conviene, y supuesto esto, se tendrá gran confianza de que lograremos el
patrocinio de María Santísima a la hora de la muerte, y lo que especialmente
pedimos en la Novena. Arrodillados pues, delante de
una imagen de Cristo Crucificado, y otra de la Santísima Virgen de los Dolores
se comenzará en la forma siguiente:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
que
se hace todos los días
Señor mío
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, yo la más ingrata de todas las
criaturas, reconozco, adoro, y reverencio profundísimamente vuestro Divino, incomprensible
Ser, creyendo, como creo, que sois sumamente Santo, y bueno que sois Justísimo
Remunerador, que perdonáis a los pecadores, y esperando, como espero, en vuestra
infinita misericordia, que me habéis de perdonar y salvar: Digo, Señor, con
todo mi corazón, que me pesa muy de veras de haberos ofendido, por ser vos quien
sois, infinitamente Santo, y Bueno, y porque os amo, y estimo sobre todas las
cosas; y propongo firmemente con vuestra Divina gracia, de no volver a disgustaros
en adelante, Misericordia, Señor, y para conseguirla, os suplico,
pongáis los ojos en los acerbísimos Dolores de vuestra Santísima Madre, que los
ofrezco, para que yo alcance perdón de mis pecados.
ORACIÓN.
Dulcísima, y
Santísima María Madre del mejor Hijo, y la más afligida de todas las
Madres, por las acerbísima penas que padecisteis al pie de la Cruz, asistiendo
a las agonías y muerte de vuestro Santísimo Hijo, y todas las ofrecisteis desde
entonces, para que todos los pecadores tuvieran una buena, y santa muerte; os pido
no permitáis que se malogren en mí vuestros amorosos deseos, sino que,
asistiéndome con vuestro poderoso patrocinio en las agonías, y congojas de mi muerte,
logre el precio de la Sangre de vuestro Santísimo Hijo, y el fruto de vuestro
Dolores. Amén.
PRIMER DÍA.
ORACIÓN
Tristísima y
Dolorosísima Virgen María Señora nuestra, que, siguiendo los pasos de
nuestro Señor Jesucristo, vuestro precioso Hijo con la Cruz a cuestas por la
Calle de la amargura, habéis llegado al Calvario, que es el monte de mirra, a donde
os convidó vuestro Esposo el Espíritu Santo. Abrazad, Señora mia, todos juntos
los dolores que os esperan, y los tormentos de vuestro Hijo, y puestos todos en
vuestro Corazón, y en medio de vuestro purísimos Pechos, como un ramillete de mirra,
ofrecedlos a el Eterno Padre, para que ablandándose la dureza de mí corazón, conciba
verdadero dolor de mis pecados, en especial a la hora de mi muerte; y alcanzadme
de vuestro Crucificado Hijo, y Señor mío, el favor que os pido en esta Novena,
si ha de ser para gloria suya, y bien de mi alma.
—Siete
Avemaría, en reverencia de los siete Dolores.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS.
Soberana Virgen María, Madre amantísima de los pecadores,
que tenéis en el Ara de la Cruz a vuestro Unigénito Hijo, ofrecedlo al
Eterno Padre, en agradable sacrificio para el remedio de los hombres, y
satisfacción superabundante de sus culpas; pedidle, que ponga los ojos en su Benditísimo
Hijo, y en vos su afligida Madre, y se duela de las almas de los infieles, y
herejes, reduciéndolos al gremio de la Santa Iglesia; y que se compadezca de
los Cristianos que están en desgracia suya, reduciéndolos al conocimiento de su
infeliz estado, y a seria penitencia de sus culpas; y que mire con especial compasión
a los que en la hora presente se hallan en las agonías de la muerte,
ayudándoles en su trabajo.
—Aquí se
pide lo que se desea alcanzar.
Crucificado
Jesús, Dios y Señor nuestro, pues nos pusisteis en el amparo de vuestra
Madre Santísima, como hijos de sus dolores, nacidos entre sus lágrimas, tened
misericordia de todos los Cristianos, y especialmente de los que estamos juntos
haciendo esta Novena, en agradecida memoria de sus penas; y confesamos a pesar
del Infierno ser hijos, y esclavos suyos, señalados con sus dolores y marcados
con sus lágrimas, para que en la hora de la muerte nos reconozca por suyos. También
os pedimos, Señor, por aquella amargura que sintió vuestra Alma Santísima, en
especial, cuando se arrancó de vuestro purísimo Cuerpo, tengáis misericordia de
nuestras almas, cuando se dividan de sus cuerpos.
—Un padre
nuestro, y una Avemaría.
GOZOS A NUESTRA SEÑORA
DE LOS DOLORES.
Virgen
Reina singular
Pues
eres fuente de amor,
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Estaba
junto a la cruz
La
Madre de gracia hermosa
Afligida
y dolorosa,
Viendo
pendiente a Jesús
Allí
fué su alma en rigor
Herida
con el pesar
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Con
la más aguda espada
Del
dolor y de la pena,
Se
ve hoy de aflicciones llena
La
Madre de Dios amada.
Su
sentimiento es mayor
Que
se puede imaginar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
La
que con pecho sentido
Piadosa
se entristecía,
Cuando
la pena veía,
De
su hijo esclarecido:
¿Como el
hombre pecador
No llora aquí
sin cesar?
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
¿Qué
hombre hay que no llorara
Con un
dolor nunca visto
Si allí a
la Madre de Cristo
En tanta
pena mirára?
Pues
quisiera por su amor
Su
corazón derramar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
¿Y quién
no se entristeciera
Con
sentimiento prolijo
Si padecer
con el hijo
A la dulce
Madre viera?
Y
viendo que el Redentor
Su
sangre va a derramar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Por
pecados de su gente
Después
de ser azotado
Vio
en la cruz atormentado,
A
Jesús su inocente:
¡Oh Madre
del Salvador!
Yo
siento vuestro pesar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Vio
la más piadosa Madre
Que
ya su hijo muy amado
Muriendo
desamparado
Volvió
su espíritu al Padre.
Aquí
es la pena mayor
Que
la deja amargo mar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Haz
que se llegue abrazar
En
amor mi corazón
Para
que con perfección
A
Cristo yo pueda amar;
Espero
Madre de amor
Esta
merced alcanzar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Virgen
Reina singular,
Pues
eres fuente de amor,
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Antífona:
Cuando Jesús vio a su Madre junto a la cruz y al discípulo a quien amaba, dijo
a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu Hijo; Luego
dijo al discípulo: Ahí tienes a tu Madre.
℣.
Ruega por nosotros Virgen Dolorisima.
℟.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Cristo.
ORACIÓN
Que la Santísima
Virgen María, Nuestra Madre, interceda por nosotros, te
suplicamos, oh Señor Jesucristo, ahora y en la hora de nuestra muerte, con tu
misericordia, cuya Sacratísima Alma traspasó la espada de los dolores en la
hora de tu Pasión. Por Jesucristo, Salvador del mundo, que vives y reinas con
el Padre y el Espíritu Santo. Amén.
PETICIÓN A NUESTRA SEÑORA.
COSOLATRIS
AFLICTORUM, ORA PRO NOBIS
Vos que llena de Dolores
Estáis al pie de la
cruz.
¡Oh dulce
Madre! dad luz
A todos los pecadores.
Escuchad nuestros
clamores
Dadnos valor y alegría
Para que en toda agonía
No busquemos más
consuelo
Que el vuestro: y al
alto Cielo
Sednos también norte y guía.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima
María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima y
Dolorosísima Virgen María Madre de Dios, y Señora nuestra, que puesta en
pie delante de la Cruz, en que estaba pendiente vuestro Hijo Unigénito, y nuestro
Señor Jesucristo, lo estabas mirando penar, agonizar y morir por los pecados del
mundo sin poderle acudir con el menor alivio: volved
vuestros purísimos ojos, bañados en lágrimas, y miradme, Señora, cual me tienen
mis pecados, y alcanzadme de este Crucificado Señor, que tenga compasión y
misericordia de mi miseria, y juntamente el favor que os pido en esta Novena,
si ha de ser para gloria de Dios, y bien de mi alma.
—Siete
Avemarías. Luego Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.

DÍA TERCERO.
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima, y
Dolorosísima Virgen María, Madre de Dios, y Señora nuestra, que cuando
espiraba vuestro Hijo Unigénito nuestro Señor Jesucristo, os hizo Madre de
todos los hombres, en cabeza del Apóstol San Juan, para que nos miraseis como a
hijos encomendados a vuestro cuidado, adoptados por el amor de Jesús, y nacidos
en vuestros dolores; recibidnos, pues, Madre nuestra, encaminad
a Dios nuestras obras, palabras y pensamientos, para que sean como de hijos
vuestros, y alcanzad a cada uno de nosotros el favor que pedimos, por vuestra
poderosa intercesión, en esta Novena, si ha de ser para gloria de vuestro
Santísimo Hijo, y bien de nuestras almas.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima, y Dolorosísima Virgen María,
Madre de Dios, y Señora nuestra, que entre la muchedumbre
de enemigos que perseguían, y crucificaban a vuestro Unigénito Hijo, y Señor
nuestro, oías aquellas afrentosas palabras, oprobios y blasfemias con que
baldonaban y escarnecían su inocentísima Persona: purificad,
Señora, nuestros labios y corazones, para que le desagraviemos, amándole y
alabándole como merece, y oíd las voces de nuestros corazones, con que
confesamos que es nuestro Señor, y nuestro Dios verdadero; que es suma
inocencia, suma Verdad. Bondad y Santidad; y alcanzadnos de su piedad la merced
que pedimos en esta novena, si ha de ser para gloria suya, y provecho de
nuestras almas.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima, y Dolorisima
Virgen María, Madre de Dios, y Señora nuestra, que después de haber
entregado el Espíritu al Eterno Padre, y muerto en la Cruz vuestro Unigénito
Hijo, nuestro Señor Jesucristo, cuando parecía estaría satisfecha la crueldad,
y odio de sus enemigos, visteis a un soldado levantar la lanza, y abrir con
ella el Sagrado Pecho, y partir el amante corazón de Jesús Crucificado,
quedando abierta esta puerta de misericordia, para guarecernos de la Divina
Justicia, y refugiarnos cuando somos acosados de nuestros enemigos; concededme
que yo sienta como debo está herida, que solo atravesó vuestro tierno Corazón;
bañadme con esa Sangre y Agua para que se purifique y ablande la terquedad del
mío, y entradme por esa Puerta a la eternidad de la gloria, y alcanzadme la
gracia que pido, si ha de ser con gloria de vuestro Santísimo Hijo, y provecho
de mi alma.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos y la Petición se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima, y Dolorosísima Virgen María,
Madre de Dios, y Señora nuestra, que, desde el pie de la Cruz, viendo
desclavar el Cuerpo difunto de vuestro amantísimo Hijo, y Señor nuestro Jesucristo,
y recibiendo en vuestras manos la Corona de Espinas, y los Clavos bañados en sangre,
quedó vuestro Corazón hecho un mar de nuevas aflicciones: os suplicó,
Señora mía, pongáis sobre mis ojos estas agudas Espinas, y estos Clavos crueles
sobre mi Corazón, para que yo sienta algo de lo que vos padeciste, y vaya a la
parte de vuestros Dolores, y aborrezca con toda mi alma mis culpas, que fueron causa
de males tan crecidos. Alcanzadme, Señora mía, perdón de todas ellas, y
juntamente la gracia que os pido en esta Novena si ha de ser para gloría de
Dios, y bien de mi alma.
—Siete Avemarías. Luego… Soberana Virgen María, Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN.
Tristísima, y
Dolorosísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra, que después
que con suma reverencia adoraste y besaste la Corona de Espinas, y los Clavos,
recibiste en vuestro amoroso, y Virginal Pecho el destrozado Cadáver de vuestro
Unigénito Hijo, y mi Señor Jesucristo, y mirando los grumos de sangre que cuajó
el aire, y hecho pedazo aquel purísimo Cuerpo, que formó en vuestras purísimas
entrañas el Espíritu Santo, a violencia de mis culpas, nuevas avenidas de
Dolor, anegaron vuestro tierno Corazón. Doleos, Señora, de mi parte que
estoy arrepentido de haber dado ocasión a tantas penas. Alcanzadme gracia para
llorar como debo las llagas de mi alma, y juntamente el favor que pido en esta Novena, si ha de ser para gloria de Dios, y bien de mi alma.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN
Tristísima, y Dolorosísima
Virgen María, Madre de Dios, y Señora Nuestra, ya llego el caso de
ejercitar con el difunto cuerpo de vuestro Jesús, los últimos oficios de piedad
que debe el amor de Madre. Cerraste sus oscurecidos ojos, pusiste a sus divinos
ojos las vendas, amortajasteis su cuerpo, y le fuiste acompañando hasta ponerle
en el sepulcro, donde dejasteis también vuestro corazón. ¡Oh, Afligidísima Señora!, quien
fuera tan dichoso, que acompañase como esclavo de vuestra familia el entierro
de mi Señor, y os hiciese a vos compañía en las lágrimas, y el dolor. Alcanzadme,
Señora, que sepa sentir vuestras penas, y mucho más mis culpas, que dieron ocasión
a tantos pesares; y también pido el favor, que, por medio de vuestros dolores,
pretendo alcanzar, si ha de ser de gusto vuestro, y de vuestro Santísimo Hijo.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO.
Por
la Señal, …
Acto
de Contrición, y Oración Dulcísima, y Santísima María Madre del mejor Hijo…
ORACIÓN.
Tristísima, y Dolorosísima
Virgen María, Madre de Dios, y Señora nuestra, ya queda vuestro Unigénito
Jesús mío sepultado, ya está el Sepulcro cerrado con la loza, y vos estáis
privada no solo de vuestro Hijo, de la lumbre de vuestros ojos, de la vida de
vuestro Corazón, sino también de su Cuerpo difunto, único consuelo que os había
quedado, ya estáis sola en vuestro retiramiento, dando lugar a aquel desamparo
en que os halláis, y las tristes recordaciones de lo que pasó aquel día,
acometen sin estorbo a afligir vuestro corazón. ¡Oh
Señora!, quien supiera haceros fiel compañía en
vuestra soledad; y daros algún consuelo en tan crecido dolor. Yo he sido el
malhechor, y cruel homicida que quitó a vuestro Hijo dulcísimo la vida; yo soy
el que os he puesto en estos trabajos, y aflicciones, y ¡Oh cuanto de ellos me pesa! Yo propongo, Madre mia dulcísima, llorar
amargamente mis culpas, y enmendarme de ellas con la gracia de Dios, que espero
alcanzar por medio de vuestros Santos Dolores; por ellos os pido también, y por
la intercesión de los Santos, que con fineza os acompañaron al pie de la Cruz,
que infundías en los cristianos una tierna compasión de vuestras penas, y afectuosa
devoción a vuestros dolores, y que en llegando la hora de mi muerte, me miréis
como a hijo vuestro, no desamparándome en mi trabajo. También os pido me alcancéis
el favor, que he pedido en esta Novena, si ha de ser para gloria de Dios, y
bien de mi alma.
—Siete
Avemarías. Luego… Soberana Virgen María,
Madre amantísima de los pecadores…
—Los Gozos
y la Petición se rezarán todos los días.
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