La
devoción especial que se dispensa a la Sagrada Familia de Jesús, María y José
como el modelo de virtudes para todos los hogares católicos, se inició en el
siglo XVII.
Esta
comenzó casi en forma simultánea en Canadá y en Francia: la Asociación de la
Sagrada Familia fue fundada en Montreal en 1663, y La Hijas de la Sagrada
Familia, en París, en 1674.
La
archicofradía fue establecida por Pío IX en 1847.
En
1893, León XIII aprobó una fiesta para Canadá, y Benedicto XV extendió la
Fiesta de la Sagrada Familia a toda la Iglesia, y ordenó que fuese celebrada el
primer domingo después de Epifanía.
FESTIVIDAD
VETUS ORDO: Primer domingo después de Epifanía.
ADVERTENCIAS PARA HACER
ESTA NOVENA
El
modo y tiempo más a propósito de hacer esta Novena a la Sagrada Familia, es
siempre que la devoción lo dictare o la necesidad lo pidiere. Y para alcanzar
con más seguridad lo que en ella se pide será bueno purificar la conciencia
recibiendo los Santos Sacramentos de la Confesión y Comunión, lo que podrá
hacerse el primer día o en cualquier otro de la Novena, para que de esta
suerte, limpios de corazón, sean más eficaces las peticiones y Dios nos las
conceda propicio, y puede asegurarse que con estas diligencias se logrará la
gracia que se pretende alcanzar en esta Novena, si es que conviene para nuestra
salud espiritual y corporal.
NOVENA A LA
SAGRADA FAMILIA
—Puestos
de rodillas delante de una imagen de la Sagrada Familia, se santiguará y luego
dirá todos los días el siguiente:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh Padre de misericordia! Aquí
me tenéis arrepentido de todas mis culpas; tened piedad de mí. Me pesa de
haberos ofendido porque sois sumamente bueno y digno de ser amado sobre todas
las cosas. Con la ayuda de vuestra gracia, renuevo el propósito firme de no
pecar más. Jesús, José y María, sed mis protectores
para que huya de toda ocasión y peligro de caer en pecado, y que nada haya que
sea capaz en adelante de hacerme faltar a este propósito y apartarme del amor y
servicio de Dios. Amén.
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS
(Compuesta por el Papa León XIII)
¡Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo! que,
viniendo del cielo para ilustrar al mundo con la doctrina y el ejemplo,
quisiste pasar la mayor parte de tu vida mortal en la humilde casa de Nazareth,
sujeto a María y a José, consagrando aquella Familia, que había de ser en
adelante el modelo de todas las familias cristianas. Recibe
benigno esta familia, que ahora se entrega toda a Tí. Protégela y guárdala, y
confirma en ella tu santo temor, juntamente con la paz y concordia de la
caridad cristiana, para que se haga semejante al divino ejemplar de tu Familia,
y todos cuantos la componemos consigamos la eterna bienaventuranza.
¡Oh amantísima
María, Madre de Jesucristo y Madre nuestra! haz por tu piedad y
clemencia, que Jesús acepte nuestra consagración, y nos
conceda sus beneficios y bendiciones.
Oh José, custodio santísimo de Jesús y de María, socórrenos con tu intercesión en todas las necesidades del alma y del cuerpo, para que juntamente contigo y la Santísima Virgen María, podamos dar eternas alabanzas y gracias a Jesucristo nuestro Redentor. Amén.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Dulcísimo Jesús, que por vuestro amor quisisteis
aparecer en el mundo entre humildes en un pobre y abandonado establo, ser
envuelto en míseros pañales y vivir sujeto a todas las privaciones y
penalidades comunes a todos los hombres. Aquí nos tenéis a vuestros pies postrados,
con nuestro corazón oprimido por el dolor de nuestras pasadas faltas. ¡Cuánto sentimos, oh dulce y querido Niño, el haberos
ofendido! Aceptad esta Novena que os ofrecemos, en desagravio de cuanto
por nuestra miseria o malicia hayamos hecho ofensivo a vuestra bondad y
misericordia, y para consolaros y acompañaros en tantos sacrificios como
realizasteis, durante vuestra infancia. Vos que vinisteis a la tierra para
abrasarla en el fuego de vuestro amor, inflamad nuestros corazones, ¡oh Jesús mío! a fin de que, entregados a Vos sin
reserva, seáis el único objeto de nuestras aspiraciones. Por piedad ¡oh buen Jesús! no nos desechéis, ni permitáis que
nuestros tibios corazones cesen jamás de amaros con fervor. ¡Oh María, dulcísima Reina mía! ¡Oh José, esperanza de
los mortales! os rogamos intercedáis con vuestro divino
Hijo para que acepte esta ofrenda y nos una a Él para siempre, con los lazos de
su santo amor. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS.
¡Oh Sagrada Familia de Nazareth! Vednos
aquí postrados humildemente a vuestros pies para manifestaros nuestro amor e
implorar vuestro poderoso patrocinio. Os reconocemos y confesamos por la
Familia más santa, el modelo incomparable y perfecto de todas las familias. Os
pedimos, Santos Protectores nuestros, echéis una mirada de piedad sobre todos
los que constituimos la familia de esta casa. Haced que el Espíritu Santo con
el fuego ardiente de su caridad, consuma todo aquello que pueda separarnos de
vuestro amor. Alcanzadnos aquellas gracias que sabéis necesita nuestra familia
y ardientemente desea nuestro corazón. Perdonadnos, si es que nuestra devoción
hacia Vos no ha sido hasta ahora todo lo viva y ferviente que debiera.
Acogednos bajo vuestro fidelísimo amparo; miradnos como cosa vuestra y
protegednos en todos los peligros y adversidades. Amén.
GOZOS A LA SAGRADA
FAMILIA
En
la Sagrada Familia,
Escuela
de perfección,
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
La
fe a todos necesaria,
Tan
tibia en muchos está,
Que
parece llegó ya
La
fecha del Anticristo.
No
dejará de creer
Quien
escuche al Niño Dios,
Las
lecciones que nos dio,
Que
el mundo no había visto.
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
La
esperanza siempre fue
Consuelo
en la adversidad
Y
el que la pierde, en verdad
En
su desgracia cayó
En
las dudas San José,
de
la preñez de su esposa,
Siente
el peso de una losa,
Pero
confía y triunfó.
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
Dios
por amor se encarnó,
Nace
pobre en un establo,
Sufre,
padece, y al cabo
Muere
por nuestra salud.
Si
amor con amor se paga,
Amar
a Dios es forzoso,
Y
no puede ser dichoso
Quien
no tenga esta virtud.
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
Integra
el amor a Dios
Amar
luego a nuestro hermano,
Pues
todo sería en vano
Sin
perfecta caridad;
Que
es vínculo dulce y santo
Que
une a las tres Personas,
Y
al hombre da la corona
De
eterna felicidad.
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
También
se debe tener
Pureza,
humildad, paciencia,
Y
cuanto enseña la ciencia,
Que
para el cielo nos guía
Con
todas estas virtudes
Cesarán
nuestros dolores
Y
tendremos protectores
En
Jesús, José y María.
Encuentra,
quien lo medite
Con
sincera devoción.
ORACIÓN
Señor Nuestro Jesucristo, que sujeto a María y a
José, consagraste con inefables virtudes la vida doméstica: haz por
intercesión de ambos, que sepamos instruirnos con los ejemplos de la Sagrada
Familia, y conseguir su eterna compañía en el cielo. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
¡Oh Príncipe soberano, Dios inmenso e
incomparable! En nombre de todas las criaturas te
doy infinitas gracias por tu venida al mundo en carne mortal para sacarnos del
cautiverio de la culpa y librarnos de la tiranía del mal, estableciendo la paz
entre Dios y los hombres. Seáis mil veces bien venido, dulcísimo Jesús mío, a
buscarme como oveja extraviada para enseñarme el camino de la salvación y
abrirme las puertas de la eterna morada. Dadnos el don de vuestro santo
amor para que abrasado nuestro corazón en sus dulcísimas llamas cantemos
vuestras bondades aquí en la tierra y después hagamos coro con los moradores
del cielo eternamente. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena. La Oración y los
Gozos se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
¡Oh amado Jesús
mío! ¿Cómo es que siendo lo que sois, el Rey
de reyes, el Rey de cielos y tierra, el Hijo de Dios, quisiste nacer en un
establo, pobre y desamparado de todos; y siendo Creador de cuanto tiene ser,
vivisteis sujeto a José y a María? Nadie en efecto os acompaña y asiste
más que la Virgen María, vuestra santísima Madre, y su privilegiado esposo San
José. ¡Con que gozo me uniría yo también a Ellos
para haceros compañía y aprender de cerca las admirables lecciones de humildad,
obediencia y desprecio de todo lo terreno que nos dais! Dignaos
recibirme, aunque estoy persuadido de que no lo merezco, pero resuena en mi
corazón la dulce voz con que me llamáis. Aquí me tenéis, pues, amado Jesús,
todo lo dejo en este día para estar aquí con Vos. Si hasta ahora he andado
buscando equivocadamente los placeres del mundo, ya, merced a la luz que
comunicáis a mi mente, no quiero ni pretendo otra cosa que vivir siempre unido
a Vos que sois la alegría de los cielos y el sincero y verdadero amante de mi
alma.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA CUARTO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
Oh Virgen María, toda mi esperanza y consuelo,
después de Jesucristo; gracias te doy por los incontables favores que me has
alcanzado hasta la hora presente y por los males de que me has librado.
Dígnate, Madre mía, continuar dispensándome tu valiosa protección, especialmente
para que no caiga en pecado. Te encomiendo mi cuerpo y mi alma, para poderlo
emplear, con tu ayuda, en servicio tuyo, de tu Hijo Santísimo y en el de tu
privilegiado Esposo, proponiéndome evitar todo pecado mortal el resto de mi
vida. ¡Oh Madre mía! que no pierda yo la
gracia de Jesús, sino que mi alma adornada con las virtudes celestiales, sea
digna morada de tan Sagrados Huéspedes; haced que mi fervor a Vos sea cada día más grande para poder amaros
de todo corazón y que mis labios no cesen en todo tiempo de bendecir los sacratísimos
nombres de Jesús, José y María, con la alegría y gozo santo con que los
bendicen los moradores del cielo y los justos de la tierra, y con el que deseo
ardientemente sean también benditos y alabados por todas las criaturas. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA QUINTO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
Santísima Virgen
María, Madre de Dios y Madre mía, con todo el afecto de mi corazón y con
toda mi alma, me consagro y me entrego a Vos en este día, con el deseo de que
seáis mi abogada y especial protectora, esperando de vuestra piedad inmensa que
os dignéis interceder con vuestro divino Hijo para que con el auxilio de su
santa gracia me aparte de toda ocasión de ofenderle y aproveche las que se me
ofrezcan para agradarle. Deseo ocuparme siempre, pero especialmente en este
tiempo, en el servicio de mi Dios y en el vuestro. Renuevo ahora todos mis
propósitos de enmendar mi vida, refrenar mis pasiones, contener los ímpetus
desordenados de mi corazón y seguir fielmente las inspiraciones de la gracia.
Ayudadme, Madre mía, para que así lo cumpla. Sed mi Madre todos y cada uno de
los días de mi vida; haced que la última palabra que pronuncien mis labios en
la hora de mi muerte, sea vuestro nombre bendito con los de Jesús vuestro Hijo,
y José vuestro purísimo Esposo, para que, defendida mi alma con tan poderoso
escudo, al desprenderse de este cuerpo miserable, pase a las mansiones eternas
de la gloria a bendeciros y alabaros por todos los siglos de los siglos. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA SEXTO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
¡Oh Virgen
benditísima! Inmaculada Reina y Madre mía, refugio y consuelo de los
pecadores: postrados ante vuestro trono, con todos los que formamos esta
familia, os elegimos por Señora, Madre y Abogada nuestra, y todos nos dedicamos
y consagramos para siempre a vuestro servicio, suplicándoos humildemente nos
admitáis en el número de vuestros siervos, y a todos nos toméis bajo vuestro
amparo, ayudándonos en vida y sobre todo en la hora de nuestra muerte.
Bendecidnos Señora, a todos los que somos miembros de esta familia y no permitáis
que ninguno en adelante ofendamos a Dios. Defendednos en las tentaciones,
socorrednos en las necesidades, libradnos de los peligros, inspiradnos en las
dudas, consoladnos en las aflicciones, asistidnos en las enfermedades,
principalmente en la última de nuestra vida. No
permitáis ¡oh santa Madre de Dios! que el
común enemigo pueda gloriarse de tener esclavo suyo a ninguno de nosotros,
después de habernos consagrado a vuestro amor y servicio, sino que todos
tengamos la dicha de ser siempre vuestros y llegar un día al reino de la gloria
para estar en vuestra compañía, en la de vuestro Hijo Santísimo, nuestro divino
Redentor, y en la de vuestro amadísimo esposo San José, para bendeciros y
alabaros por los siglos de los siglos. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA SÉPTIMO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
Poderosísimo San
José; cuando en medio de las angustias y necesidades que en este valle
de lágrimas nos rodean, levantamos nuestros corazones afligidos al cielo,
parécenos escuchar una voz amorosa que nos dice: «Acudid
a José y él os dará el remedio que necesitáis.» Por eso recurrimos a Vos
bondadoso Patriarca, y con todo el fervor de nuestro afligido corazón os
pedimos que desde el trono de gloria en que os colocaron vuestros
merecimientos, escuchéis propicio nuestras súplicas y aceptéis esta Novena con
que os obsequiamos, en reconocimiento del gran favor que nos dispensáis al
escuchar nuestras súplicas con vuestra santísima Esposa y el bendito Niño
Jesús. Humildemente confesamos que las tribulaciones que nos afligen son la
pena merecida por nuestros pecados y, arrepentidos de haberlos cometido,
pedimos a Dios perdón de todo ellos. Alcanzádnoslo, amorosísimo San
José, y por el amor que profesasteis a vuestro Jesús y María y por la autoridad
que sobre Ellos ejercisteis aquí en la tierra, interceded ahora por nosotros en
el cielo, escuchando nuestras peticiones y presentándolas Vos mismo a vuestra
Esposa Inmaculada y a vuestro divino Hijo, para que sean favorablemente
despachadas, para mayor gloria de Dios, de la Santísima Virgen y vuestra. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA OCTAVO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
Castísimo José, esposo de María; me gozo de veros
elevado a tan sublime dignidad y adornado de las más heroicas virtudes. Por los
dulcísimos ósculos y estrechísimos abrazos que disteis al divino Niño Jesús, os
suplicamos nos admitáis en el número de vuestros devotos. Proteged a todas las
familias y alcanzadnos a todos la gracia de conservar la pureza de cuerpo y
alma. Amparad a los pobres y a los afligidos, por la pobreza y amarguras que
padecisteis en compañía de Jesús y María en Belén, en Egipto y en Nazareth, y
haced que sufriendo con paciencia nuestros trabajos merezcamos el descanso
eterno. Sed protector de todos los padres y esposos
para que en todos los hogares reine la paz y eduquen a sus hijos en el santo
temor a Dios. Y que estas familias, en fin, así protegidas por vuestro poderoso
patrocinio, sean modelo de santas y cristianas costumbres y sirvan de estímulo
para que, con Jesús y María, seáis en todas partes amado y por todos siempre
alabado, así en la tierra como en el cielo. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
DÍA NOVENO
Por
la señal...
Acto
de contrición y Oración preparatoria.
ORACIÓN
Aquí nos tenéis a vuestros pies postrados ¡oh incomparable protector nuestro San José! con
el más humilde y tierno afecto, confiados en vuestro poderoso y eficaz
patrocinio. Dirigid una mirada compasiva sobre nuestras miserias, que son la
causa de tantos trabajos y contrariedades como nos afligen por doquier. Y así
como Vos ¡oh pacientísimo Custodio de la Sagrada
Familia! disfrutasteis gozos inefables por vuestra gratitud a los
divinos beneficios, y por la firmísima esperanza que en los dolores y amarguras
de vuestra vida tuvisteis que tolerar con vuestra santísima Esposa e Hijo
divino en la realización de los misteriosos designios del Eterno, sufriéndolo
todo con heroica resignación, alentado por la absoluta confianza que
depositasteis en la protección del mismo Dios, que te llamaba Padre; así
nosotros, por vuestra poderosa intercesión ¡glorioso
Patriarca! seamos vuestros más fieles servidores e
imitadores en esta consoladora virtud; y en las amarguras, dolores y
tribulaciones de esta vida, esperemos firme y confiadamente la celestial ayuda,
a fin de que las espinas se conviertan en rosas, las tristezas en alegrías y
las penalidades temporales en goces eternos. Amén.
—Rezar
tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria Patri a la Santísima Trinidad, y luego
pide a la Sagrada Familia lo que deseas conseguir de la Novena.
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