Novena
tradicionalmente rezada en la ciudad de Tafalla (Navarra), corregida por el
Lic. Don Gabino de Urra, Arcipreste de dicha ciudad, y publicada en la imprenta
de Antonio Castilla en 1887, con licencia otorgada por el Obispado de Pamplona
el 30 de Junio de 1886.
COMENZAMOS: 11 de enero.
FINALIZAMOS: 19 de enero.
FESTIVIDAD: 20 de enero.
NOVENA
EN HONOR AL ESCLARECIDO MÁRTIR DE CRISTO SAN SEBASTIÁN, ABOGADO CONTRA LA PESTE
Y FIEBRES MALIGNAS
Por
la señal ✠ de la Santa
Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos
Señor ✠ Dios nuestro. En
el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE
CONTRICIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador,
Padre y Redentor mi amabilísimo, en quien creo, en quien espero, y a
quien amo sobre todas las cosas; por ser Vos quien sois, la suma bondad, me
pesa en el alma de haberos ofendido, y ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente
enmendarme y confesar mis pecados, confiando en vuestra misericordia infinita
me los perdonareis por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, y me
otorgareis el don de la perseverancia final. Amén.
ORACIÓN PARA
TODOS LOS DÍAS.
Ínclito mártir de Cristo, San Sebastián, defensor
esforzado de la Fe, honor y gloria de la Iglesia católica; vos que fuisteis uno
de los más distinguidos capitanes del Imperio romano, y de los más intrépidos
soldados de la milicia de Dios; héroe insigne, con cuyas virtudes adornó el
Cielo a la religión que profesamos; por cuyo medio extendió el culto cristiano
y confundió a la idolatría; confiados en vuestra intercesión poderosísima para
con el dador de todo bien, y seguros de la presteza con que acudís a favorecer
a los que os invocan en sus necesidades de alma y cuerpo, nos postramos hoy
ante vuestra presencia, y de lo íntimo de nuestros corazones os suplicamos
elevéis nuestras peticiones al trono del Eterno, haciendo que por vuestros
méritos sean bien despachadas. Rogad, pues, al Señor en nuestro nombre que
exalte y propague la santa Fe católica, por la cual derramasteis vos vuestra
sangre; que extermine todos los cismas y herejías; que haga que la Iglesia
Romana triunfe de todos sus enemigos, que proteja a su Vicario en la tierra;
que conceda paz y concordia a todos los Príncipes cristianos; que envíe la
salud a los enfermos, el socorro a los menesterosos, el consuelo a los
afligidos, y llene de un gran pavor a cuantos se hallan en pecado mortal para
que se conviertan y confiesen sus culpas. Por último,
pedidle, santo gloriosísimo, que nos otorgue a todos la gracia de perseverar
constantemente en la observancia de su santísima ley hasta el fin de nuestra
vida para merecer así cantar con vos sus alabanzas en el Cielo. Amén.
DÍA
PRIMERO – 11 DE ENERO.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Gloriosísimo mártir San Sebastián, a quien destinó el Cielo para defensor de
la Iglesia en las más crueles persecuciones con que fue afligida, y para
ejemplo de fortaleza a los fieles de todos los siglos; ni la nobleza de vuestro
nacimiento, ni la rara belleza de que os dotó el Señor, ni las distinciones y
preeminencias que en la profesión de las armas os conquistó vuestro heroico
valor, fueron bastantes para entibiar en vos el aprecio que siempre hicisteis
de la religión del Crucificado, y pues que nosotros hemos sido fortalecidos en
ella con tan excelentes ejemplos vuestros, os damos por ello las más cordiales
gracias, y os felicitamos como a héroe dignísimo de aquella misma religión
sacrosanta, gloria de la Iglesia universal y honor del pueblo cristiano, que
hoy se postra en vuestra presencia y os dirige sus votos y plegarias para que
las elevéis al trono del Señor. Dignaos, pues, alcanzarnos de su
Divina Majestad un ferviente amor y una adhesión constante a esta santísima
Religión cristiana en que tuvimos la dicha de nacer, y por cuya defensa os
visteis vos amarrado a un leño y traspasado de saetas vuestro cuerpo.
Conseguidnos también la gracia especial que por vuestra intercesión le pedimos
en esta Novena, si es para gloria suya, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Eterno Dios, que para inspirarnos el debido
aprecio de la Religión en que únicamente queréis ser adorado, la habéis
enriquecido con el infinito tesoro de la Sangre de vuestro Unigénito; y que
llenando sus templos de vuestra Majestad santísima, habéis colocado en ellos el
verdadero propiciatorio en que gustáis ser aplacado con los votos humildes de
los fieles y los sacrificios que os ofrecen vuestros ministros: Vos, Señor, que
sin ningún mérito nuestro nos habéis separado de la multitud de infieles que
parecen fuera de vuestra Iglesia, grabando por medio del bautismo en nuestras
almas un indeleble carácter que nos distingue de aquellos; que habéis
ennoblecido la Fe que entonces recibimos, y que por dicha nuestra profesamos,
con la verdad de la Revelación y la fidelidad de vuestras promesas, aceptad
benigno las gracias que os damos por la grande estima que de esa misma Religión
infundisteis en el corazón de vuestro siervo, San Sebastián, y haced
que como él la apreció, así también la apreciemos nosotros, poniendo nuestra mayor
gloria en conformarnos con sus preciosas máximas y sapientísimos preceptos, y
acatando en todo las decisiones de vuestra santa Iglesia, en cuyo gremio
queremos vivir y morir para gozar eternamente de Vos, de vuestro Divino Hijo y
del Espíritu Santo, que de ambos procede, y que con ambos vive y reina por los
siglos de los siglos. Amén.
GOZOS
Pues
la Iglesia os ha nombrado
Contra
la peste Patrón:
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Narbona
os dio en vuestro padre
Su
más ilustre nobleza;
Gallardía
y gentileza
Milán
os dio en vuestra madre,
Y
fue en vos timbre heredado
De
la fe el noble blasón
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Cuando
de otros la codicia
A
excesos mil se abalanza,
Vos
aspiráis a una lanza
Del
Imperio en la milicia,
De
Capitán con el grado
Comandáis
una Legión.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
De
vuestro escuadrón al frente
Para
hacer de vos ensayo
Os
dejáis ver como un rayo
Intrépido,
vivo, ardiente:
Sois
de todos respetado
Como
el más fuerte campeón.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Vio
a sus banderas triunfar
Roma
con ventajas sumas,
Porque
a sus águilas plumas
Disteis
vos para volar:
Todo
enemigo postrado
Se
os rindió a discreción.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
De
vuestros hechos la historia
Para
blasón militar
En
vuestro escudo grabar
Pudo
muy bien la victoria.
Ya
que siempre denodado
Vencisteis
en toda acción.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Halló
el Imperio trocada
Su
suerte desde que vos
A
los Reales de Dios
Hicisteis
la retirada,
Porque
fuisteis dominado
De
otra más noble ambición.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Con
rabia la idolatría
Os
vio pisar sus laureles,
Y
de la legión de infieles
Pasar
a otra compañía,
En
que la Iglesia os ha dado
De
su milicia el pendón.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Vuestra
belleza fomenta
Con
luz prodigiosa el Cielo,
Cuando
vuestro ardiente celo
A
los mártires alienta:
Nadie
gime atribulado
A
quien no deis protección.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
La
superstición hollada
Bajo
vuestros pies gimió,
Y
bien a su pesar vio
La
fe de Cristo exaltada:
Los
que por vos se han salvado
Casi
innumerables son.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
A
vos os deben su gloria
Marco
y Marceliano hermanos,
Pues
pusisteis en sus manos
La
palma de la victoria:
Cristo
de ángeles rodeado
Os
premió tan noble acción.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Con
furiosa y cruel saña
Manda
Diocleciano airado
Que
muráis asaeteado
En
medio de la campaña;
Mas
por muerto abandonado,
Vivís
para más pasión.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Después
con mayor ahínco
Os
presentáis al tirano,
Quien
en su furor insano
Manda
llevaros al circo,
Y
luego allí apaleado,
Voláis
a eterna Sión.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Cuantos
en la enfermedad
De
la peste os invocaron
En
vos remedio encontraron
Contra
tal calamidad;
Por
eso sois aclamado
Contra
ella por Patrón.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
No
sólo en la peste el Cielo
A
vuestros ruegos atiende;
Por
ellos de allí desciende.
En
toda aflicción consuelo:
Díganlo
los que han probado
Vuestra
eficaz protección.
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Pues
la Iglesia os ha nombrado
Contra
la peste Patrón:
Sed con
vuestra intercesión,
Sebastián,
nuestro abogado.
Antífona: Este
Santo, por la ley de su Dios luchó hasta la muerte, y no temió a la palabra de
los impíos: porque fundado estaba sobre
firme piedra.
℣.
Ruega por nosotros, bienaventurado San Sebastián.
℟.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que
por los méritos de tu Beatísimo y Gloriosísimo mártir San Sebastián revocaste
entre los hombres la peste mortífera: concédenos propicio, a cuantos
recordamos su memoria, seamos libres de toda peste, tribulación y muerte
súbita. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 12 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Celosísimo mártir San Sebastián, que en medio de la
disipación a que es tan propensa la milicia terrena fomentasteis en nuestro
pecho un ardentísimo deseo de aumentar el número de los verdaderos creyentes, y
que inspirado de lo alto ocultasteis por algún tiempo a los tiranos la Fe santísima
que interiormente profesabais, para poder así animar a los Confesores de Cristo
en los tormentos que por la misma Fe padecían; vos que fuisteis el primero a
quien el Vicario de Dios en la tierra honró con el gloriosísimo dictado de
defensor de la Iglesia; infundid en nuestros corazones aquel generoso afán de
dilatar el reino del Señor entre los hombres, en que se abrasó tan
constantemente el vuestro. Haced que triunfe hoy la Esposa del Cordero
de los cismáticos que la perturban; de los infieles que no la conocen, y de los
malos católicos que la deshonran con su mala vida. Mirad también con ojos
benignos a cuantos congregados hay ante vuestra imagen veneranda os envían sus
ruegos desde este santo templo, en el cual habéis mostrado tantas veces el
poder de vuestro patrocinio, y logradnos con vuestra intercesión la gracia
especial que os pedimos por medio de esta Novena, si es para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Dios omnipotente, que con altísima providencia
continuáis en vuestra Iglesia aquella sapientísima conducta con que la
fundasteis, suscitando en ella héroes extraordinarios que abrasados de celo
santo por el honor de vuestra casa, acometan con valor las empresas apostólicas;
gracias os damos por el honor a que en la tierra sublimasteis a vuestro fiel
siervo, San Sebastián, de quien hicisteis un apóstol bajo el uniforme de
soldado, y os ofrecemos en este día los pasos todos que nuestro ilustre Mártir
dio durante su vida para encender el fuego de vuestra caridad en aquellos a
quienes la violencia de los tormentos hacía vacilar en la confesión de vuestra
Fe. Que sean, pues, mil veces benditos aquellos pies que tanto corrieron para
evangelizar la paz; benditas aquellas manos obradoras de tantas maravillas;
bendita aquella lengua que publicó vuestras alabanzas y que fue para tantos
instrumento de vida y de salud; benditos aquellos labios que tantas veces se
abrieron para confundir a la idolatría, aumentando los triunfos de vuestra santa
Iglesia; y seáis Vos eternamente alabado,
bendecido y glorificado en todas las empresas y en todas las victorias de este
insigne soldado; por las cuales os rogamos nos hagáis participantes del ardor
de su celo para que obrando como él en la tierra, logremos por su intercesión
poderosa asociarnos a sus recompensas en la gloria. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA TERCERO – 13 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Fortísimo atleta
San Sebastián, que con un valor superior a todo encarecimiento hicisteis
pública confesión de vuestra Fe en presencia de Diocleciano, despreciando
heroicamente las honras y dignidades que él os ofrecía a cambio de que
abandonaseis vuestras creencias; por aquella invencible fortaleza que asombró
al pérfido Emperador y a toda su corte, y por aquellas profundas heridas que en
vuestro cuerpo abrieron las agudas saetas clavadas en él de orden del tirano
por vuestros mismos soldados; encarecidamente os rogamos nos fortifiquéis en la
fe hiriendo nuestros corazones con los dardos del divino fuego en que se abrasó
el vuestro, para que así se consuma la vil cobardía con que nos dejamos seducir
de los halagos del mundo, de las sugestiones del demonio y de los corrompidos
deseos de la carne. Alcanzadnos del Señor este favor
inestimable, valerosísimo soldado de los ejércitos de Dios; dirigidnos en estas
batallas espirituales como jefe experimentado y aguerrido, para que conozcan
nuestros enemigos que veláis en nuestra defensa, y conseguidnos también la
gracia particular que en esta Novena os pedimos, si así conviene a la mayor
gloria de Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas.
Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Justísimo Dios, que para alentar a vuestros
Confesores y domar el orgullo de los tiranos, depositasteis en vasos frágiles
el don de la fortaleza, y permitisteis en vuestra sabiduría infinita que
vuestros inocentes adoradores fuesen arrastrados a los tribunales de la impiedad
para hollarla en su mismo trono, confesando con generosa constancia la gloria
de vuestro santísimo Nombre, y ofreciendo por ella sus cuerpos a todo género de
tormentos; bendito seáis, Señor, en los cielos y en la tierra por el heroico
valor que comunicasteis a vuestro siervo, San Sebastián, y por aquella generosa
resolución que le infundisteis de presentarse de nuevo a Diocleciano para
repetir ante él el testimonio de su Fe, apenas restablecido por los cuidados de
la piadosa Irene de las profundas heridas que las saetas le habría producido. Por
este insigne rasgo de fortaleza de nuestro santo mártir, que tanto le enalteció
y tanto regocijó a vuestra Iglesia en medio de la horrible persecución que
entonces sufría, os suplicamos encarecidamente nos concedáis aquel precioso
don, y lo concedáis a todos los hombres para que todos os confiesen y adoren
ahora en la tierra y después en las eternas mansiones de vuestra gloria. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 14 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Esclarecido mártir
San Sebastián, que ascendido a la suprema jerarquía de la milicia
terrena, sacrificasteis a la mayor gloria de Dios el honor y las comodidades
que ella os proporcionaba, renunciando gustoso hasta a las esperanzas con que
el mundo os lisonjeaba para lo porvenir, y publicando en vuestro martirio que
os era más amable la desnudez que el brillante uniforme de vuestra dignidad
militar, más honrosas las saetas que las condecoraciones que os conquistó
vuestro valor, y éste mejor empleado cuando os dejabais amarrar a un leño por
vuestros propios soldados, que cuando al frente de ellos arrollabais
heroicamente a los enemigos del Imperio; por esa misma desnudez, por esas
saetas, por ese leño y por los demás instrumentos de vuestro martirio, que
profundamente veneramos, os suplicamos. Protector nuestro muy amado,
nos hagáis participantes de vuestro desprendimiento, de vuestra abnegación, y
del desprecio con que mirasteis todas las cosas de la tierra, para que
asemejándonos a vos, que tan perfectamente os asemejasteis a Jesús, vea el
mundo en nuestro proceder el cumplimiento de la solemne renuncia que de sus
pompas y vanidades hicimos en el bautismo, y logremos por vuestra intercesión
la recompensa que vos lograsteis, y como prenda de ella el favor que os pedimos
en esta Novena, si fuese del agrado del Señor, y para mayor gloria suya, honra
vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Padre celestial, que
para enseñarnos a aborrecer cuanto el mundo ama, nos enviasteis a vuestro
Unigénito y quisisteis nos sirviese de camino para no errar en nuestros pasos,
de verdad para garantía de nuestra fe, y de vida para que viviendo para vos
muriésemos a todo lo terreno; Dios bondadosísimo, que adoptáis por hijos
vuestros a cuantos se hacen conformes a la imagen de Aquel que lo es por su
naturaleza, gloriándose tan sólo en la cruz de este divino Salvador; que para
más alentarnos en tan noble empresa, dispusisteis que se renovasen sus ejemplos
en los de los mártires de vuestra Iglesia santa; reconocemos, Señor, con todo
nuestro corazón los excesos de vuestra bondad en habernos dado a Jesús por
nuestro modelo, y lo que es más, por nuestro hermano y compañero en nuestras
tribulaciones, y alabamos las disposiciones de vuestra providencia inefable en
las que padeció nuestro glorioso San Sebastián, para servirnos a nosotros de
aliento en las que Vos queráis enviarnos. Animen, pues, nuestra flaqueza los
rasgos de valor de este insigne mártir, en quien adoramos vuestra divina mano,
lo mismo cuando le eleva a la cumbre de las honras humanas, que cuando le abate
a lo más profundo de los oprobios. Por estos, Señor, y por la conformidad que
San Sebastián tuvo con vuestra voluntad santísima en suertes tan diversas, os
suplicamos atendáis piadoso a los ruegos que en nuestro favor interpone, y
accediendo a ellos, nos concedáis que, pues tenemos el consuelo de vivir bajo
su protección en la tierra, tengamos también la felicidad de gozar con él de
vuestra visión en el Cielo. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA QUINTO – 15 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Generosísimo mártir San Sebastián, que haciéndoos
todo para todos a fin de ganarlos a todos para Jesucristo, os multiplicasteis
en todas partes sin exceptuar las cárceles y calabozos en que eran detenidos
vuestros hermanos en la fe, haciendo apacibles con vuestra presencia aquellos
lugares de horror, y templando con la dulzura de vuestra voz el lúgubre sonido
de las cadenas que oprimían a los que estaban destinados al martirio: vos, que
con la solidez y energía de vuestros razonamientos confirmasteis en sus
creencias a aquellos nobilísimos hermanos llamados Marco y Marceliano, cuando
movidos de los ruegos de sus padres, esposas y demás parientes, estaban a punto
de apostatar de ellas logrando además convertir al Señor y trasformar en
mártires de su Fe a los mismos que poco antes les inducían a la apostasía; por
estos triunfos vuestros tan notables, y por la caridad con que disteis en
tantas ocasiones consuelo a los afligidos, socorro a los menesterosos, salud a
los enfermos y habla a los mudos, os suplicamos de lo íntimo de
nuestras almas nos alcancéis del Señor el don inestimable de la perseverancia
en la fe, no menos que el de la caridad cristiana, con la cual obremos con
nuestros hermanos necesitados de la misma manera que vos obrasteis, así bien
que lo que os pedimos en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, honra
vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Espíritu consolador, que
sois el dador de los dones celestiales, Padre de los pobres, dulzura inefable,
alma y vida de la Iglesia nuestra madre, en cuyos templos ha fijado su morada
vuestra Divina Majestad; fuego inextinguible y santísimo que abrasa suavemente
todo cuanto toca, y que disipa con sus clarísimas luces las tinieblas que
ofuscan a los amadores del mundo; gracias os sean dadas por los dones que en
tanta abundancia derramasteis sobre vuestro siervo San Sebastián, y
especialmente por aquel singular amor que profesó a sus semejantes y que le
tuvo siempre en continuas ansias por su mayor bien. Convencidos como estamos de
que el corazón de nuestro Santo Protector arde hoy en el Cielo en los mismos
deseos en que ardió en la tierra, y sabiendo que allí solicita de Vos nuestra
felicidad con el interés de quien tanto nos ama y ve tan de cerca nuestras
necesidades de alma y cuerpo, os rogamos, Señor, atendáis
a su intercesión en nuestro favor, y nos valga y aproveche su mediación
concediéndonos un amor puro para con Vos y para con todos nuestros hermanos, a
fin de que así nos hagamos dignos de obtener algún día el premio que habéis
prometido a los que de corazón os invocan, presentándonos nuestro santo
protector ante el trono de vuestra gloria. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SEXTO – 16 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Fervorosísimo mártir, San Sebastián, cuya
acendrada caridad para con vuestros prójimos nació del amor divino en que
ardisteis en la tierra, cual si ya moraseis en la región de los encendidos
Serafines, sin que hubiese cosa alguna capaz de separaros de Dios, a quien
dirigíais constantemente vuestros pensamientos, con cuyo santísimo Nombre
santificabais vuestras palabras y cuya mayor gloria buscabais en todas vuestras
obras; por este amor tan tierno y tan constante que profesasteis al Señor
durante vuestra vida, y por el más grande y más perfecto que ahora le profesáis
en el Cielo, os rogamos, Protector nuestro amabilísimo, nos comuniquéis un rayo
de ese divino incendio en que vos ardéis, a fin de que se consuma el hielo de
nuestros pechos y triunfemos de nuestras pasiones, especialmente de la concupiscencia
de la carne que a tantos ciega desgraciadamente hasta precipitarlos en el
abismo. Oíd, pues, nuestros ruegos, y alcanzadnos
del Señor esta gracia y la que os pedimos en esta Novena, si es para mayor
gloria suya, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Dios de amor y
de bondad, que tan justamente exigís de nosotros que os amemos con todo
nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras potencias, si hemos
de conseguir las grandiosas promesas que como a hijos vuestros nos tenéis
hechas para cuando se nos alce el destierro en que ahora vivimos; aunque
distamos tanto de aquella región dichosísima, cuyos moradores os ven cara a
cara; aunque nos hallamos alejados de aquel felicísimo país en esta tierra de
miserias; con todo os acordáis del hombre, a pesar de sus ingratitudes, hacéis
del hombre el objeto de vuestras delicias, y no os desdeñáis de recibir las
alabanzas del hombre al tiempo mismo que recibís las que os tributan los
Ángeles y los Santos. Grande es, Señor, vuestra bondad e infinita vuestra
misericordia; sin embargo, avergonzados de nuestra mala correspondencia a
vuestras finezas, no osaríamos presentarnos ante vuestro acatamiento, si no
tuviésemos a nuestro favor la caridad ardiente con que nuestro santo mártir
correspondió a las que Vos le dispensasteis. Sirva,
pues, su fidelidad para descargo de nuestra ingratitud, y sus méritos todos
para satisfacción de nuestro mal comportamiento, que nosotros os prometemos
corregir nuestra conducta y amaros constantemente en la tierra, a fin de que,
después de una dichosa muerte, tomemos posesión de las sillas que nos reserváis
en el Cielo, y allí os amemos con más perfección por toda la eternidad. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 17 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Gloriosísimo mártir San Sebastián, cuyo celo por
la fe de Jesucristo premió este Señor rodeándoos de prodigiosa luz cuando
estabais confortando a los que en aquella vacilaban, y apareciéndose
personalmente en el momento en que esto sucedía acompañado de siete ángeles
hermosísimos para daros un ósculo de paz y prometeros su asistencia en tan
nobles empresas por el gozo que experimentasteis al veros abrazado del divino
Salvador, y por la suavidad que sentisteis al contacto de su santísima boca, os
pedimos encarecidamente nos alcancéis de Él una gracia especial que purifique
nuestros labios y modere nuestra lengua, desterrando de ella los abominables
vicios de la murmuración y blasfemia, y haciendo que todas nuestras palabras
sean santas y nuestras conversaciones conformes en un todo con su santísima
ley, como lo fueron las vuestras. Hacedlo así, Protector nuestro
muy amado, para que en recompensa de este favor tan singular publiquemos algún
día en el Cielo que vos fuisteis nuestro medianero para conseguirlo, nuestro
protector y nuestro guía para arribar a aquella patria felicísima. Así deseamos
agradeceros tan inestimable beneficio, no menos que el favor particular que os
pedimos por esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien
de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Benignísimo Jesús, que
para fomentar la unión de vuestros siervos prometisteis solemnemente que donde
quiera que dos o tres de ellos se congregasen en vuestro Nombre, allí estaríais
Vos en medio de ellos; confiados en esta promesa vuestra, creemos firmemente
que os halláis aquí entre nosotros; tanto más cuanto que nos consta por la fe
vuestra presencia real en el Augustísimo Sacramento; y esta fe que tenemos
alienta nuestra esperanza y aviva nuestra caridad, cuyo fuego vinisteis Vos a
encender en la tierra. Ya, pues, que os dignáis presidir
nuestras oraciones y escuchar nuestras súplicas, recibid las gracias que os
damos por esto beneficio y por la honra singular que dispensasteis a nuestro
protector, San Sebastián apareciéndoos a él cuando sostenía a los que vacilaban
en la fe. Y pues entonces atendisteis a sus afanes por vuestra gloria, dignaos
atender ahora a los ruegos que os dirige en favor de esta Ciudad que ha tomado
bajo su protección; y como él no cesa de interesarse por nosotros, no ceséis
vos tampoco de mostraros benigno en el feliz despacho de las peticiones que os
hace para nuestro bien espiritual y temporal. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA OCTAVO – 18 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Esforzadísimo soldado de Cristo, San Sebastián, cuyo
valor para el combate se aumentó prodigiosamente con el tormento de las saetas
que os clavaron vuestros propios subordinados en aquel mismo campo en que vos
los habíais adiestrado en el manejo de las armas para la defensa del Imperio,
del cual fuisteis la mayor gloria y ornamento: Mártir insigne, que apenas
restablecido de vuestras heridas, ardiendo en deseos de librar vuestra última
batalla en favor de la fe, decidisteis presentarla directamente al cruel
Diocleciano, que os contaba ya muerto, sin que ni las instancias ni las
lágrimas de los fíeles os hiciesen cejar en tan heroica resolución; vos, que
estimasteis más que todas las grandezas humanas la ignominia con que de orden
del indigno Emperador fuisteis arrastrado al circo para ser allí apaleado hasta
que exhalaseis el último aliento; por los horribles tormentos que padecisteis,
primero amarrado a un leño, y cubierto de saetas vuestro cuerpo, y después
despedazado con la violencia de los palos que sobre el mismo descargaron los
verdugos; por la sangre que en tanta abundancia
derramasteis y por la muerte dolorosa que sufristeis, os rogamos nos confortéis
en los padecimientos que el Señor quiera enviarnos en esta vida, y muy
principalmente en la hora de nuestra muerte. Entonces, sobre todo, estad a nuestro
lado, Mártir nuestro amantísimo, a fin de que, ayudándonos a vencer las últimas
acometidas del enemigo de nuestra salvación, logremos con vuestro apoyo una
muerte preciosa a los ojos del Señor; y ahora conseguidnos de su bondad
infinita el favor que en esta Novena os pedimos, si conviene para mayor gloria
de Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Dulcísimo Jesús,
que en vuestra pasión santísima os dignasteis dejar una fuente perene de
consuelos en beneficio de aquellos que mueren abrazados a vuestra cruz, gracias
os damos por tan singular favor, del cual disfrutó abundantemente vuestro
siervo y Protector nuestro, San Sebastián, a quien hicisteis tan parecido a Vos
en los tormentos que sufrió por vuestro amor; y por esta semejanza de su
desnudez con la vuestra, de sus azotes con los que Vos padecisteis en el
Pretorio, del leño a que fue amarrado
con vuestra cruz, de las saetas que traspasaron su cuerpo con los clavos que
taladraron el vuestro, y de sus agonías con las que Vos sentisteis en el
Calvario, os rogamos, Jesús bondadosísimo, nos
perdonéis nuestras culpas ahora que las reconocemos, y en los últimos momentos
de nuestra vida, para los cuales imploramos vuestra misericordia, a fin de que,
al salir de este mundo, merezcamos ser conducidos por nuestro santo glorioso a
las deliciosas mansiones de vuestra gloria. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
DÍA NOVENO – 19 DE ENERO
Por
la Señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ORACIÓN PARA ESTE DÍA
Constantísimo mártir San Sebastián, que
ejercitándoos sin cesar hasta vuestra muerte en la práctica de las virtudes
cristianas, alcanzasteis en grado heroico la de la esperanza, que es el gran
lenitivo de los padecimientos de cuantos viven atribulados en este valle de
lágrimas y de quebranto; ya que ni las atribulaciones, ni las angustias, ni las
persecuciones, ni la desnudez, ni los tormentos, ni la misma dolorosa muerte
que sufristeis, fueron bastantes a debilitar por un sólo instante la convicción
íntima que tuvisteis siempre en vuestra alma de que, según la promesa de Dios,
no se perdería ni un sólo cabello de vuestra cabeza, ni la más pequeña gota de
la sangre que derramasteis en tanta abundancia; sino que vuestro cuerpo
despedazado recobraría alguna vez para siempre su antigua entereza y hermosura
por medio de una gloriosa resurrección; por esta esperanza que endulzó
vuestro martirio, y por el honor que ese mismo cuerpo recibió siendo sepultado
junto a los de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, os rogamos renovéis en
nosotros aquella virtud maravillosa, y nos estimuléis a vivir siempre de tal
modo, que muriendo santamente, salgamos algún día triunfantes de nuestros
sepulcros para recibir los dotes gloriosos que han de adornar a los cuerpos de
los justos. Así lo esperamos de vuestro patrocinio, y también la gracia que os
hemos pedido en esta Novena, y que hoy os suplicamos con mayor empeño, si es
para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.
—Aquí se
rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al
Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.
DEPRECACIÓN
Dios y Señor de sabiduría infinita, que
llenando de vuestro divino Espíritu al Santo Job, hicisteis que desde el
muladar a que por permisión vuestra había sido reducido para aquilatar más su
virtud, vaticinase clarísimamente el misterio de nuestra redención, no menos
que el de la resurrección de nuestra carne, poniendo en boca del santo
Patriarca aquellas sublimes palabras con las cuales manifestó la seguridad en
que estaba de que, muerto su cuerpo, se levantaría de la tierra en el último
día de los tiempos para unirse nuevamente a su alma, y de que sus ojos, después
de consumidos, volverían otra vez a sus órbitas para ver con ellos a su
Redentor; Vos, Señor, que infundisteis iguales sentimientos en el alma de
vuestro siervo, San Sebastián, a quien confortasteis en sus padecimientos con
la convicción de que sus miembros esparcidos por el circo en que fue apaleado
habían de volver a reunirse gloriosamente unos a otros, cada uno en su lugar
respectivo, recobrando su cuerpo todo su vigor y fortaleza; oíd piadoso los
ruegos que en este último día os dirigimos para que os dignéis afianzarnos en
la fe con los ejemplos de nuestro esclarecido Protector, por cuyo medio
protestamos ante Vos que creemos con toda nuestra alma el dogma consolador de
nuestra real resurrección. Convencidos estamos de que, después de nuestra
muerte, ha de llegar un día en el cual, al imperio de vuestra omnipotente voz,
hemos de salir de la tierra con los mismos cuerpos que ahora tenemos, los
cuales unidos a estas almas que en este instante los animan, han de ser
juzgados por Vos para recibir el premio o el castigo que merezcan nuestras
obras. Haced, pues, Señor, que nos aprovechemos
de esta creencia, para que, obrando siempre en conformidad con ella, obtengamos
después de una muerte preciosa a vuestros divinos ojos, una gloriosa
resurrección, cual ha de ser la de nuestro santo, San Sebastián, por cuya
intercesión os pedimos esta gracia, no menos que la que hemos solicitado en
esta Novena, para que así bendigamos y alabemos vuestra bondad inmensa ahora en
la tierra, y después en el Cielo, donde vivís y reináis por todos los siglos de
los siglos. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se rezarán todos los días.
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