Novena
dispuesta por Luis Abadiano y Valdés, y publicada en Ciudad de México por la
imprenta del mismo autor en 1830. Los Gozos, de origen valenciano, son
tradicionales, sin autor ni fecha conocidos. Mons. José María de Jesús de
Belaunzarán y Ureña OFM. Ref., Obispo de Linares (actual Monterrey), concedió
200 días de Indulgencia por cada palabra de la Novena.
COMENZAMOS: 30 de septiembre.
FINALIZAMOS: 8 de octubre.
FESTIVIDAD: 9 de octubre.
NOVENA DEL
GLORIOSÍSIMO SAN LUIS BELTRÁN, HONOR DEL ORDEN DE PREDICADORES, SINGULAR
PROTECTOR DE SUS DEVOTOS, Y ESPECIAL ABOGADO CONTRA EL CÓLERA MORBO.
Puesto de rodillas delante de una imagen del Santo, y hecha la
señal de la Cruz, se dirá el siguiente Acto de
Contrición.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús, mi amabilísimo Jesús: tú nos enseñaste a
pedir que se hiciese tu voluntad así en la tierra como en el cielo; y lo
primero en que yo pienso es en hacer la mía contra la tuya: ¡qué atrevimiento, qué locura! Por eso tu cólera se
derrama sobre nosotros; y la muerte, más horrorosa que nunca, se presenta a
nuestros ojos de un modo formidable.
Compadécete, Señor,
de los redimidos con tu Sangre: oye benigno las fervientes súplicas de tu fiel
siervo Luis, nuestro abogado. Por lo que a mí toca, ofrezco la enmienda y no
volverte a ofender en adelante: arreglar a tu ley santa mi conducta; y,
mientras tenga tiempo, obrar el bien de manera que me haga digno del perdón y,
por tu misericordia infinita, de tu gloria. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
PARA TODOS LOS DÍAS
Cuando yo
considero, tiernísima María, que por solo un pecado debía estar ardiendo
en los infiernos, y que me has extendido tu poderoso brazo para librarme de
caída tan espantosa, no sé cómo agradecerte tan inconcebible beneficio. Yo
convido a todas las criaturas para que te den las gracias a mi nombre, suplicándote
únicamente, por tu Corazón sensibilísimo, que, condolida de mi mucha flaqueza,
me alcances la gracia en las tentaciones, tu auxilio en los peligros,
conformidad en los trabajos, resignación en las enfermedades, paciencia
inalterable con el prójimo, y el continuo ejercicio de todas las virtudes, para
tener la dicha de repetir las mismas gracias que ahora te doy en las eternas
mansiones de la gloria.
—Rezar una
Salve a Nuestra Señora.
DÍA PRIMERO – 30 DE SEPTIEMBRE.
ORACIÓN.
Incomparable
Luis, que, dejada la casa paterna, y olvidado de todos tus parientes y
amigos, huyes secretamente para ir en pos de las mortificaciones y la cruz;
debiendo a la oración ser recibido en la orden de Santo Domingo: alcanza a tus
devotos que, dejados los placeres mentidos de este mundo, fijemos nuestros ojos
en los eternos bienes del Paraíso; y que siguiendo como tú las ensangrentadas
huellas del Crucificado, evitemos su cólera e indignación, tan justamente
merecidas. Ea, misericordioso Luis, sálvanos, que
perecemos; alcánzanos la gracia, y después la gloria.
Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Luis,
despreciando al mundo, Y todo lo terreno, Con sus obras y empresas Conquistó
las riquezas de los cielos.
GOZOS AL GLORIOSO PADRE
SAN LUIS BELTRÁN
El
mundo por vos dichoso,
Os
llama por excelencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Cuando
en la infancia lloráis
Se
mitigan vuestros llantos,
Mirando
imágenes de Santos,
A
quienes después imitáis:
Que
os da quietud y reposo
Ver
su aspecto y su presencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Como
caudillo de Dios
Hacéis
al demonio guerra,
Durmiendo
en la dura tierra,
Ya
cielo hermoso por vos:
Y
así sois más valeroso
Armado
de penitencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Vicente
al cielo sagrado
Como
Elías ha subido,
Vos
que Eliseo habéis sido,
Su
manto habéis elevado:
Y
su don maravilloso
Adquirís
con esta herencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
A
las Indias de Colón,
Tan
ricas de plata y oro,
Pasáis
el rico tesoro
De
vuestra predicación:
Y
el martirio riguroso
Buscáis
con gran vehemencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Con
la gran fe que gobierna
Vuestro
pecho de amor lleno,
Bebéis
por Dios un veneno,
Que
os da vida y gloria eterna,
Siendo
con vos provechoso
El
rigor de su inclemencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Vencida
ya una mujer,
Que
venceros determina,
Magdalena
y Catalina
Del
Cielo os bajan a ver:
Con
el laurel victorioso
De
vuestra gran resistencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Llegado
el tiempo, en el cual
Sube
al Cielo el alma vuestra,
Por
todo el aire se muestra
Un
resplandor celestial:
Con
que os hace más famoso
La
divina Providencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
Pues
tiene el pecho amoroso
De
Dios tan grande clemencia,
Por
vuestra patria Valencia
Rogad,
Santo milagroso:
Sed
clemente, sed piadoso
En
cualquier mal y dolencia.
Beltrán
Santo y milagroso,
Honra y
lustre de Valencia.
℣.
Ruega por nosotros, bienaventurado San Luis Beltrán.
℟.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que por la mortificación corporal y
la predicación evangélica elevaste a la gloria de los Santos al bienaventurado
Luis tu confesor: concédenos que lo que profesamos con la fe,
lo confirmemos siempre con las obras. Así te lo pedimos por los méritos y en
nombre de nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo y el Espíritu Santo
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 1 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Oh Dios
misericordiosísimo, que en el plantel de tu Iglesia colocaste a tu fiel
siervo Luis, para que cultivase, aún no cumplidos veinte y cinco años, las
hermosísimas flores de su orden en el convento de Valencia, supliendo sus
virtudes la falta de los años; haz, que por sus méritos y súplicas, que
sirviéndote sus devotos con el mismo empeño que él lo hacía, y trabajando
incesantemente en el negocio de la salvación, alcancemos
vernos libres de la presente angustia, y gozar con él a tus plantas de la
alegría sempiterna. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Mi Dios,
hasta tus oídos Suba de Luis el ruego, Cual penetra en las nubes El olor
matutino del incienso.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 2 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Un hombre como
tú, mi Luis incomparable, no puede ciertamente contener su ardiente
celo: de él estimado saliste de tu casa, abandonas después tu celda; y en busca
de la cruz por mar y tierra, te embarcas felizmente para las Indias.
Mil quinientos
bautizaste primero, y en seguida lo mismo hiciste con más de quince mil en
Santa Marta. Predicabas en castellano, y todos en su peculiar idioma te
entendían: te daban veneno, y tú no recibías daño: los mismos demonios
confesaban tu poder.
Siete años empleaste en tan laboriosas
tareas, ¿y no ocuparás un solo momento en pedir
ahora por nosotros? Triunfante y glorioso, no has de olvidarte de los
que te aman. Los ves cercados de miserias, perseguidos de la cólera del Eterno,
y expuestos finalmente a condenarse: ruega, pues, intercede por
nosotros, y haz que libres de las cadenas de la culpa, vayamos todos a gozar la
vista sorprendente de todo un Dios en las mansiones alegres de la gloria. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Giro mis
tristes ojos De vez en cuando al cielo, Y, Dios mío, ¡qué contraste!, En la vida
del justo y la mía encuentro.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 3 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Te
pones, ¡oh Luis Prodigiosísimo!, a los pies
de San Vicente para entregarle en Valencia tu Priorato; y yo dejo a tus plantas
mi fortuna, y la suerte de mis parientes y amigos. Deseo que los lances de mi
vida corran precisamente por tu cuenta. Lo que a mí me interesa es evitar la
culpa por no ofender a Dios, pero a ti, Santo mío, te toca alcanzarme las
virtudes que me faltan. Tu humildad te estrechaba a comportarte, como lo
verificaste en aquel lance; mi impotencia me obliga a valerme de ti para todo
lo que me es necesario. En aquella ocasión mereciste que tu Santo hermano y
compañero en su estatua se inclinase para darte un estrechísimo abrazo y
levantarte del suelo; y yo solo te pido que vuelvas tus
compasivos ojos a tu mísero cliente, que confiado espera tu protección en la
vida, tu asistencia en la muerte, y reinar contigo en los alcázares de la
gloria. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Si una
estatua se mueve Al percibir tu ruego, Cuando por mí intercedas, ¿Cómo no ha de escucharte un Dios tan bueno?
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 4 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
«No sería siervo
de Jesucristo, dijo San Pablo, si agradara a
los hombres» … Esta fue tu máxima favorita, ¡oh
columbino Luis, y ojalá yo te imitara! Tú por agradar a Dios sufrías
toda clase de injurias, y aun premiabas a los que te las inferían; y yo
dominado de mi pasión me irrito contra los que me ofenden. Tú salvaste con tu
preocupación y ejemplo a innumerables extraviados; y yo con mi mala vida
escandalizo y extravío a no pocos inocentes… ¡Oh
Luis, oh María, oh Dios mío!, no permitáis que yo muera antes que se
perdonen mis ignorancias. Vana es la penitencia en el infierno, ni ya hay
tiempo, Dios mío, para la enmienda: concédeme, pues, ahora los momentos
precisos para desenojarte: espérame y te pagaré cuanto te debo. Hazlo
como te suplico, por los méritos de tu fiel siervo Luis, por los de tu Hija,
Esposa y Madre, y por la Sangre preciosísima de Jesucristo, que nos mereció la
gracia, y nos compró la gloria. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Enseña a
tus devotos, Luis bienaventurado, Tu virtud y tu celo, Y las sendas seguras del
Paraíso.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 5 DE
OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Tu fe, Luis, tu esperanza, tu caridad sin límites
te llevan irresistiblemente a desear el martirio. Atacas al vicio en sus
atrincheramientos, lo persigues, lo alcanzas en su veloz carrera, lo destruyes;
y el premio que te da el mundo es un veneno, pero tú a los cinco días lo
arrojas por la boca en forma de serpiente. Este hecho prueba que dispones a tu
placer de la naturaleza. Se agita el mar, y lo aplacas. Careces de recursos, y
encuentras el dinero sin que se sepa cómo. Huyes de los hombres, y te familiarizas
con los Santos que descienden del Cielo para consolarte. ¡Feliz el que como tú se arroja en los brazos de la
Providencia, y que como tú guarda los preceptos divinos!
Haz, Santo mío, que yo jamás los quebrante:
líbrame de la horrible peste que amenaza, es justo castigo de mis culpas; y haz
que alcance misericordia en la presente vida, para merecer los gozos de la
eterna. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Quema,
tala, destruye, Los vicios en mi pecho; Y siembra, Luis de mi alma, Las
virtudes en él, como deseo.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 6 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
La paz de tu corazón es mucho más suave, ¡oh Luis!, que el aura matutina y que el apacible
reflejo de la luna. Tú vives en tu Dios, te mueves y existes en Él; hablas solo
de la paz que disfrutas, que es la misma que Jesucristo nos dejó por herencia y
que el mundano desconoce; la cultivas entre tus religiosos compañeros, la
promueves en todos tus sermones, en los más inminentes riesgos no la pierdes: ¡Tal es el espectáculo de la arreglada conducta…! Oh
patria, desgraciada patria: perdiste las prendas relevantes con que brillabas:
se ensoberbeció tu corazón por tu hermosura, y por eso no aparece la antigua
paz que gozaste. Procura con el mayor empeño recobrarla. Alcánzanos,
oh Luis, ventura tanta. Aplaca el furor de los partidos, mira por la Iglesia;
cuida de la seguridad de sus Prelados, intercede por el clero, y defiéndenos a
todos del formidable cólera que con horrible aspecto nos amenaza. Regálanos la
paz en nuestro estado respectivo: la paz en la última agonía, y después de esta
vida miserable, la paz que disfrutan los fieles cortesanos del Empíreo. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Toda la
paz decanta Con ridículo empeño: Mas la que da este mundo En nada se parece a
la del Cielo.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 7 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Allí está infaliblemente tu corazón donde
tienes depositado tu tesoro, ¡oh dichosísimo Luis! Navegaste
en este mundo para reunir en tu patria riquezas incontables: «Entra, pues, en el gozo de tu Señor».
Así se despidieron de su gran prelado, de su
amable amigo, de su buen padre tus religiosos hermanos, cuando en la
recomendación de la orden te deseaban: «Que
desatado de las prisiones de la carne llegases al Paraíso…» Falleces, en
efecto, al escuchar estas palabras: vuelas como la exhalación hacia tu amado, y
cual pez en el agua te miras inundado por todas partes de su gloria.
Disfruta enhorabuena sus caricias, y
resplandece en las alturas aún más que el sol y estrellas en el cielo, pero no
te olvides de tus devotos, y haz que, detestados nuestros errores, y disipado
el justo temor de la peste que nos amaga, volvamos a la amistad del Señor ya
corregidos.
Sí, Dios bueno, Padre santo y omnipotente:
recibe, por las súplicas de Luis, entre tus brazos a un pueblo que humillado te
invoca y que desea escapar en ellos de tu enojo, para que los que formidan tan
justamente, se congratulan al verse perdonados. Te lo
pedimos así por Jesucristo nuestro Maestro y Redentor, que contigo y el
Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
—Un Padre
nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Con
tiempo, de un convite Se avisa al compañero; De tu muerte, un año antes, Te da
noticia por lo mismo el Cielo.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 8 DE OCTUBRE
Por
la señal…
Acto
de Contrición, y Oración a Nuestra Señora.
ORACIÓN
Aunque yo penetrara hasta el sublime espacio
que afortunadamente ocupas, mi Luis amorosísimo, me
acaecería lo que, a San Pablo, que ni pudo ni supo explicar lo que había visto.
No obstante, el suave olor de tu cadáver, el
sublime resplandor que lo circunda, y que sube más allá de la bóveda de tu
celda: las músicas suavísimas que en distintas ocasiones y lugares se perciben,
los repetidos estupendos milagros que ejecutas, la revelación es que de tu
agigantado premio se hacen los apostólicos afanes en que incansable te
ocupaste, y lo que es más, la munificencia de todo un Dios que de justicia te
corona, dan a entender bastante tu inexplicable ventura.
Y, ¿qué, el Juez
que te premia, solo para mí será inexorable? No,
mil veces no. Él, por tu medio oirá los suspiros que desde lo más
profundo del pecho le dirijo, mis lágrimas penetrarán hasta sus oídos: la
Santísima Virgen le presentará a mi favor su poderoso ruego: la Sangre de
Jesucristo inclinará en mi beneficio la balanza de los destinos: y finalmente,
si reclama su justicia, triunfará su misericordia. Yo confiadamente lo espero,
y se lo pido, para tener el placer de cantar sus bondades contigo por toda la
eternidad. Amén.
—Un
Padre nuestro al Santo, y esta Jaculatoria:
Sí, según
los servicios Así han de ser los premios, ¡Cuán
grande, oh Luis, ser debe Tu lauro inmarcesible y sempiterno! Acercaos a sus aras Ricos, pobres, enfermos; Que es corto
ciertamente Para su caridad el universo. Al Padre, con el Hijo, Y al sumo
Paráclito, Loores denle por todo El Cielo y tierra, y aun el mismo infierno.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
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