COMENZAMOS: 25 de febrero o 26 en año bisiesto.
FINALIZAMOS: 5 de marzo.
FESTIVIDAD: 6 de marzo
ADVERTENCIA PARA
EJERCITAR CON PERFECCIÓN ESTA NOVENA.
La primera
advertencia
es que esta Novena se podrá hacer en cualquier tiempo del año, o en nueve días
continuos; pero el tiempo propio de hacerla es empezando nueve días antes del
día de la Santa, que es el 6 de marzo, o dándola principio la Víspera de su
Fiesta y continuar los ocho días siguientes.
La segunda es que esta Novena la
podrá hacer cualquiera en su casa delante de alguna Imagen de la Santa.
La tercera es que la persona que la
hubiese de hacer, confiese y comulgue el día que la comienza, si pudiere, y si
no, otro dentro de ella.
La cuarta es que el primer día de
la Novena determine quien la hiciere el motivo o fin por qué la hace.
La quinta y
última
es que la persona que hace la Novena ofrezca a la Majestad de Dios y en
reverencia de su querida Esposa Santa Coleta cada día alguna especial obra de
virtud, como limosna, ayuno, oír Misa, etc.
NOVENA DE LA ESCLARECIDA
VIRGEN SANTA COLETA, DE LA SERÁFICA RELIGIÓN DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO Y
REFORMADORA DE LA ORDEN DE LAS CLARISAS
Puesta de
rodillas la persona que ha de hacer la Novena delante de alguna Imagen o
Estampa de la gloriosa Santa Coleta, y si no la tuviere, delante de Cristo
nuestro Bien o de su Santísima Madre, con profunda humildad y reverencia se
persignará devotamente, y avivando la fe de que está presente Dios, levantará a
su Majestad el corazón, y dirá las Oraciones siguientes:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dios y
Señor mío, aquí
se postra el peor y menor de los nacidos, no me atreviera yo a hablaros si no
viera que de justicia os debo hablar, adorar y amar. Y así Señor, postrado con
el mayor rendimiento delante de tu Majestad Soberana con toda mi alma y corazón
te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico a ti, mi Dios, reconozco por mi
Criador y Redentor, y creo Señor firmísimamente todos los Misterios de nuestra
Santa Fe Católica, en que quiero vivir y morir en ti, mi Dios espero me has de
perdonar mis culpas, dar tu gracia y perseverancia en ella. A ti Señor, amo
sobre cuánto puede ser amado, por tu bondad y misericordia infinita. Te doy
Señor, infinitas gracias por tantos y tan singulares beneficios como me has
hecho, me haces y me estás haciendo siempre, confesando al mismo tiempo mi suma
ingratitud y todas mis culpas y pecados, y de todos me arrepiento, y te pido
humildemente me perdones. Pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido:
diera la vida, y la daré por no volver a ofenderos. En el alma me pesa, Señor,
de haberos agraviado, porque eres mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser
amado. Propongo firmemente, ayudado con vuestra gracia, nunca más pecar, de
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, satisfacer por mis culpas, y
procurar en todo agradaros y serviros. Perdonadme Señor, para que con alma
limpia y pura os alabe, y saque el fin que intento en esta Novena, por la
intercesión de vuestra querida Esposa Santa Coleta, si ha de ser para mayor
honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
¡Oh
Gloriosa Coleta! Amada de Dios por vuestra
virginal pureza: con humilde y devoto corazón llego hoy a vuestra presencia, y
confiado te suplico y ruego seáis mi intercesora y Abogada para con Dios, a fin
de que, por tus grandes virtudes y merecimientos, me alcancéis de su bondad
infinita lo que tanto solicito y Vos, Santa mía, no ignoráis. Grande es, amada
Coleta, la confianza que en ti tengo, creyendo que vuestro Amantísimo Esposo no
se negará a mi influencia si Vos, Santa mía, fuereis patrocinadora de estas
súplicas y a medida de lo mucho que os honro en esta mortal vida, en todo
género de virtudes y prodigios, será en el Trono de la Misericordia poderoso
vuestro amparo, oída vuestra suplica y dichoso vuestro cordial devoto. Por eso
vivo seguro, Madre mía Coleta, de que rogando Vos por mí, espero ser consolado
en mi trabajo. Óyeme pues, piadosa Santa,
y rogad a Dios por mí, llegad al Trono de su Santísima Trinidad, representando
mi aflicción, y pedid que tenga misericordia de mí. ¡Oh Clementísima Santa! Oye mi
oración, alcánzame lo que pido y propón mi necesidad, que te encomiendo de lo
más profundo de mi corazón, y ruego te acuerdes piadosamente de ella. Hablad a
vuestro Esposo y decidle: «Amadísimo Jesús,
apiadaos de este humilde esclavo vuestro, y concededle lo que tan fielmente
licita. Escuchadle, por la mucha confianza que en ti tiene puesta, sin permitir
que vaya desconsolado». Amén.
—Aquí se
rezarán tres Padre nuestros, Aves Marías y Glorias, en reverencia a la Pasión y
Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
DÍA PRIMERO – 25 DE FEBRERO (26 en
año bisiesto)
¡Oh
Benignísima Coleta! Esposa
humilde de Cristo en ti resplandeció en grado eminente la virtud de la
humildad, fundamento de toda santidad, hermosura de todas las virtudes, guía
única, sin la cual toda otra virtud padece naufragio. Aniquilaste, Santa mía,
la nobleza de tu espíritu en la presencia de Dios, reconociendo su supremo
dominio y grandeza; y con este conocimiento tanto te abatías, que solo deseabas
y querías que todos cuantos te trataban y veían te depreciasen como a la más
vil y mayor pecadora de las criaturas. Alcanzadme de
vuestro Divino Esposo un conocimiento verdadero de mi propia bajeza, y que no
desee otra cosa que de todos ser despreciado y olvidado por amor de Dios, para
que así mortificadas las pasiones del propio amor, no me arrastren a la
perdición; y si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma, alcanzadme del
Señor lo que en esta Novena humildemente os suplico. Amén.
—Aquí, sin
palabras, y con afecto del alma, pedirá a la Santa la merced que desea
alcanzar.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS
LOS DÍAS
¡Oh Santísima Coleta! Grande
en los dones de naturaleza, grande en los de la Gracia, grande en los dones de
la sabiduría y grande en la piedad de los hombres. Salud de los enfermos, Guía
de los caminantes, Gozo de los afligidos, Oráculo en las dudas de las más
convenientes determinaciones, Proveedora de los necesitados: Pacificadora de
las personas enemistadas, Consoladora de nuestras melancolías y tristezas y
Protectora de los castos. ¡Oh Soberana Coleta!, cuál
es tu grandeza, tal sea tu piedad conmigo. Yo, pobre pecador, tengo confianza
grandísima en vuestros méritos y seguro amparo, sabiendo que nada de cuanto
pido y me conviene os negará vuestro Esposo Jesús. Y pues al presente me hallo
con singular anhelo y grave necesidad, he propuesto implorar eficazmente
vuestro patrocinio para alcanzar por este medio de la Divina Misericordia el
consuelo que deseo, siendo el único fin, Santa mía, en lo que os pido, la mayor
gloria de Dios y el más exacto cumplimiento de mi estado y salvación de mi
alma. Escuchad, Dulcísimo Jesús,
mis ruegos por los altísimos méritos de vuestra gran Sierva Coleta, para que
después de esta Novena cante dulcemente el haber logrado lo que en ella
fervorosamente he pedido. Amén.
Antífona (del Oficio propio de Santa
Coleta):
Alábate en los Cielos todo el ejército celestial, alábate
siempre el hombre mortal unido a todas las criaturas: exaltada seas por Cristo
ante la Divina Trinidad en el Reino de los Cielos, dándote el premio de la
recompensa eterna. Ahora que estás reinando, ruega por nosotros, moribundos,
que te rendimos tan preciosa alabanza.
℣.
La gracia fue difundida en tus labios.
℟.
Porque Dios te bendijo eternamente.
ORACIÓN
Oh Señor Jesucristo, que te dignaste adornar a
tu esposa la Bienaventurada Santa Coleta con innumerables dones celestiales, te suplicamos nos concedas que merezcamos reformarnos interiormente
con el mismo espíritu con que restituyó a su primitiva pureza la Regla
Seráfica. Tú que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén.
—Si
hubiere lugar, se podrá decir la Letanía de los Santos, o la de Nuestra Señora,
por ser esta una devoción con que Santa Coleta se veía libre en todos los
aprietos que se halló.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 27 DE FEBRERO (26 en año bisiesto)
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
¡Oh
Prodigiosísima Coleta! Castillo
inexpugnable de paciencia, en quien ni las más fuertes olas de la persecución
pudieron abrir brecha en vuestra paciencia invencible: padeciste, Santa mía,
grandes desolaciones de espíritu, en cuya comparación todo otro trabajo apenas
merece el nombre de trabajo, sufriste crueles persecuciones de los demonios,
toleraste la envidia de los hombres, que intentaron poner manchas en vuestra
gloriosa fama con tanto esfuerzo, que no perdonaron medio alguno que pudiese
conducir a sus depravados intentos; pero todo esto toleraste, Santa mía, con
tan caritativo y magnánimo corazón, que siempre volvías bienes por males,
beneficios por agravios. Hoy, Santa mía, se halla este pobre siervo vuestro
acosado de muchos modos de trabajos, así interiores como exteriores, los que no
ignoráis, Madre mía Coleta, por lo cual os suplico
solicitéis mi alivio y si conviniere que así padezca, alcanzadme de su Majestad
la paciencia y tolerancia que necesito para tan cruel guerra; y si fuere para
gloria de Dios y bien de mi alma, alcanzadme del Señor lo que os pido en esta
Novena. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA TERCERO – 27 DE FEBRERO (28 en año bisiesto)
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh
Compasiva Coleta! Fue
en ti tanta la misericordia, que tuvo en tu corazón generoso su trono, y como
en su centro, su descanso. Ninguna cosa nos asimila tanto a Dios como el ser
misericordioso, por ser esta virtud muy propia de Dios. Con este conocimiento
sin duda copiarte en tu corazón, Santa mía, esta virtud, y la ejercitaste desde
el primer día que rayó en tu alma la luz de la razón, con tanto primor, que
hasta tus mayores adversarios están publicando tus favores; y si estos lograron
la dicha de ser oídos en sus necesidades, ¿cómo
podrás permitir, Santa mía, que vuestro Devoto esté tanto tiempo sumergido en
el mar de tantas miserias y enfermedades? ¿Cómo no oirás su llanto? ¿Cómo no te
compadecerás de sus trabajos? ¡Oh Santa
Coleta! Si por no saber corresponder a los muchos beneficios del
Altísimo me han sido dados tantos trabajos, os suplico que
alumbréis mi entendimiento para conocer el error, y procurar la enmienda de
todo: así prometo ejecutarlo; pero para este logro es necesario algún alivio en
los trabajos, el que os suplico, amantísima Santa, de lo íntimo de mi corazón,
y con especialidad lo que al presente os pido en esta Novena, si fuere para la
mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar.
—Las
Oraciones y la Letanía se rezarán todos los días.
DÍA CUARTO – 28 DE FEBRERO (29 en año bisiesto)
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh
Prudentísima Coleta! Maestra
de Obediencia: cuán perfectamente supiste cumplir con esta tan dificultosa
virtud; pues no pocas veces suele el amor propio introducir propios dictámenes
con que se vician las demás virtudes. Mirabas a la propia voluntad como a
capital enemigo de la perfección, y conociendo en su libre albedrío el peligro,
la tuviste siempre cautiva en la fortaleza de la Obediencia. Sacaste de la
escuela de la Oración primorosos afectos de ser perfecta obediente, no solo de
obra y de voluntad, sino también de entendimiento, sujetando tu juicio a la
ajena, y cerrando la puerta a todas las dificultades que podían ofrecer en
contrario. Y pues tanto os encumbrareis en esta virtud, haced, Santa mía, que cautivando mi propio juicio al de mis Superiores
y Confesores esté siempre rendido a su dictamen, ofreciendo desde ahora
comunicar sin reserva alguna todos mis pensamientos, palabras y obras,
esperando en todo su dictamen. Y si es para gloria de Dios y bien de mi alma,
alcanzadme del Señor, Santa mía, lo que humildemente os pido en esta Novena. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA QUINTO – 1 DE MARZO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh
Purísima Coleta! Espejo
en quien se miran todos los atribulados contra los armiños de la pureza, Rosa
hermosísima entre todas las flores, que, si esta no se conserva fresca y
hermosa, sino entre las espinas, tampoco la castidad se conserva intacta ni se
sustenta sino en la esperanza de vida y mortificación. Dios te crio, Gloriosa
Santa, para ejemplo prodigioso de la pureza. Yo os suplico, Santa mía, que, pues el Altísimo os dotó
maravillosamente de esta virtud en tan alto grado, que todo vuestro cuerpo
respiraba purezas, y fuiste preservada con singular providencia para que ni las
sugestiones ni pensamientos pudiesen turbar vuestra candidísima castidad, me
alcancéis la luz y fortaleza que necesito para vencer todas las sugestiones,
que el adversario me pusiere, y gozar de las delicias de esta virtud en
pacifica posesión. Y alcanzadme la gracia de resarcir las injurias hechas
contra mi Dios, y lo que os pido en esta Novena, si para mayor gloria de Dios,
culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA SEXTO – 2 DE MARZO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave Marías
y Glorias.
¡Oh
Amantísima Coleta! Tan
eficaces son tus ruegos y Oraciones, que parece tienes en tus manos y en tu
voluntad todos los remedios juntos. Con un contado de tus dichosos dedos, y
formando con ellos la Santa Cruz, resucitas los muertos y curas de todas
dolencias, con un «quiero» expeles todas las
enfermedades. Prodigiosos e innumerables los milagros que hiciste a favor de
tus devotos en todo género de enfermedades y dolencias. Haga el Señor, Santa mía, por vuestros merecimientos, uno con
vuestro cordial devoto, aliviándome en los trabajos que continuamente padezco,
y especialmente en los interiores, desterrando de mí todo pensamiento vano,
toda palabra superflua, y obra que no sea muy conforme a mi estado. Y
alcanzadme la gracia de resarcir y compensar el perjuicio de las ingratitudes
hechas contra su Divina Majestad, y lo que os pido en esta Novena, si es para
mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA SÉPTIMO – 3 DE MARZO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh Benditísima Coleta! Muy privilegiada fuiste en
el ejercicio de la virtud infusa de la Fe, estando siempre obsequiosamente
rendida a las verdades católicas, sin proponérsete ni la más leve sombra que
contradijese a la luz que de tan infalibles verdades tenías. Tan dichosa
fuiste, que jamás el Dragón se atrevió a acometerte con sugestiones de
infidelidad: fuiste singularmente favorecida de Dios con altísimas
ilustraciones de los más dificultosos y ocultos Misterios de la Fe. Suplícote, Santa mía, me alcances una vivísima Fe de todos los
Misterios que nuestra Santa Madre Iglesia tiene definidos, y que no tropiece en
ninguno de ellos; y si el enemigo me combatiere contra alguna de estas
católicas verdades, me alcancéis del Señor que triunfe contra todas sus
astucias, y alcanzadme la gracia de resarcir las injurias hechas contra mi Dios,
y lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi
alma.
Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA OCTAVO – 4 DE MARZO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh
Excelentísima Coleta! La
virtud de la esperanza resplandeció y subió en vuestra persona a lo muy elevado
de la Santidad, sin que jamás se desmayasen tus fervorosos alientos en la más
dificultosa empresa. Esperabas firmísima la fruición del Sumo Bien; pues
teniendo hecho bajísimo concepto de tu fragilidad, le tenías altísimo de la
Divina Misericordia, áncoras con que te fortaleciste para no naufragar entre
los tempestuosos extremos que vician esta nobilísima virtud. ¿Quién venció tantas dificultades como se ofrecieron en
la Reforma, sino tu intrépida esperanza? Grandes fueron, Santa mía, los
inconvenientes que se ofrecieron, todo el Infierno se armó contra ti para
impedir tus designios, de los hombres padeciste terribles persecuciones y
calumnias hasta querer derribar tu honor y fama; pero todas estas calamidades
no pudieron acobardar tu firmísima esperanza, confiada siempre en la fuerza de
los Divinos auxilios. Las muchas culpas, el poco adelantamiento en las
virtudes, la poca resignación en la Divina voluntad, han sido estímulo fuerte
con que el demonio ha querido perturbarme muchas veces, a que desfalleciese en
el remedio de mi salvación. Conozco, Santa mía, son muy cortas mis fuerzas para
la penitencia y así, con firmísima esperanza acudo hoy a ti a las aras de tu
piedad, para que, compadeciéndote de mí llanto, habite en mí la esperanza de la
Divina Misericordia, porque sin esta virtud, es infalible la caída. Alcanzadme la gracia de resarcir las ofensas hechas contra mi Dios,
y lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro
y bien de mi alma. Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
DÍA NOVENO – 5 DE MARZO
Por
la señal…
Acto
de contrición, Oración para todos los días y los tres Padre nuestros, Ave
Marías y Glorias.
¡Oh
Gloriosísima Coleta! Cual
Águila generosa te remontaste a la más alta esfera de perfección con alas de
amor de Dios y del prójimo. Era en tu corazón piadoso esta virtud del amor
fuego activo, que no pudiendo ocultarle en la urna y en el Etna de tu inflamado
pecho se derramaba así en palabras como obras, causando amorosos incendios en
todos los que te trataban; y pues tuviste en tan alto grado el amor de Jesús y
de los prójimos, enciende en mi corazón
este divino fuego, para que, con el calor de sus llamas, me emplee con todas
mis fuerzas en el servicio de Dios y alivio de mis prójimos, y alcanzadme la
gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra Dios, y lo que os
pido en esta Novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma.
Amén.
—Pedir la
merced que se desea alcanzar. Las Oraciones y la Letanía se rezarán todos los
días.
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