Novena reimpresa en León, en la oficina de la viuda de Rivero, el 14 de
marzo de 1831. El Eminentísimo Sr. Cardenal, Arzobispo de Toledo ha concedido
cien días de Indulgencia cualquiera persona que hiciere ésta Novena.
COMENZAMOS: 6 de septiembre.
FINALIZAMOS: 14 de septiembre.
FESTIVIDAD: 15 de septiembre (los
siete dolores de la santísima Virgen).
MODO DE HACERSE ESTA NOVENA
En todo tiempo viene bien este agradable obsequio a
Nuestra Señora, para obtener lo que se desea en cualquiera pretensión de alma,
o para bien del cuerpo; mas el propio tiempo es, desde el lunes de Pasión
inclusive, cuatro días antes del día propio de los Dolores, y cuatro después
hasta el martes Santo inclusive.
El día que empieza, o á lo menos el que se acaba, se ha
de Confesar y Comulgar, aunque en ambos será razón ejecutarlo. Todos los días
de ella se ha de leer por espacio de media hora algún libro espiritual, y sea
de la Pasión de Cristo o Dolores de Nuestra Señora, el que le tuviere; y ya que
no se hagan penitencias especiales, dense a lo menos limosnas, y visítense los
Altares después de la Misa, que ha, de oírse cada día: y las muchas Indulgencias,
que por la visita de Altares se ganan, y mucho mas en cuaresma, aplíquense por
las Animas devotas de los Dolores, Será esta limosna espiritual de gran
conducencia, para que la Señora Dolorosísima nos alcance lo que pedimos. Y por
la Pasión de los tormentos del Hijo, y dolores acerbísimos de la Madre sea en
su Novena el mayor esmero de sus devotos, huir de divertimientos, conversaciones
y empleos, cuanto puede ser ocasión de ofensa divina, aunque no sea grave. Y
para eso, lo que más ayudará es él hacer con gran exacción el examen de la
conciencia antes de comer, y a la noche antes de acostarse; y quien se
habituare a hacerle de hora en hora, hallará un gran provecho para su Alma, y
será este el obsequio más agradable a Nuestra Señora, para oírnos y favorecernos.
Y el que tuviere oración estos días, debe ser del dolor que toca aquel día,
según la distribución que de ellos se hace en la segunda oración, que es la que
solamente se diferencia, y empieza siempre: Tristísima y Dolorosísima Virgen
María.
Para éstas y en
ocasiones de mayor aflicción, o de algún empeño arduo, o al entablar una nueva
vida, será muy del agrado de la Señora la Novena de los sábados; y el modo de
hacerla es, por nueve sábados Confesar y Comulgar, y si no le puede ayunar,
hacer en cada uno de ellos alguna otra mortificación o limosna, o a lo menos
rezar la Corona de rodillas, y según los días de la Novena ir haciendo los sábados.
Esto es, el
primer sábado rezar, y hacer lo que corresponde al primer día de la Novena. El
segundo sábado, además de Comunión y ayuno o la mortificación, o limosna que se
hace en su lugar, rezar lo que corresponde al día segundo de la Novena. El
tercer sábado, lo que corresponde al día tercero y asi en los demás. Y cuando
por algún accidente se interrumpiere la Novena de los sábados, no es menester
empezarla de nuevo, sino proseguir contando sobre los que han precedido, hasta
cumplir los nueve, al modo que se hace en la decena del Gloriosísimo San
Francisco Javier.
Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En
el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
—Puestos en presencia de
una Imagen de María Santísima, hecha la señal de la Santa Cruz con todo fervor,
se ha de decir…
ACTO DE CONTRICIÓN.
Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero, Criador y Redentor mío: por
ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, como a bondad
infinita, me pesa Señor, pésame mi Dios, de haberos ofendido, y propongo
firmemente con vuestra divina gracia de nunca más pecar, y de apartarme de
todas las ocasiones de ofensa vuestra, y de confesarme enteramente de todas las
mías. Por vuestra Madre afligidísima con tantos penetrantes Cuchillos en su
corazón, como he cometido culpas contra Vos, perdonadme Señor; que yo espero en
vuestra infinita Misericordia, que por sus Dolores Santísimos me habéis de
admitir a vuestra gracia, y me la habéis de dar para enmendarme, y para
perseverar en vuestro Santo servicio, y en el de vuestra Madre Dolorosísima y
mi Señora hasta la muerte. Amén.
ORACION PARA TODOS LOS DÍAS
Dolorosísima, y Purísima Virgen María, Madre del mejor
Hijo, y la más afligida de todas las Madres del mundo, postrándome a vuestros
pies, os ruego humildemente Señora, que, si este favor que pido, ha de ser para
gloria de Dios y bien de mi Alma, me le alcancéis de su divina piedad, y, sino
que se haga en toda su Santísima voluntad.
PRIMER DÍA —6 de septiembre.
Tristísima y Dolorosísima
Virgen María, mi Señora que, siguiendo los pasos a
vuestro Unigénito Hijo, mi Señor Jesucristo con la Cruz a cuestas por la calle
de la amargura llegasteis al monte Calvario, a donde os convidó, como a monte
de Mirra, el Espíritu Santo, abrazad Señora juntos todos los dolores que os
esperan, y ofrecedlos al Eterno Padre padecidos en el cuerpo de vuestro Hijo, y
puestos en vuestro corazón, para que se ablande la dureza del mío: Y alcanzadme el favor que pido en esta
Novena, si ha de ser para gloria suya y bien de mi Alma. Amén.
—Aquí se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
que entre los innumerables suyos mientras la vida y Pasión de su Hijo, tuvo la
Santísima Madre; y proseguirá hablando con Nuestra Señora…
Soberana
Virgen María, y mi amantísima Madre y de todos los
pecadores, que tenéis en el Ara de la Cruz a vuestro
Unigénito Hijo, ofrecedle al Eterno Padre en agradable sacrificio para remedio
de los hombres, y satisfacción entera y superabundante, de sus culpas, y
pedidle Señora, que mire a su Hijo crucificado, y a Vos amantísima Madre suya,
y se duela de los infieles y herejes, y los traiga al gremio de su Santa
Iglesia. Amén.
—Aquí levantando el
corazón a Dios y a su Santísima Madre, con confianza de obtener (si conviene) lo que se pide, hará cada uno su súplica, orando un rato
y se prosigue…
Señor mío Jesucristo,
crucificado, no permitáis, que se condene alguna Alma, pues nos pusisteis debajo del
amparo y protección de vuestra Madre Santísima, como hijos de sus dolores nacidos
entre sus lágrimas, principalmente Señor, los que estamos juntos haciendo esta
su santa Novena en agradecido recuerdo de sus Dolores, y publicando (a pesar del infierno) ser hijos y esclavos suyos, señalados con
sus lágrimas, y bañados con vuestra sangre, para que en la hora de nuestra
muerte nos recibáis como hijos suyos. Amén.
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
A la Llaga del Pie
izquierdo.
—Padre nuestro, Ave María
y Gloria Patri.
Saludóte, o Santísima
Llaga de mi Señor Jesucristo y os pido Señor,
por ella me perdonéis cuanto os he ofendido, con todos mis pasos y movimientos,
Amén.
A la Llaga del Pie
derecho.
—Padre nuestro, Ave María
y Gloria Patri.
Salúdote, o Santísima Llaga de mi Señor
Jesucristo; y os pido Señor,
por ella, me perdonéis cuanto os he ofendido con todas mis acciones y palabras,
Amén.
A la Llaga de la mano
izquierda.
—Padre nuestro, Ave María
etc.
Salúdote,
o Santísima Llaga de mi Señor Jesucristo; y os pido Señor,
por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con mi vista, y demás sentidos, Amén.
A la Llaga de la mano
derecha.
—Padre nuestro, Ave María
y Gloria Patri.
Saludóte,
o Santísima Llaga de mi Señor Jesucristo; y os pido Señor,
por ella me perdonéis cuanto os he ofendido con el mal empleo de mi memoria,
entendimiento, y voluntad, Amén.
A la Llaga del Santísimo
costado.
—Padre nuestro, Ave María
y Gloria Patri.
Saludóte, o Santísima
Llaga de mi Señor Jesucristo; y os pido Señor,
por ella que, así como fue herido vuestro corazón con el hierro de la lanza, y
el de vuestra Madre dolorosísima con el cuchillo de su dolor, así penetren el
mío vuestras soberanas luces, para siempre amaros, y nunca más ofenderos,
queriendo antes morir, que pecar, Amén.
—Padre nuestro, Ave María
y Gloria Patri.
Oración que el Glorioso
S. Francisco Javier decía todos los días a las Santas Llagas.
Dios de mi corazón, y mi Señor Jesucristo, por las cinco
Llagas que, en la Cruz, y por las innumerables que en la Pasión os imprimió
nuestro amor, os pedimos que (según vuestra misericordia) favorezcáis a los que redimisteis con vuestra preciosa
sangre, y nos conduzcáis a la vida eterna, Amén.
OFRECIMIENTO
Madre y Señora nuestra, dolorida y sin
consuelo, pasada de dolor
con el Cuchillo de tu Hijo: Cuidadosa y necesitada, huyendo a Egipto: triste y
atribulada, buscándole perdido; amarga y llorosa, encontrándole en la calle de
la Amargura: afligida y ansiosa, viéndole morir: agonizando y temblando con
vuestro Hijo, muerto en los brazos. Sola y sin alivio, dejándole enterrado. Nosotros, aunque indignos siervos vuestros,
con deseo de agradaros y serviros, os ofrecemos vuestra Corona en reverencia de
vuestros Dolores, suplicándoos nos alcancéis fervor en la Oración, paciencia en
los trabajos, humildad en las afrentas, esfuerzo en las aflicciones, fortaleza
en las tentaciones, perseverancia en el bien obrar, y una buena y reconocida
muerte, para ser verdaderos hijos de vuestros dolores, Amén.
EL STABAT MATER DOLOROSA
Estaba junto a la Cruz
La Madre de gracia hermosa,
Afligida y dolorosa,
Viendo pendiente a Jesús.
Allí fue su alma en rigor
Tristemente traspasada
Con la más aguda espada
De la pena y del dolor.
¡Oh
qué triste y afligida
Con
el llanto y el tormento
Se
vio en tanto sentimiento
La
Madre de Dios querida!
La que con pecho sentido
Piadosa se entristecía
Cuando las penas veía
De su Hijo esclarecido.
¡Qué
hombre hay que no llorara
Con
un dolor nunca visto,
Si
allí a la Madre de Cristo
En
tanta pena mirara!
¡Y
quién no se entristeciera
Con
sentimiento prolijo
Si
padecer con el Hijo
A la
dulce Madre viera!
Por pecados de su gente.
Después de ser azotado,
Vio en la Cruz atormentado
A su Jesús inocente.
Vio la más piadosa Madre
Que su Hijo muy amado,
Muriendo desamparado,
Volvió su espíritu al Padre.
Madre, pues, o amargo mar,
Pues eres fuente de amor,
Hazme sentir tu dolor
Para contigo llorar.
Haz que se llegue a abrasar
En amor mi corazón.
Para que con perfección
A Cristo Dios pueda amar.
Ruégote, Madre me hagas
Esta merced y favor,
Fijando de aquel Señor
En mi corazón las llagas.
Para que pueda contigo
De Cristo el dolor sentir,
Que por mí quiso morir,
Parte tus penas conmigo.
Haced pues, Madre afligida,
Que las penas desalado
Llore del Crucificado
Mientras me dure la vida.
Contigo, estrella de luz,
Mi amor desea entre tanto,
Acompañando tu llanto,
Estar al pie de la Cruz.
Virgen, Reina singular,
De Vírgenes hermosura,
No me muestres la amargura,
Hazme contigo llorar.
Haz, que a Cristo de tal suerte
Acompañe en su pasión,
Que siempre en mi corazón
Lleve presente la muerte.
Haz que yo sea llagado
Con sus llagas, y mi amor
De su precioso licor
Siempre sea embriagado.
A tu amor pido propicio;
Que inflamado y encendido,
Por tí, Virgen, defendido
Sea yo el dia del juicio.
Haz que yo, Madre de gracia
Sea por la Cruz defendido,
Por la Pasión guarecido,
Confortado por la gracia.
Y cuando sea preciso
Que el cuerpo haya de morir
Logre mi alma al partir
La gloria del Paraíso, Amén.
Antífona: Cuando Jesús vio a su Madre de pie junto a la Cruz y al
Discípulo a quien amaba, dijo a su Madre: Mujer,
ahí tienes a tu Hijo; luego al Discípulo: Ahí tienes a tu Madre.
℣. Ruega
por nosotros, Virgen Dolorosa.
℟. Para que
seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACION
Dios, en
cuya pasión la espada del dolor, según la profecía de Simeón, traspasó la
dulcísima alma de la gloriosa Virgen María tu Madre. Concédenos por tu bondad, que los que con
veneración celebramos la memoria de tu Pasión, y transfixión, consigamos los
frutos dichosos de tu Pasión, por los gloriosos méritos, é intercesión de todos
los que fielmente asistieron al pie de la Cruz. Hazlo tú que vives y reinas. Amén.
En el nombre del Padre, y
del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
SEGUNDO DÍA —7 de septiembre
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima
y Dolorosísima Virgen María, mi Señora, que puesta en pie
delante de la santa Cruz, en que estaba crucificado Nuestro Unigénito Hijo, mi
Señor Jesucristo, le mirabais padecer y agonizar por los pecados del mundo: volved señora esos purísimos ojos vuestros,
bañados en lágrimas, y miradme para compadeceros de mí, viendo cual me tiene la
culpa, y alcanzadme de vuestro Hijo crucificado misericordia, y el favor que os
pido, si ha de ser para su Gloria, y bien de mi alma. Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT MATER DOLOROSA.
TERCER DÍA —8 de septiembre.
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima
y Dolorosísima Virgen María, mi señora, a quien vuestro
Unigénito Hijo, antes de espirar, hizo Madre del género Humano en cabeza del
Virgen Juan, para que miraseis a los hombres como hijos nacidos de vuestros
dolores, adoptados por el amor de Jesús, y encomendados a vuestro cuidado. Recibidme por hijo, Madre dulcísima, y
encaminad a Dios mis palabras, obras y pensamientos, y alcanzadme de vuestro
Hijo santísimo éste favor que os pido, si ha de ser para gloria suya y bien de
mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el
STABAT MATER DOLOROSA.
CUARTO DÍA —9 de septiembre
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y Dolorosísima Virgen María, mi
señora, que entre la
muchedumbre de Escribas y Fariseos que rodeaban a vuestro Unigénito Hijo, mi
Señor Jesucristo, oíais aquellas afrentosas palabras, injurias y blasfemias,
con que baldonaban su Divina inocencia, y le visteis espirar con aquella sonora
voz. Purificad señora mis labios, para que yo le desagravie con amor; y oíd los
suspiros de mi corazón, que dicen, que es mi Dios y Señor, suma santidad, suma
bondad, suma inocencia, suma verdad, y alcanzadme de su misericordia este favor que os pido;
si ha de ser para gloria suya, y bien de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT
MATER DOLOROSA.
QUINTO DÍA —10 de septiembre.
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y Dolorosísima Virgen María, mi señora, que después de haber entregado el Espíritu al Eterno Padre en la Cruz, vuestro Unigénito Hijo, mi Señor Jesucristo, cuando parecía haberse acabado los tormentos, visteis a un soldado levantar la Lanza y romper su Santísimo Costado, hiriendo el amante Corazón del crucificado Difunto, quedando abierta la puerta para la salvación de los hombres: bañadme Señora en esa sangre y agua; entradme por esa puerta a la eternidad de la gloria, y alcanzadme de Dios este favor que os pido, si ha de ser para gloria suya y bien de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana
Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor
mío Jesucristo, crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT
MATER DOLOROSA.
SEXTO DÍA —11 de septiembre
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y Dolorosísima
Virgen María mi señora, que, al pie de la
santa Cruz, estabais viendo desclavar a vuestro Unigénito Hijo, mi señor
Jesucristo, y recibisteis en vuestras manos la Corona de Espinas, y los clavos
bañados en su sangre preciosísima; poned Señora esas punzantes Espinas sobre mis ojos, esos
agudos clavos sobre mi corazón, para que yo sienta algo de lo mucho que
sentisteis, y vaya a la parte en vuestros dolores, aborreciendo (más que la
muerte) la culpa, que fue causa de tantos males; y alcanzadme de vuestro Hijo
(con el perdón de todas las mías) este favor que os pido, si ha de ser para
mayor gloria suya y bien de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT
MATER DOLOROSA.
SÉPTIMO DÍA —12 de septiembre.
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y Dolorosísima
Virgen María mi señora, que después de
haber adorado y besado la Corona, y clavos de vuestro Hijo, recibisteis en
vuestros delicados virginales brazos su Sacratísimo Cuerpo: mirad señora
Dolorosísima esas heridas que abrió la crueldad: mirad esa sangre que cuajó el
aire: mirad ese Cuerpo bellísimo, que formó el Espíritu Santo, ya tan
desfigurado a rigores: rogadle señora y Madre mía con vuestras lágrimas, y compadeceos de mi
miserable pecador, para que arrepentido de haberos ocasionado tanto dolor, y
haber puesto así a vuestro Hijo y mi Señor, se deshaga mi corazón en llanto, y
alcanzadme este favor que os pido, si ha de ser para mayor gloria de Dios y
bien de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el
STABAT MATER DOLOROSA.
OCTAVO DÍA —13 de septiembre
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y Dolorosísima Virgen María mi
Señora, que, anegada en lágrimas, con ellas
lavasteis el Cuerpo tan afeada de vuestro Unigénito Hijo, mi Señor Jesucristo,
le aplicasteis su Divino rostro al vuestro purísimo, le ungisteis y
amortajasteis para conducirle al Sepulcro, donde con el dejasteis vuestro
amantísimo corazón: dadme Señora licencia para que yo vaya como criado el más humilde de
vuestra familia, acompañando el entierro de mi Señor, y para que nunca me
aparte de su Sepulcro el dolor de mis culpas que le han puesto en él; y
alcanzadme de su bondad este favor que os pido, si ha de ser para mayor gloria
suya y bien de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT
MATER DOLOROSA.
NOVENO DÍA —14 de septiembre.
Por la señal...
Acto de contrición y Oración para todos los días.
Tristísima y dolorosísima
Virgen María mi señora, ya queda vuestro
Unigénito mi Señor Jesucristo sepultado, y vos Señora volvéis sola sin la luz
de vuestros ojos, y sin la vida de vuestro corazón. Todos los Espíritus del
Cielo os acompañen, o María Dolorosísima que a mí me pesa de haberos dado
tantos quebrantos con mis culpas; Yo he sido Madre amantísima el malhechor; Yo
el cruel homicida; Yo con ellas he quitado la vida a vuestro Hijo Dulcísimo. A
vuestros pies me postro, porque me valga toda vuestra piedad, aun habiendo sido
tan cruel contra vos; en vuestra suma misericordia confió, para esperar por los
Dolores mismos que yo os he ocasionado el perdón que no merezco. Propongo Señora, y Madre mía afligidísima
firmemente la enmienda, y de empezar nueva vida, para que me valga vuestro
Sagrado, y por el lograr en vuestra compañía la eterna gloria de Dios, y bien
de mi alma, Amén.
—Se rezan siete Ave
Marías, y siete veces Gloria Patri en reverencia de los siete mayores dolores,
luego la Oración… Soberana Virgen María…
—Se prosigue con la
Oración… Señor mío Jesucristo,
crucificado…
—Luego se saludan las
cinco Llagas del Hijo, por mejor obligar a la Dolorosísima Madre, rezando a
cada una un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri; y después de la
Llaga del Costado otro Padre nuestro, etc. formando intención de ganar las
Indulgencias concedidas a la Estación mayor del Santísimo Sacramento.
—Por último… el STABAT
MATER DOLOROSA.
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