Tomada
del Compendio de la admirable vida de la milagrosa y apostólica virgen Santa
Rosa de Viterbo, hija de la venerable Orden Tercera de San Francisco, dispuesto
por un religioso de la Observancia franciscana y publicada en Murcia por la
imprenta de Juan Vicente Teruel en 1802. El Ilustrísimo Señor D. Victoriano
López Gonzalo, Obispo de Cartagena-Murcia, concedió 40 días de Indulgencia por
cada día de la Novena.
COMENZAMOS: 26 de agosto.
FINALIZAMOS: 3 de septiembre.
FESTIVIDAD: 4 de septiembre.
ADVERTENCIA
Esta Novena podrá hacerse en los meses de
Marzo o Septiembre, de suerte que empiece o acabe el día 6 de Marzo, que fue el
de la muerte de la Santa, o el día 4 de Septiembre, que fue el de su
translación; cada uno podrá hacerla en el tiempo que le fuere más
proporcionado, disponiéndose para empezarla, o concluyéndola con confesión
particular o general, según el parecer de un prudente confesor, y Con Comunión
Sacramental, procurando como fin principal de ella la reforma de sus
costumbres, la imitación de las virtudes de la Santa, y el vencimiento de las
pasiones, especialmente de aquella que más domina en su corazón y le impide el aprovechamiento
espiritual en el servicio de Dios. Sobre esto convendrá hacer todos los nueve
días muy de corazón frecuentes súplicas a esta poderosísima Abogada para con
Dios, poniendo con la divina gracia los medios que juzgare más oportunos, así
como debe hacerse para alcanzar por su intercesión el favor especial que se
desea, y la virtud que cada día se señala, y corresponde a la que con singular
excelencia practicó la misma Santa.
NOVENA A SANTA ROSA DE
VITERBO VIRGEN, TERCIARIA FRANCISCANA
Por
la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos
líbranos,
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios, y Hombre verdadero, Criador, Redentor y Salvador mío, mi vida, mi esperanza, mi
gloria, y toda mi felicidad, por ser, como sois, infinitamente digno de ser
amado sobre todas las cosas con vuestro Eterno Padre, y con el Espíritu Santo,
de lo íntimo de mi alma me pesa, y me arrepiento de haberos ofendido con mis
muchas y graves culpas, propongo firmemente con vuestra divina gracia nunca más
ofenderos, y espero que por vuestra inefable misericordia, y por los
merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, me habéis de perdonar, y he de
perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Adorable, y amabilísimo Salvador mío, esplendor
de la Gloria del Padre, su Virtud substancial y su Sabiduría infinita y eterna,
que confundiendo la soberbia de los grandes, poderosos, y sabios del mundo,
escogéis para las obras de vuestra gracia a las criaturas más débiles,
ignorantes, y despreciables a los ojos de los hombres; yo os alabo y glorifico
por la admirable providencia con que os servisteis de la tierna e inocente
Virgen, vuestra sierva Santa Rosa, para la humillación de los tiranos, para la
extirpación de los errores, y del cisma, para la exaltación de la Fe Católica,
consuelo de vuestra Iglesia, conversión de los pecadores, edificación y aliento
de los justos, refugio y protección de los fieles, y crédito de vuestro poder,
de vuestra Bondad y de vuestras infalibles promesas. Iluminad, Señor, mi
entendimiento, inflamad mi voluntad, y fortaleced mi flaqueza con vuestra
gracia, para que imitando los ejemplos de esta vuestra bienaventurada y amable
criatura, reforme yo cristianamente mi vida, atraiga a mis prójimos a vuestro
santo servicio con mis buenas costumbres, honre mi Religión, promueva la gloria
de vuestro santísimo Nombre, y de vuestras inagotables misericordias, y consiga
la gracia, que os pido en esta Novena, si es de vuestro agrado, y conviene al
bien de mi alma. Amén.
DÍA PRIMERO – 26 DE AGOSTO
FE DE SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa, que prevenida, fortalecida
e ilustrada del admirable don de la Fe, del que tan singularmente te enriqueció
el Padre de las luces, ibas al templo desde tu más tierna infancia a adorar al
Señor en espíritu y verdad, y a ofrecerle humildemente las primicias de tu ser,
te elevabas a la contemplación y amor de sus divinas perfecciones, predicabas
libremente las verdades de nuestra Sagrada Religión con abundantes frutos de
conversión y de piedad, y en obsequio de ellas deseabas ardientemente derramar
tu sangre y sacrificar mil veces tu vida: Ruégote, me alcances de la Majestad
Divina una Fe viva, firme y constante, que me desprenda de todas las cosas de
la tierra, y me levante al conocimiento y amor de las celestiales, que arregle
por sus divinas máximas todas mis costumbres, obras, palabras y pensamientos,
que me una inseparablemente con mi Dios, y me afiance de tal suerte en la
creencia de la Iglesia Católica, que, en medio de las turbaciones e impiedades
que la combaten sin cesar, esté siempre resuelto a confesarla y publicarla a
pesar de todos los halagos, contradicciones y tormentos del mundo y del
infierno, hasta el último instante de mi vida. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. Ahora levantando el corazón a Dios, con humildad y
confianza, pedirá cada uno el beneficio especial que desea por la intercesión
de Santa Rosa.
ORACIÓN ÚLTIMA PARA
TODOS LOS DÍAS
Liberalísimo Señor y magnífico Rey invisible
e inmortal de los siglos,
que para que nadie tenga de qué presumir
ni gloriarse delante de Vos, abatís a los soberbios y ensalzáis a los humildes,
seáis eternamente bendito y glorificado por la inefable dignación con que
quisisteis engrandecer a vuestra parvulilla sierva Santa Rosa, tener con ella
vuestras amorosas delicias, glorificaros en la prodigiosa santidad que con
vuestra gracia adquirió en tan cortos años de vida, y serviros de ella como de
instrumento de vuestro poder para defensa de vuestra Iglesia y para desengaño y
conversión de innumerables almas sepultadas en las tinieblas del error y del
pecado; extended Dios mío, por sus méritos los efectos de vuestra bondad a mí,
indigno pecador, haciendo que repare con una verdadera y constante penitencia
todo el tiempo que inútil y criminalmente he desperdiciado, y emplee el que me
resta de vida en guardar vuestros divinos mandamientos, en cumplir con las
obligaciones de mi estado, en publicar vuestras misericordias para conmigo, y
en hacer en todo vuestra santísima voluntad. Mirad también, Dios y Salvador
mío, a vuestra amada Iglesia, conquistada a costa y con el precio de vuestra
Sangre, y protegedla, según vuestras promesas, contra los monstruos del pecado,
del error y de la impiedad, que en todos tiempos la insultan y se levantan
contra ella. Llamad y atraed a todos los hombres al conocimiento de vuestras
verdades eternas, a vuestro servicio y amor. Aumentad el fervor y la santidad
en los justos, las luces y temor de vuestros juicios en los pecadores, la
contrición en los penitentes, en los católicos el amor y respeto a vuestra
única y verdadera Religión, y en todos los Príncipes, Prelados, y Superiores el
celo de vuestra gloria y de la salud de las almas y de que estén encargados.
Derramad especialmente vuestras saludables bendiciones sobre los que en el
ejercicio de esta Novena os confiesan admirable en la bendita Santa Rosa, por
cuyo medio esperamos conseguir también el favor especial, que os pedimos, si es
de vuestro agrado, y conduce al bien de nuestras almas. Amén.
GOZOS
SANTA
ROSA DE VITERBO.
Si
el Soberano inmortal
Quiere
un Jardín de recreo,
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Naciste
muy de mañana
A
la gracia de tu Dueño,
Porque
tomo por empeño.
Que
fueses Rosa temprana,
Tan
hermosa, y tan galana,
Que
eres rara en su Rosal;
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Si
tierna a tu Dios ofreces
De
tu infancia Tas primicias,
El
contigo sus delicias
Tiene
amoroso, y con creces;
Y
como tú lo mereces,
Él
te paga como tal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Si
el pan en rosas, piadosa
Convierte
tu caridad.
Tu
fragancia, y suavidad
Se
exhala más olorosa.
¡Oh
que radiante! !que hermosa
¡Eres,
flor angelical!
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Si
el Electo entre millares
Se
apacienta entre Azucenas,
Tú
le agradas por docenas,
Y
también por centenares;'
Pues
por él la sangre a mares
Derramar
quieres leal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
En
el amor abrasada
De
Jesús Crucificado,
Quieres,
al verle injuriado.
Ser
por Él, crucificada:
Este,
Rosa apasionada,
Fue
tu empeño principal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
A
la Madre de tu Esposo
Amas,
e imitas en todo,
Sin
guardar tasa, ni modo,
Que
es el modo más precioso;
Muy
de su agrado, y gustoso
Fue
tu afecto filial.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
En
las Órdenes Sagradas
Del
humano Serafín
Formas
tú sola un jardín
De
Rosas disciplinadas,
Blancas,
frescas, y encarnadas
A
la sombra del Sayal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Singular
Predicadora
De
la verdad, y la gracia,
Destierras
con eficacia.
Como
a la noche la aurora,
La
mentira seductora,
Y
la malicia mortal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
En
una terrible hoguera
Entras
sin ser ofendida,
Porque
quede confundida
La
pertinaz hechicera:
Sales
triunfante guerrera
Del
error heretical.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
En
tus tiernos anos quiso
Cogerte
Dios, Rosa amada.
Porque
fueses trasplantada
Al
eterno Paraíso,
Como
quien dice: harás viso
En
mi misma Capital.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Si
te ves favorecida
Del
Señor a manos llenas.
Haz
que alivie nuestras penas,
Rosa
de Jesús querida,
Y
que nos libre en la vida
De
todo peligro, y mal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Del
humano corazón
Eres
el dulce atractivo.
El
consuelo, y lenitivo
En
su mayor aflicción:
¿No
te llaman con razón
La
Rosa medicinal?
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
La
enfermedad, y la muerte,
La
desnudez, y pobreza,
Todo
peligro, y tristeza
Te
obedecen de tal suerte,
Que,
al parecer, se divierte
Dios
contigo siempre igual.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Por
este Santo ejercicio,
A
que estamos congregados
Pide
a Dios, que a los culpados
se
muestre siempre propicio
Sobre
todo, en el juicio
De
su recto tribunal.
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Es
pedirte, en conclusión
Con
segura confianza.
Que
en la Bienaventuranza
De
la triunfante Sion,
Te
digamos en canción
Con
un gozo cordial:
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Si
el Soberano inmortal
Quiere
un Jardín de recreo,
Tú
le cumples el deseo,
Rosa
toda celestial.
Antífona (Eclesiástico
LI, 34-35):
Reciba
vuestra alma la instrucción, pues fácil es el encontrarla. Mirad con vuestros
ojos lo poco que me he fatigado, y cómo he adquirido mucho descanso.
℣. Ruega por nosotros ¡Oh bienaventurada Rosa!
℞. Para que seamos dignos de las promesas de
Cristo.
ORACIÓN
Oh Dios nuestro, que
te dignasteis admitir en el coro de las vírgenes a la bienaventurada Rosa, concédenos por sus ruegos y merecimientos, la gracia de expiar
todas nuestras culpas, y de gozar eternamente de la compañía de tu Majestad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Sea hecha
en todas las cosas, alabada y para siempre ensalzada la justísima, altísima y
amabilísima voluntad de Dios. Amén.
(El
Papa Pío VII, mediante decreto del 2 de Mayo de 1800, concedió 100 días de
Indulgencia cada vez que se rece esta jaculatoria. Plenaria una vez al mes
confesando, comulgando y orando por las necesidades de la Iglesia todos los
días. Plenaria en la hora de la muerte al rezarla frecuentemente en vida).
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado
original.
En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 27 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
ESPERANZA DE SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa,
cuya prodigiosa vida fue toda deseos y
ansias ardentísimas de la vista y eterna posesión del Sumo Bien, las cuales
fundadas únicamente en las promesas de un Dios Todopoderoso y sumamente fiel, y
en la misericordia y méritos infinitos de tu amado Esposo y supremo mediador
Jesucristo, te hacían despreciar todos los bienes del mundo, acumular méritos
en el corto tiempo de tu vida para asegurar tu eterna bienaventuranza, aspirar
incesantemente a la sola felicidad que podía hartar tu enamorado corazón, y
abrazar gustosa la pobreza, la desnudez, las persecuciones, los destierros y
las mayores tribulaciones por verte algún día unida para siempre a tu Soberano
Glorificador; te suplico, me alcances
del Señor una viva y firmísima esperanza que destruya en mí toda confianza y
presunción propia, que destierre mis tibiezas, que me haga mirar con desprecio
todas las cosas de la tierra, que me encienda en grandes deseos de las
celestiales, me aliente a la observancia de los divinos mandamientos, me abra
en medio de mis pecados el seno de las misericordias de Dios, y me asegure del
perdón de todos por los méritos de nuestro Redentor Jesucristo, y en fin, que
me fortalezca de tal suerte en los trabajos, tentaciones y miserias de esta
vida, que pueda hacer frente a todos los peligros y enemigos de mi alma, y
caminar sin desfallecer por las sendas de la justicia hasta llegar a ver al
Dios de los Dioses en la Celestial Sion. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 28 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
SOBRE EL AMOR DE DIOS
Gloriosísima
Santa Rosa, que
abrasada en incendios de amor de Dios, desde que esta divina caridad se te infundió
en el Bautismo por el Espíritu Santo, vivías transformada toda en tu Amado por
los afectos de tu enamorado corazón, te abstraías de todo lo visible por la
frecuente y fervorosísima contemplación de sus divinas perfecciones, estabas
por tus casi continuos raptos y éxtasis embebida en las dulzuras de su inmensa
bondad, sentías con intensísimo dolor las ofensas que se le hacían, le ofrecías
en satisfacción y desagravio el grato sacrificio de todas tus obras,
penitencias y deseos, solicitabas por todos los medios posibles su honor y su
servicio, y no te alimentabas sino de esta ardiente caridad, de donde procedían
todas tus virtudes y méritos, y a la que no pudieron apagar todas las aguas de
las tribulaciones de esta vida; alcánzame
del Dios de la Caridad misma un amor semejante al tuyo, que consuma en mí todo
el desorden y escoria de mi amor propio, que me infunda un digno aprecio y
estimación del Sumo y Eterno Bien, que me una a él con todas las fuerzas y
afectos de mi alma, que me haga sentir con dolorosa y amarga contrición las
culpas con que le he ofendido, que no me deje pensar sino en lo que puede darle
gusto, y que me aliente a emprenderlo y sacrificarlo todo por servirle
fielmente en esta vida, y tener la dicha de amarle eternamente en tu compañía
en la otra. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 29 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
DEL AMOR DEL PRÓJIMO QUE TUVO SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa, con
quien parece nació la misericordia con los pobres, a los que socorrías por
cuantos arbitrios te inspiraba tu caridad, hasta quitarte en tu misma infancia
el sustento necesario y aun hacer milagros para ocurrir a sus necesidades; alcánzame del Padre Celestial unas entrañas de misericordia con
todos los miserables y necesitados, con que evite el juicio sin misericordia
que sufrirán los que no la tuvieron con sus prójimos. Con mayores instancias te
pido, Abogada mía dulcísima, intercedas con el Señor para que me comunique
parte de aquella cristiana compasión de sus necesidades espirituales, y de
aquel celo del bien de sus almas, que te hizo dirigir al Cielo tantas humildes
suplicas, derramar tantas preciosas lágrimas, exponerte, aun en la edad más
tierna, a tantos trabajos, entrarte intrépida en voraces hogueras, y sufrir en
tus predicaciones Apostólicas tantas fatigas y mortales desmayos, por su
conversión y salvación. Sobre todo, haz, que todo el celo que tienes ahora en
el centro de tu gloria, me sirva (como encarecidamente te lo suplico) para que
me compadezca de mí mismo, y aplique con la divina gracia todas mis atenciones
a remediar las extremas necesidades de mi pobre alma, a sanarla, a santificarla
y ponerla en carrera de salvación por medio de los Santos Sacramentos, la
fructuosa penitencia de mis culpas, y de la perseverancia en las buenas obras
hasta el fin. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 30 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
DE LA HUMILDAD DE SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa, que,
aunque tantas veces acusada, insultada, maltratada y perseguida con oprobrios,
calumnias y asechanzas de muerte, ya en tus primeros inocentes años por otras
niñas y por sus madres furiosas, ya en lo sucesivo por las hechiceras,
cismáticos y crueles les enemigos de la verdad y de la virtud; y aunque otras
veces celebrada de todo el mundo como otra Judit, y llena de bendiciones, y de
aplausos de los Pueblos, de los Príncipes, y de los mismos Sumos Pontífices,
jamás saliste del profundo conocimiento de ti misma, ni jamás se vio turbada la
paz, la humildad y mansedumbre de tu corazón, ni te atribuiste cosa alguna de
cuantas el Señor obró por tu ministerio, sino que todo lo atribuiste a la
gracia de Jesucristo, gloriándote solamente en su Cruz, y en las persecuciones
y angustias, que con su asistencia padeciste por su amor; yo te suplico intercesora mía, me alcances del mismo Jesucristo,
Maestro y ejemplar de todos los humildes, una profunda y verdadera humildad de
espíritu y de corazón, que me dé a conocer el fondo de miserias que hay en mí,
que me enseñe a despreciarme como es justo en el concepto de mí mismo, que me
haga amar y aceptar de buena voluntad los trabajos, desprecios y humillaciones,
que merezco por mis culpas y continuas imperfecciones, y que jamás me deje
mirar cosa alguna de cuantas puedo hacer con su gracia, sino como propia suya y
beneficio digno del eterno reconocimiento y acción de gracias que desde ahora
deseo darle en la dichosa Patria de los que aprendieron del mismo Señor a ser
mansos y humildes de corazón. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 31 DE AGOSTO
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
DE LA PENITENCIA DE SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa, que,
aunque, desde que fuiste reengendrada en Jesucristo, jamás conociste la culpa
sino para detestarla y aborrecerla, siempre te sacrificaste desde tu más tierna
edad a la continua mortificación de tus pasiones y sentidos, y a los rigores de
los ayunos, de las vigilias, de los cilicios y otras penitencias sangrientas
con que castigabas tu cuerpo para que tu carne, aunque inocente, no llegase a
rebelarse contra tu espíritu, para aplacar a Dios por los pecados de tus
prójimos, para satisfacerle por las imperfecciones que en ti misma te abultaba,
y te hacía temer tu humildad, y especialmente para imitar a tu Esposo
Jesucristo y entrar a la parte de sus penas y de sus tormentos, haciendo
resplandecer más (sin conocerlo tú) el candor y hermosura de tu inocencia entre
tantas espinas de mortificación y austeridad; te pido, oh Penitente portentosa, me alcances del Señor un
espíritu de verdadera penitencia, que me haga gemir siempre amargamente por mis
muchos pecados, que me anime a sufrir gustosamente todas las mortificaciones
que hallare en el cumplimiento de mis obligaciones y en el camino de la virtud,
que me obligue a crucificar mi carne con todos sus vicios y concupiscencias, y
que me inspire tan eficaces deseos de llevar en mi cuerpo y en todas mis
potencias, y sentidos la mortificación de Jesucristo por la imitación de su
sagrada Pasión, que merezca ser después participante de sus eternas
consolaciones en el Reino de los Cielos. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 1 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
DE LA VIRGINIDAD DE SANTA ROSA
Gloriosísima
Santa Rosa, que
sumamente enamorada de la pureza Virginal consagraste a los tres años de tu
edad en los más castos desposorios al Cordero inmaculado, que como Esposo de
las Vírgenes, tenía contigo sus especiales y amorosas delicias, y la conservaste
siempre intacta con la oración, con la custodia de tus sentidos, con la
vigilancia cristiana sobre ti misma y con el rigor de ásperas penitencias, de
suerte que parecías formada de pedazos de Cielo, o un Ángel en carne mortal; alcánzame del Autor y Amador mismo de la pureza un amor
ardentísimo de esta celestial virtud, y poderosos auxilios de su gracia para
que en medio de los continuos peligros del mundo y de la carne de pecado en que
vivo, pueda apartarme de todos los riesgos y ocasiones contrarias a la
castidad, y defenderme del demonio y de mí mismo con el santo temor de Dios,
con una oración fervorosa, con una profunda humildad y con una infatigable
mortificación de mi carne y de mis rebeldes pasiones, hasta que por este medio
merezca presentar al Señor mi alma pura y casta, y recibir de su misericordia
en tu compañía el premio prometido a los limpios de corazón, que tú recibiste,
y del que aún está participando tu cuerpo virginal en su admirable
incorrupción. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 2 DE SEPTIEMBRE
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
DE LA DEVOCIÓN DE SANTA ROSA A
JESUCRISTO
Gloriosísima
Santa Rosa, cuya
prodigiosa vida fue toda una continua veneración, obsequio, amor y consagración
a Jesucristo, a quien dirigías todas tus meditaciones, todas tus peleas y
fatigas, y todos los deseos y sentimientos de tu corazón, y en quien enteramente
transformada por la imitación de sus virtudes y de sus tormentos podías decir
con el Apóstol que no eras tú ya la que vivías, sino que Jesucristo era quien
te animaba y vivía en ti, por lo que tuvo la inefable y amorosa dignación de
visitarte visiblemente, unas veces en los oprobrios, e ignominias de su Pasión,
y otras en los resplandores de su Gloria, excitando en tu alma diversos y Fervorosísimo
afectos de compasión y amargura, de gozo y alegría celestial; pide a su Divina Majestad, Santa mía, que en todas mis obras,
palabras, pensamientos y ministerios no tenga yo otro objeto que Jesucristo
Crucificado, que este Soberano Maestro de todos los Justos sea el solo modelo
por el que yo arregle toda mi vida interior y exterior, que me haga participante
de su Cáliz y de su Cruz, y que abrase de tal modo mi corazón en las llamas de
su santo amor, que esté siempre pronto a imitarle, a servirle, a padecer con Él
y por Él, y a hacerme digno temporal y eternamente del fruto de sus infinitos
merecimientos. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 3 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal…
Acto
de contrición y Oración para todos los días.
DE LA DEVOCIÓN DE SANTA ROSA A MARÍA SANTÍSIMA
Gloriosísima
Santa Rosa, en
cuyo inocente y virginal corazón no hubo devoción más pura, más firme ni más
entrañable, después de la de Jesucristo, que la de su Madre María Santísima, Reina
de las Vírgenes, cuyo Nombre dulcísimo con el de su Santísimo Hijo Jesús fueron
las primeras palabras en que se estrenaron tus labios, y el que frecuentemente
con el mismo de Jesús repetías con singular consuelo y saludables sentimientos
de tu alma, como nombre de una Madre piadosísima, a quien amabas con toda la
ternura y afecto de hija, a quien venerabas con humildes y agradables obsequios
como a Madre de tu Dios y Celestial Esposo, a quien servías en todo con la más
pronta y gustosa fidelidad como a tu Reina y Señora de todas las criaturas
Angélicas y humanas, y en cuyas benignísimas manos ponías todos tus cuidados,
todas tus oraciones, todos tus ejercicios y todas tus esperanzas de perseverar
hasta el fin en la inocencia y en la justicia, como en las de una amantísima, y
poderosísima Protectora, que tuvo la bondad de dejársete ver en toda su belleza
y hermosura, de darte amorosos abrazos, de librarte de enfermedades mortales y
de todos tus peligros, y aun de vestirte, como Celestial Madrina, el habito de
Tercera Franciscana que ella misma te previno de la Fabrica del Cielo; yo te ruego, Rosa devotísima y muy amable, que por tan
singulares favores que recibiste de la Princesa de los Cielos y de la tierra,
me alcances una devoción a esta Clementísima Madre y Señora nuestra, tan digna
de su grandeza y de su bondad, y de la santidad y fin de mi profesión
cristiana, que me haga amarla siempre con íntimos afectos de mi corazón,
servirla fiel y constantemente en cuanto es de su agrado, imitarla en la
solicitud con que ella guardó las palabras del Señor, y en las virtudes que practicó
en su servicio, confiarla todos sus trabajos, todas mis acciones y todos los
cuidados y temores de mi salvación, esperarlo todo de su amorosa y eficacísima
intercesión, llamarla en todas mis dudas, tentaciones y peligros, y morir en
sus brazos misericordiosos, invocando hasta mi último aliento su deliciosísimo
Nombre y el de su Divino Hijo, fuentes de pureza, de gracia, de consuelo y de
felicidad eterna. Amén.
—Rezar un
Padre nuestro y Ave María. La Oración y los Gozos se dirán todos los días.
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