Cuya Sagrada Imagen, insigne en milagros, se
veneraba en el Religioso Convento de los Padres Mercedarios Descalzos,
Redentores de Cautivos, de la ciudad de Granada; sacada de las obras de la
venerable Madre María de Jesús de Águeda.
Que ofrece a los devotos de la Reina del Cielo,
a petición de un alma devota de la Santa Imagen.
Escrito por Fray Miguel del Santísimo Sacramento, religioso de la misma
Orden e impreso en el año 1755.
COMENZAMOS: 16 de diciembre.
FINALIZAMOS: 24 de diciembre.
FESTIVIDAD: 25 de diciembre.
TIEMPO EN QUE SE HA DE HACER LA NOVENA, Y CON QUE
DISPOSICIÓN.
Por ser el tiempo en que la Santa Madre
Iglesia tiene decretado, para la celebridad del, dichoso Nacimiento del Hijo de
Dios humanado, tan apropósito, para considerar con ternura, tan gran Misterio: me ha parecido, que los devotos de MARÍA Santísima, de
Belén, la consagren su santa Novena en la Fiesta, y Pascua del dichoso
Nacimiento; comenzando la Vigilia, y concluyéndola el día octavo. Pero
sino hubiere oportunidad en este tiempo, o por enfermedad, o por otro legitimo
impedimento, la podrán hacer en cualquier tiempo, que les sea menos gravoso
para sus dependencias. Comenzándola, si pudiese
ser, el sábado, día dedicado a MARÍA Santísima y por qué habiendo Cristo, Señor
Nuestro, nacido en Domingo, en sentir de la Venerable Madre María de Jesús: con esto se comenzará víspera del Nacimiento.
Para esta santa Novena no se
pide más, que dos Comuniones la
primera, el día que se empezare; y la segunda, el de su
conclusión. Si la devoción de los devotos que la hicieren, quiere
agregar otros Ejercicios: como ayunos, limosnas, etc. lo podrán hacer. Pero no
se les pide; pues la experiencia nos enseña, que se deja de hacer otras, por
los que las cargan de Ejercicios.
Esta santa Novena (si
tuviere oportunidad) se tendrá en esta Iglesia, delante
de la Santísima imagen de Nuestra Señora de Belén; y sino cada uno en su casa,
delante de alguna imagen de Nuestra Señora. Y los Enfermos (si lo,
permitiere la enfermedad) en sus camas, haciendo les lean, si ellos no pudieren,
los Ejercicios, y Oraciones, como aquí se ponen; para que sanos, y enfermos,
ocupados, y desocupados, todos presenten a la Soberana Reyna sus corazones,
mediante estas Consideraciones, y Oraciones, para que su Majestad nos tenga
presentes, como a hijos suyos, que atendemos a su Culto y nos alcance del Real
Trono de la Trinidad Santísima una buena muerte, para que merezcamos venerarla
en la Patria por eterna felicidades, amén.
COMENZAMOS LA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE BELÉN
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos Señor
✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠,
y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, de todo corazón me pesa de haberos ofendido, por ser Vos
quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas del Cielo y de la tierra. Con
todas veras propongo el hacer una buena confesión y el no volver más a pecar,
como también el desviarme y dejar todo cuanto me diere motivo y fuera causa
para ofenderos. Y
espero con firmeza me habéis de perdonar y conceder vuestra divina gracia para
recuperar en lo que me resta de vida lo mucho que he perdido en la pasada. Amén.
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS
DÍAS.
Soberana
Señora, Emperatriz de los Cielos y Tierra, Estrella refulgente del Mar, que
alumbras a los errados navegantes hijos de Adán: Yo, el más indigno de todos
ellos, me postro ante tu sagrada imagen de Belén, venerándote en tu dichoso
Parto, como legitima, y natural Madre de Dios, y Virgen Purísima; y te suplico,
que, en esta Novena, que consagro a tus aras, te dignes de ser mi Madre, pues
lo eres de todos; y me alcances del Trono de tu Santísimo Hijo, pureza de
Intención, y conformidad con su Santísima voluntad, para que por tu Santísima
intercesión sean mis ruegos, y suplicas oídas de su piedad, para que
venerándote en esta vida, ante tu Santa Imagen te adore eternamente en la
gloria. Amén.
—Luego se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
DÍA PRIMERO (16 de diciembre).
Entrada de María Santísima en el portal de Belén.
Considera, como, habiendo llegado la Reyna del
Cielo con el Verbo Divino en sus purísimas entrañas, en compañía de su
Castísimo Esposo José, a la Ciudad de Belén y no hallando acogida en
sus Moradores, se vio precisada a recogerse en una cueva, que estaba fuera del
lugar, y servía de acogerle a ella los Pastores con sus ganados. Y conociendo
con luz superior, el Misterio, que en ella quería el Altísimo celebrar,
determinó limpiar con sus manos Virginales, aquella estancia, que luego había
de ser Trono Real, y Propiciatorio Sagrado; porque ni
a ella le faltase ejercicio de humildad, ni a su Hijo unigénito aquel culto y
reverencia, que era, el que en tal ocasión podía prevenirle por adorno de su
Templo.
ORACIÓN.
Oh
Soberana Señora, Maestra de la humildad; Yo te suplico por las acciones
humildísimas, que ejercitasteis en el Portal de Belén, limpiando con tus
Virginales manos las inmundicias de aquella estancia; me alcancéis de tu Santísimo Hijo la virtud dé la
humildad, y que limpie mi alma de las inmundicias de la culpa, para que le
ofrezca digno hospedaje en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
GOZOS
Pues al Padre universal
Inclinan vuestros amores:
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Puerta del Cielo gloriosa,
Del mar refulgente Estrella,
De todo un Dios Madre bella,
Virgen siempre misteriosa,
Como Reina poderosa.
Del Imperio celestial.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Iris de paz más perfecto,
Que el nombre de Eva borrasteis;
Ave que a Dios albergasteis.
Cuyo elogio a nuestro afecto
Enseñó el ministro electo
Entre el Coro Angelical.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Lima sagrada que vienes
A romper nuestras prisiones,
Para que los corazones
Os tributen parabienes,
Cuando entre celestes bienes
Están exentos del mal.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Piadosa Madre mostrad
Al que ser quiso Hijo vuestro,
Para ser Redentor nuestro,
Vuestros ruegos presentad:
En fin, de nuestra humildad
Como Abogada especial.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Virgen singular y templo
De pureza y santidad.
De la culpa nos librad,
Y alcanzad que vuestro ejemplo
Sigamos, pues os contemplo
Con poder universal.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Concédenos, que seamos
De corazón limpio y puro,
Y que el camino seguro.
En esta vida tengamos.
Para que a JESUS
veamos
Nuestra alegría total.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Y para fue en decoroso
Sacrificio reverente,
A Dios Padre Omnipotente,
Y al Hijo sabio y piadoso,
Y al Espíritu amoroso
Demos alabanza igual.
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
Pues al Padre universal
Inclinan vuestros amores:
Rogad por los pecadores,
Madre de Dios del Portal.
℣. Después
del parto, oh Virgen, permanecisteis inviolada.
℟. Madre de
Dios, interceded por nosotros.
ORACIÓN
Oh
Dios, que
por la fecunda virginidad de la bienaventurada María, disteis al género humano
los tesoros de la salvación eterna; concedednos, os
rogamos, que experimentemos en favor nuestro la intercesión de Aquella por
quien merecimos recibir al Autor de la vida, nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que con Vos vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por todos
los siglos de los siglos. Amén.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del
Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO (17 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración Preparatoria
para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
LLEGADA DE SU PARTO DICHOSO Y AFECTOS QUE EJERCITO
PARA DISPONERSE A ÉL.
Considera, como estando la Sagrada Reyna en
altísima contemplación, y Sagrado, y elevadísimo éxtasis de las grandezas y
finezas, que el Altísimo determinaba hacer con el humano linaje; la declaró el
Divino Verbo, como era llegado el tiempo de salir al mundo de tu Virginal
Tálamo, y el modo como había de ser cumplido, y ejecutado. Y luego la Divina
Princesa se postro ante el Trono Real de la Divinidad, y dándole gloria,
magnificencia, gracias y alabanzas por si, y las que todas las criaturas le
debían por tan inefable misericordia, y dignación de su inmenso amor: pidió a su Majestad nueva luz, y gracia para obrar
dignamente en el servicio: obsequio, y educación del Verbo humanado, que había
de recibir en sus brazos, y alimentar con sus virginales pechos.
ORACIÓN.
¡Oh
Soberana y Emperatriz de los Cielos! Norma, y Modelo del agradecimiento: yo te
suplico, por aquél encendido afecto con que, en nombre tuyo, y de todo el
humano linaje, rendiste a la Majestad Suprema del Eterno Padre las debidas
gracias, por el singular favor, que le hizo en darnos humanado a su Hijo
Unigénito, y por la nueva luz, que le pediste, para servirle, criarle, y
alimentarle: me
alcancéis de su Majestad, que mientras viviere me emplee en alabar, bendecir, y
darle gracias por este tan singular beneficio, y por los muchos, que de su mano
he recibido, y perseverancia en su santo servicio, mediante el cumplimiento de
su Santa Ley y Mandamientos. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te Salve Madre de
Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te Salve, Templo, y
Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA Santísima Señora
nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer instante de tu
Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA TERCERO. (18 de diciembre)
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
JÚBILOS Y DIVINOS AFECTOS QUE SINTIÓ MARÍA
SANTÍSIMA AL MOVIMIENTO DEL NIÑO PARA NACER.
Considera, como volviendo la Reyna del Cielo de aquel sagrado rapto, en
que según una sierva suya, se le mostró la visión Beatífica; recobrada a sus
sentidos reconoció, que el Cuerpo del Niño Dios se movía en su Virginal Vientre,
soltándose, y despidiéndose de aquel natural lugar, donde había estado nueve meses,
y se encaminaba a salir de aquel Sagrado Tálamo, cuyo movimiento causó en su Majestad
(en vez de los dolores, y penas, que
sienten las otras madres) incomparable avenida de Júbilos y
alegrías, y afectos tan divinos, y levantados, que sobre exceden a coda ponderación;
comunicándole a su Virginal Cuerpo, volviéndolo más resplandeciente, que los
rayos del Sol. Y con el semblante gravísimo, con
admirable Majestad, y el afecto inflamado, y fervorosa puesta de rodillas en el
Pesebre, los ojos elevados al Cielo, las manos juntas, y elevadas al pecho, el
espíritu elevado en la Divinidad, y toda ella deificada en el término de aquel
Divino rapto, dio al Mundo, la Eminentísima Señora, al Unigénito del Padre, y
Suyo, y nuestro Salvador Jesús, Dios, y Hombre verdadero, para bien de todos, a
la media noche.
ORACIÓN.
¡Oh
Soberana Señora, y Madre Virgen!, que en tu dichoso Parto fuisteis la
Nave, que de los Cielos condujisteis al Divino Pan de los Ángeles al Puerto de
este Mundo, causando tan dichoso desembarco soberanas, y divinas mutaciones en
tu alma y en tu cuerpo.
Yo te
Suplico por la dignidad de Madre Virgen con que resplandeciste en este Sagrado
Misterio, que salga yo de la Sagrada Comunión transformado en nueva criatura, y
que, desnudándome del viejo Adán, me vista del nuevo, que es mi Redentor
Jesucristo, que se dignó a nacer por mí. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA CUARTO (19 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS Y EFECTOS DE LAS PRIMERAS
VISTAS ENTRE EL HIJO Y LA MADRE.
Considera, como habiendo nacido el Niño Dios
en el dichoso Portal de Belén, fue recibido en las manos de dos Ángeles,
como Ministros y Sacerdotes primeros de aquel Divino pan, que nacía para abastecer
al Mundo, que según revelación recibida y aprobada fueron los Soberanos
Arcángeles San Miguel y San Gabriel y presentado a la Purísima y Virginales de MARÍA Santísima, más apreciable Trono para el Niño
que nacía, que el solio del Cielo empíreo, que dejaba. Y
al punto se miraron recíprocamente, Hijo, y Madre Santísimos, sintiendo ella el
corazón del Niño, y quedando juntamente herida y transformada en Él.
ORACIÓN.
¡Oh Soberana Madre de Pecadores! Girasol amante del mejor Sol, el Hijo del
Eterno Padre, que luego que le visteis nacido, fijasteis en él sus ojos
purísimos, despreciando todo lo visible, que adora el mundo; y le consagraste
tu corazón amante, para que te lo hiriese con sus divinos arpones.
Concédeme de este Divino Niño recién nacido, que
apartando yo mis ojos de lo fantástico de este mundo, los emplee en mirarle, y
contemplarle, para que por tu intercesión dichosa el se digne de mirarme, y
tenerme de su mano, para que no caiga en ofensas suyas. Amén.
Después
se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA QUINTO (20 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
PRÍMERAS PALABRAS QUE DIJO A SU MADRE EL NIÑO Y
RESPUESTA DE LA VIRGEN.
Considera, como después, que se vieron Hijo, y Madre con la mayor ternura, que se puede considerar,
prorrumpió el Divino Niño en estas tiernas palabras a su Santísima Madre: Madre, asimílate
a mí, que por el sér humano, que me has dado, quiero desde hoy, darte otro
nuevo ser de gracia más levantado, que siendo de pura criatura, se asimile al mío,
que soy Dios, y hombre, por imitación perfecta. A cuyas dulces
palabras respondió la prudentísima Señora: Llévame Señor, y tras de ti correremos en el olor de tus
ungüentos.
ORACIÓN.
Soberana
Señora, que por tu altísima
Santidad mereciste ser la primera Discípula del Maestro dé la vida tu dulcísimo
Hijo y como tal apreciaste el modo de asimilarte a él, por imitación perfecta y
te ofreciste a correr cual ciervo tras el olor de sus virtudes.
Concédame, Soberana Señora
que de tal fuerte disponga yo el gobierno de mí vida, que no discrepe un punto
de la tuya, para que siempre corra en tu seguimiento, hasta gozarle, sin temor
de perderle, en la eterna Patria. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA SEXTO (21 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
MARÍA SANTÍSIMA, PIDE PERMISO AL ETERNO PADRE,
PARA RECIBIR EN SUS MANOS A SU HIJO SANTÍSIMO.
Considera, como oyó la Serenísima Reyna del Cielo la voz del Eterno Padre, que decía: Ese es mi Hijo
muy amado en quien recibo grande agrado, y complacencia.
Y la prudentísima Señora, divinizada toda entre tan encumbrados
Sacramentos, respondió, y dijo: Eterno Padre, y Dios Altísimo, Señor, y Creador del Universo,
dadme de nuevo vuestra licencia, y bendición para que con ella reciba en mis
brazos al deseado de las gentes, y enséñame a cumplir en el Ministerio de Madre
indigna, y de esclava, fiel vuestra voluntad.
Y oyó luego una voz, que la decía: Recibe a tu Unigénito Hijo imítale, y críale, y advierte,
que me le vas de sacrificar cuando yo te lo pida. Aliméntale como Madre, y
reveréncialo como a tu verdadero Dios.
ORACIÓN.
¡Oh
Soberana Señora! Fuente de toda pureza, que hallándote indigna de tener en
tus brazos purísimos a tu Hijo precioso, pediste para ello licencia con profunda
humildad al Eterno Padre, y se te fue concedida, con cargo de volverle sacrificado
cuando su Majestad lo pidiese.
Concédeme, Soberana Señora, el divino
beneplácito, para que yo reciba, con pureza del alma, y cuerpo, este Divino
Niño en mi indigno pecho en la Sagrada Comunión, y le haga entrega total de mi
alma, potencias, y sentidos, con tendido afecto, todas las veces, que quisiere
servirse de ellas en cosas de su divino agrado. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA Santísima
Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer instante
de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA SÉPTIMO (22 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
MARÍA RECIBE A SU SANTÍSIMO HIJO DE LAS MANOS DE
LOS ÁNGELES.
Considera, como la Soberana Reyna (ávida la licencia del Eterno Padre)
puesta de rodillas recibió de las manos de los Ángeles, su Hijo precioso. Y
cuando le vio en las suyas, le habló, y le dijo: Dulcísimo amor mío, lumbre de mis ojos y ser
de mi alma, venid en hora buena al Mundo. Se justicia, para desterrar las
tinieblas del pecado y de la muerte. Dios verdadero de Dios verdadero, redimir
a vuestros siervos y ven toda carne a quien le trae la salud. Recibid para
vuestro obsequio a vuestra esclava y suplid mi insuficiencia para serviros.
Hacedme, Hijo mío tal como queréis que sea con vos.
ORACIÓN.
Soberana
Señora, por la dulcísima miel, que destilaron tus purísimos labios, cuando
teniendo en tus Virginales brazos a tu Hijo precioso, le diste la bienvenida a
este Mundo, para remedio, de todos los hijos de Adán, y de nuevo te consagraste
a servirle como Esclava suya.
Te suplico, pongas virtud expedita en los míos,
para que eternamente me ejercite en rendirle alabanzas, y loores; por el
beneficio incomparable de haberle, hecho Hombre por mí. Y me conceda la gracia
de cortarme a medida de su corazón para que el mío le emplee cada día más, y más,
en amarle y servirle, hasta que se una con el suyo en la patria de la Gloria. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA OCTAVO (23 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
OFRECIMIENTO QUE HIZO MARÍA SANTÍSIMA AL ETERNO
PADRE.
Considera, como luego, que la Reyna del Cielo tuvo
en sus brazos a su Hijo Santísimo, lo ofreció al Eterno Padre, como Sacerdotisa
Soberana con estas tiernísimas palabras: Altísimo creador del Universo aquí está el Altar y el
sacrificio, acepto vea vuestros ojos. Desde este punto, Señor mío, mirad al
linaje humano con misericordia y cuando merezcamos vuestra indignación, tiempo
es que se aplaque con vuestro Hijo, y mío. Deseanse ya la justicia, y
magnifíquese vuestra misericordia, pues para esto se ha vestido el Verbo Divino
la similitud de la carne del pecado, y se ha hecho hermano de los mortales, y
pecadores. Por este título los reconozco por hijos y pido con lo íntimo de mi
corazón, por ellos, a quienes no negaré mi amor, ni cuidado, y desvelo para su
remedio. Recibid Eterno Dios, mis deseos, y peticiones, para lo que es de
vuestro mismo agrado y voluntad.
ORACIÓN.
Soberana Señora, Madre, Abogada de los
pecadores, que, como Sacerdotisa Soberana, ofreciste al Eterno Padre a
su Hijo, y suyo, como precioso Arco iris, que templaste sus divinos enojos y
ajustaste las paces con ellos.
Concédenos, Señora, tu sagrado patrocinio, ahora,
y en la hora de mí muerte. Y cuando lo exorbitante de mis yerros, y feas
abominaciones, más provocaren la indignación divina, le presentéis la victima
agradable de tu precioso Hijo, como infinita satisfacción, para que benigna tu
misericordia, me lo perdone y por tu sagrado patrocinio, é intercesión, me
conceda gozarte en tu compañía en la Patria de la gloría. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
DÍA NOVENO (24 de diciembre).
—Por la Señal...
—Acto de Contrición, Oración
Preparatoria para todos los días.
—Se rezan nueve Ave Marías, en memoria
de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e
inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…
CON GRAN REVERENCIA MARÍA SANTÍSIMA, ENVOLVIÓ AL
NIÑO DIOS Y LO RECLINÓ EN EL PESEBRE.
Considera como la Serenísima Reyna de los Ángeles, y prudentísima Madre Virgen pidió licencia a su mismo Hijo para sentarse, que
hasta entonces había estado de rodillas. Y ministrándola el Señor San José las
fajas, y pañales, que traían dé Nazareth, le envolvió en ellos con incomparable
reverencia, devoción, y aliño y así envuelto, fajado con Sabiduría Divina le
reclinó en el Pesebre como dice el Evangelista San Lucas, aplicando algunas pajas, y heno, a una piedra, para
acomodarle en el primer lecho, que tuvo Dios hombre en la tierra, fuera de los
brazos de su Madre.
ORACIÓN
Soberana
Señora, Reyna dé los Ángeles, y sacratísima Madre de Dios, Virgen poderosísima, que cubriste
con tus Virginales, y purísimas manos, la desnudez de aquel Señor, que viste
los cielos de luces, los campos de flores, dando a los hombres, y animales,
abrigo proporcionado contra las inclemencias del tiempo, y ministraste a su
humanidad santísima el abrigo de unas pobres mantillas, y pañales, sirviéndole como
a tu Hijo, y adorándole como a tu Dios.
Te suplico, Señora Divina,
por la pureza, y santidad con que a tu Hijo ministraste, le pidas, se sirva de
tener, de su mano santísima a todos los Sacerdotes, para que ninguno sea osado
a llegar a administrar el Altísimo, é incruento Sacrificio de su Cuerpo, y
Sangre, con impuras manos, antes todos transformados en Serafines abrasados,
por tu intercesión, de tal inerte se dispongan, y lleguen, que logren el fruto,
premio, y galardón de tan Sagrado Misterio. Amén.
Después se dice: Dios te Salve, Hija de Dios Padre. Dios te
Salve Madre de Dios Hijo, Dios te Salve Esposa del Espíritu Santo. Dios te
Salve, Templo, y Sagrario de la Santísima Trinidad. Dios te Salve, MARÍA
Santísima Señora nuestra, concebida sin mancha de pecado original, en el primer
instante de tu Ser natural. Amén.
—Luego un Padre Nuestro, y un Ave María.
—Seguidamente se hace los Gozos.
—Se rezan dos Ave Marías: una por las necesidades
de la Santa Iglesia, y otra por cuantos rezan esta Novena.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento
del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original.
—Después de podrá decir las Letanías y la
Salve.
LÁUS DEO.
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