domingo, 19 de enero de 2025

NOVENA EN HONOR A SANTA INÉS DE ROMA, MÁRTIR Y PATRONA DE LA MODESTIA CRISTIANA.

 


Novena basada en el tratado De virginitáte de San Ambrosio de Milán. Los gozos son tradicionales, sin autor ni fecha conocidos. Tomada de RADIO CRISTIANDAD.

 

COMENZAMOS: 12 de enero.

FINALIZAMOS: 20 de enero.

FESTIVIDAD: 21 de enero.

 

NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN Y MÁRTIR SANTA INÉS DE ROMA, PATRONA DE LA MODESTIA CRISTIANA

   

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE CONTRICIÓN

 

   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   ¡Oh virgen gloriosa Santa Inés!, vos que viviendo bajo la tiranía de la Roma pagana supisteis mantener la pureza bautismal, preservando de este modo el tesoro de la fe cristiana; vos que a los 12 años tuvisteis el valor viril de soportar el martirio para no traicionar vuestro voto de virginidad, conseguidnos la virtud de la templanza para vencer los asaltos de las pasiones y las asechanzas del enemigo en medio de la descomposición del siglo.

 

Procuradnos, os lo suplicamos, mantener viva la llama de la fe, conculcada por la indiferencia y la incredulidad del mundo. Y haced que estemos dispuestos a someternos a cualquier clase de sufrimiento antes que abandonar nuestro deber de estado.

 

Os rogamos, finalmente, por los méritos de vuestro Divino Esposo, ser llevados un día a la Gloria Eterna para cantar junto a vos sus misericordias. Amén.

 


DÍA PRIMERO - 12 DE ENERO.

 

   Celebramos hoy el nacimiento para el cielo de una virgen, imitemos su integridad; se trata también de una mártir, ofrezcamos el sacrificio. Es el día natalicio de santa Inés. Sabemos por tradición que murió mártir a los doce años de edad. Destaca en su martirio, por una parte, la crueldad que no se detuvo ni ante una edad tierna; por otra, la fortaleza que infunde la fe, capaz de dar testimonio en la persona de una jovencita.

 

Gracia a pedir: Alcanzadme, gloriosa Inés, que me conserve puro y limpio en medio de los escándalos del mundo.

 

—Rezar 12 Ave Marías en honor de los 12 años que duró la peregrinación de la virgen y mártir Santa Inés.

 

GOZOS EN HONOR DE SANTA INÉS


Ya que el célico esplendor

Logró tu martirio santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Tú, Inés, que en la eterna Roma

Flor naciste peregrina,

De su más bella colina

La más cándida paloma:

Tú, que en tu primer albor

Viste arder el fuego santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Ya modesta en tus abriles,

Dar al mísero consuelo

Y elevar preces al Cielo

Son tus goces juveniles:

Tú, a quien próvido fervor

Dio tan joven celo santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Casta Inés, ¿a cuál más tan bella

Que tu rostro al vergel humilla?

¿A cuál más espléndida estrella

Que sobre el Tíber brilla?

Para dar a Dios tu amor,

Que otro amor te causa espanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

  

Ni suspiros ni hondas penas

Rinden tu pecho, Inés pura.

Y en prisión lóbrega, oscura

Sufres bárbaras cadenas:

Y pues viste con valor

Del tormento el negro espanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Ya te arrastran a sus aras

A adorar ídolos vanos.

Mas, ¿qué logran los tiranos?

Que en tu fe te acrisolaras.

¡Oh Inés!, tú que allí con fervor

Viste el árbol sacrosanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Tú que al verte ya en el seno

De un lugar de culpa impuro,

Con la luz del Nazareno

Llegaste a puerto seguro:

Aquel sitio corruptor

Trocaste en asilo santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.                    

 

Procopio en vano te adora

Buscando ofrecer el mayor tesoro.

¿Qué valdrá para ti el oro

Ni la pompa seductora?

Tú, Inés, con cristiano fervor

Despreciaste el mundanal encanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

    

De amor ciego ardiendo en ira,

Vil Procopio se adelanta,

Queriendo profanarla, expira,

Humillado ante la santa:

Tú, que orando al Redentor

Enjugaste el triste llanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Aquel mísero, ante tu ruego

Levántase cual nuevo Lázaro,

De la fe sintiendo el fuego

Que la puerta abre del Cielo:

Tú, que del Juez sacrosanto

Templaste el duro rigor.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

  

Tú, que, al fin por hechicera,

Cuando fe pura proclamas,

Te ves, Virgen, en la hoguera,

Respetada de las llamas:

Por quien un ángel salvador

Al infiel llenó de espanto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

Y ya que al Cielo le plugo

Del martirio darte palma,

Recibiendo pura el alma

Al herir del cruel verdugo:

Aquel seno del candor

Que albergó solo amor santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

 

De pureza maravilla,

Que alba ciñes la corona,

Pura Inés, a quien la modestia

Tiene por Santa Patrona:

Pues a ti con gran fervor

Se consagra nuestro canto.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

   

Ya que el célico esplendor

Logró tu martirio santo.

Sé mi escudo con tu manto

Desde el trono del Señor.

         

. Ruega por nosotros, bienaventurada mártir Santa Inés.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN

 

   Dios todopoderoso, que elegís en el mundo a los más débiles para confundir a los más fuertes, haced, por vuestra bondad, que, celebrando la solemnidad de vuestra virgen Santa Inés, experimentemos los efectos de su protección junto a Vos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

NOVENA EN HONOR A SAN SEBASTIÁN MÁRTIR.

 


Novena tradicionalmente rezada en la ciudad de Tafalla (Navarra), corregida por el Lic. Don Gabino de Urra, Arcipreste de dicha ciudad, y publicada en la imprenta de Antonio Castilla en 1887, con licencia otorgada por el Obispado de Pamplona el 30 de Junio de 1886.

 

COMENZAMOS: 11 de enero.

FINALIZAMOS: 19 de enero.

FESTIVIDAD: 20 de enero.

 

NOVENA EN HONOR AL ESCLARECIDO MÁRTIR DE CRISTO SAN SEBASTIÁN, ABOGADO CONTRA LA PESTE Y FIEBRES MALIGNAS

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN.


   Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mi amabilísimo, en quien creo, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas; por ser Vos quien sois, la suma bondad, me pesa en el alma de haberos ofendido, y ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente enmendarme y confesar mis pecados, confiando en vuestra misericordia infinita me los perdonareis por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, y me otorgareis el don de la perseverancia final. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

 

   Ínclito mártir de Cristo, San Sebastián, defensor esforzado de la Fe, honor y gloria de la Iglesia católica; vos que fuisteis uno de los más distinguidos capitanes del Imperio romano, y de los más intrépidos soldados de la milicia de Dios; héroe insigne, con cuyas virtudes adornó el Cielo a la religión que profesamos; por cuyo medio extendió el culto cristiano y confundió a la idolatría; confiados en vuestra intercesión poderosísima para con el dador de todo bien, y seguros de la presteza con que acudís a favorecer a los que os invocan en sus necesidades de alma y cuerpo, nos postramos hoy ante vuestra presencia, y de lo íntimo de nuestros corazones os suplicamos elevéis nuestras peticiones al trono del Eterno, haciendo que por vuestros méritos sean bien despachadas. Rogad, pues, al Señor en nuestro nombre que exalte y propague la santa Fe católica, por la cual derramasteis vos vuestra sangre; que extermine todos los cismas y herejías; que haga que la Iglesia Romana triunfe de todos sus enemigos, que proteja a su Vicario en la tierra; que conceda paz y concordia a todos los Príncipes cristianos; que envíe la salud a los enfermos, el socorro a los menesterosos, el consuelo a los afligidos, y llene de un gran pavor a cuantos se hallan en pecado mortal para que se conviertan y confiesen sus culpas. Por último, pedidle, santo gloriosísimo, que nos otorgue a todos la gracia de perseverar constantemente en la observancia de su santísima ley hasta el fin de nuestra vida para merecer así cantar con vos sus alabanzas en el Cielo. Amén.

 


DÍA PRIMERO – 11 DE ENERO.


ORACIÓN PARA ESTE DÍA


   Gloriosísimo mártir San Sebastián, a quien destinó el Cielo para defensor de la Iglesia en las más crueles persecuciones con que fue afligida, y para ejemplo de fortaleza a los fieles de todos los siglos; ni la nobleza de vuestro nacimiento, ni la rara belleza de que os dotó el Señor, ni las distinciones y preeminencias que en la profesión de las armas os conquistó vuestro heroico valor, fueron bastantes para entibiar en vos el aprecio que siempre hicisteis de la religión del Crucificado, y pues que nosotros hemos sido fortalecidos en ella con tan excelentes ejemplos vuestros, os damos por ello las más cordiales gracias, y os felicitamos como a héroe dignísimo de aquella misma religión sacrosanta, gloria de la Iglesia universal y honor del pueblo cristiano, que hoy se postra en vuestra presencia y os dirige sus votos y plegarias para que las elevéis al trono del Señor. Dignaos, pues, alcanzarnos de su Divina Majestad un ferviente amor y una adhesión constante a esta santísima Religión cristiana en que tuvimos la dicha de nacer, y por cuya defensa os visteis vos amarrado a un leño y traspasado de saetas vuestro cuerpo. Conseguidnos también la gracia especial que por vuestra intercesión le pedimos en esta Novena, si es para gloria suya, honra vuestra y bien de nuestras almas. Amén.

    

—Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y se pedirá al Santo la gracia que se desee alcanzar por su intercesión.

   

DEPRECACIÓN

 

   Eterno Dios, que para inspirarnos el debido aprecio de la Religión en que únicamente queréis ser adorado, la habéis enriquecido con el infinito tesoro de la Sangre de vuestro Unigénito; y que llenando sus templos de vuestra Majestad santísima, habéis colocado en ellos el verdadero propiciatorio en que gustáis ser aplacado con los votos humildes de los fieles y los sacrificios que os ofrecen vuestros ministros: Vos, Señor, que sin ningún mérito nuestro nos habéis separado de la multitud de infieles que parecen fuera de vuestra Iglesia, grabando por medio del bautismo en nuestras almas un indeleble carácter que nos distingue de aquellos; que habéis ennoblecido la Fe que entonces recibimos, y que por dicha nuestra profesamos, con la verdad de la Revelación y la fidelidad de vuestras promesas, aceptad benigno las gracias que os damos por la grande estima que de esa misma Religión infundisteis en el corazón de vuestro siervo, San Sebastián, y haced que como él la apreció, así también la apreciemos nosotros, poniendo nuestra mayor gloria en conformarnos con sus preciosas máximas y sapientísimos preceptos, y acatando en todo las decisiones de vuestra santa Iglesia, en cuyo gremio queremos vivir y morir para gozar eternamente de Vos, de vuestro Divino Hijo y del Espíritu Santo, que de ambos procede, y que con ambos vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

  

GOZOS

 

Pues la Iglesia os ha nombrado

Contra la peste Patrón:

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Narbona os dio en vuestro padre

Su más ilustre nobleza;

Gallardía y gentileza

Milán os dio en vuestra madre,

Y fue en vos timbre heredado

De la fe el noble blasón

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

   

Cuando de otros la codicia

A excesos mil se abalanza,

Vos aspiráis a una lanza

Del Imperio en la milicia,

De Capitán con el grado

Comandáis una Legión.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

De vuestro escuadrón al frente

Para hacer de vos ensayo

Os dejáis ver como un rayo

Intrépido, vivo, ardiente:

Sois de todos respetado

Como el más fuerte campeón.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

   

Vio a sus banderas triunfar

Roma con ventajas sumas,

Porque a sus águilas plumas

Disteis vos para volar:

Todo enemigo postrado

Se os rindió a discreción.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

   

De vuestros hechos la historia

Para blasón militar

En vuestro escudo grabar

Pudo muy bien la victoria.

Ya que siempre denodado

Vencisteis en toda acción.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

   

Halló el Imperio trocada

Su suerte desde que vos

A los Reales de Dios

Hicisteis la retirada,

Porque fuisteis dominado

De otra más noble ambición.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Con rabia la idolatría

Os vio pisar sus laureles,

Y de la legión de infieles

Pasar a otra compañía,

En que la Iglesia os ha dado

De su milicia el pendón.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

 

Vuestra belleza fomenta

Con luz prodigiosa el Cielo,

Cuando vuestro ardiente celo

A los mártires alienta:

Nadie gime atribulado

A quien no deis protección.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

   

La superstición hollada

Bajo vuestros pies gimió,

Y bien a su pesar vio

La fe de Cristo exaltada:

Los que por vos se han salvado

Casi innumerables son.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

A vos os deben su gloria

Marco y Marceliano hermanos,

Pues pusisteis en sus manos

La palma de la victoria:

Cristo de ángeles rodeado

Os premió tan noble acción.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Con furiosa y cruel saña

Manda Diocleciano airado

Que muráis asaeteado

En medio de la campaña;

Mas por muerto abandonado,

Vivís para más pasión.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Después con mayor ahínco

Os presentáis al tirano,

Quien en su furor insano

Manda llevaros al circo,

Y luego allí apaleado,

Voláis a eterna Sión.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Cuantos en la enfermedad

De la peste os invocaron

En vos remedio encontraron

Contra tal calamidad;

Por eso sois aclamado

Contra ella por Patrón.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

 

No sólo en la peste el Cielo

A vuestros ruegos atiende;

Por ellos de allí desciende.

En toda aflicción consuelo:

Díganlo los que han probado

Vuestra eficaz protección.

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Pues la Iglesia os ha nombrado

Contra la peste Patrón:

Sed con vuestra intercesión,

Sebastián, nuestro abogado.

  

Antífona: Este Santo, por la ley de su Dios luchó hasta la muerte, y no temió a la palabra de los impíos: porque fundado estaba sobre firme piedra.

. Ruega por nosotros, bienaventurado San Sebastián.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

  

ORACIÓN

 

   Oh Dios, que por los méritos de tu Beatísimo y Gloriosísimo mártir San Sebastián revocaste entre los hombres la peste mortífera: concédenos propicio, a cuantos recordamos su memoria, seamos libres de toda peste, tribulación y muerte súbita. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.