Novena
compuesta por frey Julián Antonio de Alique y Esteban, capellán de la orden de
San Juan de Jerusalén y del cabildo de San Ildefonso, y prior de la iglesia de
San Gil en Huete (Cuenca); e impresa en Madrid por Benito Cano en 1803. Don
Luis María de Borbón y Vallabriga, Cardenal protopresbítero de Santa María de
la Escala, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, y administrador
apostólico del Arzobispado de Sevilla, concedió cien días de Indulgencia a todos
los fieles que concurran devotamente a esta Novena; y Mons. Ramón Falcón y
Salcedo, Obispo de Cuenca, concedió además otros cuarenta días de Indulgencia.
Puede rezarse en cualquier momento del año, especialmente en preparación al 27
de Diciembre (fiesta litúrgica) y al 6 de Mayo (martirio en la Puerta Latina de
Roma).
COMENZAMOS: 18 de diciembre.
FINALIZAMOS: 26 de diciembre.
FESTIVIDAD: 27 de diciembre
(Fiesta Litúrgica)
NOVENA DEL
GLORIOSO APÓSTOL Y EVANGELISTA SAN JUAN.
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo Jesús mío, por ser tan bueno como sois, me pesa en el alma de haberos ofendido, y propongo con vuestra divina gracia nunca más pecar, prefiriendo antes perder mil vidas que tuviera, que cometer un solo pecado. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Omnipotente Señor,
que sin dejar la diestra de tu eterno Padre, bajaste de los Cielos a la
tierra, y tomando carne mortal en el vientre de María, te apropiaste nuestras
miserias, sin menoscabo de tu infinita majestad, y fundaste la Santa Iglesia
sobre el fundamento de los Profetas y Apóstoles, para que sirviese de redil al
pueblo cristiano, que debía congregarse en ella de todas las naciones del
mundo, yo te suplico por los infinitos méritos de
tu Pasión Sacrosanta, por los de tu Sacratísima Madre María, y por los de los Santos
Apóstoles, primeras columnas de la militante Iglesia, y fieles mensajeros de tu
sagrada doctrina, finalmente, por los de todos los Santos y Santas de la Corte
celestial, que defiendas a esta misma Iglesia de todas las borrascas con que
sus enemigos la combaten, alejes de ella toda iniquidad, des celo a sus
Pastores, y luz sobrenatural, para mantener la pureza de la fe y la integridad
de las costumbres. También te pido por la prosperidad de todos los reinos
católicos, y señaladamente el de España, por la salud de nuestros católicos
reyes, por el buen orden de los pueblos y familias, por la paz y concordia de
los príncipes cristianos, y por la extirpación de todas las herejías en el
mundo, para que en él sea reverenciado y adorado solamente tu santo y terrible
nombre. Y para apoyar mi confianza, yo te presento los grandes merecimientos de
tu más querido discípulo, el Apóstol y Evangelista San Juan, por cuya
intercesión espero conseguir lo que en esta santa novena pido y suplico, si ha
de ser para mayor honra tuya y bien de mi alma. Amén.
—Se rezará
tres veces el Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri: Después haciendo una breve pausa, cada uno pedirá a Dios por la
intercesión del Santo Evangelista aquello que más necesite, y es el fin de
hacer la novena, advirtiendo que los bienes espirituales se piden
absolutamente, y los temporales bajo la condición de si convienen.
DÍA PRIMERO – 18 DE DICIEMBRE.
ORACIÓN PARA EL DÍA
PRIMERO
¡Oh
glorioso Apóstol y sagrado Evangelista San Juan!, fiel
discípulo de la sabiduría del Eterno Padre, escogido de Dios para el alto
ministerio de enseñar al mundo la ley y la doctrina del Crucificado, y uno de
los primeros llamados para seguir a Jesucristo, yo te
suplico por aquella prontitud con que abandonaste tus redes y ejercicio de
pescador, con el que ayudabas al mantenimiento de tus pobres padres, y seguiste
las divinas inspiraciones, que me alcances de la infinita bondad un ánimo
pronto y resuelto para dejar por Dios todas las cosas de este mundo, anteponiendo
su amor y servicio a todo lo terreno y caduco, siguiendo sus santas
inspiraciones y cooperando con todas mis fuerzas, sentidos y potencias a su
mayor honra y gloria: obediencia y sumisión a mis mayores y superiores,
respetándolos y reverenciándolos como depositarios de la autoridad y
superioridad de mi Dios y Criador, en cuyo nombre mandan y gobiernan los
grandes potentados del mundo, los superiores y jefes de la Iglesia, los padres
de familia, y todos los que ejercen justamente alguna superioridad sobre sus
semejantes, para que cumpliendo yo a imitación tuya con todos estos deberes que
enseña y manda la religión cristiana a todos sus profesores, sea digno de
acompañarte después de esta vida mortal por toda la eternidad en la gloria. Amén.
GOZOS DEL SANTO
EVANGELISTA SAN JUAN
Discípulo
el más amado
Juan,
del Divino Maestro,
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Virgen
Juan tan escogido
Fuiste
tan privilegiado,
Que
quedas santificado,
Aun
antes de haber nacido,
Otro
Juan favorecido
Solo
fue en el mismo grado*.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Lugar
de tu nacimiento
Fue
Bethsaida, en Galilea,
Que
entiende la frase hebrea
Casa
de mantenimiento.
Belén
por raro portento
Lo
es del pan más regalado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Eres
claro descendiente
De
David: deudo cercano
Del
Redentor Soberano,
Su
Discípulo eminente
Y
en todo perfectamente
Es
de tu amor imitado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Juan
te pusieron por nombre,
Juan
que gracia significa,
Como
el suyo Cristo explica,
Siendo
Salvador del hombre.
Y
por lo mismo el renombre
Te
conviene de agraciado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Estabas
alrededor
De
tu barco y de tus redes
Con
tu hermano, y las mercedes
De
Jesús, pesca mejor
Os
prepara, y pescador
Te
hicieron más consumado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Pues
que todo lo dejaste,
Dijo
Jesús de amor lleno,
«Te
llamarás Hijo del trueno,
Si hasta aquí
Juan te llamaste».
Así
lo verificaste
Con
celo el más abrasado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
En
la amenidad frondosa
De
la Iglesia militante
Es
azucena fragante
Tu
virginidad preciosa:
Puro
lirio, intacta rosa,
Y
adorno el más delicado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Quiso
tu abrasado celo
Contra
los habitadores
De
Samaria, abrasadores
Rayos
bajasen del cielo,
No
dando entrada su suelo
Al
Salvador adorado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Ser
testigo mereciste
De
la gloria del Tabor;
Fue
justo, pues del dolor
También
del Gólgota fuiste:
De
él al mundo entero diste
Testimonio
nunca dado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
¡Oh qué
singulares dones!
¡Oh qué sublimes
dulzuras!
¡Oh qué
caricias tan puras!
¡Oh qué
inmensas perfecciones!
Cuando
en la cena te pones
Contra
el pecho de tu amado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Cristo
de la cruz pendiente,
Cerca
ya de la agonía,
Hijo
te hace de María,
Y
a esta Señora, clemente
Madre
tuya: reverente
La
admites regocijado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Qué
bien que verificaste
Lo
que al Señor ofreciste,
Cuando
su cáliz bebiste,
Y
al pie de la cruz te hallaste.
Todo
a pechos te le echaste
Mirando
al crucificado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Desde
tan feliz momento
Veinte
y tres años viviste
Con
tan dulce Madre; y fuiste
Cual
Obed Edom, contento
Del
arca del Testamento
Guarda
más afortunado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Plausible
convencimiento
Diste
al pueblo congregado,
Que
es Dios el crucificado,
Dando
a un cojo movimiento,
Que
lo era de nacimiento,
Juan,
de Pedro acompañado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
El
cáliz que tu deseo
Quiso
en la puerta Latina
En
una ferviente tina
Apurarle,
según creo,
Para
ti en dulce recreo
Celestial
fue transformado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Después
en las soledades
De
Patmos cuando escribiste
Tu
Apocalipsis, nos diste
Las
recónditas verdades
De
sabias profundidades,
Profeta
el más elevado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Águila
te remontaste
Con
el más rápido vuelo
Desde
la tierra hasta el cielo
Virgen
Juan, cuando formaste
Tu
Evangelio y nos dejaste
Tesoro
tan acendrado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Cierto
joven afligido
Con
necesidad acerba
Miró
un puñado de hierba
En
tu mano convertido
En
oro, y fue socorrido
De
tu paternal agrado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Un
número prodigioso
De
muertos resucitaste,
Y
a todo el Asia admiraste,
Taumaturgo
milagroso:
Su
padre el más afectuoso
Y
su más digno prelado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Tu
ancianidad determina
Morir
en la sepultura,
Y
allí mismo una luz pura
Y
radiante te ilumina.
Muerte no: fue
expresión fina
Del
amante con su amado.
Te hacemos
Protector nuestro,
Evangelista
sagrado.
Antífona: Veis aquí a mi querido niño, a quien yo
escogí, y sobre el que puse mi Espíritu.
℣.
San Juan bienaventurado mucho debe ser honrado.
℟.
Porque en la cena del Señor sobre su pecho fue
recostado.
ORACIÓN
Oh Dios, que miras que por todas partes nos cercan
nuestros males: concédenos propicio que seamos defendidos
de ellos por la intercesión de San Juan, tu Apóstol y Evangelista. Por los
méritos de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del
Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO – 19 DE DICIEMBRE.
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
SEGUNDO
Oh gloriosísimo Evangelista San Juan, luz
de la Iglesia y honor del Colegio apostólico, yo te venero y reverencio
recostado en el pecho de tu Amorosísimo Maestro, mi Señor Jesucristo, después
de haber recibido en la postrera cena su Cuerpo santísimo, favor no concedido a
otro alguno de los escogidos, donde bebiendo de aquella fuente de la vida
eterna los más admirables y recónditos misterios de la Divinidad, de tal suerte
y con tanta abundancia te llenaste de ellos, que rebosaron por toda la Iglesia,
siendo tus palabras y tu pluma el arcaduz por donde todos los fieles los
gozamos, fecundando a la misma santa Iglesia con tan divinas y soberanas
corrientes. Suplícote, amado de mi corazón, que por tu
intercesión alcance yo a beber de aquella agua de la vida, que corre del
soberano pecho de Jesús, y que todos los cristianos nos aprovechemos de tan
inmensos e inestimables raudales para lavar y purificar con ellos todas
nuestras manchas e imperfecciones, y recibir en esta vida dignamente el
Santísimo Sacramento del altar. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA TERCERO – 20 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
TERCERO
Oh águila
remontada y celestial, no solo por la sublimidad de tu ciencia, sino
también por la grandeza de tu amor, que anidaste en el monte Calvario,
colocando tu amante corazón sobre la palma de la santísima Cruz, en compañía de
la Serenísima Reina de los Cielos, cuando viste padecer en ella a la majestad
de tu amante y amado Jesucristo, Señor nuestro: donde fueron tus tormentos tan
crecidos, que a un mismo tiempo padeciste tres cruces: la de Jesús viéndole
padecer tan sin culpa; la de la Virgen Santísima, considerando atravesada su
alma, y herido su corazón con el cuchillo que profetizó Simeón, y la tuya que
hirió tu alma llenándola de compasión a vista de tan inocentes víctimas, no
como el ingrato Absalón, sino como el más agradecido y fiel discípulo del
Soberano Maestro. Suplícote, amado de mi alma, que me
alcances del Señor un profundo sentimiento de sus acerbísimos dolores, de los
de la Virgen María, y de los tuyos; y que sea tan vehemente, que parta mi
corazón de pesar por haber ofendido con mis culpas a tan amable e infinita
bondad, siendo ellas la causa de tan crecidos tormentos.
Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA CUARTO – 21 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
CUARTO
Oh regalado
discípulo de mi Señor Jesucristo, que lograste aquel favor tan grande,
que no alcanzó a otro alguno de los nacidos, como fue que el soberano Redentor
(aun en medio de tantos tormentos como padecía) cuidase tanto de ti, en
atención a tu virginidad y pureza, que estando al pie de la cruz te dio por
madre a su misma Santísima Madre, señalándote por hijo de tan soberana Reina, y
por hermano suyo, para que hicieses sus veces, y suplieses su ausencia
sirviendo de alivio y consuelo a tan sola, dolorida y afligida Señora, y fueses
su fidelísimo Capellán y Custodio mientras estuviese en este mundo. Suplícote
por aquel amor con que la Reina del mundo te amo, y por aquel con que tú la
serviste, reverenciaste y veneraste, trayéndola siempre en tu compañía, me
alcances de su divina Majestad una devoción grande, tierna y fervorosa con la
Santísima Virgen María, a fin de que conservándome en toda pureza pueda
alistarme en el número de sus hijos. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA QUINTO – 22 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
QUINTO
Oh Apóstol santo, en quien con particularidad
admirable descansó el Espíritu del Señor, por aquella indecible alegría que
recibió tu bendita alma cuando habiendo llegado a tu noticia la gloria, triunfo
y resurrección de tu Maestro, saliste corriendo con el Apóstol San Pedro a
visitar el sepulcro en que fue depositado el cuerpo del Redentor y tú cómo más
amante le ganaste en la carrera, porque tu grande amor te dio alas para volar,
si a Pedro el suyo le dio pies para correr; y si entró Pedro primero en el
sepulcro fue porque había de morir primero. Suplícote humildemente me
alcances de tu amante y amado Jesús un amor que no solo corra, sino que vuele
para hacer las cosas pertenecientes a su santo servicio, para que cuando este
miserable cuerpo descanse en la sepultura, mi alma sea conducida al paraíso de
las eternas delicias. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SEXTO – 23 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
SEXTO
Oh sagrado Evangelista y diligente sembrador
de la palabra de Dios, que habiendo fundado las siete
Iglesias de Asia, de las cuales eres reconocido por Patriarca y fundador, y que
estando, en Éfeso en compañía de la Reina de los Cielos y Madre tuya, fuiste
aprisionado por el cruel Domiciano, y desde allí conducido a Roma, ligado con
una fuerte y pesada cadena: donde, como dice Tertuliano, te metieron en una
tina de aceite hirviendo, para que allí perdieses la vida por invencible
Confesor de la fe del Crucificado, más por un patente milagro de la Omnipotencia
de Dios, no solo saliste vivo y sin lesión, sino más remozado, más puro y
vigoroso: lo cual fue causa de que fueses desterrado a la Isla de Patmos: suplícote
con todas las veras de mi alma, que aquella cadena de tu prisión me ponga en
libertad de toda culpa por tu intercesión, y el aceite de tu martirio me sirva
de fomento, para que siempre arda en mi alma la lámpara de la caridad de Dios y
de mi prójimo, y así mismo en todos vuestros devotos: y finalmente, que por
vuestro destierro seamos conducidos a la compañía de los Ángeles y Santos, para
alabar a Dios por eternidades perpetuas. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO – 24 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
SÉPTIMO
Oh hombre
celestial, y Ángel en la tierra, a quien la Soberana Majestad de nuestro
Dios reveló el estado de la Santa Iglesia hasta el fin del mundo con tantas y
tan admirables visiones, cuales jamás experimentó justo alguno, por más
eminente que haya sido en la virtud y santidad, a quien los Ángeles llamaron
consiervo suyo, no permitiendo se humillase tu persona a ninguno de ellos, por
más elevado que fuese; y a quien finalmente preservó la divina Providencia del
tósigo mortífero con que tus enemigos intentaron quitarte violentamente la
vida; yo te suplico humildemente me alcances del
Dios de la Sabiduría el puro conocimiento de su santa ley, para arreglar todas
las acciones de mi vida por este indefectible nivel, esfuerzo para rebatir y no
prestar adoraciones al ídolo de mis pasiones, luz para conocer las astucias de
mis enemigos y evitar las venenosas sugestiones del mundo, del demonio y de la
carne, que con tan terrible batería intentan desalojar de mi alma la gracia y
las virtudes: y últimamente te suplico que afianzada mi alma en las verdades de
la santa fe, sostenida del áncora de la esperanza en las promesas de la
infinita bondad, logre eternizar el amor y caridad de mi Señor Jesucristo en la
patria celestial. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO – 25 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
OCTAVO
Oh Querubín
científico, luz del mundo por tu admirable doctrina, Águila de los
Evangelistas, que subiendo hasta el seno del eterno Padre, hallaste en él el
principio sin principio de todas las cosas, y confundiste los errores y falsos
dogmas de los enemigos de la religión cristiana, que negaban la divinidad de
nuestro adorable Redentor Jesucristo, Hijo unigénito de María Santísima y del
Eterno Padre, igual a Él y consustancial, tan eterno, tan inmenso y omnipotente
como Él, y una de las tres divinas personas de la Trinidad beatísima: Doctor
consumado de la Católica Iglesia, el primero, el mayor y el más profundo
Teólogo de la escuela de Jesús, Maestro de las más altas verdades que
defendiste a presencia de las potestades terrenas, sin que te aterrasen las
amenazas ni los más crueles tormentos, persecuciones, destierros y demás
calamidades de la vida; suplícote que me alcances del Padre de las
luces, conocimiento para discernir el error, ciencia para rebatirle, constancia
en la profesión de las verdades reveladas, fortaleza para confesar el nombre de
Jesús y hacer pública profesión de su doctrina delante de los hombres, aunque
sea a costa de mi propia vida: para que siendo fiel imitador tuyo en la firmeza
de la fe, sea tu compañero en el premio de esta fe, que es la visión clara de
Dios en el reino de la gloria. Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
DÍA NOVENO – 26 DE DICIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave
María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.
ORACIÓN PARA EL DÍA
NOVENO
Oh Serafín amante, abrasado
en la hoguera del divino pecho de Jesús, que desde el momento de tu vocación
hasta el último instante de tu vida ejercitaste las más heroicas obras de amor
y caridad, cuya virtud fue tu principal empleo, sacrificando a ella tu reposo y
tranquilidad, despreciando por el amor de tu Maestro los peligros, las
cárceles, los destierros, las persecuciones, y aun la misma muerte, fomentando
esta virtud en tus discípulos, insinuándote en sus corazones del modo más suave
y apacible, amándolos a todos con un amor entrañable y sincero, y enseñándolos
a que ellos se amasen mutuamente, pues en los últimos años de tu dilatada vida
jamás se apartaba de tu boca aquella santísima máxima: «Hijos
míos, amaos mutuamente», en la que consiste la suma de la ley de
Jesucristo, y el mayor de todos sus preceptos. Suplícote,
bendito Apóstol, Evangelista sagrado, Mártir invicto, inocente Virgen, Doctor
iluminado, Serafín encendido, que me alcances del Señor su caridad, amor a mis
prójimos, principalmente a mis mayores enemigos y a los que conspiran contra mi
opinión y fama, a los que me aborrecen; para que, volviéndoles bien por mal en
esta vida, merezca ser participante con vos del premio eterno de la gloria.
Amén.
—Los Gozos
y la Oración se dirán todos los días.
*
Aunque se dice en el primer Gozo de esta Novena que
San Juan Evangelista fue santificado antes de haber nacido, como lo fue el
Bautista, no se entienda por eso que este elogio se le atribuye con igual
certeza que al glorioso Precursor de Jesucristo; sino solo se afirma este
privilegio del Discípulo amado por una especie de piadosa conjetura, fundada en
el alto ministerio a que le destinó su Maestro estando en la cruz para morir:
como del Patriarca San José lo dijo el docto y devoto Juan Gerson, de Santa
Asela San Jerónimo, de Santo Domingo de Guzmán y de otros Santos varios Autores
Católicos. Y en este mismo sentido lo han afirmado de nuestro Santo algunos
Escritores de su vida.
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