sábado, 21 de diciembre de 2024

NOVENA EN HONOR DE SAN JUAN EVANGELISTA.

 


Novena compuesta por frey Julián Antonio de Alique y Esteban, capellán de la orden de San Juan de Jerusalén y del cabildo de San Ildefonso, y prior de la iglesia de San Gil en Huete (Cuenca); e impresa en Madrid por Benito Cano en 1803. Don Luis María de Borbón y Vallabriga, Cardenal protopresbítero de Santa María de la Escala, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas, y administrador apostólico del Arzobispado de Sevilla, concedió cien días de Indulgencia a todos los fieles que concurran devotamente a esta Novena; y Mons. Ramón Falcón y Salcedo, Obispo de Cuenca, concedió además otros cuarenta días de Indulgencia. Puede rezarse en cualquier momento del año, especialmente en preparación al 27 de Diciembre (fiesta litúrgica) y al 6 de Mayo (martirio en la Puerta Latina de Roma).

 

COMENZAMOS: 18 de diciembre.

FINALIZAMOS: 26 de diciembre.

FESTIVIDAD: 27 de diciembre (Fiesta Litúrgica)

 

NOVENA DEL GLORIOSO APÓSTOL Y EVANGELISTA SAN JUAN.

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

 

   Dulcísimo Jesús mío, por ser tan bueno como sois, me pesa en el alma de haberos ofendido, y propongo con vuestra divina gracia nunca más pecar, prefiriendo antes perder mil vidas que tuviera, que cometer un solo pecado. Amén.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Omnipotente Señor, que sin dejar la diestra de tu eterno Padre, bajaste de los Cielos a la tierra, y tomando carne mortal en el vientre de María, te apropiaste nuestras miserias, sin menoscabo de tu infinita majestad, y fundaste la Santa Iglesia sobre el fundamento de los Profetas y Apóstoles, para que sirviese de redil al pueblo cristiano, que debía congregarse en ella de todas las naciones del mundo, yo te suplico por los infinitos méritos de tu Pasión Sacrosanta, por los de tu Sacratísima Madre María, y por los de los Santos Apóstoles, primeras columnas de la militante Iglesia, y fieles mensajeros de tu sagrada doctrina, finalmente, por los de todos los Santos y Santas de la Corte celestial, que defiendas a esta misma Iglesia de todas las borrascas con que sus enemigos la combaten, alejes de ella toda iniquidad, des celo a sus Pastores, y luz sobrenatural, para mantener la pureza de la fe y la integridad de las costumbres. También te pido por la prosperidad de todos los reinos católicos, y señaladamente el de España, por la salud de nuestros católicos reyes, por el buen orden de los pueblos y familias, por la paz y concordia de los príncipes cristianos, y por la extirpación de todas las herejías en el mundo, para que en él sea reverenciado y adorado solamente tu santo y terrible nombre. Y para apoyar mi confianza, yo te presento los grandes merecimientos de tu más querido discípulo, el Apóstol y Evangelista San Juan, por cuya intercesión espero conseguir lo que en esta santa novena pido y suplico, si ha de ser para mayor honra tuya y bien de mi alma. Amén.

 

—Se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri: Después haciendo una breve pausa, cada uno pedirá a Dios por la intercesión del Santo Evangelista aquello que más necesite, y es el fin de hacer la novena, advirtiendo que los bienes espirituales se piden absolutamente, y los temporales bajo la condición de si convienen.

  


DÍA PRIMERO – 18 DE DICIEMBRE.


ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO

 

   ¡Oh glorioso Apóstol y sagrado Evangelista San Juan!, fiel discípulo de la sabiduría del Eterno Padre, escogido de Dios para el alto ministerio de enseñar al mundo la ley y la doctrina del Crucificado, y uno de los primeros llamados para seguir a Jesucristo, yo te suplico por aquella prontitud con que abandonaste tus redes y ejercicio de pescador, con el que ayudabas al mantenimiento de tus pobres padres, y seguiste las divinas inspiraciones, que me alcances de la infinita bondad un ánimo pronto y resuelto para dejar por Dios todas las cosas de este mundo, anteponiendo su amor y servicio a todo lo terreno y caduco, siguiendo sus santas inspiraciones y cooperando con todas mis fuerzas, sentidos y potencias a su mayor honra y gloria: obediencia y sumisión a mis mayores y superiores, respetándolos y reverenciándolos como depositarios de la autoridad y superioridad de mi Dios y Criador, en cuyo nombre mandan y gobiernan los grandes potentados del mundo, los superiores y jefes de la Iglesia, los padres de familia, y todos los que ejercen justamente alguna superioridad sobre sus semejantes, para que cumpliendo yo a imitación tuya con todos estos deberes que enseña y manda la religión cristiana a todos sus profesores, sea digno de acompañarte después de esta vida mortal por toda la eternidad en la gloria. Amén.

  

GOZOS DEL SANTO EVANGELISTA SAN JUAN

 

Discípulo el más amado

Juan, del Divino Maestro,

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Virgen Juan tan escogido

Fuiste tan privilegiado,

Que quedas santificado,

Aun antes de haber nacido,

Otro Juan favorecido

Solo fue en el mismo grado*.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Lugar de tu nacimiento

Fue Bethsaida, en Galilea,

Que entiende la frase hebrea

Casa de mantenimiento.

Belén por raro portento

Lo es del pan más regalado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Eres claro descendiente

De David: deudo cercano

Del Redentor Soberano,

Su Discípulo eminente

Y en todo perfectamente

Es de tu amor imitado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Juan te pusieron por nombre,

Juan que gracia significa,

Como el suyo Cristo explica,

Siendo Salvador del hombre.

Y por lo mismo el renombre

Te conviene de agraciado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Estabas alrededor

De tu barco y de tus redes

Con tu hermano, y las mercedes

De Jesús, pesca mejor

Os prepara, y pescador

Te hicieron más consumado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Pues que todo lo dejaste,

Dijo Jesús de amor lleno,

«Te llamarás Hijo del trueno,

Si hasta aquí Juan te llamaste».

Así lo verificaste

Con celo el más abrasado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

En la amenidad frondosa

De la Iglesia militante

Es azucena fragante

Tu virginidad preciosa:

Puro lirio, intacta rosa,

Y adorno el más delicado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Quiso tu abrasado celo

Contra los habitadores

De Samaria, abrasadores

Rayos bajasen del cielo,

No dando entrada su suelo

Al Salvador adorado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Ser testigo mereciste

De la gloria del Tabor;

Fue justo, pues del dolor

También del Gólgota fuiste:

De él al mundo entero diste

Testimonio nunca dado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

¡Oh qué singulares dones!

¡Oh qué sublimes dulzuras!

¡Oh qué caricias tan puras!

¡Oh qué inmensas perfecciones!

Cuando en la cena te pones

Contra el pecho de tu amado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Cristo de la cruz pendiente,

Cerca ya de la agonía,

Hijo te hace de María,

Y a esta Señora, clemente

Madre tuya: reverente

La admites regocijado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Qué bien que verificaste

Lo que al Señor ofreciste,

Cuando su cáliz bebiste,

Y al pie de la cruz te hallaste.

Todo a pechos te le echaste

Mirando al crucificado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Desde tan feliz momento

Veinte y tres años viviste

Con tan dulce Madre; y fuiste

Cual Obed Edom, contento

Del arca del Testamento

Guarda más afortunado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Plausible convencimiento

Diste al pueblo congregado,

Que es Dios el crucificado,

Dando a un cojo movimiento,

Que lo era de nacimiento,

Juan, de Pedro acompañado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

El cáliz que tu deseo

Quiso en la puerta Latina

En una ferviente tina

Apurarle, según creo,

Para ti en dulce recreo

Celestial fue transformado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Después en las soledades

De Patmos cuando escribiste

Tu Apocalipsis, nos diste

Las recónditas verdades

De sabias profundidades,

Profeta el más elevado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Águila te remontaste

Con el más rápido vuelo

Desde la tierra hasta el cielo

Virgen Juan, cuando formaste

Tu Evangelio y nos dejaste

Tesoro tan acendrado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Cierto joven afligido

Con necesidad acerba

Miró un puñado de hierba

En tu mano convertido

En oro, y fue socorrido

De tu paternal agrado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Un número prodigioso

De muertos resucitaste,

Y a todo el Asia admiraste,

Taumaturgo milagroso:

Su padre el más afectuoso

Y su más digno prelado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Tu ancianidad determina

Morir en la sepultura,

Y allí mismo una luz pura

Y radiante te ilumina.

Muerte no: fue expresión fina

Del amante con su amado.

Te hacemos Protector nuestro,

Evangelista sagrado.

   

Antífona: Veis aquí a mi querido niño, a quien yo escogí, y sobre el que puse mi Espíritu.

 

. San Juan bienaventurado mucho debe ser honrado.

. Porque en la cena del Señor sobre su pecho fue recostado.

 

ORACIÓN

 

   Oh Dios, que miras que por todas partes nos cercan nuestros males: concédenos propicio que seamos defendidos de ellos por la intercesión de San Juan, tu Apóstol y Evangelista. Por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 


DÍA SEGUNDO – 19 DE DICIEMBRE.

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO

 

   Oh gloriosísimo Evangelista San Juan, luz de la Iglesia y honor del Colegio apostólico, yo te venero y reverencio recostado en el pecho de tu Amorosísimo Maestro, mi Señor Jesucristo, después de haber recibido en la postrera cena su Cuerpo santísimo, favor no concedido a otro alguno de los escogidos, donde bebiendo de aquella fuente de la vida eterna los más admirables y recónditos misterios de la Divinidad, de tal suerte y con tanta abundancia te llenaste de ellos, que rebosaron por toda la Iglesia, siendo tus palabras y tu pluma el arcaduz por donde todos los fieles los gozamos, fecundando a la misma santa Iglesia con tan divinas y soberanas corrientes. Suplícote, amado de mi corazón, que por tu intercesión alcance yo a beber de aquella agua de la vida, que corre del soberano pecho de Jesús, y que todos los cristianos nos aprovechemos de tan inmensos e inestimables raudales para lavar y purificar con ellos todas nuestras manchas e imperfecciones, y recibir en esta vida dignamente el Santísimo Sacramento del altar. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

 


DÍA TERCERO – 20 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO

 

   Oh águila remontada y celestial, no solo por la sublimidad de tu ciencia, sino también por la grandeza de tu amor, que anidaste en el monte Calvario, colocando tu amante corazón sobre la palma de la santísima Cruz, en compañía de la Serenísima Reina de los Cielos, cuando viste padecer en ella a la majestad de tu amante y amado Jesucristo, Señor nuestro: donde fueron tus tormentos tan crecidos, que a un mismo tiempo padeciste tres cruces: la de Jesús viéndole padecer tan sin culpa; la de la Virgen Santísima, considerando atravesada su alma, y herido su corazón con el cuchillo que profetizó Simeón, y la tuya que hirió tu alma llenándola de compasión a vista de tan inocentes víctimas, no como el ingrato Absalón, sino como el más agradecido y fiel discípulo del Soberano Maestro. Suplícote, amado de mi alma, que me alcances del Señor un profundo sentimiento de sus acerbísimos dolores, de los de la Virgen María, y de los tuyos; y que sea tan vehemente, que parta mi corazón de pesar por haber ofendido con mis culpas a tan amable e infinita bondad, siendo ellas la causa de tan crecidos tormentos. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

 


DÍA CUARTO – 21 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA CUARTO

 

   Oh regalado discípulo de mi Señor Jesucristo, que lograste aquel favor tan grande, que no alcanzó a otro alguno de los nacidos, como fue que el soberano Redentor (aun en medio de tantos tormentos como padecía) cuidase tanto de ti, en atención a tu virginidad y pureza, que estando al pie de la cruz te dio por madre a su misma Santísima Madre, señalándote por hijo de tan soberana Reina, y por hermano suyo, para que hicieses sus veces, y suplieses su ausencia sirviendo de alivio y consuelo a tan sola, dolorida y afligida Señora, y fueses su fidelísimo Capellán y Custodio mientras estuviese en este mundo. Suplícote por aquel amor con que la Reina del mundo te amo, y por aquel con que tú la serviste, reverenciaste y veneraste, trayéndola siempre en tu compañía, me alcances de su divina Majestad una devoción grande, tierna y fervorosa con la Santísima Virgen María, a fin de que conservándome en toda pureza pueda alistarme en el número de sus hijos. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

   


DÍA QUINTO – 22 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO

 

   Oh Apóstol santo, en quien con particularidad admirable descansó el Espíritu del Señor, por aquella indecible alegría que recibió tu bendita alma cuando habiendo llegado a tu noticia la gloria, triunfo y resurrección de tu Maestro, saliste corriendo con el Apóstol San Pedro a visitar el sepulcro en que fue depositado el cuerpo del Redentor y tú cómo más amante le ganaste en la carrera, porque tu grande amor te dio alas para volar, si a Pedro el suyo le dio pies para correr; y si entró Pedro primero en el sepulcro fue porque había de morir primero. Suplícote humildemente me alcances de tu amante y amado Jesús un amor que no solo corra, sino que vuele para hacer las cosas pertenecientes a su santo servicio, para que cuando este miserable cuerpo descanse en la sepultura, mi alma sea conducida al paraíso de las eternas delicias. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

   


DÍA SEXTO – 23 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA SEXTO

 

   Oh sagrado Evangelista y diligente sembrador de la palabra de Dios, que habiendo fundado las siete Iglesias de Asia, de las cuales eres reconocido por Patriarca y fundador, y que estando, en Éfeso en compañía de la Reina de los Cielos y Madre tuya, fuiste aprisionado por el cruel Domiciano, y desde allí conducido a Roma, ligado con una fuerte y pesada cadena: donde, como dice Tertuliano, te metieron en una tina de aceite hirviendo, para que allí perdieses la vida por invencible Confesor de la fe del Crucificado, más por un patente milagro de la Omnipotencia de Dios, no solo saliste vivo y sin lesión, sino más remozado, más puro y vigoroso: lo cual fue causa de que fueses desterrado a la Isla de Patmos: suplícote con todas las veras de mi alma, que aquella cadena de tu prisión me ponga en libertad de toda culpa por tu intercesión, y el aceite de tu martirio me sirva de fomento, para que siempre arda en mi alma la lámpara de la caridad de Dios y de mi prójimo, y así mismo en todos vuestros devotos: y finalmente, que por vuestro destierro seamos conducidos a la compañía de los Ángeles y Santos, para alabar a Dios por eternidades perpetuas. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

  


DÍA SÉPTIMO – 24 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA SÉPTIMO

 

   Oh hombre celestial, y Ángel en la tierra, a quien la Soberana Majestad de nuestro Dios reveló el estado de la Santa Iglesia hasta el fin del mundo con tantas y tan admirables visiones, cuales jamás experimentó justo alguno, por más eminente que haya sido en la virtud y santidad, a quien los Ángeles llamaron consiervo suyo, no permitiendo se humillase tu persona a ninguno de ellos, por más elevado que fuese; y a quien finalmente preservó la divina Providencia del tósigo mortífero con que tus enemigos intentaron quitarte violentamente la vida; yo te suplico humildemente me alcances del Dios de la Sabiduría el puro conocimiento de su santa ley, para arreglar todas las acciones de mi vida por este indefectible nivel, esfuerzo para rebatir y no prestar adoraciones al ídolo de mis pasiones, luz para conocer las astucias de mis enemigos y evitar las venenosas sugestiones del mundo, del demonio y de la carne, que con tan terrible batería intentan desalojar de mi alma la gracia y las virtudes: y últimamente te suplico que afianzada mi alma en las verdades de la santa fe, sostenida del áncora de la esperanza en las promesas de la infinita bondad, logre eternizar el amor y caridad de mi Señor Jesucristo en la patria celestial. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

  


DÍA OCTAVO – 25 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA OCTAVO

 

   Oh Querubín científico, luz del mundo por tu admirable doctrina, Águila de los Evangelistas, que subiendo hasta el seno del eterno Padre, hallaste en él el principio sin principio de todas las cosas, y confundiste los errores y falsos dogmas de los enemigos de la religión cristiana, que negaban la divinidad de nuestro adorable Redentor Jesucristo, Hijo unigénito de María Santísima y del Eterno Padre, igual a Él y consustancial, tan eterno, tan inmenso y omnipotente como Él, y una de las tres divinas personas de la Trinidad beatísima: Doctor consumado de la Católica Iglesia, el primero, el mayor y el más profundo Teólogo de la escuela de Jesús, Maestro de las más altas verdades que defendiste a presencia de las potestades terrenas, sin que te aterrasen las amenazas ni los más crueles tormentos, persecuciones, destierros y demás calamidades de la vida; suplícote que me alcances del Padre de las luces, conocimiento para discernir el error, ciencia para rebatirle, constancia en la profesión de las verdades reveladas, fortaleza para confesar el nombre de Jesús y hacer pública profesión de su doctrina delante de los hombres, aunque sea a costa de mi propia vida: para que siendo fiel imitador tuyo en la firmeza de la fe, sea tu compañero en el premio de esta fe, que es la visión clara de Dios en el reino de la gloria. Amén.

  

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

 


DÍA NOVENO – 26 DE DICIEMBRE

Por la señal...

Acto de Contrición, Oración para todos los días, los tres Padre nuestros con Ave María y Gloria, y pedir la gracia que se desea recibir.

 

ORACIÓN PARA EL DÍA NOVENO

 

   Oh Serafín amante, abrasado en la hoguera del divino pecho de Jesús, que desde el momento de tu vocación hasta el último instante de tu vida ejercitaste las más heroicas obras de amor y caridad, cuya virtud fue tu principal empleo, sacrificando a ella tu reposo y tranquilidad, despreciando por el amor de tu Maestro los peligros, las cárceles, los destierros, las persecuciones, y aun la misma muerte, fomentando esta virtud en tus discípulos, insinuándote en sus corazones del modo más suave y apacible, amándolos a todos con un amor entrañable y sincero, y enseñándolos a que ellos se amasen mutuamente, pues en los últimos años de tu dilatada vida jamás se apartaba de tu boca aquella santísima máxima: «Hijos míos, amaos mutuamente», en la que consiste la suma de la ley de Jesucristo, y el mayor de todos sus preceptos. Suplícote, bendito Apóstol, Evangelista sagrado, Mártir invicto, inocente Virgen, Doctor iluminado, Serafín encendido, que me alcances del Señor su caridad, amor a mis prójimos, principalmente a mis mayores enemigos y a los que conspiran contra mi opinión y fama, a los que me aborrecen; para que, volviéndoles bien por mal en esta vida, merezca ser participante con vos del premio eterno de la gloria. Amén.

   

—Los Gozos y la Oración se dirán todos los días.

 

* Aunque se dice en el primer Gozo de esta Novena que San Juan Evangelista fue santificado antes de haber nacido, como lo fue el Bautista, no se entienda por eso que este elogio se le atribuye con igual certeza que al glorioso Precursor de Jesucristo; sino solo se afirma este privilegio del Discípulo amado por una especie de piadosa conjetura, fundada en el alto ministerio a que le destinó su Maestro estando en la cruz para morir: como del Patriarca San José lo dijo el docto y devoto Juan Gerson, de Santa Asela San Jerónimo, de Santo Domingo de Guzmán y de otros Santos varios Autores Católicos. Y en este mismo sentido lo han afirmado de nuestro Santo algunos Escritores de su vida.


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