viernes, 4 de octubre de 2024

NOVENA EN HONOR A SANTA BRÍGIDA DE SUECIA.

 


Novena compuesta por un devoto de la santa y publicada originalmente en Cádiz en 1742, con licencia eclesiástica. Los Gozos son tradicionales, sin autor ni fecha conocidos.

 

COMENZAMOS: 29 de septiembre.

FINALIZAMOS: 7 de octubre.

FESTIVIDAD: 8 de octubre.

 

NOVENA A LA ESCLARECIDA SANTA BRÍGIDA, MADRE Y FUNDADORA DE LOS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS DE SAN SALVADOR

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE CONTRICIÓN


Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Gloriosa princesa y Madre Santa Brígida, modelo perfectísimo de todas las mujeres en los estados de virgen, casada, viuda y religiosa; si es para mayor gloria de Dios y de mi alma que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme de vuestro Divino Esposo esta gracia, sino, dirigid mi petición y pedid para mí a Dios aquello que más convenga para gloria suya, honor vuestro y provecho de mi alma. Amén.

  


DÍA PRIMERO – 29 DE SEPTIEMBRE.

 

FE DE SANTA BRÍGIDA.

 

   Jesús mío dulcísimo, Esposo Divino de la gloriosa princesa y Madre Santa Brígida, que fue ilustrada desde sus tiernos años con una fe vivísima en los misterios que debemos creer y os sirvió de celestial oráculo, por donde inspirabais muchos misterios y verdades de nuestra santa fe a los Reyes, Obispos y Sumos Pontífices: suplícoos, Jesús mío, por la esclarecida fe de esta nobilísima esposa vuestra, me concedáis una fe viva, que gobierne todas las acciones de mi espíritu y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma, Amén.

 

—Se rezará después tres Padre nuestros y Ave Marías en reverencia a la Santísima Trinidad, de quien fue la Santa devotísima y de quien recibió singulares favores.

  

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

   Con el corazón lleno de confianza, recurrimos a vos, gloriosa Santa Brígida, para implorar, en estos tiempos de tinieblas y de incredulidad, vuestra intercesión en favor de que aquellos que se hallan separados de la Iglesia de Jesucristo. Por aquel conocimiento tan claro que tuvisteis de los crueles padecimientos de Nuestro Salvador Crucificado, precio de nuestra redención, os suplicamos que obtengáis la gracia de la fe a los que están fuera del único redil a fin de que las ovejas dispersas puedan volver al único verdadero Pastor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

Santa Brígida, intrépida en el servicio de Dios, rogad por nosotros.

Santa Brígida, admirable en el amor de Jesús y María, rogad por nosotros.

—Un Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

GOZOS

 

Pues os miráis rodeada

De goces celestiales:

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

  

Desde el vientre maternal

Ya una maravilla rara

Al universo declara

Vuestra virtud especial;

Pues de un naufragio fatal

La madre es por vos salvada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

    

Desde vuestros tiernos años

Tanto en santidad crecéis,

Que de Jesús merecéis

Favores ya muy extraños,

Y del mundo los engaños

Huís por Él avisada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

En una aparición

Llagado se os presentó,

Y tan honda se os grabó

Su vista en el corazón,

Que por ninguna afición

De él llegó a ser borrada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Al príncipe de Nericia,

De Suecia princesa hermosa,

Sois vos dada por esposa,

Y vuestra santa pericia

De él e hijos una milicia

De santos vio bien formada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Cuando en el Císter murió

Monje santo vuestro esposo,

Jesús con lazo amoroso

Dulcemente os cautivó;

Fundadora os eligió

De una orden muy celebrada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

     

Estando en oración

Cristo os viene a visitar,

Y se os digna revelar

Lo amargo de su Pasión;

De tanta revelación

Una obra dejáis formada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Siendo tal vuestra inocencia

Que no conocéis el vicio,

Ceñís un duro cilicio

Y hacéis mucha penitencia;

De enfermedad la inclemencia

Cual oro os deja probada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

La Palestina y a Roma

Con gran fervor visitáis,

Y por doquier exhaláis

De virtud precioso aroma;

La que aun creces toma

Cuando huís el ser honrada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Del Cielo a la posesión

Jesucristo os convidó;

Roma vuestro cuerpo honró

Con singular devoción;

Y Suecia su traslación

Logró ver verificada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Haced, oh Santa gloriosa,

Que la Iglesia que os venera

De tanta chusma altanera

Que la ataca furiosa,

Quedando victoriosa

Sea por fin libertada.

Brígida, en vos los mortales

Hallemos firme abogada.

      

Pues del Señor sois premiada

Con luces celestiales:

Sed, Brígida, a los mortales

Continua y fiel abogada.

  

. La gracia fue difundida en tus labios.

. Porque Dios te bendijo eternamente.

  

ORACIÓN

 

   Señor Dios nuestro, que por medio de tu Hijo unigénito revelaste a Santa Brígida los secretos celestiales, danos por su piadosa intercesión a nosotros tus siervos, gozar dichosos de la revelación sempiterna de tu gloria. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

jueves, 3 de octubre de 2024

NOVENA EN HONOR A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS.

 


Novena basada en la vida y los escritos de Santa Teresita del Niño Jesús, con aprobación eclesiástica. Los Gozos fueron publicados en catalán en 1931, sin autor conocido.

 

COMENZAMOS: 24 de septiembre.

FINALIZAMOS: 2 de octubre.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 3 de octubre.

  

NOVENA EN HONOR A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

   

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE OFRECIMIENTO

 

   Oh Dios mío, Trinidad santísima, deseo amarte y hacer que te amen, y trabajar en la glorificación de la Santa Iglesia, salvando las almas que viven en el mundo y liberando a las que padecen en el Purgatorio. Deseo cumplir en absoluto tu voluntad y conseguir la gloria que me has preparado en tu Reino. En una palabra, deseo Santificarme, pero, como conozco mi debilidad, te pido, Dios mío, que seas Tú mismo mi santidad. Y, puesto que tu Amor ha llegado al extremo de darme a tu único Hijo, para que sea mi Salvador y Redentor, y los infinitos tesoros de sus méritos me pertenecen, me complazco en ofrecértelos y te suplico que no me mires sino en la Faz de Jesús y en su Corazón abrasado de amor. Amén.

 



DÍA PRIMERO – 24 DE SEPTIEMBRE

 

REFLEXIÓN


«Presiento que mi misión va a empezar, la misión de hacer amar a Dios como yo le amo… de enseñar mi caminito a las almas. Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra. Esto no es imposible, puesto que, en el seno mismo de la visión beatifica, los ángeles velan por nosotros. No, no podré tener ningún descanso hasta el fin del mundo.

 

Mi caminito es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y del abandono total. Quiero indicarles los medios sencillos y fáciles que a mí me han dado tan excelente resultado y decirles que tan sólo una cosa debe hacerse acá abajo: agradar a Jesús con las flores de los pequeños sacrificios, ganarle con caricias. Así es como yo le he conquistado… Jamás se tiene demasiada confianza en Dios tan potente y misericordioso. ¡Se obtiene de Él todo cuanto se espera!

   

Entre todos los pequeños sacrificios con que obsequiar a Jesús, ¿qué otros podemos hallar más de su agrado que aquellos que nos imponemos para ayudar a los misioneros en su empresa santa de salvar almas?».

 

ORACIÓN

   «Todo el que sea pequeño y humilde venga a Mí». Esta sentencia del Salvador fue tu lema, gloriosa Santa Teresita. Por eso anhelaste la humildad verdadera; por eso tu vida escondida fue de grandísimo fruto para gloria de Dios y salvación de las almas. Compadécete de nuestra soberbia y ambición, y alcánzanos la verdadera humildad para que, desengañados de las alabanzas de este mundo, logremos vivir una vida humilde y apostólica que merezca las alabanzas de Jesús. Amén.

 

—Pedir la gracia que se desea alcanzar.

  

INVOCACIONES A SANTA TERESITA


   ¡Oh Santa Teresita! Por aquella bondad tan grande que te hizo prometer pasar tu cielo haciendo bien en la tierra. Derrama sobre mi alma la lluvia de rosas de tu protección y alcánzame la gracia que te pido.

—Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

   ¡Oh Santa Teresita! Por aquel celo de la gloria de Jesús y de la salvación de las almas, que te mereció ser declarada por la Iglesia Patrona de todas las Misiones. Derrama sobre mi alma la lluvia de rosas de tu protección y alcánzame la gracia que te pido.

—Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

   ¡Oh Santa Teresita! Por el amor seráfico que te llevó a morir diciendo: «¡Dios mío, te amo!», en un éxtasis de amor. Derrama sobre mi alma la lluvia de rosas de tu protección y alcánzame la gracia que te pido.

—Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

   

GOZOS EN HONOR A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

  

Flor excelsa del Carmelo

Y de divinal belleza:

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

Bello rebrote de tronco sano,

¡Día feliz!, al mundo venido;

Dios os planta en el huerto feliz

De un hogar bien cristiano.

Pues tenéis tan buena raíz,

¡Cuál será vuestra ufaneza!

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

  

Si perdéis, pequeña aún

Vuestra madre, todo amor,

Una Madre mucho mejor

Habéis encontrado ya, que os ampara:

Es María, clara Estrella,

Que os sonrió en la orfandad.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

¿Qué lengua decir podría

El fervor con que os preparó

Para tener el Tesoro sin precio

De Jesús Eucaristía?

¡Cómo recibís al Emanuel

Dentro de Vos, qué dulzura!

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

  

De Jesús bien sois la amiga,

Pero el corazón no está contento:

Pues el amor va creciendo

De esposarlo la hora os tarda.

El obstáculo os surge, cruel,

Pero le vence vuestra firmeza.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

    

Confianza tenéis tanta

En el Esposo muy amado,

Que creyó en verdad

Arribar a ser gran Santa.

Que al deseo sois fiel

Vuestra vida lo patentiza.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

    

Cuando pensáis en los salvajes

E infieles, ¡pensamiento triste!,

Anheláis para Jesucristo

Conquistar lejanos parajes.

Satisfecho fuera el anhelo

Cuando la fe raíz fuera tendida.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

 

Sufrimiento toca a la puerta

-De tiempos ha que era esperado-;

Es un don del Amado,

Y le recibís con dicha fuerte.

Más que no en la dulce miel,

Halláis gusto en su amargura.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos conduce al Cielo.

    

Si del Cielo el camino es duro,

- ¡Ay, el amor, que es ingenioso! -,

El ascensor hallaréis Vos

Para llevaros bien segura.

Así, a nuestro orgullo rebelde,

Oponéis vuestra debilidad.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

Queréis siempre ser pequeña,

Que es, el infante, arrullado;

Mas de vuestra santidad

Nada más Dios sabe su alta estatura.

Os dio como a modelo

El Camino de la Infancia.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

De Jesús Infante juguete,

Nada más ser no queréis:

-Jesusito, jugad, jugad,

Con vuestra Teresita-.

Juguete bien fiel,

En sus brazos os tiene tenida.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

En el mundo exiliada,

Sumergida en tinieblas,

Es para vos la oración

Llanto del alma ignorada.

El vaso lleno de amarga hiel

Pronto bebéis con fortaleza.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

  

Del amor la amplia hoguera

Más y más os va aumentando,

Hasta que sigue un fuego gigante

Que la tierra abrase entera.

¡Si a los corazones nuestros, corazones de hielo,

Una chispa fuese transmitida!

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

No podéis recibir a Nuestramo

Como estáis próxima a morir,

Mas, dejando el mundo mezquino,

Le dijo: - ¡Dios mío, os amo! -

Se os quita el negro velo

De la angustia en que estáis presa.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

Libre ya, el alma se lanza

En los brazos del Amor;

Allí vuestra pequeñez

Halla eterna bienaventuranza.

Del Edén fulgente Estrella,

¿Qué dirá vuestra grandeza?

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

Habiéndoos llegado la hora

Del triunfo más esclarecido:

Santa os dice el Padre Santo,

Todo el mundo mercedes os implora:

Sois para el mísero infiel

Pura Luz en el Cielo encendida.

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

De favores bella rosa

Recogerán vuestros devotos;

Más todavía, de los Sacerdotes

Os hará Dios la Abogada.

Infundidles vuestro celo,

¡Oh gentil Sacerdotisa!

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

   

Pues estáis ya en el eterno Carmelo,

Del Amado toda cautivada:

Conducidnos, oh Teresa,

Por el camino que nos lleva al Cielo.

 

. La gracia fue difundida en tus labios.

. Porque el Señor te bendijo eternamente.

  

ORACIÓN

 

   Señor, que has dicho: “Si no os hacéis semejantes a niños, no entraréis en el reino de los cielos”, concédenos que imitemos de tal modo la humildad y sencillez de corazón de la virgen Santa Teresa, que logremos alcanzar las recompensas eternas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.