Tomado
más o menos del devocionario “Tesoro Agustiniano”,
recopilado por el Padre Fray Teófilo Garnica del Carmen OAR; y publicado en
Granada (España), en 1948.
COMENZAMOS: 19 de agosto.
FINALIZAMOS: 27 de agosto.
FESTIVIDAD: 28 de agosto
ADVERTENCIA DEL EDITOR
Los
Santos atienden en todo tiempo las súplicas de sus devotos, así que cualquier
momento del año es perfecto para rezar esta novena a San Agustín. Ahora, bueno será rezar esta Novena entre el día diecinueve y el
veintisiete del mes de agosto, fiesta de nuestro Padre San Agustín; o nueve
días antes del veinticuatro de abril, fiesta de su conversión y bautismo; o
antes del veintiocho de febrero, cuando sus Reliquias fueron trasladadas de la
isla de Cerdeña a la ciudad de Pavía; o antes del once de octubre, la primera
traslación de sus Reliquias desde Hipona a Cerdeña.
San Agustín es el Doctor de la Gracia y de la Predestinación, y
su corazón estaba ardiendo y se hallaba traspasado por el amor de Dios y el
celo por la Iglesia y la salvación de las almas. Por ello, mal haría en obtener para
sus devotos algo que esté contra la Voluntad de Dios y, por ende, no convenga
para nuestra salvación. No se turbe tu corazón por esta causa, pues en cambio, San Agustín intercederá para concederte de Dios aquellas
gracias que convengan para la Gloria de su Majestad y para tu eterna salvación.
Es conveniente que un día dentro de la novena, confieses y comulgues.
NOVENA EN
HONOR DE SAN AGUSTÍN, OBISPO, PADRE Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Por
la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos
líbranos,
Señor
✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre
verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois,
y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos
ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las
ocasiones de ofenderos, y de confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis
pecados; y así como os lo suplico, así confió en vuestra bondad y misericordia
infinita me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra preciosísima
Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar
en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.
ORACIÓN INICIAL
¡Gloriosísimo
Padre Agustín, serafín en el amor divino,
apóstol en la predicación, segundo San Pablo, Salomón de la Ley de Gracia, el
más santo de los sabios y el más sabio de los Santos! Humildemente
arrodillados ante tu altar sacrosanto, hoy acudimos para rendirte el homenaje
de nuestra admiración y cariño durante esta novena, que deseamos hacer para
gloria de Dios Nuestro Señor, que es admirable en sus santos y en ti
principalmente, y para el mayor bien espiritual de nuestras almas.
Te suplicamos que intercedas con tu poderoso
valimiento en favor de la Iglesia Católica, por la que trabajaste
incansablemente; por la conversión de los pecadores, herejes, cismáticos e
infieles, que tan ardorosamente procuraste atraer al seno de nuestra Religión;
por tus hijos y devotos, para que, imitando tus excelsas virtudes, seamos
dignos de acompañarte algún día en la gloria eterna. Amén.
DÍA PRIMERO – 19 DE AGOSTO.
Meditación: “PENITENCIA DE SAN AGUSTÍN”
Dos llaves solamente
tienen las puertas del cielo, la inocencia y la penitencia. A los que han tenido la desgracia de
perder la primera, que son la mayor parte, la casi totalidad del género humano,
les queda únicamente la segunda, o sea, la
penitencia. Por eso nos la recomienda tanto en las Escrituras el
Espíritu Santo. Comprendiéndolo así San Agustín, después de su maravillosa
conversión, hizo durante toda su vida una penitencia dolorosa, que ha merecido
ser contado entre los mayores penitentes: David,
Santa María Magdalena y San Pablo. No cesaba de llorar amargamente todos
los días sus fragilidades pasadas; y aun estando enfermo y postrado en el lecho
del dolor rezaba con fervor los salmos penitenciales escritos en la pared. “Todo pecado,
decía, sea
grande o pequeño, es preciso que sea borrado, o por la penitencia del mismo
pecador, o por la justicia de Dios”. “Si rehúsas la humildad de la penitencia,
no pienses poder acercarte a Dios”. “La penitencia de esta vida es dolor
medicinal; en cambio no será más que pena la penitencia del otro mundo”. Y
termina con esta apremiante exhortación: “Penitentes, penitentes, penitentes, si efectivamente
queréis hacer penitencia y no burlaros del Señor, mudad de vida y reconciliaos
con Dios”.
Si hemos imitado a San Agustín en nuestra
vida pasada, procuremos también aprender de él esta virtud tan necesaria, ya
que es la única llave que nos resta para poder entrar en el reino de los
cielos.
—Medítese
y pídase la gracia particular de esta novena. Luego, rezar tres Padrenuestros,
Avemaría y Glorias a San Agustín.
GOZOS EN HONOR DEL GRAN
PADRE SAN AGUSTÍN, OBISPO Y DOCTOR
Serafín
sois en amor,
Y
en la ciencia Querubín.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Fuisteis
enemigo mortal
De
la Iglesia algunos años,
Haciéndole
varios daños
Vuestro
genio sin igual:
Siendo
en argumentos tal,
Que
a todos causaba horror.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Con
llanto del corazón
Continuamente
gemía
Vuestra
madre, pues veía
Vuestra
total perdición:
Que
abrazabais con tesón
El
maniqueo error.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Mostróse
Dios liberal
A
los ruegos de la madre,
Pues
os dio luz como Padre,
Para
llorar tanto mal:
Con
que de vaso infernal
Os
hizo vaso de honor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Ya
el Bautismo recibido,
Él
Te Deum, Ambrosio santo,
Entonó
con dulce canto;
Y
vos, muy enternecido,
Ese
himno tan lucido
Proseguís
con gran primor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Por
servir de corazón
Al
Señor, os retirasteis
Al
desierto, donde fundasteis
La
ermitaña religión,
Que
feliz goza el blasón
De
tan alto Fundador.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Setenta
y más religiones
Vuestra
regla han recibido,
Pues
ser ella han conocido
Escala
de perfecciones:
Por
donde los corazones
Suben
al perfecto Amor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
En
forma de peregrino
Visteis
en carne a Dios,
Que
os dijo con dulce voz:
“¡Oh gran
Padre Agustino!,
Para
custodio os destino
De mi
Iglesia y defensor”.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Otro
favor señalado
Cristo
y su Madre os han hecho,
Pues
con leche de su pecho
María
os ha regalado;
Y
Cristo de su Costado
Os
brindó con el licor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Cuando
el desierto apreciáis,
Os
elige Dios prelado
De
Hipona, porque el ganado
De
su Iglesia defendáis,
Y
al lobo hereje oprimáis
Como
celoso pastor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Es
cosa muy singular
Ver
que cuando el coro canta
Los
tres Sanctus, se levanta
En
la urna de cristal
Vuestro
corazón leal,
Dando
a Dios Trino el honor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Sois
el águila africana
Y
el sol entre los Doctores,
Que
ilustráis con resplandores
Toda
la Iglesia romana,
Y
la Doctrina Cristiana,
Declaráis
con tal primor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Contra
el hereje atrevido
Sois
de Dios el instrumento,
Pues
que con vuestro argumento
Queda
siempre confundido:
En
toda lucha has sido
Magnánimo
vencedor.
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
Sednos
siempre protector
Para
amar a Dios sin fin
Gran Padre
San Agustín,
Guía y luz
del pecador.
℣.
Ruega por nosotros, bienaventurado padre San
Agustín.
℟.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que
revelando al bienaventurado Padre Agustín los arcanos ocultos de vuestra
sabiduría e inflamando en su corazón las llamas de vuestra caridad, renovasteis
en la Iglesia el milagro de la columna de nube y fuego, concedednos
que pasemos felizmente los escollos de este mundo y merezcamos llegar a la
eterna patria de las divinas promesas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.