Novena
escrita por un sacerdote escolapio, y editada por Juan Gaspar en Barcelona en
1853. Monseñor José Domingo Costa y Borrás, Obispo de Barcelona, aprobó esta
Novena y concedió 40 días de Indulgencia por cada día de la novena.
COMENZAMOS: 3 de septiembre.
FINALIZAMOS: 11 de septiembre.
FESTIVIDAD: 12 de septiembre.
BREVE
EXPLICACIÓN
Al venerarse a María Santísima bajo la
advocación de Nuestra Señora de las Escuelas Pías, debe su origen a que San
José de Calasanz, tomo el sacrosanto nombre de María por escudo de armas para
su Instituto, eligiendo a la Señora por su Patrona especialísima, y queriendo
que tanto los profesores, como los discípulos de su Escuela, honrasen con
devoción singular a la Madre de Dios.
La Novena puede
ser rezada por cualquier persona y en cualquier tiempo. Soliciten la
intercesión de San José de Calasanz, que a través de esta Novena se les conceda
la petición solicitada, siempre y cuando esté en la Voluntad de Dios.
NOVENA AL
SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA, O SEA, NUESTRA SEÑORA DE LAS ESCUELAS PÍAS
Arrodillados delante de alguna imagen o
estampa de la Santísima Virgen, se dirá:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío,
Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de
ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor,
mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo
suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los
perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y muerte, y
me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y
servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Oh piadosísima Virgen María, Madre de Dios y
Madre nuestra, dignaos admitir estos
obsequios que humildemente consagramos a gloria de vuestro Nombre Sacrosanto.
Indignos somos que nos escuchéis, mas vuestra piedad no sufrirá el alejarnos de
Vos. Vuestro amor nos atrae, vuestra piedad nos convida, y la multitud de
gracias que nos habéis dispensado en medio de nuestras iniquidades, nos obliga
y empeña a bendecir con todas las ansias de nuestro corazón, las grandezas
admirables de vuestra alma y de vuestras perfecciones y prerrogativas
inestimables comprometidas en el Nombre Augusto y venerable que recibisteis del
Cielo. Sea bendito por toda la eternidad. Alábenle las criaturas todas, del
Cielo, de la Tierra y del abismo. Nosotros
por todas, le bendecimos y loamos, esperando poder hacerlo eternamente en la
Gloria. Amén
JACULATORIA (de
autoría de San José de Calasanz):
A tu amparo y protección, Madre de Dios,
acudimos. No desprecies nuestros ruegos, Y de todos los peligros, Virgen
gloriosa y bendita, Defiende siempre a tus hijos.
DÍA PRIMERO - 3 DE SEPTIEMBRE
Oh Virgen
Madre MARÍA, cuyo
santísimo y augusto Nombre, que significa «Mar de
gracia» nos
descubre, que el Altísimo se complació en Vos desde toda eternidad, y por lo
mismo os preservó de la culpa original, en atención a los méritos previstos del
Redentor del mundo, que había de nacer de Vos: recibid el sincero parabién que
os damos no sólo por esta primera y especialísima gracia, con que fuisteis
enriquecida en vuestra Concepción inmaculada, sino también por todos los demás
dones, privilegios, prerrogativas y distinciones que la Beatísima Trinidad se
dignó reunir en vuestra alma, para que fueseis verdaderamente un mar inmenso de
gracias celestiales. Refluya, Madre nuestra,
en nosotros ese piélago soberano y alcáncenos vuestra poderosa intercesión
auxilios eficaces, con que solicitemos, obtengamos y conservemos la divina
gracia, para que, asemejándonos en la santidad a Vos, no desmerezcamos el
título de hijos vuestros, y después de celebrar en la tierra las glorías de
vuestro Nombre, bendigamos en el cielo con Vos al que vive y reina Dios por los
siglos de los siglos. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Ahora se rezarán cinco Ave Marías con un Gloria en
veneración de las cinco letras que componen el sagrado nombre de MARÍA, y se hará en silencio
la súplica de la gracia especial que se solicita.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Dulcísima
y amabilísima Virgen MARÍA, que os dignasteis tomar
bajo vuestra soberana protección el benéfico Instituto de las Escuelas Pías, y
honrarle y defenderle con el escudo de vuestro Nombre Sacrosanto; vednos aquí,
Señora, y Madre nuestra, que emulando la devoción de vuestro fervoroso y amante
siervo San José de Calasanz, nos acogemos también a la sombra saludable de tan
Augusto Nombre, confesándole gloria del Cielo, consuelo de los mortales, terror
de los Infiernos. Reconoced, ¡oh Virgen bendita!,
en nosotros a vuestros hijos, acordándoos que el Unigénito del eterno Padre y
también unigénito vuestro no se desdeñó de apellidarnos sus hermanos. Dadnos, os pedimos, una perpetua y devota memoria de vuestro
suavísimo Nombre. Sea este como manjar dulcísimo, como sabroso alimento para
nuestras almas. Ampárenos en nuestros peligros, en nuestras tribulaciones y
angustias, y en la hora de nuestra muerte no pereceremos, si nos hacéis la
gracia de que sepamos invocarle devotamente y con fervor. Venga también, oh Madre,
sobre nosotros todos cuantos nos hemos congregado para celebrar vuestro
venerable Nombre, la bendición divina que alcanzasteis de JESÚS para las Escuelas
Pías. Continuad protegiendo esta santa Institución, a sus individuos,
discípulos y bienhechores, para bien de la Iglesia y salvación de las almas.
Logremos todos por vuestra intercesión una vida penitente, y una muerte santa
en el ósculo del Señor. Amén.
GOZOS EN HONOR AL
SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
Fuisteis
hermosa, MARÍA,
Bello
Sol divino la Aurora:
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
Arca
de setim sois bella,
Labrada
con tal modelo,
Que
se encierra en ella el cielo,
Según
lo anuncia la estrella:
Todos
tenemos en ella
Para
el cielo norte y guía.
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
Una
religión fundasteis
Que
en la piedad esmerada
Siempre
es de Vos auxiliada
Desde
que Vos la dotasteis:
A
un nuevo José nombrasteis
Por
su jefe, Padre y guía.
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
Siempre
que el rosario os canta
Vuestro
escuadrón niño y tierno,
Aterra
a todo el Infierno
Y
al mismo Demonio espanta,
Al
punto al cielo levanta,
Cantando
el Ave María.
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
En
salud y enfermedad,
Virgen
Pía os llaman todos,
Pues
explicáis de mil modos
Con
todos, vuestra piedad:
Halla
en su necesidad
Remedio
el que en Vos confía.
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
Es
vuestro auxilio implorado
Medicina
a cualquier mal:
No
hay accidente fatal
Que
Vos no hayáis remediado:
Todo
enfermo desahuciado
Halla
en Vos la mejoría.
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
Fuisteis
hermosa, MARÍA,
Bello
Sol divino la Aurora:
Sednos
Madre y Protectora,
Virgen
de la Escuela Pía.
℣. Bendito sea el Sacratísimo Nombre de María.
℞. Desde ahora y para siempre.
ORACIÓN
Suplicámoste,
oh Dios omnipotente, hagas
que tus fieles, que se glorían del Nombre y de la protección de la Santísima
Virgen María, por su piadosa intercesión, sean librados de todos los males de
la tierra y merezcan llegar a los gozos eternos en los cielos. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Bendito y
alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Inmaculada Concepción de
María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, concebida sin pecado original
en el primer instante de su ser. Amén.
En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO - 4 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo Augusto Nombre de «Iluminadora» en su significación nos declara
haber sido Vos en vuestro nacimiento la brillante Aurora, que anunció al mundo
la próxima llegada del Eterno Sol de Justicia, Cristo JESÚS.
Seáis bendita, Oh Madre nuestra, por aquella luminosa claridad, con que
comenzasteis desde luego a disipar las tinieblas del mundo, iluminándole con
los ejemplos de vuestra vida inocentísima y con los beneficios de vuestra
ilimitada misericordia. Dignaos, Señora, iluminar nuestras almas con la memoria
de vuestras admirables y puras costumbres, y con los celestiales auxilios que
nos alcance vuestra solícita piedad. Vuestros ejemplos sean antorcha que guíe
nuestros pasos e ilumine nuestras sendas: vuestra misericordia alumbre los ojos
de nuestro corazón, para que no durmamos en la muerte del pecado. Aparezca vuestro Nombre sacrosanto en medio de nuestras últimas
agonías, y devotamente pronunciado disipe los temores de nuestras almas,
ahuyente de nosotros y nuestras habitaciones a los espíritus infernales, y
selle los últimos alientos de nuestra vida opaca que, terminada así felizmente,
prosigamos cantando vuestras alabanzas por toda la eternidad. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA TERCERO - 5 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen
Madre MARÍA, cuyo
Nombre Augusto interpretado «Estrella del Mar» nos
demuestra que fuisteis por Dios destinada para guía y consuelo de los mortales,
mientras fluctuamos por el turbulento mar de este mundo. Ved, Señora, y ved con
ojos compasivos cuán terribles son las olas de molestas tentaciones que nos
combaten, cuán formidables los escollos de los malos ejemplos que continuamente
se presentan a nuestra vista. Y nosotros, débiles, zozobramos a cada paso y
perdemos el rumbo de nuestra patria.
El cielo se nos oculta, y el abismo se abre
bajo nuestros pies, porque pecamos, y después que pecamos, somos acometidos de
la desconfianza y de la desesperación. ¡Oh, cuantas
veces, Virgen santa, si no hubiera sido por Vos, habríamos desconfiado de la
divina misericordia! Bendita seáis, Madre piadosísima, que cual Estrella
del mar habéis aparecido en nuestros corazones turbados con la memoria de
nuestras culpas, y habéis restituido a nuestras almas la calma y la serenidad.
No os ocultéis jamás a nuestra vista, no permitáis que nuestro corazón os
olvide, o deje de invocaros con fervorosa confianza. Porque ciertos estamos, ¡oh MARÍA!, que
siguiendo vuestra dirección no nos extraviamos, y pensando en Vos no erramos:
que con vuestra ayuda no caemos, y que, con vuestra protección, nada tenemos
que temer; que, si Vos nos guiais, no nos fatigamos, y si nos sois propicia
arribaremos con felicidad al puerto de la bienaventuranza, donde por siempre
cantaremos las glorias de vuestro Nombre. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA CUARTO - 6 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen
Madre MARÍA, cuyo venerable Nombre
significando «Señora» nos recuerda el
dominio que ejercéis sobre las celestiales, terrenas e infernales criaturas.
Grande admiración, ¡oh Madre!, consuelo y
alegría nos causa el contemplaros Señora universal. Sois Señora de los Ángeles,
y ante Vos, humana criatura, se postran reverentes los soberanos espíritus, que
muchos siglos antes de que Vos nacieseis, solo se postraron ante el supremo
Creador. Pero vuestra santidad casi infinita, y vuestra dignidad de Madre de
Dios os ha colocado sobre las celestiales jerarquías. Oh, ¡que grandeza la vuestra, Virgen poderosa! Si os
obedecen los Ángeles bienaventurados ¿cuánto de Vos
temblarán los espíritus malignos? ¡Y que
felicidad para nosotros, que Vos tengáis tal dominio! He aquí, Señora,
nuestros ojos se dirigen siempre a vuestras manos. De ellas nos ha venido
cuanto bueno poseemos, de ellas esperamos recibir cuanto necesitamos, por ellas
queremos ofrecer al Señor cuanto de bueno practiquemos con su gracia. Nuestro
corazón suspira por amaros, ansían nuestros labios bendeciros, desea veneraros
nuestro espíritu y nuestra alma se complace en suplicaros. Admitid, Señora, nuestros obsequios y ejerciendo vuestro dominio
contra los enemigos de nuestras almas, alejadlos de nosotros en la hora de
nuestra muerte, para que libres de su tiranía nos gocemos eternamente en
vuestra amable servidumbre. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA QUINTO - 7 DE
SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen
Madre MARÍA, cuyo santo Nombre
interpretado «Mirra del mar», nos descubre los frutos
admirables de vuestras virtudes perfectísimas. Fuisteis de cierto, Madre
nuestra, mirra suavísima y escogida en la presencia del Altísimo. Atraído por
su olor, el Rey de la Gloria descendió del seno del eterno Padre a morar en
vuestro vientre, y engendrasteis así Vos en el mundo la perla de la
inmortalidad. Llena después de amargura en la Pasión de vuestro querido JESÚS, y abrasada en el fuego de la caridad más
sublime, exhalasteis una suavidad tan fragante, que embalsamó los cielos y la
tierra recreando maravillosamente a sus moradores. La Iglesia se goza aun
percibiendo el aroma exquisito de vuestro corazón sacrificado por los pecadores
al pie de la Cruz en la cima del Calvario. Oh Madre querida, seamos semejantes
a ti los que nos gloriamos de ser hijos vuestros. La memoria de vuestras penas
toleradas por nuestro amor, amargue nuestros corazones con la mirra de la
compunción y encendidos nuestros pechos en el amor de JESÚS
ofendido, destilen esta mirra nuestros ojos en abundantes lágrimas, y
destílenla nuestras manos en obras de virtud y penitencia. Seremos entonces buen olor de Jesucristo, y el Señor no rehusará
habitar en nuestras almas por su gracia, hasta que logremos con la misma ser
coronados de gloria en la feliz eternidad. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La
Oración y los Gozos se dirán todos los días.
DÍA SEXTO - 8 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen
Madre MARÍA, que os dignasteis
interpretar vuestro sagrado Nombre «Madre de
misericordia», a fin de consolar a un
siervo vuestro en la hora de su muerte. ¿A quién
mejor que a Vos clamaremos nosotros, miserables y desolados, implorando el
alivio de nuestros males y miserias? ¿A quién mejor que a Vos, verdadera Madre
de misericordia? Oh Madre santa, Madre única, Madre inmaculada, Madre
incorrupta, Madre de misericordia, Madre de piedad y de indulgencia, abrid
vuestro seno piadoso y recibid en él a los que estamos muertos por la culpa.
Hijos pródigos, pero ya arrepentidos clamamos a Vos, y con todas las veras de
nuestro corazón llenos de confianza os apellidamos Madre nuestra. Y recordamos ¡oh!, con cuanto agradecimiento, las veces
innumerables que nos habéis protegido, defendido y excusado con el divino
Padre. ¡Qué fuera ya de nosotros sin vuestra
mediación, Madre amantísima! Continuad, Virgen pía, vuestros oficios de
maternal misericordia para con nosotros desdichados pecadores. Vos sois nuestro
refugio. Vos nuestro consuelo; en Vos está nuestra esperanza durante la vida, y
en Vos confiaremos, cuando acercándose el momento de comparecer ante el
tribunal de Jesucristo, pida justicia contra nosotros nuestro común enemigo. Haced, oh Madre, que en aquel instante os invoquemos fervorosos
y responded piadosa a nuestra invocación; tomad a vuestro cargo nuestra
defensa, y aplacado el divino Juez por vuestra intercesión logremos con Vos
bendecirle por los siglos de los siglos. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO - 9 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen
Madre MARÍA, «toda dulzura y toda
suavidad», como
lo declara vuestro Nombre sacrosanto, ¿Quién podrá
dignamente celebrar la dulzura de vuestro trato y la benignidad de vuestra
condición? Una sola palabra vuestra llenó de alegría al mundo y
regalando dulcemente los oídos del divino Esposo, os hizo al mismo tiempo
Esposa suya, Madre de Dios. Saludasteis a vuestra prima Isabel, y apenas
vuestra dulce voz resonó en sus oídos, el hijo que llevaba en sus entrañas, dio
saltos de gozo y ella misma fue llena del Espíritu Santo. Oigamos, Madre
nuestra, también vuestra voz; habladnos, Madre dulcísima, eficazmente al
corazón. Ya sabemos, que nos diréis como a los sirvientes de las bodas de Caná:
«Haced lo que mi Hijo os diga»: Dadnos,
pues, que llegue a los oídos de nuestra alma esta vuestra voz, y dadnos
voluntad de cumplirla con prontitud y perfección. Habladnos así mismo, Madre
querida, en la hora de nuestra muerte, allí entre los clamores y remordimientos
de nuestra conciencia suene vuestra voz en nuestros oídos: cuando en medio de nuestras agonías os digamos: Madre, oigamos
de vuestros labios el dulce nombre de hijos, y consolados y reanimados con tal
palabra volemos en vuestros brazos a bendecir para siempre vuestro Nombre en
las moradas eternas de la gloria. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO - 10 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo sagrado Nombre nos revela vuestra celestial hermosura. Nosotros,
Madre bella, nos complacemos singularmente en contemplaros superior en belleza
a todas las criaturas sensibles e insensibles producidas por la sabia mano del
Omnipotente. Con indecible gozo de nuestra alma os predicamos hermosa cual la
luna en su plenitud y escogida como el sol. Os miramos y admiramos toda linda,
toda bella, sin mancha alguna ni sombra de pecado o de ignorancia. Nos
congratulamos de tener una Madre que fue siempre objeto de las complacencias
del Altísimo; alábenla los astros de la mañana, y cuya hermosura celebran el
sol y la luna admirados, con júbilo universal de los hijos de Dios. Oh
felicísima, oh bellísima, oh hermosísima sobre todas las hermosuras inferiores
al Creador. Cautive, Madre querida, vuestra casta belleza nuestros corazones, y
enamorados estos de vuestras gracias singulares, jamás sean presa del amor
profano, ni se dejen seducir de la pasajera hermosura de los cuerpos
corruptibles. Agrádenos solamente la belleza de la virtud, la hermosura de la
gracia, el resplandor de la inocencia, estas bellezas que no pasan con los
años, que no se marchitan con la enfermedad, estas bellezas que la muerte
perfecciona y eterniza. Amemos, ¡oh MARÍA!, tu
belleza celestial, y para poder gozarla
conservemos por tu intercesión limpias de toda culpa nuestras almas, a fin de que,
terminada nuestra carrera mortal, logremos ser eternos admiradores de vuestra
belleza en la mansión de los justos. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
DÍA NOVENO - 11 DE SEPTIEMBRE
Por
la señal...
Acto
de Contrición, Oración preparatoria y la Jaculatoria.
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo
sagrado Nombre interpretado por San Juan Crisóstomo: «Gran Milagro», nos revela
vuestra suma perfección, y nos enseña a miraros como la criatura predilecta del
Altísimo. Así es en verdad, Madre nuestra, con placer indecible lo reconocemos
y confesamos. Milagro sois de la gracia que se anticipó a la muerte de
Jesucristo para redimiros en virtud suya y librarnos de la culpa original.
Milagro sois del divino Espíritu, por cuya soberana operación brillan en Vos
juntamente la flor de la Virginidad, y los frutos de la Maternidad, siendo
Virgen fecunda y Madre intacta. Milagro sois que al cielo Asombra,
contemplándoos criatura y Madre del Creador. Haced, ¡oh
Madre!, que la consideración de
tanta grandeza vuestra excite en nuestras almas vivos deseos de contemplaros
eternamente, y que para conseguir tanta dicha nos resolvamos de una vez a
renunciar al pecado y practicar las máximas del Evangelio, cuya fiel y
constante observancia nos haga merecedores de gozar de vuestra presencia y
bendecir con Vos en el Cielo al que vive y reina Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
—Se repite
la jaculatoria: «A tu amparo», etc. Rezar cinco Avemarías y un Gloria Patri. La Oración y los
Gozos se dirán todos los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario