Con
aprobación del Ordinario. Barcelona
-1859.
Imprenta
de Pablo Riera.
COMENZAMOS: 20 de septiembre.
FINALIZAMOS: 28 de septiembre.
FESTIVIDAD: 29 de septiembre.
EXCELENCIAS
DEL GLORIOSO SAN MIGUEL.
Dios, ser supremo y perfectísimo, para manifestar
su poder y sabiduría, y comunicar su bondad creo el cielo y la tierra. En el
cielo puso Ángeles, en la tierra colocó el hombre. Los Ángeles, unos fueron
fieles a Dios, y quedaron confirmados en gracia; otros le fueron infieles, y de
Ángeles se transformaron en demonios, enemigos de Dios y adversarios del
hombre. Tendiéronle a estos lazos y le hicieron caer miserablemente en pecado,
quedando desnudo de la gracia santificante e indigno del cielo a que había sido
destinado.
Criado el hombre a imagen y semejanza de Dios,
oscureció en sí mismo esta imagen degradándose por el pecado. Dios, no obstante,
en manifestación de su bondad y misericordia, quiso ser su Restaurador y Redentor.
Para honrar a los Ángeles que le habían sido fieles, los asocios como
cooperadores a la salvación de los hombres, a quienes debían prestar con este
objeto amparo, consuelo y protección. Se distingue entre ellos el gloriosísimo
príncipe san Miguel, a quien Dios destinó para presidir los nueve coros de los Ángeles,
en frenar a los demonios y proteger a la Iglesia militante.
El príncipe san Miguel es el supremo entre los
Serafines, por ser el más enriquecido de gracias y prerrogativas entre todos
los espíritus angélicos: es el generalísimo de los ejércitos de Dios, el que
señala los Ángeles de guarda a cada uno de los hombres, para que los defiendan
y les presten toda especie de buenos servicios a fin de obtener la salvación
eterna y ser con ellos ciudadanos del cielo. Es san Miguel el más favorecido de
la santísima Trinidad; es el grande amigo de Jesucristo, y el amado de María
santísima: es, finalmente, el encargado de Dios para recibir las almas de los
justos al separarse de sus cuerpos, y el que las defiende en el día del juicio.
Dice san Gregorio, que siempre que Dios obra
alguna maravilla en el mundo, siempre que dispensa alguna gran misericordia, lo
hace todo por medio de san Miguel. Así es que san Miguel detuvo el brazo de Abrahán
y salvó la vida a Isaac; libró al inocente Jacob de las repetidas persecuciones
de su pérfido hermano Esaú; se apareció a Moisés representando a Dios en la zarza;
sacó al pueblo hebreo del cautiverio de Egipto; le dio la ley en el monte
Sinaí, haciendo las veces de Dios; condujo a este pueblo por el desierto a la
tierra de promisión y protegió la Sinagoga ; se apareció y animó a Josué y á Gedeón
, y mató a 185.000 soldados del ejército del blasfemo Senaquerib. Él fue quien
se apareció á Balaán y le reprendió. Él quien se apareció a los tres jóvenes en
el horno de Babilonia y les libró del incendio: él llevó a Habacuc al lago de
los leones en que se hallaba Daniel; y él, por fin, fue el dispensero del gran
profeta de Dios, Elías.
No solo en la antigua ley prestó san Miguel
estos grandes servicios al género humano, sino que también los presta en la ley
de gracia, y los continuará hasta al fin del mundo. San Miguel se apareció á
Constantino, y se apareció también en el monte Gárgano. Él alegra y anima las
reuniones de los Católicos, hace invencibles a los fieles que le siguen,
conforta a los pusilánimes, da confianza y ánimo a los pecadores que se quieren
convertir, reprime los vicios, calma las pasiones y rechaza el ímpetu de los
demonios tentadores.
Ahora san Miguel con sus Ángeles pelea contra
Lucifer y sus secuaces, pero será más reñida la batalla al fin del mundo. Entonces
a san Miguel se le juntará Elías, gran profeta y santo sacerdote, y con este aquellos
sacerdotes que tendrán la virtud y el espíritu de Elías. Se juntará además a san
Miguel Enoc, seglar justo y bueno, y con él aquellos buenos seglares que, como Enoc,
andan siempre en la presencia de Dios, que son caritativos, que socorren las
necesidades corporales y espirituales de los prójimos.
San Miguel con sus Ángeles, Elías con los
buenos sacerdotes, y Enoc con los buenos seglares, todos formarán un grande ejército
que, dirigido por san Miguel, peleará contra el ejército de Lucifer que se compondrá
de demonios, de malos sacerdotes como Judas, y de seglares impíos, injustos e
inmorales, y este ejército se llamará del Anticristo, porque será enemigo de
Cristo, de sus leyes, preceptos y consejos; de sus santos Sacramentos, y de las
almas que Jesucristo redimió.
Todo el ejército de Lucifer o del Anticristo
será vencido por Jesucristo: sí, Jesús dará la sentencia, y san Miguel, como príncipe
supremo de la justicia divina, la ejecutará, dice santo Tomás.
San
Miguel en el día del juicio final, en que Jesús vendrá a juzgar a todos,
llevará el estandarte de la santa cruz, ya como príncipe supremo de las tres
jerarquías, ya también por la excelencia de su naturaleza, ya finalmente por la
dignidad de gracia y gloria.
Todos los buenos sacerdotes y los buenos
seglares nos debemos juntar y unir al ejército de los Ángeles, y todos debemos formar
un cuerpo bien unido y compacto, con un solo corazón y una sola alma, bajo la protección
y dirección de san Miguel, diciendo: ¿Quién como Dios?... Así podremos estar
seguros de reportar con él la victoria y alcanzar también con él la corona del
triunfo y de la vida. Amén.
NOVENA AL GLORIOSO SAN MIGUEL.
Por la señal ✠
de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío
Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por
ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de
apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la
penitencia que me fuere impuesta: ofrezcoos mi vida, obras y trabajos en
satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en
vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los
merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis
gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la
muerte. Amén.
ORACION PARA TODOS LOS
DIAS.
Dios y
Señor mío, Padre de misericordia y de toda consolación: con
toda la espontaneidad de mi voluntad y con toda la resolución y firmeza de que
es capaz mi corazón ayudado de vuestra divina gracia, me presento para que os
dignéis recibirme en el número de vuestros humildes y fervorosos siervos bajo
la dirección del glorioso san Miguel. Con muchísimo gusto de mi alma vestiré la
librea de la humildad, observaré la limpieza de la castidad según mi estado,
embrazaré el escudo de la paciencia con que resistiré los dardos que me podrán
disparar los enemigos del mundo, demonio y carne; me armaré del santo celo con
que procuraré la mayor gloria vuestra y la salvación de las almas, ocupándome
con esmero en enseñar la verdad y en desvanecer la ignorancia, en extirpar
vicios y en plantar virtudes en mí mismo y en todos mis prójimos. Esta es mi resolución, la que espero cumplir ayudado de la
divina gracia que confió conseguir por los méritos de Jesucristo, Hijo vuestro
y Señor nuestro, por la intercesión de María santísima, por la del glorioso san
Miguel y la de los demás Ángeles y Santos.
Amén.
DIA PRIMERO —20 de septiembre
ORACIÓN
Dios y
Señor de los espíritus celestiales del primer coro,
llamados Serafines
porque
están encendidísimos en el fuego de vuestro amor: os ofrezco los méritos de
estos fervorosos espíritus y los de vuestro amado y amante san Miguel, y os suplico me concedáis la gracia de que yo os ame a Vos, único
Dios y Señor mío, sobre todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mi alma,
con todo mi entendimiento y con todas mis fuerzas, haciendo que todos os amen y
que nadie os ofenda. Amén.
—Aquí se
rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en unión de los nueve coros de
los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego sigue…
ORACION AL SANTO.
¡Oh
gloriosísimo san Miguel! príncipe
de los ejércitos celestiales, terror de los espíritus malignos y sus secuaces,
grande y admirable capitán después de Jesucristo, condecorado de especialísima
gracia, excelencia y virtud; libradnos de toda adversidad, haced que amemos a
Dios con todo fervor, y que cada día adelantemos en su santo servicio.
℣. Rogad por nosotros, glorioso san Miguel,
protector de la Iglesia católica.
℟.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Nuestro Señor Jesucristo.
ORACION
Omnipotente
y sempiterno Dios, que por vuestra suma
bondad y misericordia infinita destinasteis para gloria vuestra y salud de los
hombres al gloriosísimo príncipe san Miguel: concedednos que por su intercesión y eficaz auxilio merezcamos
ahora ser defendidos de todos nuestros enemigos, y en la hora de la muerte
seamos libres y presentados benignamente ante el trono de vuestra Majestad excelsa.
Amén.
GOZOS DEL ARCANGEL SAN
MIGUEL.
Pues
en la corte del cielo
Gozáis
tan altos blasones:
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
De
la escuadra celestial
Sois
el primer coronel,
Que
al atrevido Luzbel
Venciste
en guerra campal,
Echando
al fuego infernal
Su
rabia y furioso anhelo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
Vos
al pueblo de Israel
Sacasteis
libre a buen puerto,
Y
guiasteis en el desierto
Porque
a Dios sirviese fiel,
Dándole
por pan, aquel
Maná
que bajó del cielo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
Cuando
Cristo en oración
Estaba
en el huerto triste,
Tú
del cielo le trajiste
El
consuelo en su aflicción;
Le
animaste en la ocasión
De
su mayor desconsuelo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
Las
empresas más gloriosas
Fia
Dios a tu destreza,
Y
emplea tu fortaleza
En
las más dificultosas:
Haces
cosas tan pasmosas,
Que
admiran a tierra y cielo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
Abogado
y protector
De
la Iglesia militante,
Cuidas
siempre vigilante
De
darle auxilio y favor:
Y
cuanto el riesgo es mayor,
Tanto
es mayor tu desvelo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
De
vuestro amparo sagrado
Fiamos
en nuestra muerte
Seguro
el logro, y la suerte
De
salvación, pues postrado
Huye
el infierno turbado
Del
brazo de vuestro celo.
Dad
a nuestros corazones,
Arcángel
Miguel, consuelo.
℣. En presencia de los ángeles te cantaré,
Dios mío.
℟. Adoraré en tu santo templo y confesaré tu
nombre.
ORACIÓN
Dios
todopoderoso y eterno, que,
para la salvación de la humanidad, con tu mayor clemencia, has delegado
maravillosamente al gloriosísimo Príncipe de tu Iglesia, el arcángel Miguel,
concédenos que con su saludable asistencia merezcamos aquí ser defendidos de
todos los enemigos, y ser librados en nuestra muerte, y ser presentados con la
mayor bendición a vuestra exaltada majestad. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
En el
nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DIA SEGUNDO —21 de septiembre
Por
la señal…
Acto
de contrición, oración para todos los días.
ORACION
Dios y
Señor de los espíritus celestiales
del segundo coro, llamados Querubines
porque están adornados de perfectísima sabiduría: os ofrezco los merecimientos
de estos espíritus sapientísimos y los del glorioso san Miguel, príncipe de los
sabios del cielo y maestro brillantísimo de los que han sido más sabios de la
tierra, y os suplico me concedáis
la gracia de conocer lo que debo hacer para cumplir vuestra santa voluntad, y
saberlo enseñar a los demás a fin de que todos os conozcamos y amemos aquí en
la tierra y después allá en el cielo. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y Ave María en
unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san Miguel. Luego
sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DIA TERCERO —22 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios
y Señor de los espíritus celestiales del tercer coro, llamados Tronos, en
quienes descansáis como en trono de vuestra gloria, y os sentáis como en
tribunal de justicia: os ofrezco los merecimientos de estos espíritus altísimos
y los del glorioso san Miguel, trono esclarecidísimo de vuestra grandeza y
ministro supremo de vuestra justicia, para que me
concedáis la gracia de recibiros por medio de la sagrada Comunión en el trono
de mi corazón, y desde este trono juzgadme, no según merecen mis faltas, sino
según vuestra gran misericordia, para así conseguir la salvación. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DIA CUARTO —23 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios y Señor de los espíritus celestiales del cuarto
coro, llamados Dominaciones, que presiden a los coros inferiores y son ministros de
vuestra Providencia: os ofrezco los merecimientos de estos espíritus
eminentísimos y los de vuestro primer ministro el glorioso san Miguel, para que me concedáis un perfecto señorío sobre mis pasiones y
una perfecta obediencia a vuestra santa ley y a todos mis superiores, a fin de
poder así conseguir el premio que está reservado a los que son obedientes hasta
la muerte, como nos lo enseñó Jesucristo, Señor nuestro e Hijo vuestro, que con
Vos y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DIA QUINTO —24 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios y Señor de los
espíritus celestiales del quinto coro, llamados Virtudes, por las cuales hacéis milagros propios
de vuestro soberano poder, gobernando la naturaleza para que sirva a vuestra
mayor honra y gloria: os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus
prodigiosos y los del glorioso príncipe san Miguel, principal instrumento de
todas las maravillas que obráis en el universo, y os suplico me concedáis que, vencidas las malas inclinaciones
de la corrompida naturaleza, conserve y aumente vuestra gracia y alcance la
eterna gloria.
Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DÍA SEXTO —25 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios
y Señor de los espíritus celestiales del sexto coro, que son las Potestades, así llamados por el especial poder que
les habéis dado para refrenar a los demonios: os ofrezco, Señor, los
merecimientos de estos espíritus poderosísimos y los del glorioso príncipe san
Miguel, que alcanzó sobre Lucifer y sus secuaces la mayor de las victorias; y
con la misma felicidad pelea continuamente a favor del hombre y contra todos
sus enemigos, os suplico humildemente
me concedáis los auxilios necesarios para pelear con él legítimamente, y así
merecer la corona de la gloria. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DÍA SÉPTIMO —26 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios y Señor de los espíritus celestiales del séptimo
coro, llamados Principados porque en ellos habéis confiado la guarda de
los reinos y naciones: os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus
excelentísimos y los del glorioso príncipe san Miguel, guarda principal de
todos los reinos cristianos y de la Iglesia, y os suplico humildemente guardéis
mi alma y cuerpo, potencias y sentidos de todo desorden, de pasiones y
tentaciones; y espero que vendrá en mí vuestro santo reino, que Vos y solo Vos
mandaréis en él, y yo con sumo gozo,
prontitud y fervor obedeceré vuestras santas leyes. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DÍA OCTAVO —27 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios y
Señor de los espíritus celestiales del octavo coro, que son los Arcángeles, así
llamados porque acostumbráis confiarles los negocios gravísimos de vuestra
honra y gloria: os ofrezco, Señor, los méritos de estos espíritus nobilísimos y
los del glorioso san Miguel que tanto se distinguió en la gran lucha, y que tan
heroicamente defendió vuestra honra y gloria contra Lucifer y sus secuaces, os suplico me deis gracia y fortaleza para vencer y superar a
todos los enemigos de mi salvación, a fin de conseguir así la gloria del cielo,
donde cantaré eternamente vuestras misericordias. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
DÍA NOVENO —28 de septiembre
Por la señal…
Acto de contrición, oración para todos
los días.
ORACIÓN
Dios y Señor de los espíritus celestiales del noveno coro,
llamados Ángeles porque los enviáis para guardar a los hombres en todos
los caminos de su salvación: os ofrezco, Señor, los merecimientos de estos espíritus
soberanos y los del glorioso príncipe san Miguel, que por sí y por medio de los
Ángeles guarda a los hombres y a toda la naturaleza humana, y os suplicó me guardéis de todo pecado, me concedáis una pureza
angélica, y el llegar felizmente a la gloria del cielo, donde os veré cara a
cara y os amaré con toda perfección y por toda la eternidad. Amén.
—Aquí se rezará nueve veces el Padre nuestro y
Ave María en unión de los nueve coros de los Ángeles y de su príncipe san
Miguel. Luego sigue… Oración al Santo, gozos con oración final.
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