La
Novena fue aprobada por Mons. Manuel José Caicedo Martínez, Arzobispo de
Medellín (Colombia), el 4 de Julio de 1929. Puede rezarse en cualquier momento
del año, pero especialmente en preparación al Viernes de Pasión (los Dolores de
Nuestra Señora), y al 15 de Septiembre.
COMENZAMOS: 6 de septiembre.
FINALIZAMOS: 14 de septiembre.
FESTIVIDAD: 15 de septiembre.
NOVENA EN
HONOR A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Postrados
de rodillas delante de la Virgen de los Dolores, se comenzará en la forma siguiente:
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos
Señor
✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠,
y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA
TODOS LOS DÍAS
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre
verdadero, yo, la más ingrata de todas las
criaturas, reconozco, adoro y reverencio vuestro divino incomprensible Ser
creyendo como creo que sois sumamente santo y bueno, que sois justísimo
remunerador y que perdonáis a los pecadores; y esperando como espero en vuestra
infinita misericordia, que me habéis de perdonar y salvar, digo,
Señor, con todo mi corazón que me pesa de haberos ofendido, por ser Vos quien
sois, infinitamente santo y bueno, y porque os amo y os estimo sobre todas las
cosas, propongo firmemente con vuestra divina gracia, no volveré a disgustaros
en adelante. Misericordia,
Señor, y para conseguirla os suplico pongáis los ojos en los acerbísimos
dolores de vuestra Santísima Madre, los cuales os ofrezco para alcanzar el
perdón de mis pecados. Amén
ORACIÓN PREPARATORIA
PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísima y Santísima María, Madre del mejor Hijo y la más afligida de todas las madres; por las acerbísimas penas que padecisteis al pie de la cruz, asistiendo a las agonías y muerte de vuestro Santísimo Hijo, y todas las ofrecisteis desde entonces para que los pecadores tuvieran una buena y santa muerte, os pido no permitáis que se malogren en mí vuestros amorosos deseos, sino que asistiéndome con vuestro poderoso patrocinio en las agonías y congojas de la muerte, logréis el precio de la sangre de vuestro Santísimo Hijo y el fruto de vuestros dolores.
DÍA PRIMERO - 6 DE SEPTIEMBRE
Tristísima y
dolorosísima Virgen María, Señora Nuestra, que siguiendo los pasos de
Nuestro Señor Jesucristo vuestro precioso Hijo con la cruz a cuestas por la
calle de la Amargura habéis llegado al Calvario, que es el monte de mirra a
donde os convidó vuestro esposo el Espíritu Santo: abrazad,
Señora mía, todos los dolores que os esperan y los tormentos de vuestro Hijo, y
puestos todos en vuestro corazón, como un ramillete de mirra ofrecedle al
Eterno Padre, para que ablandando la dureza de mi corazón, conciba un verdadero
dolor de mis pecados en especial en la hora de mi muerte. Alcanzadme de vuestro crucificado Hijo y
Señor mío, el favor que os pido en esta Novena, si ha de ser para gloria suya y
bien de mi alma. Amén.
—Siete
Avemarías en reverencia de los siete dolores.
ORACIÓN PARA TODOS LOS
DÍAS
Soberana Virgen María, Madre
amorosísima de los pecadores, que tenéis en el ara de la cruz a vuestro
unigénito Hijo, ofrecedlo al Eterno Padre en agradable sacrificio para remedio
de los hombres y satisfacción superabundante de sus culpas; pedidle
que ponga los ojos en su benditísimo Hijo y en Vos su afligida Madre que se
duela de las almas de los infieles y herejes atrayéndolos al gremio de la Santa
Iglesia; que se compadezca de los cristianos que están en desgracia suya,
reduciéndolos al conocimiento de su infeliz estado y a hacer la penitencia de
sus culpas; y que mire con especial compasión a los que en la hora presente se
hallan en las agonías de la muerte ayudándoles en su trabajo.
SALUTACIÓN A LAS LLAGAS
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Crucificado Jesús, Dios y Señor nuestro; ya que nos pusisteis bajo el amparo de vuestra Madre Santísima como hijos de sus dolores, nacidos entre lágrimas, tened misericordia de todos los cristianos y especialmente de los que estamos juntos haciendo esta novena, en agradecida memoria de sus penas; y confesamos, a pesar del Infierno, ser hijos y esclavos suyos, señalados con las lágrimas, para que en la hora de la muerte nos reconozca por suyos. También os pedimos, Señor, en especial por aquella amargura que sintió vuestra alma santísima cuando se arrancó de vuestro purísimo cuerpo, que tengáis piedad de nuestras almas cuando se separen de sus cuerpos. Amén.
Saludóte,
¡oh santísima llaga del pie izquierdo de mi Señor
Jesucristo!, y te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he
ofendido con todos mis pecados y movimientos. Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Saludóte, ¡oh santísima
llaga del pie derecho de mi Señor Jesucristo!, y te pido, Señor, por
ella me perdones cuanto te he ofendido con todas mis acciones y palabras. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
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Saludóte, ¡oh santísima llaga de la mano izquierda de mi Señor Jesucristo!, y
te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con mi vista y demás
sentidos. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Saludóte, ¡oh santísima llaga de la mano derecha de mi Señor Jesucristo!, y
te pido, Señor, por ella me perdones cuanto te he ofendido con el mal empleo de
mi memoria, entendimiento y voluntad. Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
Saludóte, ¡oh santísima llaga del costado de mi Señor Jesucristo!, y
te pido, Señor, por ella, que, así como fue herido tu Corazón con el hierro de
la lanza y el de tu Madre dolorosísima con el cuchillo de su dolor, así se
penetre el mío en sus soberanas luces para siempre amarte y nunca ofenderte,
queriendo antes morir que pecar. Padre nuestro, Ave
María y Gloria.
ORACIÓN
Dios de mi corazón y Señor mío Jesucristo, por las
cinco llagas que, en la cruz, y por las innumerabes que en la Pasión os
imprimió vuestro amor, os pedimos que según vuestra misericordia infinita
reconozcáis a los que redimisteis con vuestra preciosa Sangre y los conduzcáis
a la vida eterna.
—Padre
nuestro, Ave María y Gloria.
GOZOS
Virgen
Reina singular,
Pues
eres fuente de amor,
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Estaba
junto a la Cruz
La
Madre de Dios hermosa,
Afligida
y dolorosa,
Viendo
pendiente a Jesús
Allí
fue su alma, en rigor,
Herida
con el pesar.
Hazme
sentir tu dolor
Para contigo
llorar.
Con
la más aguda espada
Del
dolor y de la pena,
Se
ve hoy de aflicciones llena
La
Madre de Dios amada,
Su
sentimiento es mayor
Que
se pueda imaginar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
La
que con pecho sentido
Piadosa
se entristecía,
Cuando
la pena veía
De
su Hijo escarnecido;
¿Cómo el
hombre pecador
No llora
aquí sin cesar?
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
¿Y qué
mortal no llorará
Con el
dolor nunca visto,
Si allí a
la Madre de Cristo
En tanta
pena mirara?
Pues
quisiera por su amor
El
corazón derramar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
¿Y quién
no se entristeciera
De su
dolor tan prolijo,
Si padecer
con el Hijo
A la dulce
Madre viera,
Y viendo
que el Redentor
Su sangre
va a derramar?
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Por
pecados de sus gentes,
Después
de ser azotado,
Vio
en la Cruz atormentado,
A
Jesús su Hijo inocente;
¡Oh Madre
del Salvador,
Yo siento
vuestro pesar!
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Vio
la muy piadosa Madre
Que
ya su Hijo muy amado,
Muriendo
desamparado
Volvió
su espíritu al Padre:
Aquí
es la pena mayor
Que
le deja amargo mar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Hazme
que llegue a abrasar
En
amor mi corazón,
Para
que con perfección
A
Cristo Dios pueda amar:
Espero,
Madre de amor,
Esta
merced alcanzar.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Haz
que, a Cristo, de tal suerte,
Acompañe
en su Pasión,
Que
siempre en mi corazón
Lleve
presente la muerte:
Fijando
de aquel Señor,
En
mi corazón, las llagas.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Y,
cuando sea preciso
Que
el cuerpo haya de morir,
Logre
mi alma, al partir,
La
Gloria del Paraíso,
Ruégote,
Madre, me hagas
Esa
merced y favor.
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
Virgen
Reina singular,
Pues
eres fuente de amor,
Hazme
sentir tu dolor
Para
contigo llorar.
℣.
Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima.
℟.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
¡Oh Dios!, en
cuya Pasión el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre María, según la
profecía de Simeón, fue traspasada con cuchillo de dolor: concede
propicio que cuantos meditamos devotamente sus dolores, alcancemos los dichosos
frutos de tu Pasión: Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Vos que llena de dolores
Estáis al pie de la
cruz,
¡Oh dulce
Madre!, dad luz
A todos los pecadores;
Escuchad nuestros
clamores,
Dadnos valor y alegría,
Para que en toda agonía
No busquemos más
consuelo
Que el vuestro y alto
Cielo.
Sednos también norte y
guía.
—Una Salve
por las necesidades presentes.
LETANÍA DE NUESTRA
SEÑORA DE LOS DOLORES
Señor,
ten piedad de nosotros.
Cristo,
ten piedad de nosotros.
Señor,
ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo,
atiéndenos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que sois un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes,
Ruega
por nosotros.
Madre Crucificada, Ruega por nosotros.
Madre Dolorosa, Ruega
por nosotros.
Madre lacrimosa, Ruega por nosotros.
Madre aflicta, Ruega por nosotros.
Madre abandonada, Ruega por nosotros.
Madre desolada,
Ruega por nosotros.
Madre despojada de su Hijo, Ruega por nosotros.
Madre traspasada por la espada, Ruega por nosotros.
Madre consumida por el infortunio, Ruega por nosotros.
Madre repleta de angustias, Ruega por nosotros.
Madre con el corazón clavado a la Cruz, Ruega
por nosotros.
Madre tristísima, Ruega por
nosotros.
Fuente de lágrimas, Ruega por nosotros.
Auge de sufrimiento, Ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.
Roca de constancia, Ruega por nosotros.
Áncora de confianza, Ruega por nosotros.
Refugio de los desamparados, Ruega por nosotros.
Escudo de los oprimidos, Ruega por nosotros.
Vencedora
de los incrédulos, Ruega por nosotros.
Consuelo
de los miserables, Ruega por nosotros.
Remedio
de los enfermos, Ruega por nosotros.
Fortaleza
de los flacos, Ruega por nosotros.
Puerto
de los náufragos, Ruega por nosotros.
Bonanza
en las borrascas, Ruega por nosotros.
Recurso de los afligidos, Ruega por nosotros.
Terror de los que arman celadas, Ruega por nosotros.
Tesoro de los fieles, Ruega por nosotros.
Vista de los Profetas, Ruega
por nosotros.
Báculo de los Apóstoles, Ruega
por nosotros.
Corona de los Mártires, Ruega
por nosotros.
Luz de los Confesores, Ruega
por nosotros.
Perla de las Vírgenes, Ruega
por nosotros.
Consolación de las viudas, Ruega
por nosotros.
Alegría de todos los Santos,
Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Atiéndenos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros,
Jesús.
Antífona: Velad por nosotros, defendednos,
preservadnos de todas las angustias, por la virtud de Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN
Imprimid, Señora, vuestras
llagas en mi corazón, para que en ellas recoja dolor y amor: dolor,
para soportar por vos todos los dolores, amor, para despreciar por vos todos
los amores. Amén.
JACULATORIA
Virgen dolorosa,
dignaos presentar al Eterno Padre la preciosísima Sangre de vuestro
divino Hijo, suplicándole que por sus divinos méritos se digne impedir en esta
hora algún pecado mortal en cualquier parte del mundo. Amén.
(300 días de Indulgencia).
En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.