viernes, 14 de marzo de 2025

NOVENA EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL.

 


Traducción y adaptación de la Novena publicada originalmente en Italiano a fines del siglo XVIII y reimpresa en Florencia, en la tipografía de San Antonino, año 1864. El Papa Pío VII, mediante rescripto del 27 de Febrero de 1799, confirmado por rescripto del 9 de Mayo de 1820, se dignó conceder 120 días de Indulgencia por cada día de la Novena. El Salmo 66 es de la traducción de Mons. Felipe Scío de San Miguel; y los Gozos son tradicionales, sin autor ni fecha conocidos.

 

COMENZAMOS: 15 de marzo.

FINALIZAMOS: 23 de marzo.

FESTIVIDAD VETUS ORDO: 24 de marzo.

 

INTRODUCCIÓN


Nunca es demasiada nuestra devoción y el reconocimiento que debemos profesar a Dios por la obra inefable de su Encarnación. Podía Dios ciertamente comunicar inmediatamente a María tan grande Misterio, y sin otro Mediador requerirle a la misma el consenso para la Divina Maternidad. Mas, así como los Ángeles son destinados por la Divina Providencia como Ministros especiales de nuestra salvación y, como dice Santo Tomás de Aquino, mediántibus Ángelis Divína ad hómines pervéniunt [Por medio de los Ángeles, lo divino viene a los hombres] (Suma Teológica, Parte III, cuestión 30, art. 2º, conclusión); así quiso Dios servirse del Arcángel San Gabriel para manifestar la máxima de todas las obras de su Omnipotencia, y de su Misericordia en favor del hombre.

 

Será adorar la sapientísima determinación de la Providencia misma obsequiar en los nueve días precedentes de la Fiesta al Santo Arcángel, y mucho más revelar a nuestra instrucción las de Su gloria por el saludo hecho, y el Coloquio tenido con María en el cumplimiento de su misión; y podrá también servirnos de medio para demostrar en cualquier manera nuestra gratitud a Dios por su excesivo amor.

 

Además de aquellas disposiciones interiores, que son necesarias para encontrar el gusto de Dios en cualquiera de nuestras acciones, podrá tenerse el siguiente método para hacer este Ejercicio en honor del Santo Arcángel.

  

NOVENA EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL

 

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

OFRECIMIENTO

 

Te suplicamos, Señor, que inspires nuestras acciones y nos ayudes a proseguirlas, para que toda nuestra oración y operación tenga siempre en Ti su inicio, y por Ti consigamos finalizarla. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

Después dirás el Salmo 66:


Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga: * esclarezca su rostro sobre nosotros, y tenga misericordia de nosotros.

Para que conozcamos en la tierra tu camino: * en todas las gentes tu salvación.

Alábente, oh Dios, los pueblos: * Alábente los pueblos todos.

Alégrense y regocíjense las naciones: * por cuanto juzgas los pueblos en equidad, y diriges las naciones en la tierra.

Alábente, oh Dios, los pueblos, alábente los pueblos todos: * la tierra dio su fruto.

Bendíganos Dios, el Dios nuestro, bendíganos Dios: * y témanle todos los términos de la tierra.

. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

. Como era en el principio, y ahora y siempre, y en todos los siglos de los siglos. Amén.

 

A ti, ¡oh Santísima, Benditísima y Gloriosísima Trinidad, un solo Dios!, sea el Amor, Alabanza, Honor, Gloria y Acción de gracias, y ten piedad de nosotros. (Tres veces)

  


DÍA PRIMERO - 15 DE MARZO

 

Considera que, si fue ocasión de nuestro daño e instrumento de muerte al género humano un ángel de las tinieblas para la seducción de Eva, fue sin embargo destinado por la Divina Misericordia un Ángel de luz para ser anunciador de nuestra felicidad, y mediador para recuperar la vida: «Enviado fue el Ángel Gabriel a la Virgen». He aquí el mayor mérito de San Gabriel Arcángel: aparte de ser el segundo entre los más nobles Espíritus Bienaventurados, que más cercanamente asisten al Trono de Dios, él es aquel que por Dios mismo fue elegido por Ministro para la grande obra de la humana reparación. ¡Oh, cuán grande es la caridad y el amor de nuestro Dios, el cual Beatísimo en sí mismo, para compartir también con nosotros su Beatitud, quiere enviar a uno de los Príncipes de su Corte Celestial para tratar con María un asunto de tanta importancia, cuál era la Encarnación del Verbo eterno en el seno purísimo de Ella!

  

   Gloriosísimo espíritu San Gabriel, contemplo con estupor tu dignidad, y te suplico presentes a la Augustísima Trinidad mis más vivos agradecimientos por el amor inmenso que demostraste en la Obra de la inefable Encarnación. Obténme la gracia de corresponder en el modo posible a este amor, y de meditar de continuo las Divinas Misericordias en esta vida, para cantar después eternamente las glorias en la otra.

 

—Rezar tres Avemarías y tres Glorias.

 

GOZOS EN HONOR A SAN GABRIEL ARCÁNGEL

 

Dios es Rey del pueblo fiel,

Pues tal pueblo fiel venero;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

  

Te puso naturaleza

Sobre el coro angelical

En sustancia espiritual

El nombre de Fortaleza:

Pues de la mayor alteza,

Sirves de adorno al dosel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Salve, Ángel en el Cielo

Por toda la eternidad,

Pues por nuestra libertad

Bajaste un punto en el suelo:

Aplicando con tu vuelo

Los suspiros de Israel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

   

Llena de gracia llamaste

A la que por gracia vino,

Con lo cual tu Rey previno,

Un palacio que admiraste:

Cuando en él sentado hallaste

Al señalado a Daniel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

  

El Señor quiso exaltarte

Nombrándote Embajador,

De la embajada mayor

Que el Señor Dios pueda darte:

Pues hiciste de tu parte

El más exacto papel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Es tu gloria cual cristal

Por cuyos divinos poros,

Reciben la luz los coros

De la curia angelical:

Pues del reino celestial

Eres superior doncel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Contigo vino en el mundo

Una hermosísima luz

Que en el árbol de la Cruz

Nos dio el fruto más fecundo:

Hazme, pues, árbol fecundo

Del espiritual vergel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Bendita llamó a María

La estéril que visitó,

Y Dios le santificó

El fruto que en sí tenía:

Cumplida tu profecía

Del viejo a tu voz infiel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Eres Arcángel sagrado

Astro de lo más lúcido,

Y soldado distinguido

Del triunfante principado,

Y el que el bando ha publicado

Para rendir a Luzbel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

  

Entre mil Ángeles santos,

Que servían a María,

Tu ministerio excedía

A los oficios de tantos:

Siendo tus alas los mantos

De la custodia más fiel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Todas nuestras peticiones

Penetren, Gabriel, los cielos,

Bajando eternos consuelos

En nuestras tribulaciones:

Y en todas las tentaciones

Danos el santo laurel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

La casada que no tiene

Fruto de bendición,

Con su grande protección

Venturosa ella lo obtiene:

Del Cielo así le previene

El gozo como a Isabel;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

 

Dios es Rey del pueblo fiel,

Pues tal pueblo fiel venero;

Sé con Dios mi mensajero,

Arcángel San Gabriel.

  

Antífona: Príncipe gloriosísimo San Gabriel Arcángel, acuérdate de nosotros, y aquí y en todo lugar ruega siempre por nosotros ante el Hijo de Dios.

. El Ángel del Señor anunció a María.

. Y Ella concibió del Espíritu Santo.

   

ORACIÓN


   Oh Dios, que elegiste al Arcángel San Gabriel de entre todos los ángeles para anunciar el Misterio de tu Encarnación, concédenos propicio, que, a cuantos celebramos en la tierra su festividad, merezcamos obtener su patrocinio en el Cielo.

 

   ¡Oh Dios!, que, con admirable orden distribuyes los ministerios de los Ángeles y de los hombres; concede propicio que nos protejan en la tierra los que sin cesar te asisten en el Cielo.

  

   Te suplicamos, Señor, visita esta morada, y aleja de ella toda insidia del enemigo; que tus santos Ángeles habiten en ella para que nos custodien en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

jueves, 13 de marzo de 2025

NOVENA EN HONOR A SANTO TOMÁS DE AQUINO.

 


Novena compuesta por el padre Felipe Lesmes Zafrilla, de la Real Academia de Teología de Madrid, y publicada la primera vez en dicha Villa y Corte en 1832, y reimpresa en Lérida en 1864, con aprobación eclesiástica. El Arzobispo de Toledo, mediante decreto del 30 de Enero de 1832, concedió cien días de Indulgencia a cuantos, con las condiciones conocidas, realizaren esta novena rogando por el bien de la Iglesia y del Reino, y que por la intercesión de Santo Tomás de Aquino sean comunicadas a todos luces para conocer y seguir la sana doctrina.

COMENZAMOS: 26 de febrero.

FINALIZAMOS: 6 de marzo.

FESTIVIDAD: 7 de marzo.

 

Puede rezarse en cualquier momento del año, especialmente cuando se vaya a iniciar año de estudios. Si es por devoción al Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino, puede hacerse en preparación a sus fiestas litúrgicas:

 

Fiesta litúrgica Vetus Ordo: 7 de Marzo.

Traslación de reliquias: 28 de Enero.

Patrocinio sobre las escuelas y universidades católicas: 13 de Noviembre.

 

NOVENA A SANTO TOMÁS DE AQUINO

 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

 

   Señor mío Jesucristo, mi Padre, mi Criador y mi Redentor, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas, tened compasión de mí, miserable pecador, y concededme por vuestra bondad un verdadero arrepentimiento de todos mis pecados. Lo siento de veras por ser Vos quien sois, me pesa de haber ofendido con ellos a un Padre tan bueno, que sois todo amor. Perdonadme, Padre misericordiosísimo, y concededme la gracia de morir mil veces antes que volver a pecar. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


   Dios y Señor de las ciencias, Padre Omnipotente, cuya voz fecunda en sí misma hizo venir al ser todas las cosas, cuya providencia se extiende a todas ellas, cuya bondad se ostenta particularmente en la efusión de vuestra gracia, que dais a cada uno según la medida de la donación de Cristo Señor nuestro: Salvador divino de nuestras almas, y fundador prudentísimo de nuestra Religión, que disteis a unos Apóstoles, a otros Profetas, a otros Evangelistas, y a otros Pastores y Doctores para la consumación de los Santos en la obra del ministerio, para edificación de vuestra Iglesia Santa, y para que no fluctuáramos como niños, arrebatados de todo viento de doctrina por la malignidad de los hombres, que engañan con astucia en el error, sino que siguiendo la verdadera Fe animada de la Caridad, creciéramos por todas las cosas en Vos, que sois nuestra cabeza: Espíritu divino, que siendo uno y el mismo en todos los siglos comunicasteis vuestros dones y gracias a tantos Doctores y Maestros, dividiéndolas a cada uno según vuestra santísima voluntad, y enriquecisteis abundantemente con la efusión de todas ellas la bendita alma de nuestro Angélico Maestro el Señor Santo Tomás, haciéndole como un depósito general de la santa doctrina, y padre de una posteridad numerosa de verdaderos sabios: nosotros, humildes siervos vuestros y discípulos indignos suyos, apoyados en vuestra infinita misericordia, y en la intercesión de este glorioso Doctor y Maestro nuestro, acudimos al trono de vuestra gracia e imploramos vuestro patrocinio. Elegidos para sucesores suyos en tan glorioso ministerio, nos vemos rodeados por todas partes de las tinieblas y corrupción de tantas sectas, reunidas contra la verdad en estos días desgraciados: necesitamos más que nunca de la suavidad de vuestros dones para preservarnos de la seducción, y conducir por los pastos saludables vuestra grey. Nuestras culpas nos han hecho acreedores al mayor de los castigos, que es la privación de vuestras luces; mas constituidos en tan miserable situación, no hallamos otro recurso que levantar los ojos a Vos, ¡oh Padre de las luces!, de quien viene toda dádiva buena y todo don perfecto; a Vos, sabiduría increada, que elegisteis lo débil para confundir lo fuerte, y lo ignorante para desvanecer la ciencia altanera de este siglo; a Vos, Espíritu consolador, enviado para enseñar toda verdad, y dirigirnos en nuestra peregrinación. Venid, Espíritu divino, e iluminad nuestro entendimiento con la sabiduría celestial, que concedísteis a nuestro Santo Maestro; venid, distribuidor de los dones, y enriqueced nuestra voluntad con los que tan abundantemente derramásteis sobre la suya; venid, luz de los corazones, y disipad del nuestro las tinieblas de los vicios, preparándole como Moisés en otro tiempo las tablas, para que vuestro dedo divino grabe indeleblemente sobre él la ley santa que prometísteis en otro tiempo escribir sobre los corazones de los nuevos fieles: haced que profesemos siempre una veneración suma a los libros Santos inspirados por Vos, seamos depositarios fieles de la Tradición, hijos dóciles de la Iglesia Católica, ovejas sumisas a la voz de los pastores, súbditos rendidos del romano Pontificado sucesor de San Pedro, y cabeza visible de la Iglesia, religiosos defensores de la doctrina de los Santos Padres, discípulos constantes de los Doctores y Maestros fieles que nos han precedido, emuladores de los hechos de nuestra Religión, y cautivadores de toda ciencia natural en obsequio de la fe. Estas virtudes, con que enriquecísteis a nuestro Angélico Maestro, elevándole por ellas al alto grado de sabiduría, que le ha hecho en todos tiempos el consuelo de la Iglesia, oráculo de los Concilios, guía de las Escuelas, y asombro de sus mismos enemigos, son las que rendidamente os pedimos por su intercesión en esta Novena, que consagramos gustosos a su culto en agradecido recuerdo a su protección. Comunicádnoslas, Señor, para que, siendo imitadores de sus virtudes, e hijos de su sabiduría celestial, merezcamos instruir en la salud a muchos durante esta vida, y resplandecer en la otra por perpetuas eternidades. Amén.

 


DÍA PRIMERO - 26 DE FEBRERO (27 en año bisiesto)

 

VENERACIÓN Y BUEN USO DE LOS LIBROS SANTOS.

 

   Glorioso Maestro y Protector mío, Varón bienaventurado, que ni os dejásteis llevar del consejo de los impíos, ni corrísteis el camino de los pecadores, ni os sentásteis jamás en la cátedra pestilencial del error, sino que fijando vuestra voluntad en la ley santa del Señor, pasábais los días y las noches en su meditación, creciendo como árbol plantado a las corrientes de tan saludables aguas, para dar frutos sazonadísimos de doctrina en todos los siglos; por la singular ternura y veneración que profesásteis siempre a las sagradas letras, y por los heroicos actos de virtudes que en su lectura practicábais, os suplicamos nos alcancéis del Señor odio eterno a la lectura de obras impías, y un amor decidido al estudio de la palabra divina, acompañado de la sencillez de intención y pureza de afecto que requiere. No permitáis, Maestro gloriosísimo, que nuestra soberbia convierta en lazos el camino de la verdad; no muramos en la letra, seamos vivificados con el espíritu; conozcamos con el Apóstol San Pedro, que su inteligencia no pende de la interpretación propia de cada uno, sino que habiendo hablado por inspiración del Espíritu Santo los hombres santos escogidos por Dios para órganos suyos, a este Espíritu residente en la Iglesia Católica es a quien toca la interpretación de sus palabras: haced que siguiendo siempre, a imitación vuestra, esta regla infalible de la verdad, y animados del mismo espíritu en su lectura, salgamos de ella hechos unos hombres de Dios, instruidos para toda obra buena en esta vida, y dignos del premio prometido en la eterna. Amén.

  

—Ahora se pedirá a Dios el buen uso de este lugar, por la intercesión del Santo Doctor.

   

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA

 

   Santísima Señora, concebida sin pecado, Aurora deseada por tanto tiempo, que por vuestra profundísima humildad merecísteis ser Madre de la Sabiduría increada, disipando como tal las tinieblas del mundo, y destruyendo las herejías en todos los siglos; por la singular ternura con que miráis a los que aspiran a ser algún día evangelizadores de la paz, y por el cariño especial con que distinguísteis a nuestro Angélico Maestro el Señor Santo Tomás, siendo su guía y protectora en los estudios, os suplicamos no desamparéis a los que siguiendo su doctrina desean juntamente imitarle en la práctica de las virtudes, singularmente en la tierna devoción para con Vos. Recibid, Madre dulcísima, la ofrenda que os hacemos de nuestro corazón, entendimiento, talentos y estudios: dilatad sobre vuestra Academia el manto real de vuestra augusta protección, para que trabajando a la sombra de tan benignos auspicios, crezcamos en virtud y letras, evitemos los escollos que nos cercan por todas partes, y rotos los lazos de la impiedad, brillemos con una humilde sabiduría, y recibiendo la aureola preciosa de Doctores en la otra, cantemos vuestras misericordias por los siglos de los siglos. Amén.

 

GOZOS EN HONOR A SANTO TOMÁS DE AQUINO

  

Ya Tomás la escuela en Vos

Todo honor y auxilio fía,

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Vuestra cuna ya se sabe,

Os predijo en gloria suma

Hombre de primera pluma,

Pues tragáis en ella un Ave

Aquella, donde suave

Nido el Redentor tenía.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Sin que a vuestra casa cuadre,

Os lleváis de la afición,

Que el punto de Religión

Es el que os saca de madre,

Allegándoos al buen Padre

Grande Guzmán que os quería.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

De buey mudo el apellido

El silencio os dio, por cierto:

Mas conoció el grande Alberto,

Que daríais gran mugido,

El que al mundo ya aturdido

Por todas partes tendría.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

De un hermano la crueldad

Macular vuestro candor

Antes pensó con rigor,

Después con la liviandad

Cuando río de castidad

El fuego que en Vos ardía.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Viendo Dios que con tesón

De Luzbel rechazó el arte

Quiso a tal baluarte

Añadirle otro cordón

Cual para mayor blasón

Os lo triplicó María.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Cinco libros os mostró

En carácter encarnado

El Maestro consumado

Que de espinas se la creó,

Doctor quinto os aclamó

La cátedra en que pendía.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Porque su gloria se explique

Vuestro escrito fue al Supremo,

Quien le proveyó su extremo,

Visto ya se notifique;

Pues para que se publique

Tal visto bueno tenía.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Porque a tu fin te prepares,

Comenzarte al acabar

Un cántico singular

Que es un cantar de cantares:

Con glorias tan singulares,

¿Tal cisne cuál volaría?

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

 

Desde el trono superior

Rayos vibra en abundancia,

Las sombras de la ignorancia

Disipa del pecador,

De la lascivia el ardor

Reprime al que en él confía.

Sol de la Iglesia de Dios,

Grande horror de la herejía.

   

. Ruega por nosotros, bienaventurado Santo Tomás de Aquino.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN

   Oh Dios, que iluminasteis a vuestra Iglesia mediante la maravillosa erudición de vuestro bienaventurado confesor Santo Tomás, y que la fecundáis mediante la santidad de sus obras, concedednos la gracia de comprender sus enseñanzas e imitar sus virtudes. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.